Alguien tocó la puerta de mi departamento a las cinco de la mañana, Seokjin fue el primero en levantarse para ir a ver quien era nuestra visita. Cuando recordé que Hobi dormía en mi casa me levante enseguida y lo seguí.

El hombre tenía sus manos en el cuello de mi pareja, zarandeándolo y gritándole.

—¡¿Dónde esta mi hijo?!— gritaba con los ojos furiosos.

Corrí y sin pensarlo golpeé al hombre en la cara para que dejará a Seokjin.

—Mi amor— la señora Jung llegó corriendo y asustada —¿Hoseok está aquí?— me preguntó su rostro llenó de preocupación, yo sólo abrace a Seokjin revisando que el hombre no le hubiese hecho daño.

Finalmente sentí a la mujer pero ella se dio cuenta que su esposo no había visto mi asentimiento —así que no esta— dijo de repente —no está aquí cariño será mejor que nos vayamos, discúlpate con el joven Seokjin y vayámonos, vale— pidió ella de forma amable.

El hombre gruño y salió de mi departamento con molestia, antes de que ella se fuera detrás de él la tomé del brazo y le susurré al oído —voy a llamar a la policía.

Ella palideció, sin embargo no era una simple amenaza yo cumplí, la policía llegó minutos después sin embargo cuando salí a recibirla y fuimos a su departamento de los Jung no había nadie.

—Seguramente huyeron los dos— dijo la policía, pues no habían encontrado dentro del pequeño hogar dinero, ni objetos de valor, o ropa del hombre.

Ella huyó con él justo como mi madre, golpeé la pared furioso, había conocido a otra mujer peor que una hiena.

—Nos llevaremos al niño y buscaremos a sus familiares— dijeron los miembros de la policía.

—¿Y si no tiene otros familiares?— pregunté preocupado por el pequeño Hoseok.

—Pues se hará lo normal en estos casos, será entregado al Estado y lo daremos en adopción.

Antes de preguntar sobre el proceso de adopción la señora Jung apareció agitada en el edificio.

—Se a vuelto loco— dijo —se fue  para siempre— mencionó.

—Volviste— le dije a la mujer y sonreí.

—Nunca me fui, no sin mi hijo— se dirigió a la policía —se fue con su madre, iba a pegarme y amenacé con denunciarlo a las autoridades y salió corriendo pero se ha ido con su madre— suspiró rendida —he abierto los ojos, cuando no vi a Hoseok afuera de la puerta como siempre ocurría me he vuelto loca, no pasaré por eso otra vez, empezáremos de nuevo aunque sea en la calle.

—Ustedes pueden seguir quedándose aquí sin problemas— le aseguré —siempre y cuando deje a Hobi dormir aquí.

Seokjin me dio un codazo en la costilla entendiendo mis malas intenciones.

—Eres muy amable— dijo la mujer tomando mi mano y viéndome con admiración.