1.1) Las 12 velas del amanecer

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

En pleno Castillo de la edad medieval, en sus oscuros y tenebrosos pasillos, atenuados con las sombras de los árboles, que yacen en los inmensos ventanales guiados por el silbido del viento que golpea las enormes puertas. Pero no importa, nada que se oiga, se vea o se sienta cambiara el momento, una acalorada tropa guiada por una enorme luz avanza hacía unos de los mejores aposentos. Las puertas se abren, todos gritan alegremente.

-¡Felicidades!

Mientras observan como la habitación envuelta de magníficas telas de lino yace sin su barón, la duquesa con su mirada atónita es la única en reaccionar.

-¿Donde esta mi hijo? ¡búsquenlo!

Todos los sirvientes miran a sus costados inconscientes de quién tenían a su vera. Al no haber señales del joven barón la gran mayoría vuelve a salir por las puertas de los aposentos que seguían abiertas.
En ese momento la duquesa oye un barullo entre la multitud sirvientes y entonces lo ve, entre ellos aparece él tan fresco como siempre. ella al ver heno seco en su calzado, sabe que sus sospechas son certeras, enfadada ante la evidencia le dice:

-¿Has cabalgado durante toda la noche?, aún no sabes cabalgar y es peligroso a estas horas.

-Mamá, es mi cumpleaños perdóname- abraza a su madre y la mira fijamente.

Leowen recuerda esos tiempos en los que tenía 4 años, observaba desde los ventanales los inmensos jardines de palacio, como un jinete de melena larga y negra cabalgaba con su blanco corcel, verlos era algo digno de admirar.
Bailaban por los jardines al compás de la naturaleza, cuando alcanzaban la máxima velocidad, parecían que volaban con sus largas melenas guiadas por el fresco viento de la naturaleza.
Para él todo eso resultaba magnífico un sueño inalcanzable, pues no fue mucho tiempo el que los pudo contemplar, al año dejaron de cabalgar por su hermoso jardín, el cual sin ellos había perdido su esencia.

-De acuerdo hijo- decía nuestra duquesa mientras acariciaba el rostro de su retoño -Pero que no vuelva ocurrir- un suspiro pausado de ambos -¡Felicidades¡ ¡Sopla las velas!- él asombrado por las cuatro tartas de tres pisos, con dos velas cada una. Soplo las velas y le pregunto a su madre que donde estaban las que faltaban. -En tus regalos cielo.

La muchedumbre de sirvientes aparto dejando ver cada regalo con su vela cuatro en total. La Dama, la mano derecha del la duquesa, se hizo notar entre la multitud y tan dulce y servicial ella dijo:

-Señorito, el ultimo regalo es del servicio lo hemos hecho con nuestras propias manos y con todo nuestro amor. ¡Esperamos que le guste!-añade sonriente, mientras se retira noblemente ー¡Felicidades!

Una vez abierto todo los regalos, la duquesa procede a ordenar que los dejen a los tres solos en la habitación. Como si fuera sido invocado por la duquesa, aparece entre la multitud lord Shoan Ignorosc, un grandísimo noble amigo de la familia. El chico al ver a Shoan salta sobre él, después de ese gran recibimiento se quedaron los cuatro solos.

-¡Felicidades Leowen!- sonriendo lord Ignorosc al chico, justo antes de cambiar su semblante -Lástima que no te haya traído un regalo.

-No importa, no tienes por que hacerme un regalo- dice el chico admirado.

-Mi hijo tiene razón tan solo tu presencia es grata para nosotros- suspira la duquesa con intención de seguir su dialogo.

-Yo no dije que no tuviera un regalo para ti, sólo que no lo he traído porque no me cabía- anunció lord Ignorosc interrumpiendo los halagos de la familia.

-¡Tan grande es que no cabe en palacio!- dijo el cumpleañero asombrado, mientras lord Ignorosc le sonreía.

CRÓNICAS DE ZEEHÏRO

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro