Amy Callum

Siento como la emoción recorre mi cuerpo cuando recuerdo que mañana será el partido número nueve de Adrian. No me juzguen, me encanta ese número y sobre todo ese chico. Lo cierto es que, desde que lo vi con esa sonrisa hermosa y con ese cabello castaño claro en la arena del mar, supe que me había enamorado de lo imposible.

Ya sé, esto suena demasiado dramático, por un momento hagamos a un lado el hecho de que Adrian es perfecto, lo importante aquí es que yo soy invisible para él. Sin duda esto lo convierte en un amor imposible, al que seguiré aferrada a pesar de todo pues mi esperanza seguirá a tope. Aunque bueno, no importa tener este tipo de sentimientos, digo, somos seres humanos, nos gusta lo inalcanzable.

—¡Amy! —grita alguien justo del otro lado del pasillo. Esa voz me saca de mis pensamientos y decido cerrar mi casillero.

Cuando me doy la vuelta veo a la profesora Seyfried de literatura quien se acomoda las gafas y el bolso. Para ser sincera esta profesora siempre me ha parecido muy peculiar. Tiene una manera de hablar y caminar muy graciosa, aunque su sentido de la moda es simplemente maravillosa. Cada conjunto que lleva me fascina, además es una mujer muy inteligente. No lo sé, ella es muy interesante.

—Buenos días profesora Seyfried —la saludo cuando se encuentra a mi lado. No sé la razón de su afinidad conmigo, no me desagrada, pero jamás creería que una maestra se empeñara tanto en ser mi amiga.

—¿Ya te enteraste de lo que pasará hoy en la noche? —pregunta con la mirada bien fija en mí. Esa mirada siempre me trae mucha curiosidad, ya que después de eso me dirá algo realmente interesante... o extraño.

—¿Irá a recitar poemas? —pregunto con una sonrisa amistosa.

Hace un par de meses la oí recitar algo de su poesía y ella simplemente me dejó fascinada. Pareciera que quiere incluirme en muchos proyectos de su vida. Como ya lo comenté, es muy raro que ella lo haga.

—No Amy, es algo más que maravilloso. Hoy a las diez de la noche llegará Urano. Lo he estado esperando toda mi vida. —No sé cómo reaccionar ya que su loro se llama Urano. Por lo que la miro un poco confundida—. Te explico querida Amy. Hoy vas a mirar por tu ventana a las diez de la noche, esperarás y verás al cometa Urano. Pídele un deseo porque siempre los cumple.

Y sin decir nada más, la maestra se aleja de mí. Claro está que su comentario me deja perpleja, ¿cumplir mis deseos? Eso sí que es extraño, nadie podría jamás cumplir con semejantes tonterías. Pero sin saber cómo, una pregunta llega a mi cabeza y no tardo en dejarla salir.

—¿Cualquier deseo? —grito para que me oiga la profesora. Aunque noto de reojo como todos comienzan a mirarme.

—Cualquiera Amy —dicho eso la profesora sigue con su camino.

—Con que cualquier deseo, ¿eh? Eso lo veremos —susurro sólo para mí. Eso lo veremos.

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Nota de la autora:

Vaya, me da mucho gusto volver después de un año inactiva. Lo cierto es que me quise tomar unas vacaciones de mí misma. Decidí enfocarme más en la escuela y también en mi vida personal. Si les soy sincera, también el que me alejara de Wattpad se debió a que tuve un poco de complicaciones para escribir, simplemente no sabía cómo volver a hacerlo, no después de mi libro "20:17". Sentí como si escribir ese libro me hubiera exprimido la cabeza. Pero no se preocupen, vengo con nuevos proyectos y con mucha actitud.

Esta historia es muy graciosa, tiene ya unos tres años empolvándose en mi computadora, pero volví a leerla y esa chispa de felicidad nació en mí, fue como si necesitara escribir esta historia sí o sí.

Quisiera comentarles que evidentemente no es una típica historia acerca de una chica que se enamora de un chico y entonces hace hasta lo imposible para enamorarlo. Esta historia es más complicada que eso. Por eso los invito a que puedan seguir leyéndome, prometo ser muy graciosa y divertida, pues he catalogado esta historia como "humor". Quiero probarme a mí misma en este género. Aunque bueno, siento que mi lado serio y reflexivo saldrá de vez en cuando.

Ya no quiero interrumpirlos más, los dejo con la vida de Amy Callum.