Él es mío

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(Escuchar canción en multimedia)

Me alegra mucho saber que mis amigos del equipo de voleibol están dentro de la broma. Quizás termine siendo una tontería pero las risas no van a faltar. Malcolm debería aprender que chantajear, manipular y difamar a una persona no es para nada correcto. Claro que se lo haremos saber desde una broma demasiado épica.

De hecho, Amy y yo ya hemos planeado lo que vamos a usar. Después de todo la broma será muy elaborada. Ya nos estamos encargando de avisar a los invitados... ojalá nadie abra la boca.

Así que muy feliz salgo de la tienda de disfraces. He quedado con Amy de vernos en mi casa nueva para que ahí probemos las cosas. Todo está saliendo demasiado bien y creo que me preocupa un poco.

Sin embargo, a lo lejos veo a alguien que me acelera el pulso. Su caminar provoca que me tiemblen las manos y no puedo evitar comenzar a sudar. No seas tonto Adrian, pensara que tienes fiebre. Así que respiro hondo y comienzo a tranquilizarme porque se acerca a mí peligrosamente.

—Hola Amy —saluda Lizy mientras se quita los lentes de sol.

—Lizy, que gusto encontrarte. ¿Cómo estás? —pregunto con una sonrisa en los labios y sobre todo con el corazón latiéndome a mil. Ojalá no lo escuche porque me traquetea los oídos.

¿Por qué Lizy es tan hermosa? Su cabello castaño, sus ojos azules y su sonrisa, ay, ella sin duda es perfecta. Desde que la vi no pude evitar enamorarme de ella... pero claro que iba a elegir a mi hermano, él es mucho mejor que yo. Mi hermano sí era un buen partido. Ahora solo me queda el amarla en secreto y desde la lejanía.

—Pues en realidad no me encuentro muy bien —sentencia con una expresión muy molesta—. ¿Qué te traes con Adrian?

Vaya, eso era todo menos lo que yo quería escuchar. ¿En serio me lo está preguntando? Creo que le dolía algo pero no que me preguntara por mí.

—No te entiendo Lizy, en realidad soy una buena amiga de Adrian —comento sin dejar de sonreír. Y sin saber muy bien por qué a la mente me llega el rostro de Amy.

—Yo no lo creo Amanda —dice dando una paso hacia adelante. ¿Querrá golpearme?—. He visto cómo te mira y que pasan mucho tiempo juntos. Además el día del funeral de su padre estuvieron "casualmente" encerrados en un cuarto.

Wow, esperen cinco segundo, wow. ¿En verdad estamos teniendo esta conversación? Lizy... ella no es así. ¿Qué le sucede? ¿Por qué de repente siento que las cosas van a ir muy mal?

—Lizy, puedo asegurarte que entre Adrian y yo no hay nada, solo somos amigos. Y además, si lo hubiera, tú ni siquiera deberías meterte en eso. Tú... tú siempre has jugado con él. —Mis ultimas palabras hacen que ella me lance una cachetada.

Y arde, todo me arde como el infierno. Incluso pierdo un poco el equilibrio por el impacto de su mano en mi rostro.

—Escúchame bien Amanda Callum, yo no te tengo miedo. Estoy más que segura que solo eres un juego para Adrian, así que no te hagas ilusiones. Siempre habrá una mujer en su corazón y esa seré yo. Me encargaré de que siempre sea así. —La cara me sigue ardiendo como nunca, incluso siento cómo una pequeña lágrima sale de mis ojos por el impacto que ha provocado en mi corazón.

¿Qué rayos pasa? En serio que siento que aún sigo en una película. Hace rato estaba demasiado feliz y ahora yo soy la víctima.

—No puedes pedirme que me aleje de él Lizy, él no es nada tuyo. Además le gusta mi compañía —digo mientras dejo que el dolor en el corazón no me haga llorar aún más.

—Claro que puedo hacerlo. Adrian es mío. Por eso jamás te acerques a él, si lo haces me encargaré de que Adrian se entere qué clase de persona eres. —La chica me está amenazando. ¿Lizy me amenaza? Está loca, es una verdadera loca. ¿Cómo se atreve a hacer esto?

—Le diré a Adrian todo lo que me has hecho —sentencio mientras me llevo la mano a la cara, el ardor ha disminuido un poco. Sin embargo la decepción y desilusión son lo que ahora más me preocupan.

—Niña, ¿no te has dado cuenta en dónde tengo a Adrian? Si le digo que ladre él ladra. Jamás te va a creer. —Con eso mi corazón termina por convertirse en polvo de huesos.

Entonces pienso en todos los momentos que hemos pasado juntos, incluso pienso en aquel día en el que me besó bajo la lluvia. Ese día me rompí en mil pedazos pero no pude evitar seguir su juego, ella me atrapaba con su encanto.

—Tienes razón, tendría que verlo para creerlo. Ojalá pueda perdonarte por saber que siempre has jugado con él —digo en voz baja mientras me acomodo la ropa y el cabello.

—Claro que siempre he jugado con él —comenta antes de reírse como una loca.

—¿Al menos lo amas? Porque... me he dado cuenta que él sí lo hace. —Mi voz entra a mis oídos, así como el sonido de mi corazón rompiéndose en mil pedazos. ¿Cómo es posible? Tantas noches en desvelo porque no podía dejar de pensar en sus labios ni en su roce.

Ella me vuelve loco. Pero ella nunca pensó lo mismo que yo. Ella siempre me vio como un juego.

—Jamás podría amarlo y nunca lo he hecho —sentencia lanzando una estocada más a mi corazón.

Jamás podría amarme, jamás lo hizo, jamás sintió algo por mí. Siempre fui aquel que secaba sus lágrimas. Siempre lo fui. Jamás sintió algo por mí. Nunca le importé.

—¿Entonces por qué le haces creer que sí lo haces? —pregunto desde lo más profundo de mi corazón. Lo hago mientras a la mente me llega el recuerdo de sus manos entre las mías y de sus abrazos llenos de fuego.

—Porque me encanta darme cuenta que lo vuelvo loco. Ese sentimiento me hace sentir viva. Su atención y cariño ayudan a que me sienta feliz —dice con una risa malvada en los labios. Aquellos labios que me supieron a miel... si tan solo hubiera sabido que estaba tratando de alimentar su ego. Su tan solo hubiera sabido que esa miel era en realidad veneno mortal.

—Eres muy cruel —sentencio con mucha rabia. Odio este momento, odio todo lo que tiene que ver con Elizabeth Henry.

—Pero Adrian así me ama. Y me aseguraré de que las cosas sigan así. Por lo que te advierto Amy Callum, aléjate de Adrian o te las verás conmigo —dicho eso ella se pone sus gafas y sigue caminando como si nada.

Sin embargo, lo que ella no sabe es que ha hablado con el mismísimo Adrian Cassavets, con el mismo idiota que se enamoró de ella y todo lo que tenía que ver con su ser. Aquel pobre tonto que solo tenía ojos para ella y que tantas noches lloró su ausencia. Aquel pobre iluso que creyó que algún día Elizabeth Henry se podría enamorar de él.

¿Así es como se sienten los corazones rotos? Porque creo que ya estoy muerto.

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Nota de la autora:

Mis bellas y hermosas constelaciones. Esta parte de la historia es muy decisiva porque nos deja ver lo que hizo Lizy con Adrian. ¿Qué opinan de ella? ¿Qué les pareció? Por favor espero ver sus comentarios y yo los responderé con mucho gusto.

Canción: Lose you to love me– Selena Gomez

Cuídense por favor, aún seguimos en esto juntos, pero nada es para siempre. Pronto podremos volver a la vida que tanto añoramos.

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