Por un momento me concentro en mi respiración. Inhalo y exhalo de manera continua esperando que la calma venga a mí. Siento un poco de frío en los brazos y la espalda se me está acalambrando, así que abro los ojos. Por un momento la luz me desconcierta y lastima un poco, pero cuando mis ojos se acostumbran me descubro a mí mismo en la habitación de un hospital. El sonido de los aparatos y el olor a desinfectado hacen que poco a poco mis sentidos despierten. Después de lo que pasó ayer no recuerdo más, solo que Amy me confesó su amor. No puedo creer lo que hizo por estar cerca de mí. Pero sobre todo no puedo creer que no haya abierto más los ojos y percibido que aquella dulce niña me miraba.

Al recordarla y también el deseo que ella pidió mi corazón se acelera y eso se graba en la pantalla donde están los latidos de mi corazón. Así que la madre de Amy eleva la mirada y se encuentra con mis ojos. Creo que la he espantado un poco con mi aparente agitación.

—Amy querida, que bueno que ya despertaste. Tu papá fue a comprar unas galletas en la máquina expendedora. Estuvimos aquí toda la noche —explica la madre de Amy mientras me acaricia el cabello—. ¿Cómo te sientes?

Cuando Gloria pregunta eso yo me quedo pensando en ello. En realidad no me duele nada, solo me siento cansado y adormilado. Aunque eso sí, la espalda me molesta y el cuello me duele, supongo que porque me he mantenido en esta posición toda la noche. Así que se lo hago saber. De repente la cabeza comienza a dolerme mucho pero trato de no agitarme demasiado.

—Mamá —digo mirando a Gloria—, ayer tuve un accidente en la escuela. Estábamos en la clase de gimnasia y terminé en la enfermería porque me dolía mucho la cadera y no podía caminar sin sentir una punzada.

Cuando las últimas palabras salen de mi boca me doy cuenta que Gloria se pone pálida y abre los ojos tanto que me preocupo. Comienza a mirar a todos lados y sus manos le tiemblan un poco. Pareciera que quiere salir corriendo y gritar. Así que me mira fijamente.

—¿Por eso te desmayaste? —Asiento con la cabeza y ella se pone de pie—. Vuelvo en un momento.

Gloria sale de la sala casi corriendo, supongo que irá a buscar al doctor pero, no dejo de pensar en su reacción. Se ha puesto muy nerviosa por mis palabras.

No pasan ni cinco minutos desde su ida cuando ella llega junto al doctor. Entonces el doctor me sonríe.

—Muy bien Amy, dime a detalle lo que pasó mientras te preparamos para hacerte una radiografía en la cadera —dice el doctor sin quitar la sonrisa de los labios.

Así que le cuento cómo me sentí y todo lo que pasó. La preocupación del doctor me asusta mucho más.

¿Qué está pasando con el cuerpo de Amy?

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Nota de la autora:

Hola a mis bellas constelaciones. Disculpen que he tardado algunos días en traerles la continuación de la historia, es que no había tenido tiempo de poder editar este capítulo para presentárselo a ustedes.

Sin embargo quiero agradecerles mucho por su apoyo y porque ya estamos a nada de llegar a las 2k. En serio son simplemente maravillosos. Mil gracias.

La siguiente parte será demasiado emotiva así que preparen sus pañuelos y bueno, será mejor que me dé prisa para editar el capítulo.