Stella y sus cometas

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(Escuchar canción en multimedia)

Muy bien, el día de ayer Ezra y yo decidimos seguir investigando más sobre lo que nos hizo Urano. Llegamos a la conclusión que debemos decirle lo que pasó a la persona que me contó sobre este cometa. Casualmente fue la maestra Stella Seyfried. Así que decidimos que después de clases iríamos a su oficina.

Por eso, en cuanto sonó el timbre decidí ir a la oficina de la maestra para que Ezra y yo podamos hablar con ella. Sin embargo la maestra todavía no llega, seguramente ya viene en camino. Solo espero que no me encuentre a Adrian porque estoy segura que no sabré cómo darle una respuesta.

—Hola Amy —escucho aquella voz que me congela el cuerpo. El rey de Roma ha vuelto.

—¿Adrian? ¿Qué haces aquí? —pregunto mientras me llevo la mano a la nuca y me comienzo a rascar frenéticamente. Que no se noten mis nervios mientras siento su cabello corto.

—Aquí estudio —sentencia mientras me sonríe y yo no tardo en sentir cómo las piernas me tiemblan por la mirada penetrante de este hombre.

—Claro que sí Adrian, fue una pregunta muy tonta. —Mi risa nerviosa aparece y noto que se da cuenta que le oculto algo. Soy una pésima mentirosa.

—¿Vienes a ver a la profesora Seyfried? —cuestiona mientras se acerca a mí. Por favor no lo hagas que me vuelves loca.

—No, para nada estoy... —Pero cuando estoy a punto de decirle que sólo estoy aquí esperando al señor de las pizzas. Ezra mi amigo, llega y dice:

—Ya viene la maestra Seyfried, le he dicho que nos urge hablar con ella. —Me volteo a verlo con ojos asesinos y se da cuenta que Adrian está ahí conmigo—. Digo que no viene nadie. Hola Adrian, digo Amy.

Adrian en mi cuerpo se queda perplejo al darse cuenta que Ezra sabe la verdad sobre nuestro cambio de cuerpo. Por lo que mira sorprendido a Ezra. Incluso noto como se tensa y abre la boca todo sorprendido.

—¿Desde cuándo lo sabes? —pregunta sin despegar su mirada de él. Adrian puede ser muy directo y noto como Ezra también se pone nervioso.

—Desde que rechazaste los chocolates que te llevaba. Amy me dijo que en realidad tú fuiste quien me rechazó. Pero no te preocupes, yo no diré nada... y aunque lo dijera nadie me creería —Ezra comienza a reírse nerviosamente y Adrian tambien comienza a reírse.

—Ustedes dos son muy raros. Bueno, mejor me voy ya viene la profesora y creo que no quieren decirme qué se traen pero tarde o temprano lo sabré —dicho eso, Adrian se va dejándome con el corazón en la boca. Este hombre me va a matar de nervios. No se tiene que enterar que yo nos metí en este gran problema.

Y cuando se aleja lo suficiente la maestra llega y nos saluda. No tardo ni un segundo en meterme a su oficina y cerrar la puerta mientras Ezra se acomoda en los sillones. Pero cuando estoy lo suficientemente segura le suelto sin más.

—Profesora Seyfried, Urano cumplió mi deseo de manera equivocada, soy Amy en el cuerpo de Adrian.

Claro que la maestra me comienza a mirar como si estuviera loca. ¿A quién se le ocurre iniciar una conversación de esa manera?

—Adrian, cariño, no te entiendo —dice la maestra con evidente confusión.

—Es muy sencillo profesora, he caído bajo las garras de Urano y por su culpa ahora tengo que vivir la vida del chico de quien estoy total y perdidamente enamorada. —Sin querer mis ojos se comienzan a llenar de lágrimas. De verdad esto es muy frustrante.

Así es como le cuento todo, le cuento del deseo y que Adrian chocó conmigo dejándome inconsciente. Ah y de cómo al siguiente día amanecí en su cuerpo y sin duda eso me ha dejado muy alterada.

Cuando termino mi relato la maestra se sienta y se lleva las manos a la cabeza.

—Es imposible Adrian —comenta mientras se rasca la cabeza. Ella no me cree, sin duda que eso provoca que comience a ponerme aún más nerviosa.

—¿Si fuera Adrian podría saber que su segundo nombre es Destiny? —pregunto tratando de que ella me crea. No puedo simplemente irme sin que ella me crea o me dé algún consejo.

Ezra se voltea para mirarnos y noto que él también está muy frustrado y asustado por mí. Ezra es el mejor amigo que nadie podría tener. Sé que desde que esto se volvió mi problema él también ha tratado de darme su cariño y su apoyo.

—Es verdad profesora. Yo estoy seguro que Amy está en el cuerpo de Adrian —intercede mi amigo tratando de convencer a la maestra. Incluso se pone de pie y se coloca a mi lado para darle más seriedad a mis palabras.

—Ezra cariño, ¿ustedes dos me están haciendo alguna clase de broma? —Pregunta la maestra mientras eleva una ceja. Así que Ezra y yo nos miramos fijamente y negamos.

—Ojalá fuera una broma profesora pero es la verdad —anuncio mientras me agacho y veo mis zapatos. Ella no puede no creerme, ella no debería pensar que esto es una broma.

—Será mejor que se vayan a descansar chicos. —Y es así como la profesora Stella nos cierra las puertas. Ella no me cree.

Ella no me cree. ¡Imposible que no lo haga! Ella es una soñadora. ¡Rayos! ¿Qué voy a hacer? Ella era mi única esperanza. Si no es ella a quién más iré para que me explique lo que debo de hacer. No me puedo quedar en el cuerpo de Adrian para siempre, no quiero vivir su vida y mantenerlo ajeno a todas sus cosas.

Pero ella no acepta más explicaciones, por lo que derrotados salimos de su oficina para resignarnos a que las cosas sigan así... y para siempre.

Ojalá nunca hubiera escuchado sus palabras y nunca hubiera pedido ese deseo. Ojalá hubiera seguido invisible para los ojos de Adrian.

🌸___________🌸
Nota de la autora:

Chicos, espero que todos se encuentren muy bien, quiero agradecerles por seguir aquí apoyándome en cada capítulo.

Gracias a todos por su paciencia y apoyo. De verdad espero que les siga gustando la historia, porque yo disfruto mucho de leerlos. Cuídense mucho chicos.

Igualmente quiero decirles que poco a poco Amy irá descubriendo aún más este misterio. Sobre todo porque necesita saber qué hacer para revertirlo. Ay no, pobrecita.

Canción: Hurt you anymore– CLNGR, Le June

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