Sus poemas

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Después de que Adrian regresara a mi casa para pedirle permiso a mis padres, bajo las escaleras para hablar con su madre y decirle que Adrian en mi cuerpo vendrá conmigo. Claro, después de desayunar Edward sube unas cuantas cajas vacías al auto pues traeremos todo lo que falta. Entiendo que ya es el momento de hablar con Jenny.

—¿Mamá? —digo para llamar su atención mientras ella busca algo en un cajón de la cocina—. Invité a una de mis amigas a que nos acompañe, le he pedido que me ayude a traer mis cosas. ¿Puede venir?

La madre de Adrian eleva la mirada y sus penetrantes ojos azules me miran un poco dudosa.

—¿Qué amiga? —cuestiona mientras sigue buscando pero ahora en otro cajón.

—Se llama Amy Callum, es la chica que vive al lado. ¿Por favor dejas que venga? —Pongo mis ojos de perrito triste y hago un puchero. Eso siempre funciona con todas las mamás del mundo, si no me creen inténtenlo con la suya.

—¿La chica de a lado? Ya conocí a sus padres, son personas muy amables y muy educadas. ¿Por qué no me la habías presentado desde antes?

Muy buena pregunta, ¿quizás porque en realidad nunca fui nadie para su hijo?

—Pues por eso la vas a conocer hoy —digo mientras me sonrojo pues Jenny me mira de manera pícara.

—Está muy bien, nos vamos en cinco minutos. Iré con los padres de Amy para decirles que yo la cuidaré muy bien —dicho eso Jenny sale de la casa olvidándose por completo de lo que estaba buscando.

Gracias Jenny.

—Deberías mover ese trasero y ayudarme a bajar las cajas Amanda —dice Adrian en mi cuerpo mientras sigue investigando todos los cajones de su habitación. Sin embargo me ha pedido que cierre los ojos y no vea nada de lo que está guardando.

—Te recuerdo querido Adrian que tengo puesta la máscara de dormir de tu mamá y no me dejas ver nada. Así que me declaro incapaz de hacer nada. Por cierto, ¿todavía te falta mucho? —pregunto mientras miro hacia el lugar donde escucho los ruidos que hace.

—Amanda, te ves ridícula con esa máscara —comenta Adrian mientras se mata de la risa. Entonces digo una estupidez.

—Es la primera vez que te escucho reír Adrian. —Entonces me quito la máscara para darme cuenta que ambos nos ponemos muy incómodos, en especial yo pues me sonrojo bastante.

—Bueno, bajaré esta caja, si quieres puedes ayudarme metiendo esos comics en la caja de allá —dice mientras señala la caja que debo llenar de cómics.

Asiento ante la petición y veo como comienza a bajar las escaleras con la caja en sus manos. Así es como me tumbo al suelo para ayudar a Adrian con sus cosas. De repente una hoja cae de uno de los cómics. Sé que no debería mirar nada pero me sorprendo leyendo el contenido de la hoja. Por el tiempo se ha desgastado un poco la tinta, de hecho veo como hay un tachón en el poema, pero lo leo.

Miro tus ojos azules como el cielo,
Que no daría por ser nube en tu firmamento.
El castaño de tu cabello,
Me envuelve como el viento.

De tu amor quisiera confesarme,
Pero me rindo y destruyo al mirarte,
No se cómo olvidarte,
Pues me observo y soy un desastre.

Caigo cada vez que te oigo,
Muero por hacerlo si quiera un poco,
Pero te amo y de eso estoy seguro,
Me volveré loco antes de dejar salir este suspiro.

Besarte fue mi gloria,
Dejarte mi mayor deshonra,
Quisiera verte feliz,
Tú mi querida y hermosa ⬜️⬜️⬜️⬜️⬜️

El poema termina abruptamente pues una enorme mancha tapa el nombre de la persona que inspiró este poema. Solamente en la parte de abajo veo las siguientes iniciales.

AC.

—Adrian Cassavets —digo en un susurro.

—Sí, ese soy yo —me contesta una voz detrás de mí.

Escucharlo me hace dar un grito y soltar el cómic que tengo en la mano, aunque escondo el poema en mi sudadera.

—¿Qué estás haciendo Amanda? ¿Estabas leyendo mis cómics? —Perfecto, me ha atrapado.

—Disculpa, no quería ensuciarlos, es sólo que me dieron mucha curiosidad —Adrian en mi cuerpo se sienta a mi lado y toma el cómic que se me cayó de las manos.

—Tranquila, te doy permiso de leerlos. Los tendrás en casa, ojalá te gusten, sé que eres demasiado cuidadosa —dicho eso Adrian me regala una sonrisa pero el sonido de su alarma me perturba un poco.

—¿Tienes algo que hacer? —cuestiono mientras sigo guardando los cómics en la caja.

—Sí, puse una alarma para que no se me olvidara cambiarme la toalla sanitaria, ahora vengo. Ya soy más hábil, ya sólo me tardo diez minutos en ponérmela. —Muy orgullos de su nueva habilidad Adrian en mi cuerpo se pone de pie y se dirige al baño para cambiarse la toalla sanitaria.

—Buena suerte —digo mientras lo veo alejarse.

Aunque lo que más me deja pensando es... ¿a quién le escribió ese poema?

🌸_____________🌸
Nota de la autora:

Ay pero que emocionante, estos chicos me están volviendo loca de amor. ¿Ustedes qué opinan? ¿A quién le escribió ese poema Adrian?

Me gustaría saber cuál es su opinión en los comentarios. Por cierto, ¿qué piensan de la nueva portada? Estoy terriblemente enamorada de ella. De verdad que es perfecta para esta historia. Espero que les guste tanto como a mí.

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