C-13 Tu me cuidas... yo te cuido

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Valentina y Sara iban al último. Cuando de repente La rubia sintió una palmada en su trasero. Se da vuelta y ve como un chico la miraba y se reía desagradablemente. — ¿qué pasó? –preguntó su novia al sentir como la otra chica se frenaba.

— Este imbécil me toco el trasero – le dijo Valentina sin sacarle la mirada de odio a el grupo de hombres que aún seguía riéndose.

—Vamos. Anda. Sigamos que no pasa nada – Sara tiraba de la mano de su novia.

Cuando Valentina se da vuelta para seguir su camino, ¡Zaz!, otra palmada. Y ya no lo pudo aguantar. Giró rápido – OYE IMBECIL ¿Quién MIERDA TE CREES...

¡PUMMMM! Otra persona se le anticipo. El hombre que había tocado a Valentina recibió un golpazo en la cara. Se armó un tremendo alboroto.

Lauren que se había vuelto al ver que su amiga se demoraba vio el amontonamiento y corrió hasta Valentina

—Vale, Valentina ¿qué pasa? – preguntó la ojiverde preocupada al ver la cara de su amiga.

— Es Juliana, Laur, un tipo me toco la cola y Juliana... Juliana le dio un golpazo en la cara. Después se amontono la gente y ahora no la veo Laur, no la veo – decía nerviosa la rubia mientras seguía buscando entre el lio.

—Tranquila V, tranquila... ya va a aparecer... ¡Mira ahí viene! – señaló Lauren a la morena que se habría paso entre la gente. Venía agarrándose la mano.

—Lauren sácala de este lugar – ordenaba Juliana.

—¿Que? No, yo no me voy a ningún lado sin ti ¿me oyes? –Valentina no dejaba que la latina la agarrara.

—Lauren mírame – Juliana y Lauren cruzaron miradas – llévatela – La latina entendió a la perfección. Juliana necesitaba encargarse de ciertas cosas. "Que parezca un accidente" como diría Don vito Corleone.

—Vamos V – empezó a arrastrar a la rubia hacia la puerta.

—¡Juliana! ¿Qué haces? ¡JULIANA! –Valentina trataba de llamar la atención de la morena que se volvía a meter en el foco de la pelea. Juliana se iba a asegurar que el tipejo no volviera a tocar a su chica.

—Lauren Jauregui déjame ya mismo –Valentina hacía fuerzas para quedarse, pero obviamente la abogada era más fuerte que ella.

—Dejame Lern. Dejame. No la voy a dejar sola suéltame — Valentna seguía resistiendo hasta que Derek llegó y entre él y Lauren pudieron sacar a la rubia del bar.

Media hora más tarde – a la salida del bar.

—Es tu culpa Lauren. Te dije que no la podíamos dejar ahí. Esos tipejos la deben haber matado a golpes – decía Valentina mientras se movía de un lado para el otro.

Una vez que todos se encontraron afuera habían decidido esperar a Juliana, pero minuto que pasaba sin señales de la morena, minuto que Valentina se ponía más nerviosa.

—Valentina – Lauren agarraba a la rubia por los hombros – Ella sabe lo que hace. Si te dejábamos adentro te podrían haber golpeado.

—Tu no viste a esos tipos. Eran del doble del tamaño de Juliana. –Valentina no podía más, los nervios la estaban matando.

—Valen cálmate. Juls es fuerte, seguramente se sabe defender ¿cierto Lolo? – Camila preguntaba a su novia

Lauren asistió no muy segura con su cabeza y volvió a mirar a su amiga – tranquila V si no sale en unos minutos vamos a buscarla ¿sí? – Valentina asistió.

—¿Cuánto falta para que nos vayamos? – demás está decir que la que preguntaba era Sara – No sé porque tenemos que esperar a la tipa esa, al fin y al cabo, ella solita se metió a pelearse con esos tipos enormes, seguro le están dando un escarmiento.

—CALLATE SARA... Por lo menos muestra un poco de preocupación por algo que no sea cuando sale la colección otoño-invierno de Jimmy Choo.

—Wow, te sabes el nombre. Y yo aquí pensando que una pueblerina como tú no sabe nada de moda – La modelo provocaba a Lauren.

—Pero si serás bruja..

—Cálmate Lern. Por favor. Mira Sara porque mejor no te marchas. Estoy segura que Sam y Shane te pueden dejar en tu casa ¿ciertos chicos? – la mirada de súplica de Valentina lo dijo todo

—sí, claro. Vamos – Sam agarró de la mano a su novia y se despidió del resto. Atrás de ellos se despedía la modelo

—Hasta luego amor. ¿No te enojas cierto? Es que mañana tengo sesión de fotos y...

— Ya, Sara, no me enojo, después hablamos. Ve – Valentina ya no sabía que hacer con la chica. Va en realidad si sabía.

— No digan nada ustedes – dijo mirando a sus amigos – ya se lo que tengo que hacer. Pero necesito tiempo ¿si? –Valentina alzo la vista y vio que el resto de sus amigos miraba hacia la puerta del bar.

— ¡Es ella! –dijo Lauren mirando con Juliana salía del bar.

Las dos parejas salieron a buscar a la morena que venía caminando hacia ellos. Tenía un ojo hinchado y el costado izquierdo de la boca lastimado. Su remera tenía salpicaduras de sangre. Seguro de la nariz del pervertido ese. Valentina se quedó en el mismo lugar contemplando el estado de la cara de la morena.

—¡Madre mía bomboncito! Pero si eres de roca. Que bien guardado te tenías los poderes eh– Lauren trataba de aliviar el ambiente.

Juliana sólo sonreía mientras de a poco se iba acercando a la rubia

— ¿Estas bien? – preguntó la deportista, pero lo debió haber visto venir.

Un cachetazo en el costado sano de su cara. – ¿que si estoy bien? — golpe en el brazo – claro que no estoy bien – golpe – te podrían haber matado – golpe – no vuelves a hacer eso nunca más – golpe —¿me oyes? –golpe. Juliana no atinaba ni a esquivarlos.

—Detente, Valentina– decía Lauren mientras Derek sostenía los brazos de la rubia – ¿Acaso quieres averiarla más de lo que está a la pobre?

—SUELTAME DEREK. ¿QUIERE PELEAR CON ALGUIEN? PUES YO LE VOY A DAR PELEA...— Valentina trataba de soltarse de su amigo. Mientras veía como Juliana la miraba haciendo la mejor imitación del gato de Shrek. Su labio se estaba hinchando más de lo normal.

— Valentina tranquilízate. Juliana está bien. Ya esta con nosotros. No le pasó nada – Derek sintió como la fotógrafa se relajaba — ¿Me prometes que vas a parar con los golpes? – la rubia asistió y el chico la soltó.

—Laur. Llévanos a casa— exigió la rubia sabiendo que en este momento nadie le podía negar nada.

—Como ordenes Carvajal. Vamos amor – agarró la mano de su prometida y se dirigieron al auto – Nos vemos chicos.

— Y tú, Vamos. Camina –ordeno Valentina a Juliana señalando el auto en el que se estaban subiendo sus amigas.

— Oye. No. Yo tengo que esperar a Nikki. Vine con ella y...

— Juliana no te lo estoy pidiendo. Es una orden y no la voy a volver a repetir – volvía a exigir Valentina.

—No me hagas reír ¿quieres? Nadie me dice lo que tengo que hacer o no – aclaraba la morena

— A la una... — empezaba el conteo Carvajal

— Valentina yo no soy tu hija así que deja el jueguito del conteo – se defendía la jugadora.

— A las dos – Juliana te queda poco.

— Ya en serio Valentina vete a tu casa que es tarde.

— Y a las...— mirada asesina. Oh-oh Juliana será mejor que empieces a correr

—Laur, Mila, esperenme – la basquetbolista salía corriendo al auto seguida por Valentina que caminaba tranquilamente.

—¿Qué paso Valdés te dieron la mirada asesina? – preguntaba una Lauren divertida desde el volante.

—Sip — fue lo único que alcanzó a responder Juliana antes de que Valentina se sentara en la otra punta del asiento.

Cuando llegaron al departamento Carvajal, Valentina se despidió de sus amigas para luego dirigirse a Juliana, aunque sin mirarla – Bájate – le ordenó.

Esta vez Juliana sin protestar miró a la Lauren y empezó a bajar del coche

–Buena suerte Valdés, la vas a necesitar – dijo Lauren riendo picadamente. La morena tragó saliva.

—Adios Juls no te preocupes, tu solo mantén distancia – alegro Camila mientras Juliana volvía a tragar saliva.

De estas no te salvas Juliana. No te salvas. Dile adiós a la coca Light, adiós a los Hot dog, adiós al sexo. Oh dios mío nunca más en mi vida voy a volver a tener sexo. Por Dios señor mío ayúdame a salir de esta. Prometo que si me ayudas nunca más me acuesto con dos mujeres a la vez — pensaba dramáticamente la morena.

Cuando entraron al departamento Valentina fue hasta el desayunador, separó una banqueta y se la señalo a Juliana – Siéntate – le dijo.

La morena que se había quedado cerca de la puerta ideando un plan de escape, rápidamente accedió al pedido de Valentina sentándose en el banco. ¿Para qué hacer enojar más a la rubia no?

Juliana seguía con su mirada a la rubia que se movía por todo el departamento buscando cosas.

– ¿Si me vas a matar para luego esconder mi cuerpo al menos puedo despedirme de Kara antes? — Juliana trataba de aliviar el ambiente, pero Valentina no aflojaba ni un poquito.

Cuando tuvo todo lo que buscaba volvió hacia Juliana, la morena trataba de encontrar sus ojos, pero en ningún momento Valentina la miró. La rubia estaba esquivándola –Valentina yo...

—Shh... No hables —Valentina mojó un pequeño algodón sobre un líquido desinfectante y lo apoyo suavemente sobre la boca herida de Juliana.

—¡Auch!, Arde, arde, arde – se quejaba la accidentada con cara de dolor

— Ya, ya, si no es para tanto. Al final eres peor que Kara cuando se lastima – Le decía Valentina mientras soplaba su labio para que no le ardiera — ¿pasó?

—Eh.. no, aun no, sopla un poco más – Juliana estaba disfrutando de la pequeña brisa con los ojos cerrados.

Valentina levantó una ceja, pero no se negó a la petición de la morena y volvió a soplar. La cara que ponía Juliana era imperdible.

Luego volvió a agarra el algodón, pero esta vez lo puso sobre su ojo –Auch – exageró a propósito Juliana – sopla, sopla –pedía acercando su ojo a los labios de la rubia.

Valentina sabía que la morena lo hacía a propósito, pero no le importaba seguirle el jueguito, al contrario. Y volvió a soplar esta vez por más tiempo –Al final resultaste blandita morena.

— Es tu culpa. Eso me pasa cuando estoy cerca de ti. Tú eres la kryptonita de mi superman. – Lo tenía que decir. No pudo evitarlo.

Valentina al escuchar estas palabras se alejó. Seguía sin mirar a la morena.

—¿Te pongo nerviosa? – preguntó Juliana. Valentina no dijo nada

—¿Incomoda? – tampoco obtuvo respuestas

Pues Juliana solo se limitó a mirarla

– Gracias – dijo al fin la rubia – gracia por defenderme –agregó obviando las anteriores preguntas.

— No tienes nada que agradecerme – Juliana agarraba suavemente su cara – Valentina mírame – pidió a la rubia. –Jamás dejaría que alguien te tocara en contra de tu voluntad – mantuvo sus ojos en los de la fotógrafa por un rato.

—Mañana vas a tener muchos moretones – Valentina desvió su mirada y empezó a guardar las cosas.

—Lo sé, pero no es nada que no haya hecho antes. Además, para serte sincera me dolieron más tus golpes –le dijo Juliana bromeando –deberías revisarlos, se señaló el pecho.

—Pues te los merecías Juliana y estoy segura de que no hice ningún dañó grave —la señalo con un dedo – Nunca más lo haces ¿oíste?

— No voy a prometer cosas que no voy a poder cumplir – cuando Juliana vio que se asomaba la mirada asesina agrego – Bueno, creo que es mejor que me vaya – se levantó de la silla y empezó a caminar

—¿A dónde crees que vas? –Valentina interceptó a la morena antes que esta pudiera escabullirse.

—Valentina mira, lo siento ¿sí?... ¿Si me vas seguir retando porque me puse como loca porque otra persona te tocó? ¡Bien! ¡Lo admito! Soy culpable. No puedo soportar que te toquen otros que no sea yo. Es más, el sólo hecho de pensar que tu novia te toca me da pesadillas. ¿Si me preguntas si me arrepiento? No. No me arrepiento. ¿Lo volvería a hacer? Si. Todas las veces que sean necesarias. Y si tú estás incluida pues ve comprando más algodón entonces. Pero por favor. Valentina Por favor ¿puedes seguir regañandome otro día? mi cabeza me está matando – la carita de súplica de Juliana era deliciosa.

— Juliana no te voy a regañar. Digo que no vas a ir a ningún lado porque te vas a quedar aquí en observación. Te quedas en la habitación de Kara con sus cuatro hipopótamos, Así que... Buenas noches — Valentina le dio un beso en la mejilla y se fue rumbo a su propio cuarto –te deje ropa arriba de la cama – agrego antes de salir de la sala.

—Como usted quiera su majestad – agrego Juliana, imitando una reverencia.

—¿Dijiste algo? – Valentina asomo la cabeza

— Eh... Buenas noches Valentina – Juliana se perdió por el pasillo hacia la habitación de Kara.

—Estas Carvajal me van a volver loca. Me van a volver jodidamente loca – se decía para ella misma mientras apagaba la luz. Antes de dormir vio como Uno, Dos, Tres y Cuatro la miraban desde los pies de la cama. ¿Extrañan a cangurín? – Les hablaba mientras los iba acomodando uno a uno a su lado — ¿si? Pues yo también. Espero que ninguno ronque. Buenas noches.

Más tarde esa misma noche

"Juliana llevaba horas esperando en la sala del hospital junto a su nana y nadie salía para decirle nada. Ni un puto doctor ni una puta enfermera. Nadie

—Juliana Valdés – llamó un hombre de bata blanca.

— Soy yo, doctor ¿Qué paso con mis padres? ¿Cómo están?

— Su madre está muy delicada. Hicimos todas las reparaciones que pudimos hacer, pero está delicada. Quiere verla a usted señorita – le dijo el doctor.

—¿Y mi padre?, Doctor, ¿cómo está mi papá? – la joven morena sabía que algo le estaban ocultando.

— Lo sentimos mucho, señorita Valdés... pero su padre llegó sin vida al hospital.

—¡No! – Juliana caía desplomada al suelo y se agarraba la cabeza.

Después de un rato, juntó fuerzas y exigió que la llevaran a ver a su madre. Al verla tendida en la cama llena de cables no pudo evitar que empezaran a caer las lágrimas

—Juliana, hija mía, acércate – pidió Lupe con la voz muy débil. Juliana obedeció

— Tienes que prometerme que vas a seguir adelante

—No digas eso mamá, tienes que luchar, tienes que resistir. No me pueden dejar sola. ¿Qué voy a hacer sin ustedes? — le suplicaba la hija a la madre.

— Juliana, cariño, mírame. Tienes que ser feliz. Promételo por favor... —estas fueron las últimas palabras de su madre.

—¡Mamá! ¡Mamá! ¡No me dejes! DOCTOR HAGA ALGO..."

—Juliana, Juliana. Despierta – Valentina trataba de que la morena reaccionara. Se había despertado por los gritos fuertes de la otra chica – Vamos Juls, despierta. Es una pesadilla – volvía a insistir la rubia.

— ¡MAMÁ!...Cuando Juliana abrió los ojos empezó a mirar para todos lados, le costaba respirar, estaba toda transpirada. Cuando se dio cuenta de que Valentina estaba a su lado se abrazó a ella tan pero tan fuerte que la rubia pensó que se le iban a romper las costillas.

—Shhh, Shhh bonita, ya paso. Tranquila –Valentina trataba de tranquilizar a su morena con sus palabras mientras acariciaba su pelo. – Ven – le dijo mientras le agarraba la mano – vas a dormir conmigo.

Valentina la llevo hasta su cuarto y le indicó que se acostara a su lado. Cuando la rubia se metió en entre la ropa de cama, automáticamente Juliana pegó su espalda al pecho de la fotógrafa, quien no dudo en cruzar su brazo por encima de la morena –Buenas noches Juls – dejo un beso en su cabeza.

A la mañana siguiente

En la mañana Valentina no despertó por el haz de luz que entraba por la ventana, tampoco por los ruidos que venían de la cocina. Sino que despertó por la ausencia del cuerpo de Juliana sobre ella.

Cuando abrió los ojos recorrió la habitación por si la morena estuviera por allí. Cuando llego a la mesita del costado vio una bandeja con un jugo de naranja, un late y tostadas recién hechas. Todo esto decorado con un jarrón con una rosa adentro y acompañado de una nota.

Valentina se apuró en agarrar el papel y leyó "Gracias por curarme... en todo sentido. Disfrute su desayuno su majestad. PD: veo que encontraste mi playera" –Valentina se sonrojaba entera. Juliana la había visto dormir con su playera.

—Ay Valdés... no te das una idea lo que provocas en mí.

Después de probar las tostadas agarró el late y se fue a la cocina a ver el desastre que estaba haciendo Juliana o por lo menos eso pensaba ella

– Oye Juliana si hubiera sabido que me ibas a destrozar la cocina hubiera...

— Te equivocaste de chica rubia hueca – le informaba Lauren a su amiga desde donde estaba cocinando el tocino.

— Uffff Lauren tengo que quitarte la llave de mi casa – le dijo saludándola

—Hola Valen, Lolo y yo vinimos a ver si Juls había sobrevivido y aunque le saques la llave, tenemos muchas copias más ¿cierto Lern?

—Cierto amor – le confirmó la latina a su novia sacándole la lengua a la otra rubia

— Bueno parece que vinieron en vano porque Juliana se fue temprano – decía Valentina un poco triste.

— Lo sabemos –confirmó la latina – Nos la cruzamos abajo antes de subir, y por cierto debes ser muy buena enfermera porque el bomboncito casi no pasa por la puerta de la sonrisa enorme que llevaba puesta. ¿Cuántas veces la curaste: una, dos o toda la noche? – preguntó mal intencionadamente Lauren.

—¿Qué dices L? Entre ella y yo no pasó nada. Simplemente fueron primeros auxilios – Valentina no se podía olvidar lo nerviosa que se puso estando tan cerca de Juliana.

—Pues que sí que esos primeros auxilios dejaron a el bombón con mucha energía porque nos dijo que necesitaba salir a correr urgente. Oye yo que tú le prohibiría usar esos shorts. Esas piernas ¡Mi dios! Fácilmente la pueden mandar a la cárcel por posesión ilegal de armas. Esas cosas matan.

—¡Lauren esta tu prometida aquí mismo! – Modo celos activado.

—Por favor. Camila casi le salta a la yugular cuando la vio – se defendía riendo la ojiverde.

— No te preocupes Valen no creo que Juls dejara que otra persona tocara sus piernas aparte de ti – Camila tranquilizaba a su amiga.

Valentina no pudo aguantar la sonrisa que se le formo en el rostro al escuchar eso –Me voy buscar a mi hija, que ya debe estar cansada de su padre y su novia— anunciaba mientras buscaba sus llaves.

—Oye Valentina – la frenó Lauren

—Dime Lern – la rubia se volvió

— Ten cuidado no vaya a ser que por culpa de tú sonrisa tu tampoco pases por la puerta –dijo la ojiverde pícaramente.

La rubia giro sus ojos – Enseguida vuelvo.

Coche de Valentina – vuelta a su casa

—¿Que pasa contigo que vienes tan callada eh? – le preguntaba Valentina a su hija. Desde que la pasó a buscar del hotel donde se estaban quedado su padre y Sergio que no había pronunciado una palabra. Y para colmo Sergio había empezado a decirle "cangurín" cosa que Valentina sabía que a Kara le molestaba. Sólo Juliana la llamaba así.

— Nada... es que... Mami... ¿puedo preguntarte algo? –dijo Kara algo nerviosa. La rubia asistió.

— ¿Te acuerdas la vez que tú y papá explicaron porque tú y el no estaban juntos y porque él estaba con Sergio y tú con Sara? – comenzó a hablar la niña.

—Hija yo... – Kara la interrumpió

—Ya se, ya se mamá que tú y papá no se quieren de esa forma y eso. No es eso lo que quiero decirte – Kara estaba seria y nerviosa. Así que Valentina decidió callarse y escuchar a su hija.

—Dime cariño – la alentó Valentina – Tranquila.

— Bueno ustedes me dijeron que por más que Sergio y Sara estuvieran con ustedes, yo no estaba obligada a sentir que ellas fueran mis papás también ni a llamarlos mamá y papá tampoco ¿cierto? – La pequeña miró a su madre.

—Pero claro hija claro. De hecho tu no le dices a Sara así o ¿acaso tu padre te está obligando a hacerlo con Sergio? Porque si es así te juro que...

—Mamá, calma. Tiempo fuera. –de repente la niña miró a su mamá y empezó a reír

— ¿Tiempo fuera? ¿Qué es esa seña? ¿De qué te ríes? –preguntó sorprendida Valentina.

— Tiempo fuera mamá, es basquetbol, cuando pides tiempo para parar el partido y tranquilizar tu equipo y esta es la seña –explicaba Kara poniendo una mano sobre la otra formando una te – Y me río porque Juliana tiene razón, cuando te enojas se te forma una arruga entre los ojos muy divertida– la niña río al ver la cara de su madre cuando le contó lo que decía la morena.

—Basta de risa. Basta. ¡Tiempo fuera! – Valentina imito el gesto que no le salió muy bien que digamos. Kara tuvo que aguantarse la risa de nuevo — ¿Puedes seguir con lo que estabas hablando por favor? – Valentina trato de ponerse seria de vuelta.

—Bueno.... Y ¿te acuerdas que me dijiste que tú eras como la tía Lolo y la tía Camz, que preferían tener una chica a su lado? — Valentina asistía con la cabeza, sin quitarle atención al tráfico de la ciudad. No tenía idea con que podía salir su niña ahora.

Kara siguió...

— ¿Y cuando me dijiste que las tías se iban a casar me explicaste que algún día ellas iban a elegir a un hombre que les prestará una parte de el para que ellas pudieran ser mamás y que el bebe que tuvieran iba a ser hija de la panza de una de las tías e hija de corazón de otra pero que las dos iban a amar a su bebe mucho mucho? –Kara miró a su madre esperando una respuesta.

—Si cariño me acuerdo pero no entiendo que quieres saber – preguntó la rubia mirando a su hija mientras esperaba la luz verde del semáforo.

—Quiero saber si yo...si yo – se señaló a si misma – aunque te tenga a ti y tenga a papá puedo elegir a alguien para que sea mi otra mamá. Si...si puedo elegir a otra persona para decirle mamá. Porque yo sé que me ama mucho, mucho como me amas tu o papá y yo la amo mucho, mucho a ella. – finalizó Kara sin mirar a su madre.

Al ver que su madre no había entendido del todo agregó

— ¿quiero saber si puedo preguntarle a Juliana si quiere ser mi otra mamá?

—¡muévete idiota! ¿O acaso no ves la luz verde? — Pero Valentina no reaccionaba ante las protestas de los demás conductores. Todavía seguía procesando cada palabra que le había dicho Kara. Por primera vez en su vida no tenía todas las respuestas para su hija. ¿Qué le iba a decir?

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Esta historia no me pertenece, es una adaptación, todos los créditos pertenecen a su autora Alllove

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