C-21 El primero, no el último

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Departamento de Valentina

-Tía Lolo ¡Apúrate! – Kara llamaba a su tía que por décima vez había entrado al baño a arreglarse – Mamá ¿quieres ir a buscarla?, quiero saludar a mami antes de que empiece el partido – La niña convencía a su madre con pucheros.

Valentina golpeo insistentemente la puerta del baño – Lauren – golpeo de nuevo –Lauren vamos a llegar tarde –volvió a golpear –Lauren Jauregui si no sales ya mismo, para el próximo cumpleaños de Camila le voy a regalar otro gato – amenazo la rubia

La puerta se abrió de golpe

– No tienes por qué llegar a los extremos Valentina, ni en broma digas eso. ¿Estoy bien? – preguntó la abogada que se había puesto un vestido corto más como para ir de fiesta que para ir a una cacha.

Valentina la miró de arriba abajo... pero Shane contestó antes que ella

– Satán ¿tú sabes que vamos a un partido de básquet cierto? – La latina asintió – Y ¿por qué demonios te has puesto un vestido de noche? - preguntó sin pelos en la lengua.

- Hey... somos las invitadas VIP de la estrella del equipo, esto – señalo su vestimenta - va a lucir hermoso en cámara – concluyó la latina –Además se ve el final de la firma de Irina ¿ven? – les mostraba el pecho a sus amigas

- Yo no me siento al lado de Lauren – Dijo Derek levantando la mano.

- Yo tampoco – dijeron el resto a coro con sus manos alzadas.

-¡Camz! Baja la mano – exigía la abogada a su prometida.

- Lo siento Lolo, pero no quiero que la gente se ría de mi si nos enfocan en la pantalla del estadio – explicó Camila razonablemente dejando a Lauren pensando.

- Ya vuelvo – anunció la latina y se metió al cuarto de Valentina.

- ¡No!. ¡Mami! vamos a llegar tarde! – la niña no aguantaba otro cambio de ropa de su tía.

- Lo se cariño... lo sé – la calmaba Valentina que sentaba a su lado en el sofá.

En el Estadio de las Liberty

- Miren a esos idiotas haciendo fila – Lauren señalaba a la gente que estaba esperando entrar al estadio – que bueno que la gente vip como nosotros no tiene que esperar – Decía en voz alta. La cuasi fama se le subía a la cabeza.

- Lauren ya deja eso – la retaba Valentina – Kara cariño no corras – agregaba al ver que su hija salía rápido hacia la entrada del estadio donde había un hombre grandote tipo guarda espaldas o algo así.

- ¡Jack! – saludaba la pequeña al Hombre.

- Hey pequeña Kara, llegas justo, Juliana se estaba preocupando – se ve que el hombre las estaba esperando.

- ¿Kara? – pregunto su madre al ver como la niña hablaba con el señor.

- Mamá él es Jack, Juliana lo mando a que nos esperara – explicó la pequeña señalando al hombre que ahora hablaba por teléfono.

Cuando ya estuvieron todos juntos Jack los hizo entrar.

– Bien. Juliana me pidió que les preguntara si quieren ver el partido en las tribunas o desde el salón – el hombre los miró esperando una respuesta.

- Desde las tribunas –dijeron todos, estar a metros de la cancha era algo que no se iban a perder.

- Perfecto, entonces aquí están sus pases. Son para toda la temporada – explicó Jack - si me esperan diez segundos a que acompañe a estas señoritas a un lugar – señaló a las Carvajal – los llevo a sus asientos. El resto asistió.

- V –Lauren llamaba a su amiga – No distraigas mucho al bomboncito, ya sabes no la aprietes contra las puertas y eso. Tengo dinero en juego y la cara de boca de trucha cuando nos burlamos de él es espectacular – unos besitos no más, no uses tanto la leng...

-¡LAUREN!... ya entendí. Voy con mi hija por Dios. – le decía Valentina mientras agarraba la mano de la niña y seguían a Jack.

El hombre las guió hasta la sala donde se suelen reunir las personas importantes que manejan el equipo, el presidente, los managers, inversionistas, etc. Bueno y Juliana obvio.

Apenas entraron vieron una mesa de roble con varias sillas y en la punta estaba sentada la morena vestida ya con el uniforme de su equipo, estaba vendándose los pies. Cuando levanto la cabeza y vio a sus dos personas una sonrisa se dibujó en su rostro.

- ¡MAMI! – la pequeña fue hasta la punta de la mesa donde se encontraba Juliana y se trepo fácilmente a ella. Valentina se quedó en el otro extremo del mueble.

- ¡Hola Bicho bolita! Ya pensé que no venían – dijo mirando a una primero y luego a la otra.

- Fue culpa de la tia Lolo, primero se puso una cosa, después otra y por ultimo otra, mamá la tuvo que obligar a salir del cuarto – contó la niña llamando la atención de la deportista que no había podido dejar de mirar a Valentina - ¿Por qué te pones eso? – Señaló las vendas - ¿Estás lastimadas? – preguntaba Kara en tono preocupado.

- Nop, es sólo por precaución, me falta un pie así que... - Juliana no quería bajar a su hija, pero lo iba a tener que hacer para terminar de prepararse.

- Yo lo hago – dijo Valentina sorprendiendo a la morena.

- ¿Sabes hacerlo? – preguntó Juliana haciendo una mueca burlona.

- ¿Tengo que recordarte que fui capitana de las Chearleaders? – le sacó la venda de las manos. Agarró su pie y empezó a vendarla. Juliana la miraba intensamente, Kara también, pero por distintas razones.

- Siempre se repite – dijo la morena.

Valentina levantó la cabeza - ¿Qué cosa? – no entendió del todo lo que quiso decir la deportista.

- Tu. Siendo mi enfermera. Se repite – explicó Juliana. La rubia sólo se limitó a hacer una risa y seguir con su tarea.

- ¿Estás nerviosa mamá? – preguntaba Kara mientras su otra madre terminaba la última vuelta de venda.

- Un poco... pero no por el partido... sino porque ustedes están acá. Hacía mucho tiempo que no tenía a nadie en la tribuna – les contó la morena.

- Estoy segura de que la mayoría de la gente viene al partido a conocer la nueva estrella del equipo – razonó la fotógrafa, ante lo que había dicho Juliana.

- No me refiero a ese tipo de gente, sino a gente especial, algo así como una familia – miró a la rubia ilusionada– Gracias por venir – abrazó aún más fuerte a su hija.

TOC, TOC, TOC – golpeaban la puerta – Juliana – era Jack – la entrenadora te quiere en la cancha.

- Jack puedes acompañar a Kara hasta su asiento – preguntó la jugadora. El guarda espaldas del equipo asistió. Dame un abrazó de suerte cangurin – se agachó al nivel de su hija y la niña se le trepo al cuello prácticamente.

- Suerte mami – le dio un beso en la mejilla y le agarró la mano al hombre para ir a la cancha.

Apenas la niña salió de la oficina Juliana busco a Valentina y la encontró apoyada en la punta de la mesa mirando al piso.

- Valentina - se acercó de a poco quedando a pocos pasos de distancia de la otra mujer - ¿puedes mirarme por favor? – pidió suavemente.

La rubia no tardó en acceder al pedido

- ¿De verdad nos crees tu familia? – preguntó.

Juliana sonrío y se acercó aún más – No lo creo... sé que lo son, estoy segura de eso – acaricio el rostro de la rubia que se entregó a la caricia – Te extraño – dijo la morena y fue en busca de un beso.

- Juliana... Perdón, pero tienes que bajar – interrumpía Jack nuevamente – Arizona está de los pelos. ¿Quieres que la acompañe a su lugar? – preguntó señalando a Valentina.

Juliana asistió con su cabeza sin dejar de mirar a la rubia, esta última se movió de su lugar y camino hasta la puerta. – Te espero después del partido... Para la cena que me prometiste – le dijo Valentina que volvió hacia ella y le dejo un beso en la mejilla – suerte – saludo y se fue.

- ¿Necesitas un beso mío también? – preguntó Jack simpáticamente.

- No gracias, no creo poder superarlo luego– contestó la morena que agarró sus cosas y salió de tras del hombre para jugar su partido – concéntrate en el partido Juliana – se decía así misma.

En las tribunas

Valentina, Kara y el resto se sus amigos estaban sentados en la segunda fila del estadio, tenían una vista privilegiada. Sin embargo, había un grupo de chicas en la fila detrás de ellos que molestaban bastante a Valentina.

- Por dios mira esas piernas – dijo una de ellas, Valentina miraba a Lauren que trataba de calmarla poniéndole una mano en la pierna – ¿Sabes lo que haría yo con ellas no? - volvió a comentar la mujer.

- ¡Oye tú! – Lauren ya se había cansado – Si , tú – le aclaraba la latina cuando la mujer la miraba con desconcierto - ¿puedes cerrar tu boca o voy a tener que enseñarte a hacerlo? – amenazó la latina.

- Cálmate abuela. Si tanto te molesta que hable porque te duelen los oídos lo dejo de hacer – las demás festejaron el chiste

- ¿A quién le dices abuela? – Lauren se paraba de su asiento

- Tranquila Lern - la calmaba Valentina – no le hagas caso – Mira, está por empezar el último tiempo – señalaba la rubia cuando las jugadoras se iban al centro de la cancha. Juliana aprovecha el tiempo para mirar hacia donde estaban ellas y sonreír.

- ¡Me sonrió!- decía una de las mujeres del grupo - ¿la vieron?, les dije que iba a ser mía. Dicen que las rubias son su debilidad - para que tenga una idea cada comentario de estos era como si al Increible Hulk le dispararan y esas balas cada vez lo hacen más grande, bueno en este caso cuando Valentina escucha estas cosas sus celos se hacen cada vez más grandes.

Sólo cinco minutos restaban para el final del partido. Decir que Juliana se estaba luciendo era poco – 40 puntos lleva el bomboncito – comentó la latina – 43 – corregía Lauren cuando veía que Juliana metía tres puntos más – Derek parece que labios de trucha va a perder 100 dólares más esta noche – comentaba mientras chocaba los cinco con Grey y ambos se reían de Sam que no tenía cara de estar pasándola muy bien.

Como el partido estaba liquidado Arizona decidió darle descanso a su jugadora estrella y la sacó. Juliana se ganó la ovación de todo el estadio.

- ¡Bien mami! – gritaba Kara mientras aplaudía.

- ¡JULIANA HAZME TUYA! – volvían los gritos

- ¡CASATE CONMIGO! – otro más.

Y la paciencia de Valentina ya estaba al borde y encima Juliana sonreía ante los gritos que recibía y sus compañeras la felicitaban.

- Mira esos brazos – comentaba la más desubicada del grupo molesto – te imaginas teniendo esa mano tocándote por todos lados, les digo que de esta noche no se me pasa. Dicen que desde que llegó a New York son tres mujeres por fin de semana...

-¡Cierra la boca de una vez por todas! – Y si, se sabía que la rubia no iba a aguantar mucho más. ¿no ves que hay niños? -señaló a su hija que estaba sorprendida de la reacción de su madre.

- ¿Y a mí que me importa? Si no quieres que escuche tu nieta se pueden ir por donde vinieron.

-¿Cuál es tu problema idiota? – Mariana defendía a su amiga

-Ten cuidado– le advirtió una de las mujeres a la otra – seguro que esta sabe Karate – se rieron de forma burlona.

- Tú no te das una idea de con quién te estas metiendo – esta vez era Lauren, que estaba siendo sostenida por su prometida.

- Uy mira como tiemblo – seguía provocando una de las mujeres

- Pues yo que tu empezaría a preocuparme, porque estás hablando con la mismísima NOVIA de Juliana Valdés – señaló Derek a Valentina dejando a sus amigos sin palabras.

- ¿NOVIA?– se rio casi todo el grupo – nos matas de la risa Ken. Juliana Valdés tiene varias novias. Yo misma voy a ser su novia esta noche – guiñaba un ojo una de ellas – Pero no te preocupes rubia yo no soy celosa, después de que me encargue de ella te la mandó – termino de agigantar a Valentina.

Cuando la rubia fue a contestar el silbatazo del final del partido sonó y el grupo de las mujeres se dispersó tratan de llegar a las jugadoras.

- Tranquila V, no les hagas caso – Camila conocía a su amiga, sabía que no la estaba pasando nada bien.

- Camila tiene razón – aparecía Shane junto a ellas – sólo son unas perras – no tienes que escucharlas.

Pero a Valentina le costaba escucharlas, tenía la vista fija en Juliana que en este momento estaba dando una entrevista con una sonrisa enorme.

- Me quiero ir – afirmó la rubia mirando a sus amigas

- ¿No tenías que esperar a Juliana? – preguntó la cantante.

- Valentina, mirarme – pidió Camila – no te dejes llevar por lo que dijeron esas tipas. Juliana quiere estar contigo – trataba de hacer entender a su amiga.

- Ustedes no entienden, siempre es lo mismo con ella, si no son estas tipas, son mis modelos. No puedo hacerlo, no puedo ser solo una más. Miren – señaló a la morena que ahora estaba hablando con una de las mujeres del grupo que había molestado a Valentina muy sonrientemente – Yo estoy aquí esperándola y ella ni me registra. Me quiero ir. ¡KARA VAMOS! – llamó a su hija que estaba siendo correteada por Nikki.

- ¿Cómo que te vas? – Llegaba Juliana a su lado – Espera a que me duche y estoy contigo – pedía la morena.

- No me voy contigo - sentenciaba – Kara vamos – volvía a llamar a su hija

- Valentina – Juliana le agarró el brazo Ya no entendía nada – Tú y yo tenemos una cena pendiente. Me lo prometiste – la morena no le sacaba la mirada de encima.

- No me importa. Ahora tienes la noche libre para ir a festejar con tus otras novias, no quiero ser un impedimento para ti – La fotógrafa trataba de soltarse de la morena.

- ¿Mis otras novias? ¿De qué estás hablando? Por favor Valentina habla conmigo, dime que pasa – a esta altura lo de Juliana ya era una súplica.

- ¿No puedes entender que no quiero estar contigo, que lo nuestro no puede ser? - la frialdad de la rubia podía llegar a ser un arma mortal.

- ¿No quieres... tu no quieres estar conmigo? – preguntó dubitativa la morena y soltó el brazo de Valentina

Valentina hizo silencio, busco la mirada de Juliana y vió una lágrima que estaba a punto de salir del ojo de la morena

– Lo siento Juliana. Me tengo que ir – se fue en busca de Kara, agarró la mano de la pequeña que se quedó buscando a su otra madre con la mirada, pero sin éxito y las dos salieron del estadio acompañadas de sus amigos.

Departamento de Valentina – llegada del estadio

-Kara ponte el pijama y vete a dormir – le ordenó su madre apenas entraron al departamento.

La niña ni siquiera se tomó el tiempo de protestar, subió a su cuarto a hacer lo que le pidieron. Ya en el viaje de vuelta a casa su madre le había dejado en claro que no iban a cenar con Juliana por más que protestara quinientas veces.

- ¿Que demonios te pasa V? viste la cara que tenía Juliana cuando la dejaste. Hasta a mí me rompía el corazón – Sus amigos habían decidido tratar de razonar con ella.

- No grites Lauren y no tengo ganas de escucharte – cortó por lo sano

- Bueno entonces me escuchas a mí - era el turno de Mariana - ¿Qué estás haciendo Valentina? ¿acaso no la quieres? – preguntó

- Dije que no quiero hablar de Juliana. ¿Pueden respetarme? Se supone que son mis amigos y la defienden a ella – Era evidente que el razonamiento de la fotógrafa no era el correcto.

-Ella no hizo nada ¡carajo! Eres una idiota rubia hueca – La latina probaba hacer reaccionar a su amiga con insultos.

- O dejas de Gritar o ya sabes dónde está la puerta – le advirtió la rubia – y esto va para todos, no quiero hablar más de Juliana. No Mila ni siquiera contigo – le dijo a la morena porque temía que saliera con algo raro como las tortugas el océano o algo así – no quiero que se mencione el nombre Juliana nunca mas...

-Estamos en vivo por la cadena ABC con la estrella del New York Liberty , Juliana Valdés – todos los que estaban en la sala de Valentina giraron al televisor y vieron en la pantalla la jugadora que estaba siendo entrevistada después del partido

Juliana que manera de debutar en esta cancha, 45 puntos. Es grandioso. Me estabas diciendo que era un partido especial para ti, ¿quieres contarle a la gente por qué? – pregunta la periodista

- Eh... – A la morena se le ponía colorada la cara – Bueno es especial porque mi hija y la mujer dueña de mi corazón estaban mirándome desde la tribuna por primera vez, estaba nerviosa – Juliana acaba de dar la primicia.

- Entonces los rumores eran ciertos ¿Juliana Valdés tiene dueña? – Preguntaba la reportera sorprendida – ¿Sabes que todas las revistas y medios del país van a sacar esta noticia? – La mujer parecía entusiasmada en ser ella la encargada de esparcir la novedad.

-La verdad que lo único que me importa ahora es ella y mi hija y tratar de seguir ganando partidos con mi equipo. Los chismes y rumores son eso, sólo chismes y rumores – decía sonriendo a cámara.

- Gracias por tu tiempo y ahora te dejo que hay varias personas esperando un autógrafo – se despidió la periodista.

- Gracias a ti – se despidió la morena y salió de la pantalla

La periodista miró a cámara y dijo – con ustedes en vivo desde el estadio Juliana Valdés – fin de la nota.

Tanto silencio había en la sala que se podía escuchar la respiración profunda de Kara desde su habitación.

-¿Valen?...

- Lo sé, lo sé... Soy una idiota, díganlo – Valentina se agarraba la cabeza.

- ¡ERES UNA IDIOTA! – cantaron sus amigos a unísono

- ¿Y ahora qué hago? ¿Vieron cómo la trate? No me lo va a perdonar más – se levantaba dl sillón y empezaba a caminar de un lado al otro – Estúpidas celos, estúpidas mujeres – se volvía a sentar y a agarrar la cabeza.

-Valen – Camila llegaba a salvar la situación – llámala, averigua donde está y búscala – le daba su celular – no pierdas tiempo – agregaba la bailarina.

Valentina no perdió tiempo y marcó el número de la morena

Alguien atendió del otro lado, pero no era Juliana y todos los miedos de Valentina salieron a la superficie - ¿Juliana? – saludo Valentina más bien preguntando.

- ¿Valentina? Soy Nikki – y la rubia suspiraba – Juliana está en la cancha todavía por eso atendí yo. Todas sus cosas están en el vestidor – explicaba la compañera de equipo de la morena.

- ¿En la cancha? Pero si el partido termino hace una hora casi – La rubia sacabas sus cuentas.

- Se quiso quedar sola. Lo hace bastante seguido eso, se puede pasar horas tirando al aro cuando algo le molesta, el día del aniversario de muerte de los padres estuvo toda la noche en la cancha – Nikki parecía no tener idea porque razón esta vez la morena se había quedado.

- Bueno, gracias Nikki por haber atendido...

- Valentina – interrumpió la jugadora –Cuídala mucho por favor.

- Lo prometo – contestó Valentina sonriendo y colgó – Necesito ir al estadio – le dijo a sus amigos mientras buscaba sus llaves -¿Dónde dejé las llaves? – Se había puesto nerviosa

- Valen para, para. No puedes manejar así, yo te levo – Lauren abría la puerta del departamento y salía las dos.

Un rato más tarde – En el estadio

Juliana llevaba bastante tiempo ya en la cancha, todavía en su uniforme. El cuerpo le dolía, pero era la única forma de dejar de pensar en Valentina. No la entendía. No podía saber que pasaba por la cabeza de esa mujer y eso la desestabilizaba.

"No quiero estar contigo" era la frase que se le había quedado rebotando en su cabeza y la misma se repetía una y otra vez constantemente – SAL DE MI CABEZA – se gritaba a sí misma a la vez que agarraba la pelota y la pateaba con toda la rabia que tenía. El balón fue a parar del otro lado de la cancha. Juliana lo fue a buscar caminando lentamente. Pero alguien agarró el balón antes.

- No sé mucho de básquet pero estoy segura de que esa no es la forma correcta – Valentina trató de romper el ambiente con una pequeña broma acerca de la patada a la pelota que le había pegado Juliana.

-¿Qué haces aquí? – Le sacó el balón de las manos - ¿Viniste a asegurarte que estuviera llorando por ti? – dijo irónicamente Juliana mientras se daba vueltas picando la pelota para volver al aro.

-Juliana... yo... yo...

- ¿Yo que Valentina, yo que? Basta, habla de una vez, di lo que quieras, pero habla de una vez ¡carajo! – esta vez se desquitó tirando la pelota hacia la tribuna.

La rubia miraba a Juliana, pero no le salían las palabras, nunca la había visto así. La rubia agachó la cabeza tratando de concentrarse.

- No hagas eso – le advirtió la morena – Mírame Valentina – La fotógrafa sacudía la cabeza negándose – Mírame carajo – esta vez sí miró – dime que ves, ¿que ves cuando me miras? Dímelo – Juliana no podía hablar, no estaba segura ni siquiera si podía respirar – Bien, si tú no quieres hablar, voy a contestar por ti entonces– le dijo – ¿sabes que ves cuando me miras?, ves a una mujer que se lleva el mundo por delante, ves a una mujer que seguramente se acuesta todas las noches con alguien distinto. Me miras y piensas que no soy capaz de amar a nadie ¿cierto? ¿cierto Valentina? – Valentina volvía a negar con su cabeza - ¿No? Y si no lo crees así ¿Por qué mierda estás jugando conmigo? – preguntaba la morena en un tono muy poco amigable

-Tengo miedo ¿sí? ¿eso es lo que querías saber? – Por fin le salían las palabras –tengo miedo, tengo celos, no soporto que nadie te toque, no me gusta que nadie hable de ti, te quiero todo el tiempo conmigo, mirándome a mí, hablando conmigo ¿tan difícil es darte cuenta de eso? – la conversación ya no era conversación, Valentina y Juliana se habían puesto los guantes y habían subido al box.

-Pero si eso es lo que he hecho todo el tiempo – Juliana tiraba el primer golpe – Tú eres la que no lo ves. Me traes como quieres Valentina – se ponía en posición defensiva.

-¿Cómo quiero? ¿Y que pasa con todas las demás mujeres? ¿las tengo que nombrar? – Valentina tiraba un gancho a la mandíbula de la morena – Irina, la señorita Kim, tus compañeras de equipo ¿sigo? Mira que tengo toda una lista de google para demostrarlo – esta vez el golpe iba directo a la cara.

- Ese es mi pasado – Juliana avanzaba hacia la rubia – y yo jamás tocaría a mis compañeras de equipo y menos a la maestra de Kara. –Esquivaba los golpes de su contrincante – ¿Que no te das cuenta que a la única mujer que quiero es a ti que te necesito a ti? – Ambas se quedaron desafiando con la mirada.

Valentina ...– Juliana bajó la guardia – Valentina yo soy esto – Se sacó la camiseta de su uniforme – Detrás de todo lo que puedas ver en mí, sólo soy esto – se sacó el short. Juliana estaba enfrente del amor de su vida en ropa interior – Sólo soy lo que ves, lo único que tengo en este momento es a Kara y a ti, y no quiero perderlas a ninguna –se acercaba de a poco a su rubia que no podía sacar los ojos del cuerpo de la morena - Yo no puedo rehacer el pasado, pero puedo hacer mi futuro y quiero que lo hagas conmigo, quiero que me ayudes y lo hagamos juntas. Quiero... quiero...

- ¿Qué quieres? – preguntó la rubia casi susurrando

- Quiero que seas mi chica, quiero que seas mi novia – le agarraba la mano y buscaba sus ojos. – Por favor – agregó haciendo pucheros.

- ¿sabes que no vas a conseguir nada con esos pucheros no? – Valentina sonreía.

- ¿Estás segura? Miraba que son bastante poderosos– preguntaba Juliana volviendo a hacer los pucheros.

- Muy Segura. Porque ya lo conseguiste sacándote la ropa – señalaba el uniforme tirado en el suelo.

- ¿Eso es un sí? – Juliana quería asegurarse

-No... Esto es un si... - Valentina agarró a la morena del rosto y le comió la boca literalmente si me permiten describirlo así. Juliana no se quedó atrás y puso sus manos en la cintura para atrapar aún más la rubia entre su cuerpo. Era el primer beso de las dos mujeres como novias, pero no iba a ser el último.

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Esta historia NO me pertenece, es una adaptación de la obra de Alllove

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