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Casa Carvajal – domingo en la mañana

La mañana siguiente del épico, inolvidable y empalagoso cumpleaños de Kara se encontraba a Valentina en el marco de la puerta de su habitación, con bandeja de desayuno en mano y admirando a la mujer que se encontraba en su cama.

Ella quiso seguir moviéndose, lo intentó, pero ver a su novia durmiendo, boca abajo, abrazada a la almohada de Valentina y con su torso desnudo fue demasiado. Tuvo que detenerse y mirar cada parte de su chica para creer que era cierto, que su felicidad tenía una razón de ser, que su corazón latía por alguien que estaba ahí, que ella podía tocar, rozar, besar en cualquier momento. Valentina, ya lo había hecho, su mente ya había avanzado al siguiente casillero. Ya no tenía las dudas o inseguridad que uno tiene en los primeros momentos de una relación, Valentina sabía que esa mujer, esa mujer que ella estaba mirando en este preciso momento, esa mujer era que ella quería a su lado, no por un tiempo, tampoco por el resto de su vida, sino por el resto de la eternidad.

Valentina no quería reencarnar en otra vida sin saber que la morena iba a aparecer en ella de alguna forma. Si en su otra vida a la rubia le toca ser planta, Juliana tenía que ser su tierra. Si de repente la pica una araña que le da súper poderes y descubre que puede combatir el crimen haciéndose llamar Spiderman, pues entonces la deportista tenía que ser su Mary Jane. El caso es que no le importaba en que, ni como, ni cuando, pero Juliana tenía que estar en su vida. Una vida sin su morena no era vida.

Demás está decir que si su novia se reencarnara en algo, Valentina estaba segura que iba a ser en orgasmos. La gente de ese momento va a decir "tuve un Juliana" o "¡no sabes el multiJuliana que me dio!" Porque su chica era jodidamente buena en la cama. Esa noche después de que Valentina logró convencer a su hija de que no era hora para que su otra madre le enseñara a andar en moto sino que era hora de dormir, la fotógrafa entró a su cuarto y no tuvo ni tiempo de desprenderse un botón. En fin una camisa menos. Pero esta vez no hubo encierros en el baño ni persecuciones por el departamento, Valentina dejó que la morena hiciera con ella lo que quisiera, porque sabía que ella iba a hacer con el cuerpo de la basquetbolista lo que ella quisiera, varias veces, incesantemente y con millones de sentimientos de por medio.

Un movimiento en la cama, sacó a la rubia de sus pensamientos. Valentina veía como Juliana, sin levantar la cabeza de la almohada ni abrir los ojos, buscaba con su brazo izquierdo a la rubia palmando el otro lado del colchón. Tratando de hacer el menor ruido posible, dejó la bandeja en uno de los mubles de la habitación y se fue directo a la cama. Así como en Bolivia existe "La ruta del Che", "La ruta Carvajal" es el camino que va aseguir Valentina, beso por beso, hasta llegar a su perdición. Una vez que estuvo en los pies del mueble, se agacho silenciosamente y dejó un beso sobre el llamado talón de Aquiles de su chica.

- ¡Pero que...!- Juliana se asustó y trató de correr su pierna.

- ¡Shhhhh! – la fotógrafa calmaba a su chica mientras sostenía la pierna en su lugar – tranquila morena, que no soy ningún payaso – le dijo no pudiendo evitar que el próximo beso fuera con sonrisa incluida.

- No es gracioso – alcanzó a murmurar antes de sentir los labios de la artista en la parte de atrás de su rodilla.

- ¿Y si yo estuviera disfrazada de payasita? – Si a los que le tienen miedo a las alturas los hacen subir escaleras entonces tenía que haber una forma de que su novia enfrentara sus miedos. Mientras esperaba la respuesta seguía por su ruta que poco a poco se acercaba a terrenos peligrosos.

- Emsomssssjusustof – estoy casi segura de que nadie entendió lo que Juliana quiso decir.

- Bebé si le hablas a la almohada no puedo entender lo que dices – Era una forma linda de decir "no te entendí un carajo". Y para hacerla más linda aún la boca de Valentina llegaba justo por donde empezaba la única prenda de ropa que tenía puesta Juliana, que para desgracia de la fotógrafa tapada la cola de la morena.

Juliana giró su cabeza – Eso no es justo – ahora si se entendió.

- Imagina esto – con sus piernas colocadas una en cada lado de su chica estaba lista para plantear su situación – Tu estás sola en una habitación – se inclinó de tal forma que con sus dientes agarró la poco tela que cubría el trasero de Juliana, y yo diría que no sólo tela agarró, si no un poco de piel también.

La deportista le hizo saber que lo había sentido con un suave quejido – Sigue... sigue – pidió.

- ¿Con la situación o con la ruta? – preguntó la rubia haciéndose la inocente.

- Con las dos cosas... con todo... con lo que tú quieras – difícil decidirse.

Valentina sonreía – Tu estás sola en una habitación – dejo un suave beso en la parte que anteriormente había atacado – sin ningún lugar para donde huir – Esta vez no tuvo tanta piedad, esta vez la tela pasó desapercibida y esta vez Valentina no frenó por el gemido de su chica, al contrario siguió subiendo – Y llegó yo... la payasita – su camino continuaba por la parte baja de su espalda. El mapa indicaba que tenía que recorrer toda la espina dorsal – No tengo zapatos grandes... estoy usando tacones – sus labios se posaron en el pequeño huequito que se dibujaba cuando la morena arqueaba la espalda - Mi pantalón es colorado, y está lleno de lunares negros – la rubia podía sentir con cada beso suaves temblores en el cuerpo de Juliana, aunque no estaba segura que los causaba - Pero no es grande ni tampoco suelto, al contrario, es bien ajustado a mi cuerpo...

- ¿Muy ajustado? – preguntó la deportista que ya estaba por morder la almohada

- Tan pero tan ajustado que – beso la parte de atrás de su cuello para luego ir a susurrarle directo a su oído – tan pero tan ajustado que la payasita no se pudo poner ropa interior – Valentina pudo sentir como la morena empezó a buscar el roce con el colchón así que para evitarlo decidió sentarse en la espalda de su chica – Tienes que dejar que termine el relato – le advirtió.

- ¿Y en la parte de arriba? – en su cabeza la morena ya había armado la escena, ella también quería completarla.

- Dos tirantes – le dijo sin dudarlo mientras volvía a retomar su camino, que esta vez estaba marcado por el dibujo con tinta del brazo de su novia.

- ¿Y que más? – Preguntó curiosa, los payasos suelen tener esas horrendas camisas con grandes volados.

- Nada más – ya iba por la parte del bíceps marcado de la jugadora – sólo eso... dos tirantes cubriendo cada uno de mis pezones – la rubia volvió a sentir movimiento debajo de ella – si te sigues moviendo acá termina este viaje – le volvió a advertir – mira que todavía nos falta el otro lado de la ruta – Valentina ya había llegado a la mano Juliana, le tocaba besar cada uno de sus dedos.

- ¿Tienes pintura en la cara? – la morena quería terminar lo más pronto posible.

- Sólo protector labial sabor frutilla en la boca – le dijo para después agarrar el dedo meñique entre sus dientes.

- Mmm... frutilla... me encanta – se le hacia agua a la boca en realidad.

- Lo se – llegó al del medio, y le dedicó mucho más tiempo - ¿Qué harías? ¿Qué harías con esta payasita? – preguntó no sin antes terminar con su recorrido.

- Estás preguntando mal – afirmó Juliana

- ¿Preguntando mal? – la rubia repasó su pregunta en su mente y sabía que lo había hecho bien.

- Si – Valentina no supo como pero la morena se las arregló para darla vuelta y quedar ella encima – la pregunta es ¿Qué no le haría a la payasita? – Y bueno demás está decir que Valentina tuvo varios Juliana esa mañana.

...

- Te amo – le dijo la morena apoyada sobre su estómago mientras Valentina recorría el tatuaje con su dedo índice.

- ¿Mucho? – y seguimos jugando parece.

- Mas que Harry a Sally – se ve que las respuestas venían por el lado cinematográfico esta vez.

- ¿Y? – la rubia no podía despegar sus ojos del dibujo del brazo de su chica, le fascinaba.

- Mas que Jack a Rose – hizo referencia a Titanic

- Dime más – exigió

- Más que Edward a Bella – Gracias a Kara que la hace ver esas películas.

- Tienes que decir otra porque esa estuvo bastante floja – Valentina sabía que la había aprendido recientemente.

Juliana pensó – Más que la Bella a la Bestia – finalmente dijo.

- Tienes mucha práctica por delante – le dijo riendo mientras volvía su vista al tatuaje - ¿Sabes que eres mi obra de arte preferida cierto? – Si no fuera porque no le gusta compartirla con nadie, Valentina ya la habría enmarcado y la estaría exponiendo en una galería.

- ¿Inclusive las partes oscuras? – la morena aun no las aceptaba

- Bebé... ¿Puedes subir y dejarme mirar esos ojos que me tienen loca? – Pedía la artista logrando que la morena trepara prácticamente por ella hasta que quedaran sus miradas en el mismo nivel – Sobre todo esas partes. Esas partes te hicieron la mujer que eres hoy. Te hicieron mi mujer. CON ELLAS yo te amo más que lo que cualquier película romántica puede llegar a mostrar – ninguna de las dos parpadeo, simplemente se quedaron hipnotizadas una con la otra.

No duro mucho el trance, porque apenas sintieron la puerta abrirse ambas se separaron rápidamente, la morena alcanzó a cubrirlas a ambas con la sabana – Permiso ¿se puede? – Kara entraba a la pieza de su madre con una mano tapando sus ojos y la otra tapando los ojos de Puppy.

Las adultas se miraron y Valentina tuvo que preguntar – Cariño ¿porqué te tapas los ojos? – la rubia no entendía como su hija imaginaba que ella podía estar desnuda con Juliana en su cama. Ella había hablado con la pequeña de esas cosas, pero sólo la parte de la semillita, no la parte divertida.

- Porque mami Juls me dijo que a la habitación de mamá siempre es conveniente entrar así para evitar futuros traumas – a quien no le ha pasado – Para el resto de las habitaciones, hasta los doce, me tengo que cubrir los ojos porque puedo ver cosas que no me van a gustar ver hora pero que después si. Desde los doce a los quince tengo que seguir entrando con la mano en los ojos pero ya puedo espiar entre mis dedos – paró para respirar.

Menos mal que Juliana se había parado a buscar ropa para ella y para Valentina y que por eso estaba de espalda a su rubia, que si no, muere a miradas – ¿Y después de los quince? – vaya a saber cuantos gatos más va a matar esta mujer.

- Después de los quince se puede entrar sin taparse porque sino nos estamos perdiendo de lo bueno. – contesto la niña que parecía repetir las lecciones de Juliana como si las tuviera grabadas.

- ¿Juliana? – ups

- Cariño no se de donde saca esas cosas la niña te lo juro... - de alguna forma tenía que salvarse.

- Pero si me lo dijiste el otro día cuando te conté que había entrado al camarín de las modelos de mamá – Kara no se iba a hundir sin llevarse con ella a la morena.

- BUENO, LISTO. YA TE PUEDES SACAR LA MANO – le avisó ya vestida.

- ¿Desayunamos? – preguntó la niña con una risa maliciosa.

- Ven aquí rata traicionera – Juliana la fue a agarrar pero la niña rápidamente como buen cangurito salto a la cama seguida de Puppy por supuesto,

- ¡Mamá! ¡Ayuda! Valentina abrazó a su hija protegiéndola y Puppy le empezó a ladrar desde la cama a la deportista.

- Con que refugiándote en los brazos tu madre. Cobarde – la señalo - ¡Y tu! – Apunto al cachorro – Ya me vas a pedir que te defienda de nuevo de Tlacoyo – al parecer el gato de Camz cada vez que tenía oportunidad trataba de atacar a la mascota de Kara – Y tu – señalo a Valentina ...

- ¿Algún problema? Mira que el sillón ya te debe estar extrañando – Valentina Carvajal siempre tiene un as bajo la manga

- Ningún problema amor... voy a calentar el desayuno, ahora vengo – agarró la bandeja que había dejado Valentina y caminó hasta la puerta.

- ¡COBARDE! – le grito la pequeña antes de salir.

- Lección número... - ya ni se acordaba

- 63 – la ayudo la niña

- Lección 63: "cualquier cosa antes que el sillón" ¿Entendido? – preguntó.

- Entendido – afirmo el cangurito.

...

Desde que Juliana dormía en la casa de ellas, era una costumbre impuesta por Kara desayunar los domingos en la cama de sus madres. La pequeña amaba ese momento. Amaba poder sentarse sobres su mami Juls mientras su otra madre le hacía las tostadas.

- ¿Por qué tengo que ir con los abuelos? – preguntó cruzándose de brazos mientras terminaba su leche con chocolate.

- Porque esta noche vuelven a Miami y quieren pasar tiempo contigo antes de irse – le explico la rubia mayor.

- Pero hoy íbamos a empezar a usar la moto... ¿Cierto mami? – la niña levantó la cabeza para mirar a su deportista madre.

- Eeeee – la mirada de Kara estaba haciendo imposible para la morena resistirse – Valentina yo creo que... - Ups mirada Mamá de cangurín mata mirada de cangurín.

- Escucha bicho bolita, la moto no se va a mover de ahí, podemos practicar cualquier día. En cambio a tus abuelos no los vas a ver hasta el próximo mes en el casamiento de Lauren y Camila – trató de hacerla razonar – Además... si vas con tus abuelos te dejo acompañarme el miércoles – anunció para sorpresa de Valentina que se limitó a levantar ambas cejas mirando como seguía la conversación entre su hija y a su novia.

- ¿En serio? – Le preguntó la niña excitada que al ver como su madre asentía se le colgó del cuello - ¡BIEEEENN! – y Valentina cada vez más intrigada.

- ¡Tiempo fuera! – vaya que se le había pegado el gesto. Las otras dos la miraron emocionadas – No necesito que me feliciten cada vez que me sale bien – les dijo – Me quieren explicar que ¿va a pasar el miércoles? ¿A dónde se supone que vas a dejar que te acompañe? – preguntó.

- El miércoles voy a hacerme el tatuaje de Kara – le contó en forma aburrida como si estuviera diciendo el servicio meteorológico.

- ¿PERDON? – No es que esa información le había aclarado mucho las cosas que digamos – ¿El tatuaje de Kara? – Quería respuestas.

- Es de Kara porque con ese dibujo la voy a reflejar en mi historia, si se puede decir así – aclaró.

Valentina no dijo nada. Se levantó y se metió en el baño. Juliana la siguió con la mirada, estas Carvajal y sus pucheros la traían loca.

- Ve a cambiarte cangurín que enseguida van a llegar tus abuelos. ¿Te vas a llevar a Puppy? – le preguntó por las dudas antes de que alcanzara a salir de la habitación.

- La abuela Lucia le dijo a mamá que si tenía que andar atenta a que yo no estuviera conquistando corazones por ahí, entonces no podía prestarle atención a un perro – lo increíble era con la naturalidad que lo decía la niña

- Oye... ¿Y tu porque te crees que mis padres nunca me compraron un perro? – una anécdota más

- ¿Por qué? Preguntó Kara inocentemente.

- Porque cuando tenía un conejo se lo regale a la primera chica que me sonrió, cuando tuve un hámster se lo regale a la hija de mi mucama sólo porque me dijo bonita y el pobre canario salió disparando cuando le abrí la puerta de la jaulita porque una de mis amigovias pensaba que se veía triste encerrado – Juliana vio como su hija se había quedado pensando – Creo que es mejor que Puppy se quede con nosotras... ¡Anda! ¡Ve a cambiarte! – Le dio un empujoncito para sacarla de la pieza – De verdad tengo que empezar a callarme enfrente de la niña – se dijo a si misma antes de agarrar las cosas que habían utilizado para el desayuno y llevarlas a la cocina. Le iba a dar el tiempo de una ducha a su novia para luego hablar con ella.

Aun en casa Carvajal - Media hora más tarde

- ¿Vinieron mis padres a buscar a Kara? – preguntaba saliendo finalmente de su habitación. Se había tomado su tiempo, pero ya estaba duchada y lista para enfrentar a su novia. Lo había pensado, la iba a mirar directo a los ojos y le iba a preguntar directamente "Juliana ¿Hacia donde vamos?", Ni un titubeo, nada. Segura, como lo fue siempre, así como consiguió que todo el mundo estuviera a sus pies en la preparatoria, así como consiguió ser la mejor fotógrafa de New York. Así como una Carvajal... por una Carvajal nunca titubea... - DIOS MIO – era necesario que Juliana después de haberse duchado en el otro baño estuviera cambiándose en plena sala. ¿Qué era lo que Valentina tenía que decirle?

- Hace un rato nomás. Te dejaron saludos. ¿Nos vamos? – preguntó mientras terminaba de ponerse la remera.

Valentina escucho "nos vamos" y salió del estado de shock – ¿Nos vamos? ¿A dónde? – La rubia no sabía que tenían planes.

- A caminar, al parque o a donde tu quieras. El día está hermoso – le estiró la mano esperando a que la fotógrafa la agarrara. Valentina no lo pensó dos veces. Ir de la mano de su novia era una de las cosas preferidas.

Por el parque

Habían tenido que esquivar a varios periodistas tomándose un que otro taxi y sabía que en el parque se iban a encontrar más pero eso no les importó - ¿Quieres decirme porque te pusiste así con lo del tatuaje? – Ya llevaban bastante tiempo esquivando el tema – Por favor no digas que nada, recuerda que aun espero que seas sincera conmigo – apeló a la promesa que se habían hecho.

Valentina frenó la caminata – Dijiste que yo iba a elegir tus otros tatuajes – lo dijo en voz baja casi avergonzada

- ¿Es eso? – Juliana no pudo evitar sonreír.

- No se a que le ves la parte graciosa – la rubia soltó la mano de su chica y retomo su andar, acelerando los pasos para alejarse de su novia.

- Pufff- la morena suspiró y empezó a seguir a su chica hasta que logró agarrarla de la cintura para frenarla y darla vuelta – No es gracioso, es tierno – le aclaró.

- Es tonto – Valentina empezaba a sonrojarse – Porque Kara es tu hija y tiene todo el derecho del mundo a elegir su tatuaje... quiero decir tu tatuaje... ¡OH DIOS! El miércoles va a empezar a pedir para hacerse uno ella también – recién pensaba en las consecuencias colaterales.

- Por eso no te preocupe cariño, yo lo manejo – le aseguró Juliana – En cuanto a lo otro aun sigues teniendo el poder – la agarró de la mano para volver a moverse.

- ¿Poder sobre que? – De verdad que no entendía.

- Bueno Kara y el resto van a elegir el suyo, Pero tú eliges todos los demás – la morena trató de seguir caminando pero algo no la dejó. Voltio a ver y notó que Valentina la estaba mirando intensamente de una forma rara - ¿Qué pasa? – Le preguntó acercándose a ella - ¿Te sientes bien? – insistió.

- ¿Qué dijiste? – necesitaba volverlo a escuchar.

- Te pregunté si te sentías bien... en serio cariño me preocupas – llevó su mano a la frente de su novia para comprobar su temperatura.

Valentina le sacó la mano suavemente y la tomó entre las suyas – Antes de eso – volvía a insistir.

Juliana se quedó pensando y se dio cuenta de su error – Eeee... bueno que... eee... que Kara puede elegir el suyo pero tu eliges el resto – trató de acomodar la respuesta.

- No fue así – a Valentina no se le pasaba una – Dilo exacto – presionó – Y no te atrevas a tratar de engañarme – el que avisa no traiciona dicen.

La deportista tomo aire "Que diosito me ayude" pensó – Dije que Kara y el resto van a elegir el suyo, Pero tú eliges todos los demás – inmediatamente esquivó la mirada de su chica.

- ¡Juliana mírame! – Ordenó, pero la morena se negó – Juls Mírame por favor – intentó hacerlo de forma suave pero tuvo los mismos resultados – Bebé... quiero ver esos hermosos ojos – nunca falla, inmediatamente los encontró - ¿Qué quieres decir con "el resto"? – el momento había llegado.

- Valentina perdona yo no quise...

- Contéstame por favor – fue más una suplica que una orden.

Y con esos ojos en frente Juliana no podía, simplemente no podía – El resto de nuestro hijos – soltó.

- ¿Tu... tu...quieres tener hijos... conmigo? – la rubia pensó que estaba soñando.

La morena no se pudo aguantar más, se soltó de su novia y empezó a caminar de un lado al otro nerviosa – SI. Si... yo se que es pronto, que recién llevamos meses de novia y que probablemente he dormido más veces en tu sillón que contigo, pero no puedo evitarlo – Juliana seguía moviéndose para todos lados, agitando sus brazos alterada mientras Valentina la miraba - Yo... Yo... Yo quiero todo contigo ¿Entiendes? Quiero vivir contigo, quiero casarme contigo, quiero tener muchos hijos contigo. ¿Sabes cuantos pelotazos en la cara me he ligado en los entrenamientos porque me he quedado mirando a Kara jugar al costado de la cancha? Cientos Valentina, cientos. Y me he ligado cientos de gritos más de la coach sólo porque me quedó imaginando a seis o siete mini Valentina jugando con ella, no puedo evitarlo. Te amo y amarte es lo único que quiero seguir haciendo por el resto de mi vida – Se frenó para mirar a su chica, aunque no pudo sostener la mirada así que eligió agachar la cabeza - Entiendo si quieres tomarte un tiempo de mi – susurró.

La basquetbolista pudo sentir como la rubia caminaba hacia ella y se frenaba a pocos centímetros de su cuerpo, Juliana lo único que podía ver eran los pies de su novia. "Hasta sus pies son jodidamente sexy" pensó.

Valentina levantó la barbilla de su chica, se quedó mirando sus ojos por un segundo hasta que habló - ¿Seis o siete? ¿No te parece mucho? Yo creo que con Valentina y con cinco más va a estar bien – sonrió.

La transformación de la cara de Juliana fue todo un espectáculo, de la mueca de dolor más triste a la sonrisa más grande del mundo. Agarró a su novia por la cintura y la levantó – TE AMO TE AMO TE AMO – gritaba sin dejar de besarla. No le importaba que en ese momento varias cámaras las apuntaran, no le importaba la gente que las miraba, no le importaba nada.

- ¿Qué tal si empezamos por vivir juntas? – la rubia se animaba.

- Pensé que ya lo estábamos haciendo – fue todo lo que dijo la morena para volver a agarrar la mano de su chica y llevársela. ¿A dónde? No importaba. Lo importante era lo que llevaba en su mano.

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Los ire publicando en el transcurso del día porqueno alcance a hacer todos ayer 🙈🙈

XoXo
Queens_JV 🤘🏻😎

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