- Ken... Es que todavía no te das cuenta? No ves el monstruo en el que te estas convirtiendo? Ya no eres el mismo de antes...
- De antes...
- la primera vez que viniste al digimundo eras... Un niño tierno dulce y amable, jugábamos, nos reíamos, y llorábamos... Cuando volviste, me dijiste que te llamara emperador de los digimon; como podía ser eso? No importa todo lo que has hecho, para mi sigues siendo aquel Ken; el viejo Ken... Porque se que eres el de siempre, solo te ha cegado tu maldad...
Wormmon lloraba, mientras empezaba a despedir un brillo intenso, el azabache lo observaba incrédulo, incluso con su sobresaliente intelecto no alcanzaba a entender qué ocurría, Flamedramon  estaba aprisionado en las garras de Kimeramon, esperando su inminente final, ya débil esperaba un milagro.
- mira a tu alrededor, Ken. Voltea! Ve todo el daño que has hecho!! Ves aquel cráter en el suelo? Tú sabes quien esta ahí, y si esta vez si la mataste? Te has puesto a pensar en eso?

- Anya... Musitó, viendo hacia ese cráter y como sus amigos volteaban con insistencia, pues seguían inmersos en la batalla, estaban preocupados por ella pero aun habia un monstruo que vencer. La luz que despedía Wormmon subía de intensidad...
- vuelve a ser el de antes! Le gritó, mientras lo empujaba para tirarlo del lomo de Kimeramon y el brillo que despedía iba a parar directo a Flamedramon, quien digievolucionó a Omegamon, recuperando así sus fuerzas mediante la energía de Wormmon, quien recibió un zarpazo de Kimeramon , hiriéndolo de muerte.
- por favor ayuden a Ken... Dijo, antes de caer en la arena.
Omegamon pudo vencer sin ninguna dificultad a Kimeramon, quien quedó esparcido en forma de datos que rápidamente se llevó el viento.
- no lo entiendo.. Lo destruyeron... Como es que... Tendre que volver a empezar, eliminar todo y empezar desde abajo...
- empezar desde abajo... Hablas como si...
- no son solo datos almacenados o un juego de computadora, Ken. Los digimons están vivos... Tan vivos como tu o como yo...