Anillos malignos

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Mi digimon, que unos momentos después supe que respondía al nombre de chocomon, me dirigió una mirada tan... Tierna y llena de gratitud; acababa de hacer una promesa, y Anya Okoutsu nunca falta a una promesa,  empezamos a caminar entre los bosquecillos de ese lugar, era una extraña mezcla entre bosque y selva, como sacado de una película de terror, o de náufragos. La verdad, una parte de mi estaba asustad, tenía la sensación de que una criatura nos atacara sorpresivamente en cualquier momento. Y vaya que no me equivoqué.

Cuando estábamos en lo más profundo de ese lugar, una sombra de color naranja se cruzó en nuestro camino y tacleo a chocomon, arrastrándolo unos metros más allá; fue cuando por fin pude ver de que o quien se trataba, un digimon pequeño, que asemejaba un tiranosaurio rex en color naranja y que, tenía unos ojos rojos y brillantes, al más puro estilo de las películas de horror.  Chocomon intentaba defenderse vanamente a punta de... Burbujas de jabón? Ni los ataques de gatomon y patamon eran de ayuda. Todo era inutil, y yo estaba desesperada, no soportaba ver que una pequeña bolita peluda de color negro que hacia un par de horas había llegado a mi vida, sufriera así, y me aterraba la idea de que se muriera. Era tal mi desesperación que, empecé a buscar una rama o algo para defender a chocomon, hasta que encontré una rama de tamaño de un bate de baseball y un par de rocas de rio. Le pasé a Kari las rocas y yo me coloqué detrás del digimon; a mi señal, ella le arrojó una de las rocas a su cabeza, llamando su atención y dirigiéndose a ella, pero, lo golpee en la cabeza con la rama, noqueándolo.

- Agumon! Nooo!
- Tai?!
- qué le hicieron?
- es tuyo?
- Anya?! Pero qué...
- nueva digdestinada, hermano.
- tu dinosaurio intentó asesinar a MI chocomon
- no es un dinosaurio, torpe. Es un digimon y se llama Agumon
- está... Muerto?
- sólo... Inconsciente. Dijo Yolei, otra de las niñas del grupo.
- miren su cuello...  Un aro de color negro metálico aprisionaba el cuello de Agumon, el cual, al tocarlo levemente con la rama, poof! Se desvaneció como polvillo negro.

- esos son...
- los anillos malignos que decían?
- anillos malignos? Preguntó Tai, evidentemente extrañado.
- son... Como aquellos engranajes negros de la última vez... Y funcionan prácticamente igual.
- y, hasta donde entiendo, tenemos la misión de eliminarlos y, derrocar a ese fulano del emperador de los digimon.

A los pocos minutos, Agumon empezó a volver en si, aparentemente sin saber que le había pasado desde hacia unos días, lo último que recordaba, era que estaba huyendo de ese aro que, volaba detrás de el como un frisbee que no pararía hasta lograr su objetivo, alcanzándolo.
- Agumon... Tai... Lo siento mucho, no sabía que...
- no Anya. Gracias
- Gracias?
- si. Por salvar a Agumon... Sólo una cosa...
- que?
- pueden hacerlo. Confío en ustedes; y se que el resto del equipo también. Algunos son los nuevos portadores de los digieggs, y otros; hallaran el suyo pronto... Como tú, Annie.

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