Todavía recuerdo aquel Noviembre.

Preparándonos para Diciembre.

Una familia mixta.

No prepara un simple pesebre.

La casa abierta y llena:

Sidra, mantecol, budín, garrapiñada de ocasiones.

La mesa esperando la luna llena.

Latkes, jalá, blintzes, buñuelos a montones.

Padre católico, el arbolito y papá noel.

Madre judía, la perinola y el candelabro.

En mi hogar se escuchaba el cascabel,

cantando anécdotas de Israel.

Porque no eran las fiestas, sino la gente.

Porque no era el regalo, sino el presente.

Cuatro locos en Noviembre.

Usted coseche lo que siembre.

Un villancico y una tefila,

suenan en el hogar.

Si nos quieres acompañar,

mi hermana te va a contar.

Obvio el prejuicio no falta.

El chisme y la mala intención.

Pero como la palabra se vuelve tinta.

Dejemos en las memorias la diversión.

Este diciembre, tiene muchas estrellas.

Extraño a cada una de ellas.

Pero nos acompañan en cada anécdota y cuento.

Yo lo sé, no es ningún invento.

Pero la nostalgia es transitoria

y el recuerdo es alegría.

El pasado en cada dia

y el futuro nos correspondía.

Familia mixta no es fácil.

Ponerse de acuerdo es difícil.

Pero no la cambiaria por nada.

Ni sus risas, ni sus carcajadas, nada.

Porque no eran las fiestas, sino la gente.

Porque no era el regalo, sino el presente.

Cuatro locos en Noviembre.

Usted coseche lo que siembre.