âAh, ah~!â OÃa los gemidos de la diosa, saltando en mi pene a un ritmo hipnótico. PodrÃa sentir cada centÃmetro de carne apretandome, ahogando mi pene entre sus paredes vaginales.
La habitación olÃa a sexo, nuestros cuerpos de separan con varias lÃneas de una combinación de semen y los fluidos del coño de la diosa que me violaba. Extendienose y retrayendose con cada senton que la reina daba sobre mis caderas.
QuerÃa moverme, pero no podÃa. No podÃa sentir mis piernas. ¿Cuántas veces me habÃa corrido ya? ¿10? ¿20? Mi pene ardÃa, adolorido, pero duro como un poste. Como si disfrutara del dolor, y no sólo eso, ese ardor, solo lo ponÃa más duro.
Alce la mirada al oÃr una risilla burlona, mirando a los ojos a la mujer que sostenÃa mis manos fuertemente contra la cama. Mordiendose su labio inferior mientras disfrutaba mi expresión del placer mientras mi pene era exprimido frente a sus ojos.
âOh hija mÃaâ le dijo la diosa a la Pokemon que me sostenÃa âNo vuelvo a dudar de ti, aaah~!â Dijo mientras apretaba mi pene âTu si sabes encontrar hombres de calidad~!
ÂâTe lo dije madreâ le respondió la menor con una sonrisa âLe encanta que abusen de su pene~!
âPor favor, quiero descansarâ dije entre gemidos, desesperado âSolo c-cinco minutos diosa Arceus
La hermosa mujer plateada rÃo, sin bajar el ritmo en ningún momento. No iba a escucharme, no iba a parar nunca.
âPor favor- Aaaaaah~!!!!â solté un fuerte gemido corriendome una vez más en su delicioso y cálido coño. Pude sentir como mi pene palpitaba. Soltando varias cargas de semen su coño, llenando más y más ese vacÃo interminable que era el cuerpo de la diosa de los Pokemon.
¿Como habia terminado asÃ? Hace tal solo unas pocas horas era un dÃa como cualquier otro, y ahora estaba bajo las caderas de una diosa, como un niño sumiso he indefenso. El sexo tan salvaje empezaba a borrar mi memoria pero...podia recodar algo...
Me desperté temprano con la ayuda de mi despertador, un mañana más para seguir con mi sueño de ser el mejor entrenador de Sinnoh. Acaricié la cabeza de mi Monferno, quien seguÃa acostado a mi lado. Revisé mi celular para ver si habian noticias en las redes.
Una publicación me hizo sentarme en la cama, era una un video de una persona corriendo por los árboles del Bosque Vetusto. El camarógrafo volvÃa a ver repentinamente hacia atrás, donde una mancha borrosa negra se movió de árbol en árbol, siguiendo al protagonista del video.
En el video se mostro como el camarógrafo se tropezaba y caÃda de cara en un sendero abierto y bien iluminado, y veÃa con desesperación hacia todos lados, como asegurándose de que lo que lo estuviera siguiendo ya se habia ido.
Justo entonces el video se cortaba, pero debÃa saber más, regrese al video al segundo donde la mancha se movÃa entre los arboles y pause el video, pegando mi telefono a mi ojos en un esfuerzo de reconocer la identidad de la figura misteriosa. Fue entonces cuando la reconocÃ, el cabello blanco y el cuello rojo
La figura misteriosaera un Darkrai.
â¡Mierda!â grité levantándome de golpe, tirando a mi Monferno al suelo. despertándolo de golpe âYa, ya, ya. Perdónâ le dije a mi Pokemon cuando empezo a pegarme en las piernas como respuesta a despertarlo. Revise los comentarios de la publicación para ver si alguien habia llegado a la misma conclusión que yo, peor no habia nadie. Era mi oportunidad. ¡Era mi oportunidad se conseguir un Pokemon Legendario!
Metà a mi acompañante en su Pokeball y salà corriendo de mi cuarto. Corriendo directamente hacia el bosque, ni siquiera me detuve a decirle buenos dÃas a mi madre. Mierda ¡Ni siquiera habia desayunado! Pero no habia tiempo, solo era cuestión de quien llegarÃa primero: yo o alguien más. ¡Y estaré muerto antes de que alguien más la obtuviera!
Antes de que me diera cuenta estaba en el bosque Vetusto, caminando con cuidado entre la naturaleza, buscando a la legendaria con una ultra-Ball en la mano. El bosque estaba callado, quizás demasiado callado. Como si no hubiera una sola alma en todo ese vasto bosque.
Y entonces la vi, hermosa como mis fantasÃas mas salvajes, con su cabello blanco ondeándose lentamente en el aire como una corriente de agua. Tenia unos pechos del tamaño de una sandia, y quizás incluso mas grandes. Flotaba por el bosque con gracias y cuidado, explorando sigilosamente como buscando una presa a la cual atacar. No pensé mucho en este detalle en el momento, sus enormes pechos me tenÃan bastante hipnotizados.
Quise lanzarle una Pokemon a la mujer, pero estaba demasiado lejos, le falle a su cabeza como a un novato, tanto a conocer mi ubicación inmediatamente. Al ver como la Pokemon volteaba hacia mÃ, mi cuerpo solo pudo reaccionar escondiéndose detrás del tronco de un árbol. Y empezar a rogarle a Arceus para que no me encontrara.
Pero entonces pude ver una mano negra, delgada y elegante extendiéndose desde mi espalda, con la Pokeball en la palama de mano. Frio sudor corrÃa por mi espalda cuando alce la mirada, mirando a la Pokemon legendaria directo a los ojos.
âSe te calló estoâ me dijo con una sonrisa malévola. Trate de huir, pero su mano izquierda agarro mi cabeza y me acorralo contra el tronco donde antes me escondÃa âAh no, no, noâ me dijo mientras me sostenÃa âNo te escaparas tan sencillo ¿QuerÃas atraparme, no es verdad?
âN-no señoritaâ le mentà en un esfuerzo por salvar mi pellejo âSolo apunté mal yo querÃa atrapar a un Cate-
âMentir es inútil humanoâ me dijo poniendo su mano alrededor de mi cuello âNi siquiera tienes todas las medallas, ¿quizá era un deseo suicida?â Estaba demasiado asustado como para responderle. Ella solo se rio âMe da igual, mereces un castigo
â¿C-castigo?â le pregunté para luego sentir mis muñecas siendo sujetadas por una fuerza invisible, poniéndolas sobre mi cabeza y sujetándolas ahÃ. â¡¿Aah?!
âSi, castigoâ respondio riéndose. Ella lentamente se agacho hasta quedar de rodillas, y sin ninguna vergüenza me quito el pantalón. No sé exactamente que se apodero de mÃ, pero mi pene salió, duro como una roca, justo en frente de la cara de una Pokemon Legendaria âOh vaya, eres más grande de lo que pensé
â¡¿Qué estas haciendo?! â le grité, pero ella sin responderme, se metió su pene entero en su boca â¡Aaaah!â gemà con algo de fuerza, y gemà muchÃsimo mas al sentir su lengua lamiendo mi pene.
La Pokemon lamia mi pene con su lengua negra como si fuera un helado derritiéndose bajo el sol de verano. Besaba mis testÃculos mientras masturbaba mi pene con sus manos.
âPor favorâ le rogué entre gemidos â¡Espera por favor!â le grité, pero no habia caso. Mi cuerpo se estaba calentando como un horno de fusión, estaba sudando como un puerco, dios mÃo su boca. Tan apretada, mojadano podia, no podia!
Grité del placer cuando me corrà a chorros en su boca. Dios mÃo pense Mi primera vez¡Y fue con un Pokemon!. Miré a Darkrai con miedo, respirando pesado, ella se limpiaba la boca, como burlándose de mÃ.
âNada mal neneâ me dijo, levantándose mientras se lamia los dedos que aun tenÃan algo de semen âMi madre te amara
â¿T-tu madre?â le pregunte, mientras veÃa indefenso como ella me quitaba mi bolso, dejándolo en el piso.
âSi, mi madreâ dijo, sonriéndome
Y ahora estoy aquÃ, con dos hermosas mujeres, abusando de mi pene como si fuera un simple juguete para ellas, estoy perdiendo la cabeza. Mi cuerpo se siente como gelatina. No sé si soporte mucho más.
âMadre, lo estas acaparandoâ se quejó la menor haciéndole un puchero a su madre âTambien quiero tener de su leche en mi interior
âEntonces adelante mi amorâ le respondió Arceus levantándose de mi pene, separando nuestros órganos sexuales con una combinación se semen y fluidos como una tela araña transparente.
Darkrai me soltó, solo para que Arceus tomara mis manos un segundo mas tarde. Mire directamente a los ojos de la diosa. 5 horas seguidas de sexo, y no se veÃa ni siquiera cansada.
Mierda.
No sé si voy a salir de aquÃ.
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