Una vez en Arequipa, en una zona comercial de varios puestos de trabajos variados, un técnico común y corriente que atendía su puesto donde reparaba y configuraba todo tipo de artefactos, principalmente computadoras y laptops, le llego un día un cliente, que al principio pensaría que era como cualquier otro.

-¿Puedo ayudarlo?

-Si. Quisiera que reparar a mi laptop. No sé qué le pasa últimamente, pero no suele encender como ante lo hacía.

-¿Ya comprobó la batería?

-Ya, pero nada. Incluso le saqué la batería y se la volví a colocar, pero no funciono.

-Entiendo. En ese caso déjemela y regrese la semana que viene para que la revise bien y sin fallos.

-Perfecto. ¿Cuánto seria?

-El no encendido de computadoras no es tan grave como parece ¿35 soles le parecen bien?

-De acuerdo. Lo veré la semana que entra.

Tras un apretón de manos, el cliente se fue del lugar, dejando trabajar al técnico.

Sin embargo, para sorpresa del reparador, el cliente regresaría el día siguiente a la misma hora, tomando por sorpresa al técnico.

-¿Puedo ayudarlo?

-Si. Quiero que me devuelva mi laptop.

-Pero aún no está lista. Le dije claramente que regresara la semana que viene.

-Ya no es necesario. Descubrí en internet que el veneno de rata puede limpiar fácilmente el interior de cualquier máquina.

Esas palabras sacaron de onda completamente al técnico. Nadie antes le había dicho semejante disparate.

-¿Qué rayos?

-Usted como hombre de ciencia no lo entiende. Pero yo vi gran sabiduría en el hombre que promociona eso en internet. Además, es protestante como yo.

-Es una locura total, los circuitos dejarían de funcionar al instante por el polvo.

-Diga lo que quiera, pero quiero mi laptop de regreso.

Viendo que el cliente no entendería, y que no valía la pena intentar retener 35 soles, el técnico le devolvió la laptop. El cliente se retiró sin decir nada ni despedirse como la otra vez, continuando el técnico reparando lo demás que tenía pendiente, esperando que sus otros clientes tampoco llegaran con el mismo disparate.

El resto de la semana paso tranquila, hasta que el miércoles nuevamente el cliente regreso ahora molesto.

-¡!Imbécil de mierda

-¿Qué diablos le pasa señor?

-¿Por qué no me advirtió que el veneno de rata no la arreglaría?

-Se lo dije, pero usted se fue exigiéndome su laptop.

-¡Tuvo que persuadirme, convencerme, inútil de mierda!

-¡No me insulte señor, no es mi culpa que le haya creído a un charlatán de internet solo por ser buena gente y compartir su fe!

Tras minutos más de discusión, el cliente finalmente se retiró. Aunque en realidad lo hizo por el escándalo que había causado en plena calle, saliendo al rescate del técnico sus demás compañeros de los otros puestos.

Ya de noche ese mismo día, el técnico ya en su casa, descansando recostado en su sofá comiendo chifa tras un largo día de trabajo, incluido soportar a ese molestoso cliente, viendo el noticiero, observo que ese mismo tipo ahora yacía muerto en una camilla que médicos sacaban de su hogar. El reporte posterior indico que el cliente había muerto al consumir el veneno de rata que tanto decía que repararía su laptop, bajo la premisa que lo haría más listo.