𝙸𝚗𝚝𝚛𝚘𝚍𝚞𝚌𝚌𝚒𝚘́𝚗

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Los pasillos del instituto abarrotados de alfas y omegas era algo que muchos betas no gustaban.

Las feromonas de ambas castas eran demasiado hostigadoras para ellos, pero había excepciones.

En especial cuando de ganar favores o preferencias a partir de la amistad con alguno de ellos se trataba.

Los rumores de que el unigénito de la prestigiosa familia Jeon había regresado a Corea del Sur e ingresaría a mitad de año era novedad entre todos.

Todos ansiaban verlo con sus propios ojos, nadie conocía al heredero de la fortuna Jeon, era un misterio para todos y ese mismo día se celebraría una fiesta de bienvenida con invitados exclusivos para darlo a conocer al mundo tras dieciocho años de vivir bajo las sombras.

Los pasillos eran más ruidosos de lo normal, era el cotilleo del mes, no sólo se llevaba un día exacto hablando sobre ese tema. Pero era el día más relevante por la presencia de un individuo inesperado a mitad de año.

A TaeHyung jamás le interesó los chismes del instituto, su relación con otros era meramente de compañerismo, a excepción de su mejor amigo, YoonGi.

YoonGi era un omega dominante, su familia pertenecía a la élite del país, pero su mala fama era lo que los hacía ser reconocidos tanto como temidos. Pero TaeHyung fácilmente podía desmentirlos, sólo era un clan de omegas dominantes y de linaje puro que se hacían respetar, fuera de eso, eran muy dulces.

La familia Min era cercana a los Jeon desde décadas atrás, su amigo le había comentado sobre ello con anterioridad, pero no le tomó demasiada importancia.

Por lo regular, siempre esperaba a Gigi en la entrada de la institución, su amigo era muy puntual en todo ámbito, pero hoy se estaba retrasando demasiado.

Él podía ver desde afuera lo tenso y alborotado que estaba el corredor en dirección a las aulas, incluyendo los niveles superiores llenos de las voces de los estudiantes.

Suspiró recargándose en el muro, justo al lado de la entrada, fijándose nuevamente en la hora y dispuesto a llamarle a ese omega impuntual, pero antes de hacerlo, un automóvil se detuvo justo enfrente de él.

Sonrió, ¡al fin! Exhaló con alivió acercándose a la puerta del auto, sabiendo que sólo la familia Min usaba esa marca automovilística.

Estaba listo para abrirle la puerta, pero se detuvo cuando el conductor apareció a su lado pidiendo que se apartara de la puerta.

Tae no pudo evitar fruncir sus cejas, pero la deshizo a una expresión en blanco cuando una mirada grisácea dio con el celeste de sus orbes, rostro afilado, cabellos cobres radiantes.

Un guapo y alto alfa que desconocía estaba frente a él, tres pasos haciéndoles mantener la distancia.

—Jovencito, le pido amablemente que se aparte del camino de mi joven amo —pidió el conductor amablemente.

TaeHyung lo miró, asintiendo, simplemente no iba a no obedecer, no estaba en disposición de meterse en problemas bajo ningún concepto. Era mejor mantenerse al margen y seguir las órdenes que el alfa le había dado.

—Joven amo, vendré por usted en cuanto sus clases hayan culminado, tenga un buen inicio de clases —se despidió cortésmente, haciendo una respetuosa reverencia, sin más, marchándose luego de hacer su trabajo.

El alfa frente a él no se fue, estaba como estatua parado frente a él por mucho que se hubiera movido para permitirle guiarse hasta la entrada, no entendía por qué no dejaba de verlo como si pidiera silenciosamente que hablará, incluso consideró que tenía algo en el rostro.

Empezaba a sentirse nervioso por su intensa mirada sin ninguna palabra a expresar, sus feromonas eran demasiado intensas.

El alfa frente a él avanzó un paso hacia su persona y él retrocedió fugazmente, chocando con la pared, haciendo que el otro se detenga cuando ladeó su cabeza cerrando fuertemente los ojos con sus brazos cubriendo su cabeza al pensar que el alfa lo golpearía.

Cuando no sintió ningún golpe impactar contra su cuerpo, abrió sus ojos, viendo que el alfa frente a él ya no estaba.

Resopló de alivio, su presencia simplemente no le gustaba, tenía un mal presentimiento sobre ese alfa, y no sólo por su presencia, esa esencia era demasiado dominante y posesiva, sin querer reclamaba todo lugar en el que estuviera porque inesperadamente su aroma quedó prendado en su uniforme.

El enebro, vetiver y bergamota era un aroma poco común en general, en su vida había olfateado algo tan... singular.

Debía admitir que era intimidante, pero no por eso no era una esencia atractiva. El enebro le daba ese toque pacífico que el vetiver y la bergamota hacían tan intenso, volviendo la fragancia muy atractiva al olfato.

—¡TaeHyung! —Una voz chillona lo hizo despabilarse.

A continuación lo único que sintió fue el pesado cuerpo del omega Min lanzándose en un abrazo que torpemente había logrado corresponder sin tambalearse y caerse al suelo.

YoonGi se separó abruptamente dos segundos después.

—¿Por qué hueles a alfa? —Cuestionó, rápidamente revisando sus mejillas y brazos para asegurarse de que no quisieran violentarlo en su ausencia.

—Mmh, me encontré a uno —respondió encogiéndose de hombros—. Su esencia es demasiado fuerte, Gigi —comentó.

—¡Joven amo Min! —Llamó una voz precipitada a su costado.

El omega rodó los ojos.

—¿Ahora qué, Jack? —Preguntó alejándose de su amigo para enfrentar a su empleado.

—N-nada, señor, sólo que se está olvidando de su bolso —dijo murmurando significativamente alto ante la reacción del omega, tendiéndole su bolso con amabilidad y respeto.

—Oh, eso —suspiró casi rodando los ojos, eran detallitos.

—Tenga un excelente día de aprendizajes, joven amo y joven TaeHyung, al finalizar sus clases vendré por ustedes como siempre —los despidió cortésmente con una venía.

Ambos asintieron dirigiéndose al interior de la ejemplar edificación cercada por metros de cemento a los alrededores.

—Entonces, ¿quién te intimidó? Sabes que papá te adora, y si alguien te lastima enfrentará su ira —recordó, enganchando su brazo con el del rubio—, además, puedo pedirle al director que obligue a quien sea a dejar esta institución —asintió orgullosamente.

TaeHyung sonrió soltando una pequeña risita, a veces YoonGi era demasiado dramático.

—Nadie me ha intimidado, Gi, ¿sabes cuánto odio me guardan por ser amigo del presidente de la clase? Ni de broma quiero alguna de las opciones que me planteas —se quejó con un puchero.

El omega asintió con un puchero que TaeHyung no sabía si era por su negativa o por no poder mandar a golpear a alguien. Si, él y su familia eran dulces, pero sólo con sus excepciones.

—Bien, cubriré ese aroma para evitar comentarios fuera de lugar por otros —comentó con irritación al recordar a sus compañeros.

—Gracias, Gi.

—Un placer, nuececita —asintió con voz chillona.

TaeHyung lo apartó de él con un yaa por su burla, sí, quizá Min ahuyentaba a otros por hacerle la vida miserable, pero él lo hacía con cariño. Se burlaba de él de vez en cuando con la fruta de su aroma.

El recorrido hasta el aula asignada desde inicio del ciclo fue ameno, charlaron entre ellos con Min de vez en cuando saludando a personas que sí conocía e ignorando a otros que intentaban acercarse a él por conveniencia.

Ambos se sentaban juntos desde que se conocieron en el primer ciclo de preparatoria, no se habían despegado ni por lo más mínimo y YoonGi jamás había dejado de ser electo como presidente de la clase.

Había muchos rumores sobre ellos y su amistad, media escuela conocía a YoonGi, por consiguiente, a Kim.

Yoon no era especialmente el tipo de omega que andaba necesitadamente detrás de un alfa como algunos otros omegas, no, era más conocido por patearles el trasero sin ejercer fuerza física por su puesto como presidente.

El omega era una bestia y sólo se mantenía atada por el puesto de presidente, además de su lamebotas el beta Kim. Esa era la reputación de ambos.

Era lo de menos, su amistad era lo que era, no tenía ni debían aclarar nada, las personas siempre abrirían la boca sin importar qué hasta que sintieran en carne propia una lastimosa desgracia.

Todos esperaban pacientemente a que el docente que impartiría la primera clase se presentará, murmurando sobre el nuevo estudiante y a qué aula sería asignado.

Pss, Tae —lo llamó Yoon cuando lo vio concentrado en su libreta.

—¿Mmh?

—¿Ya has visto al chico del que todos están hablando? —Cuestionó con curiosidad—. Le pedí a papá que investigará un poco, pero no hay fotos de él, no tiene redes sociales ni una foto familiar —susurró el omega cerca de su amigo, evitando que otros escucharan.

—No, Gi-...

—Jóvenes, por favor requiero que presten atención al siguiente comunicado —la voz del director irrumpió los pequeños murmullos del salón.

Todos guardaron silencio, comportándose debidamente ante el pedido del hombre adulto, un alfa que al parecer estaba sudando demasiado, experimentando el leve temblor de nerviosismo.

—Ejem, joven, por favor pase —se aclaró viendo al exterior de la entrada del aula.

El aroma a enebro con vetiver y bergamota rápidamente se apropió del lugar cerrado, cohibiendo a todos repentinamente, era demasiada dominancia como para soportar.

Tanto omegas, alfas y betas centraron toda su atención en el alfa frente a ellos, era guapo y alto, cabellos cobrizos radiantes, iris plateado engatusadores, rasgos afilados y encantadores, mirada imponente y esencia singular.

—El joven heredero Jeon se incorporará a las actividades grupales a partir de hoy, ha vivido-...

—Suficiente, señor director —lo detuvo antes de que continuará hablando—. Si eso es todo, puede retirarse, he encontrado mi asiento —soltó sin mucho preámbulo, haciendo jadear en alto a casi a toda la clase, pero él sólo fijando sus orbes en algo.

En una persona y nada más, no podía prestarle atención a nadie más, tampoco estaba para tolerar la alabanza que le haría a su apellido por donarle millones de dólares sólo para que lo aceptaran a mitad de año.

El director se encogió ante la orden, tomando un gran impulso para dirigirse al presidente de la clase.

—Min YoonGi es el presidente de la clase, él te proporcionará un recorrido por las instalaciones cuando haya terminado el horario estipulado —señaló con firmeza pero no dejando de lado la hesitación en su entonación.

El alfa asintió en silencio, caminando a la mesa en el otro extremo hasta el frente, parándose justamente delante del omega Min que lo veía expectante, a su lado, TaeHyung tenía la piel crispada, su mano se aferraba al saco de su mejor amigo por su nerviosismo.

Que detestable día.

—Tomaré tu lugar al frente, estoy seguro de que puedes encontrar un sitio detrás o tu costado —comentó dócilmente, su voz siendo amigable pero a la vez fría, su rostro estoico no daba señales de emoción por estar en donde estaba.

YoonGi que estaba sintiendo los temblores TaeHyung suspiró, diosa, no estaba en disposición de luchar con alguien como él. Sus familias eran cercanas y debía procurar mantener la paz entre ellos.

—Claro, TaeTae vamos —asintió tomando a su mejor amigo, porque sí, sí él se iba de ese lugar, también su mejor amigo.

—Él se queda —dictó, haciendo respingar al omega, rechinando los dientes ante tal orden.

TaeHyung vio a su amigo apretar los puños, su aroma agriándose, viendo el destello de insatisfacción ante ello.

—Gi-...

—Soy intolerante a las feromonas ajenas, me irrito con facilidad —mencionó, dejando su mochila al frente.

El aula entró en tensión ante la información, musitando cosas que pensaban eran inaudibles para el alfa puro.

¿Crees que YoonGi ceda fácilmente a eso? Escuché que los Min son cercanos a los Jeon.

A este paso tendremos nuevo presidente de clase.

No creo que YoonGi ceda.

TaeHyung parece tener miedo, ¿ya viste?

Yo estaría festejando mentalmente porque él se sentará a mi lado.

¿Crees que él y YoonGi hayan sido comprometidos? Sus familias son muy cercanas.

—No es asunto mío, Mina, siéntate con Jeon —demandó con voz tensa, tomando su mochila junto a la de su Tae.

—Mina, siéntate en donde estas, me sentaré con él —habló TaeHyung, el silencio reinó por un segundo cuando el jadeó de su amigo se escuchó—. No, Gi, no lo hagas —pidió desde su lugar, suplicando que no montará una escena.

—Pero Tae...

El beta negó con la cabeza, no dejaría que su amigo se enemistará más con ese alfa por su culpa, muchísimo más sabiendo que los padres del pelinegro y del alfa se llevaban bien.

El nuevo estudiante hizo una pequeña mueca, casi queriendo hacer un puchero que nadie podía visualizar cuando sus ojos estaban puestos en la pequeña confrontación entre los mejores amigos.

Esperando que otra escena se desarrollará, pero cuando no hubo ninguna otra palabra de parte de ellos, todos se centraron nuevamente en Jeon que tomaba asiento al lado del beta.

Muchos le daban bendiciones cargadas de burlas mentales, otros lo envidiaban por casi hacer que dos de las personas más importantes en el instituto peleen y unos pocos tenían la inevitable pregunta que sus cerebros casi carentes de lógica les formulaba.

¿Qué tenía Kim TaeHyung que atraía a las personas asquerosamente ricas como imán a su alrededor?



Se me olvidó aclarar algo en el primer apartado, aquí no existen las parejas destinadas ni nada por el estilo, pero si existen las marcas.

Yoon es un dulce, sus intenciones siempre serán buenas con Tae, no hay nada de qué preocuparse a futuro.

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