🌼Capítulo 15🌼

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Minnie había logrado despertar algunas otras veces anteriores, pero siempre que lo hacía apenas podía mantener sus párpados arriba para contemplar a su oso moviéndose a su alrededor o estando apegadito a su lado, sosteniendo su mano o su cuerpo, lo que era realmente agradable.

Le gustaba eso, poder apreciar a Yoongi cada vez que sus ojitos estaban abiertos era lindo, pero lamentablemente nunca lograba observarlo mucho tiempo por más que lo deseara.

Su cuerpo se sentía muy pesado y su cabeza dolía. Escuchaba palabras lejanas, dulces promesas, y sentía cariñosas manos tocándolo, intentando calmar el calor o el frío de su cuerpo.

Y todo le encantaba, a pesar de que no se sentía bien, no tenía miedo porque el señor chocolate estaba a su lado al menos en sus sueños, porque eso debía de ser todo, un dulce sueño muy bonito.

Cada vez que Minnie se sentía mal, su tío y primo lo dejaban solo, abandonado en aquel pequeño cuarto para que no molestara a nadie hasta que mejoraba solito por su propia cuenta.

Si entraban y él seguía igual, lo volvían a mantener encerrado en la habitación por otros días más, pero si se encontraba mejor, lo colocaban a trabajar inmediatamente.

Y Jimin odiaba eso, realmente odiaba estar solo y enfermo, pero si se quejaba era peor, y él le había prometido a su mami ser un niño valiente, por eso nunca lloraba.

Pero... Lo había hecho aquella noche que el omega malo con sus amigos lo molestaron diciéndole cosas feas. Y lo volvió a hacer después con su amigo Jin.

¿Por qué ya no podía ser tan valiente?

—¿Bebé, ya estás despierto? —preguntó una dulce voz baja.

Minnie apretó sus ojitos juntos y se acercó más al agradable calorcito que estaba a su lado izquierdo. Sintió como un brazo lo rodeaba por los hombros, acercándolo más al fuerte cuerpo y luego una cariñosa mano tocaba su cabello y luego sus orejitas peludas.

Soltando un pequeño murmullo inentendible de puro gusto ante la caricia, movió sus orejitas aplanándolas contra su cabello y luego alzándolas, pidiendo más.

Una rica risa un poco grave se escuchó y Jimin sonrió sintiendo una ligera vibración bajo su mejilla.

—Vamos pequeño, tienes que comer algo —pidió Yoongi, volviendo a acariciar a su dulce chico.

Deslizando su dedo por el arco de sus cejas, bajando por el puente de su nariz de botón, desviándose hacías sus mejillas con un ligero rubor sano, y llegando a sus abultados labios.

Sintiendo la ligera caricia por su labio inferior y luego superior, Jimin soltó una suave risita por las cosquillas que le provocaba y abrió atrapando entre sus dientes en una suave presión aquel dedo que no le dejaba seguir durmiendo.

Soltando otra risa baja, Yoongi alejó su dedo una vez fue liberado y alzó su mirada, finalmente contemplando otra vez aquellos bonitos ojos verde jade que le observaban con curiosidad.

—Es bueno que finalmente hayas despertado —expresó con ternura, plantando un beso en su frente.

Su dulce chico parpadeó con lentitud y alzó una de sus manos para restregar sus ojos, entonces le observó otra vez y tocó su frente antes de tocar a Yoongi.

—¿No sueño? —murmuró, observándolo.

—¿Parezco ser un sueño? —se burló alzando una ceja.

La pequeña ardilla híbrida hizo un puchero.

—Pero Minnie no-... —bajando su cabeza, Jimin tosió en un pequeño sonido casi contenido que derritió el corazón del alfa.

Luego su pequeña cosita gimoteó angustiado, despertando a su oso y sus instintos protectores.

—¿Qué? ¿Qué sucede cariño? —cuestionó enderezándose más.

—Minnie no sentirse bien —se quejó—. Garganta duele igual que pechito —sollozó.

—Oh cariño —musitó soltando brevemente su cuerpo para sentarse en la cama recargando su espalda en el respaldar.

Con cuidado, tiró de las mantas hacia atrás y tomó el cuerpo de su pequeña cosita, sentándolo de lado sobre su regazo para que su costado izquierdo se recargara en su pecho.

—Te has resfriado cariño, por eso no te sientes bien —explicó—. Pasaste unos días terribles con fiebre, pero ya lo controlamos gracias a los medicamentos de Hoseok. Me tenías preocupado —expresó—. Unos días más tomando de estos y estarás como nuevo otra vez.

Jimin arrugó su pequeña nariz cuando un recuerdo de un amargo sabor cruzó en su mente.

—No, medicamento malo —se quejó apoyando su cabeza en el hombro de Yoongi.

—Sé que es malo, pero te hace bien —explicó—. ¿A caso no quieres salir otra vez?

—No... Minnie no salir nunca —murmuró alzando su manito para apoyarla en el pecho del alfa mientras enterraba su rostro en la curvatura del cuello.

Los brazos alrededor de su cuerpo se apretaron ligeramente y el pequeño hombrecito suspiro a gusto, sintiéndose tan protegido y querido entre ellos. Incluso el aroma del señor chocolate era delicioso y le calmaba sin que se diera cuenta.

—¿Por qué no quieres salir, bebé? —preguntó Yoongi, a pesar de que claramente ya sabía la respuesta.

Su pequeño interrogatorio el día anterior con Dong-min y sus dos amiguitos había revelado muchas cosas, y aunque arreglar todo tomaría su tiempo entre los omegas, seguro como el infierno que el alfa oso ya se había comunicado con el Consejo shifter para contarles de la situación y así sacaran de sus tierras a aquellos tres omegas.

Nadie que hubiera molestado, tocado y amenazado a su pequeña ardilla se iba a quedar en su propiedad.

Lo peor de todo, es que su pareja no había sido la primera víctima de esos tres malvados, y si no fuera por Jimin, quizás cuándo se habrían enterado de algo.

Apretando sus labios, Minnie negó suavemente—. No salir...

—¿Estás enojado conmigo? —preguntó el alfa.

—No... Minnie no... —pronunció sin salir de su escondite.

—¿Entonces, cariño?

Jimin estiró su relleno labio inferior en un adorable puchero.

—Minnie no quiere estar lejos de oso —explicó—. Y Minnie prometió no estar cerca... Pero hacer eso duele pechito.

Moviendo sus brazos, Yoongi acomodó a su dulce chico hasta que estuvo sentado a horcajadas sobre regazo mirándole de frente y tomó su rostro entre sus manos.

—¿A quién le prometiste eso? —indagó.

Minnie dudó y luego suspiró.

—Omega malo con sus amigos molestar a Minnie —reveló—. Ellos tirar agua sucia, decir palabras feas... —arrugó su naricita—. Molestar por orejitas y cola de Minnie —hizo un puchero y tomó su colita entre sus manos—. Ellos romper lápiz de Minnie y prometer romper otros regalos si no lejos de alfa Yoongi —contó.

El oso en su interior se agitó con molestia, deseando ir a golpear a aquellos omegas que molestaron a su cosita dulce.

—¿Ellos te golpearon? —preguntó.

Minnie negó—. Solo empujar aquí —tocó su hombro.

—¿Y qué cosas feas te dijeron?

—Molestar a Minnie por no ser humano ni shifter, decir que es feo y basura, una rata y fenómeno —contó con sus ojitos volviéndose brillantes—. Ellos romper lápiz, no Minnie, decir que lejos de alfa Yoongi porque basura Minnie no estar al lado de oso perfecto —explicó con una lágrima escapando de su ojo—. Reírse y burlarse de Minnie, decir que yo no poder gustar de Yoongi.

Respirando profundamente para controlar el temperamento de su oso, Yoongi capturó aquella única lágrima con su pulgar y luego inclinó su cabeza hasta que sus frentes se unieron.

—¿Yo te gusto, hermoso chico?

—Sí —sollozó—. Pero Minnie no puede.

—Claro que puedes —aseguró con un sentimiento de regocijo llenando su pecho.

—No, Minnie feo y-...

Siendo interrumpido con un dulce beso en sus labios, Jimin parpadeó lentamente con sorpresa inesperada.

—No quiero que digas esas cosas horribles de ti mismo —reprochó.

—Pero-...

Y Yoongi le volvió a interrumpir besando sus abultados labios otra vez, consiguiendo ese dulce parpadeó confundido.

—Creo que eres la persona más hermosa que he visto en este mundo, no importa si no eres complemente humano o cambiaformas, ser como eres es lo que te hace especial —expresó.

Minnie dudó.

—¿Minnie tonto?

—No, Minnie es hermoso e inteligente —aclaró—. Que tu capacidad para entender sea diferente a la de otros no te hace tonto, el que no quiere aprender nada nuevo es quien es tonto realmente —expresó.

—¿Por qué Yoongi besar a Minnie? —pregunto finalmente, curioso.

—Porque, a mí también me gustas, mucho —expresó con una sonrisa.

—¿Yoongi también mariposas en su pancita? —exclamó con sorpresa.

—Cada vez que estás cerca —prometió.

—¿Yoongi pensar en Minnie? —preguntó alegre.

—Cada minuto del día —sonrió—. Incluso en la noche sueño contigo —reveló y obtuvo una dulce risita en recompensa.

Pero lastimosamente la risa de Jimin se transformó en una fea tos y tuvo que alejarse para poder toser.

Tomando el vaso con zumo de la mesita de noche, Yoongi lo acercó a los labios de su pareja una vez terminó de toser y le ayudó a beber y refrescar su garganta.

—¿Mejor? —preguntó y cuando su dulce cosita asintió, Yoongi lo volvió a dejar en la mesita de noche.

—¿Corazón de Yoongi también quiere escapar cuando ve a Minnie? —retomó con entusiasmo.

—Siempre que te toco o estás cerca —aceptó con una gran sonrisa—. ¿Y sabes por qué pasa eso?

—¡Porque Yoongi enamorado de Minnie como Minnie de Yoongi! —exclamó y alzó sus manos para tapar su boquita.

—Exactamente por eso —asintió el alfa con alegría enternecida—. Y como los dos nos queremos, es normal que estemos juntos si así lo deseamos.

—Minnie quiere —asintió fervientemente—. No estar lejos de Yoongi nunca más —prometió rodeando su cuello con sus brazos.

—Me alegra escuchar eso —sonrió el oso alfa, rodeando el pequeño cuerpo con sus brazos.

—¿Ahora Yoongi pareja de Minnie? —preguntó alejando su rostro para observar al oso.

—Sí, ahora somos parejas —asintió—. ¿Sabes qué son las parejas? ¿Qué es lo que significa?

—Minnie sabe —sonrió dulcemente—. Mami decirle a Minnie sobre parejas para cuando encontrara a su alfa —explicó.

—¿Qué fue lo que te dijo tu mami? —preguntó curioso.

—Ser parejas cuando alfa muerda a Minnie en su cuello, y pareja de Minnie lo cuidara, amará más que ella y protegerá de todos y todo lo malo —anunció—. Minnie no dejar que otras personas toquen a Minnie en ningún lado cuando encuentre a su alfa, y alfa enseñara a Minnie el resto cuando lo encuentre —terminó—. ¿Qué vas a enseñar a Minnie? —inclinó su cabeza, confundido.

Yoongi aclaró su garganta y tal vez se sonrojó un poco, cosa que nunca admitiría.

—Más adelante, cuando sea su tiempo, te lo enseñaré —prometió.

Minnie asintió comprendiendo y luego sonrió volviendo a rodearle con sus brazos.

—Mami dijo también que Minnie presentarse tras encontrar a mi alfa —recordó—. ¿Minnie omega ahora?

—La edad para presentarse es hasta los diecisiete años, pero supongo que bajo las condiciones en las que has vivido... Es posible —expresó.

—Minnie feliz siendo el beta de mami, pero feliz también de ser el beta de Yoongi —sonrió dulcemente—. ¿Yoongi como quiere a Minnie?

—Seas beta, omega u alfa te querré de todas formas, bebé —prometió obteniendo una dulce risita suave de su pareja.

Y de pronto, su oso se agitó completamente mientras el olfato de Yoongi se llenaba con el delicioso aroma de su pequeño de forma gradual.

Yoongi siempre había sentido un ligero aroma dulce en su pareja, uno que obviamente volvía loco a su oso, pero... Podía sentir como lentamente ese ligero rastro comenzaba a presentarse más y más, lo había percibido horas antes, pero... En ese momento era más notorio.

¿A caso Jimin tendría razón y se estaba presentando?

Tendría que preguntarle a Hoseok al respecto, esa fiebre anormal que no le había querido bajar con nada tal vez ni siquiera se debía enteramente por el resfriado, tal vez era su pequeña cosita presentándose.

—¿Minnie huele raro? —pregunto con curiosidad cuando el señor chocolate enterró su rostro en la curvatura de su cuello y olfateó causándole cosquillas.

—No, solo... Tienes un aroma muy delicioso —explicó conteniéndose de lamer la piel de su pareja o de morder.

—Oh, gracias —sonrió—. Yoongi cosquillas —rió sintiendo la nariz del alfa recorrer su cuello otra vez.

Pero al igual que antes, su risa terminó en otra tos seca.

Besando el cuello de su pareja que parecía estar presentándose, Yoongi volvió a tomar el vaso con zumo mientras le observaba con preocupación.

Probablemente, Minnie podría haberse presentado esos días de fiebre terrible, pero eso no significaba que su resfriado fuera menos cierto.

—¿Qué sucede? —preguntó cuando su pareja se le quedó mirando.

—¿Qué pasa con los omegas malos que molestar a Minnie? —cuestionó visiblemente incómodo.

—Se irán de aquí —anunció.

—¿Sin casa por culpa de Minnie? —exclamó con expresión culpable.

—Bebé, tú no fuiste la única persona con las que fueron malos, ellos molestaban a todos, en especial a SeokJin —explicó—. No puedo permitir que ese tipo de personas estén aquí, por lo que se irán a otro lugar, ¿está bien?

Jimin asintió lentamente.

—No te preocupes de ellos, yo me encargaré —prometió besando su frente—. Por ahora, solo debes de preocuparte por mejorar —anunció y tomó de la mesita de noche unos frascos con medicamentos.

—No gustan —anunció el pequeño híbrido inmediatamente, arrugado su naricita.

—Lo sé, pero te hacen bien —indicó.

—Minnie no quiere —pidió con un adorable puchero.

Uno, el cual muy probablemente hubiese convencido al oso de no ser, que era por el bien del dulce chico.

—Qué tal si tomas tus medicamentos y te doy otro beso —propuso.

Las orejitas peludas de Jimin inmediatamente se alzaron con interés y su cola se balanceo de igual forma.

—Dos besos —pidió tímido, alzando sus deditos.

—Que sean tres —respondió.

—Cuatro —sonrió el pequeño omega.

—¿Lo terminamos en muchos? —ofreció sonriente el alfa.

El dulce chico chilló y asintió felizmente, abriendo su boquita para que su oso alfa le dejara el medicamento antes de tomar el vaso, ansioso por recibir sus muchos besos por recompensa, los cuales sospechaba que iban a ser mejores que sus dulces.

Después de todo, despertar de su sueño no había sido tan malo para Minnie.

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