Cuidandolos Desde El Edén

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De niña nací con un don.
Siendo una de las últimas Shamales en el mundo.
Nunca tuve hermanos o hermanas, cuando preguntaba el porqué, me decían que yo debía ser la única.
Siendo el Cielo de la familia Giglio Nero.
Un dia tuve una visión, una donde me veía rodeada de 7 personas.
Pasó el tiempo y quede embarazada.
Yo estaba tranquila en mi hogar cuando un hombre se presentó diciéndome que vaya a un lugar en específico. Yo ya sabia que debia hacer y estaba dispuesta a aceptar mi destino.
Al llegar, note que no era la única.
Dos mujeres mas, una mas chica y otra de mi misma edad.
Y después cuatro hombres, aunque uno parece ser apenas adolescente.
Se supone que los 7 debíamos convivir por unos días.
Cada uno dijo a lo que se dedicaba, y fue grande su sorpresa al verme embarazada, incluso una de las chicas se ofreció a ayudarme.
El tiempo pasó y la convivencia iba bien. A pesar de ser muy diferentes, todos estábamos en armonía.
Una que me incomodo un poco ya que eso debía tener alguna razón.
Un dia, el mismo hombre que nos reunió nos llevó hasta una especie de prado, donde se supone que debíamos colocarnos en círculo.
Luego de eso todo brillo, pude sentir como mi cuerpo cambiaba, e incluso llegue a sentir miedo por mi pequeña hija que no nacía todavía.
A mi alrededor escuche los gritos de desconcierto de los demás y él como un joven rubio intentaba salvar a Lal.
Cuando la luz desapareció, todos teníamos los cuerpos de unos bebés.
Y además de unos pacificadores en nuestros cuellos.
El mio era color naranja.
Entonces lo recordé, yo y los demás habíamos sido elegidos como los nuevos Arcobaleno.
Desde ese dia todo fue difícil.
Adaptarnos a nuestras nuevas formas.
Mis visiones habían comenzado a escasear con el tiempo.
Hasta que un dia... Me enferme.
Todos los demás se fueron por sus propios rumbos, pero de vez en cuando me visitaban.
Un dia tuve la que sería mi última visión.
Vongola, Mare, Arcobaleno, el Triniset reunido y trabajando juntos.
Después de eso comenzó a sentir un dolor horrible, supe que rompí fuente y mi pequeña hija nacería .
La cosa fue complicada ya que con la maldición, digamos que el dar a luz fue doloroso.
Apenas pude ver a mi hija, sana y salva pero cuando esto pasó.
Mi cuerpo volvió a mi forma original.
Pasaron los dias y mi pequeña Aria ya había dejado de tomar el pecho.
Una noche me despedí de mi gente y mande una carta a los demás Arcobaleno.
Me dolia mucho lo que estaba por hacer, pero sabía que tarde o temprano sucedería.
El Pacificador brillo y yo, postrada en mi cama cerré mis ojos para desaparecer para siempre de ese mundo.
Al volver a abrirlos me encontraba en un hermoso prado lleno de flores y pasto.
Comenze a caminar y encontré una fuente y al reflejarme en sus aguas pude ver hacia el mundo de los vivos.
Mi pequeña Aria ya había ocupado su puesto como Arcobaleno del cielo y Novena Giglio Nero.
Lal y Colonello eran parte del CEDEF.
Skull se había unido a la familia Carcassa.
Viper y Reborn seguían con su antigua vida.
Al igual que Verde y Fon.
Me dolió mucho dejarlos, pero era mi deber como Arcobaleno.
El tiempo pasaba y observaba a todos.
Aria falleció y nació mi pequeña nieta Uni.
Yo esperaba ansiosa el poder ver a mi hija, pero su alma nunca apareció en el lugar.
Seguía observando y el futuro en el que mi nieta vivía, fue muy duro y me causo mucho dolor cuando vi las muertes de muchos.
Lal, Colonello, Viper, Reborn, Verde, Fon, Skull, incluyendo a Bermuda.
Las lagrimas caian de mis ojos.... MeMe sentía impotente e inútil.
¡Se supone que yo era su cielo! ¡Yo debía estar para ellos!.
El sacrificio de mi nieta, de los jóvenes de las demás familias...
Reborn......
Me eche la culpa por un tiempo, pero luego llegó el pequeño Vongola a cambiar el futuro desastroso.
Luego de eso todo cambió.
Y ocurrió la visión que yo había tenido cuando estaba con vida.
El Triniset estaba completo y unido.
Mi nieta había conseguído una familia.
Mis compañeros habían conseguido una familia.
Estaba muy alegré, tanto que me cai en la fuente.
Al salir de ésta vi con desconcierto como la imagen me mostraba que Reborn y los demas habian sentido mi presencia.
Me sorprendí.
Pero supe en ese momento que tenía un medio para hacerles saber que estaba con ellos.
Mi pequeña familia.
Mis hermanos y hermanas.
Mi amor.
Yo, Luce Octava Giglio Nero y su primera Arcobaleno del cielo.
Los estoy cuidando aquí, desde el Edén .

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