6.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Ambos chicos no dejaban de profundizar sus miradas, pero cada una de estas tenía un significado completamente diferente.

 La mirada del pelinegro era desafiante, la cual también tenía una pizca de seducción y furor en ella. La mirada del castaño indicaba miedo, nervios, vergüenza y un poco de desagrado, aunque no podía negar que tan atrayente es el rostro del pelinegro.

Jungkook aún seguía muy cerca de un TaeHyung incómodo, desvió su mirada hacia la ventana y al visualizar la silueta de su hermano Yoongi acercarse a ellos, se alejó sin nada más que decir y se acomodó tranquilamente en su asiento.

—Chicos, traje golosinas.  —comentó alegremente Yoongi, se acomodo en el asiento delantero y coloco las golosinas en el asiento del al lado, miro por el espejo retrovisor a los chicos pero su mirada se ubicó en TaeHyung, este tenía las mejillas rosadas y estaba jugando nerviosamente con sus dedos.

—TaeHyung, ¿estas bien? ¿por qué estás tan rojo como un tomate? —su mirada fue a dar a donde Jungkook.— ¿Que carajos le hiciste, Jungkook?

—¿Yo?  —dijo fingiendo sorpresa.— No le hice nada, solamente hablamos y arreglamos las cosas, ahora ya somos amigos ¿cierto, TaeHyung?  —aparento amabilidad cogiendo la mano del castaño y dándole una sonrisa juguetona.

—O-oh claro, ya estamos bien.  —tenía nervios y no sabía el porqué, él jamás se había dejado intimidar así de alguna persona, ¿porque de Jungkook sí?

—Está bien.  —aseveró aún no muy convencido.— Por cierto, Jimin acabo de llamarme, está preocupado por ti pero le hable sobre lo que había sucedido y que ya estábamos rumbo a la escuela.  —dicho eso, prendió el auto y se marcharon.

En el camino, TaeHyung no dejaba de pensar, ¿cómo es que Jungkook estaba tan relajado?, Es decir, cómo es que no tenía ni una pizca de descaro después de lo que le había dicho, prácticamente le había advirtió que le haría algo malo. ¿Cómo podia lucir así de tranquilo?, con su mirada perdida en la ventana, su respiración calmada y con una pequeña sonría en sus labios.

Si que era un patán.

Revoloteo su cabeza mejor dejando ese tema en el olvido, al final, no tenía remedio seguir pensando en ello, después de todo Jungkook era solo un idiota que quería dárselas de chico malo.

Un golpe en la ventana provocó que TaeHyung brincara en su asiento quedando atónito, sacándolo de sus pensamientos.

—Tae.  —saludo alegremente Jimin al otro lado de la ventana, con un tierno puchero en su rostro.

Los tres chicos bajaron del auto, ya se encontraban en el estacionamiento del instituto. TaeHyung fue abrazar a Jimin pero recibió un golpe en la nuca por parte de este.

—¿Dónde carajos te habías metido?, estaba preocupado por ti, idiota.  — comentó fingiendo molestia pero la verdad era que si estaba preocupado por el castaño.

—Ah~.  —protesto sobándose la nuca.— Controla tu humor, Jimin. Por cierto, también te quiero.  —aludió con sarcasmo.

—No seas duro con el, Jimin.   —sugerio Yoongi pasando su brazo por los hombros del rubio.— Además fue culpa mía de que se retrasara. Ya que estamos aquí todos...  —empezaba a  susurrarle a Jimin.— ¿Ya le dijiste a TaeHyung?, no quiero tener problemas con él.

—No, aun no.  —dijo aun pensando en cómo darle la noticia al castaño.— TaeHyung, tengo que decirte algo o más bien, pedírtelo.  —planteó con nerviosismo.

—Oh claro, dime, Jimin.  —TaeHyung se dirigía hacia el menor pero el sonido de su teléfono desvio su atención, sacó su celular del bolsillo y miró la pantalla.— Lo siento Jimin, pero me llego un mensaje de Lisa, el señor director me necesita para la organización de la feria, hablaremos más tarde.

—De acuerdo, en la casa hablam-.  —TaeHyung le interrumpió.

—Jimin, hoy trabajo, llegaré tarde a casa.  —aseguró mientras se acomodaba la camisa.— Lo que tengas que pedirme será después o haz lo que quieras, si es dinero, está en una caja dentro d mi armario.

—¿Lo que sea Tae?, ¿Cualquier cosa?

—Si, si lo que sea.  —sostuvo restándole importancia a lo que quería Jimin.— Nos vemos mas tarde, Jimin. Adiós Yoongi.  —el nombrado le sonrió con ternura.— Adiós, Jungkook...  —el pelinegro solo asintió con la cabeza.

Los tres chicos visualizaron a TaeHyung perderse entre la gran multitud, pues era cambio de clase así que había muchas personas rondando por todo el instituto.

—Chicos, ya escucharon a Tae, dijo que podía pedir lo que quisiera, entonces en un si.  —salto de la alegría.

—No lo se, Jimin. No le comentaste nada al respecto de la posibilidad de que Jungkook y yo nos podamos ir a vivir a su casa.

—Como siempre piensas de más, hermano.   —lentamente Jungkook se posiciono al lado de Jimin.— El enano tiene razón, TaeHyung dijo y sostuvo que le podía pedir cualquier cosa, no es un sí directamente pero tampoco se negó.  —levantó los hombros con total desinterés .

—Es la casa de TaeHyung, no podemos entrar así como si nada, no sin su autorización.   —aseveró con autoridad. 

—Sí pero también es la casa de Jimin y si TaeHyung tiene tan buen corazón como el enano dice, lo entenderá, entenderá que no tenemos a dónde más ir.

—Si, vamos Hyung, te prometo que no se enojara y tu, deja de decirme enano, idiota.  —dio un codazo en el abdomen al pelinegro, recibiendo un quejido por parte de este.

—No lo sé...  —lo menos que quería Yoongi era molestar al castaño pero no podia negarse a la idea de ver todas las mañanas esa bella sonrisa del rubio.— Está bien pero si TaeHyung se enoja, nos vamos, ¿de acuerdo? —suspiro rindiéndose del todo.

—Oh, tranquilo hermanito, nuestra presencia no le molestara en lo absoluto.  —opino dando una sonrisa, una sonrisa que escondía miles de travesuras y perversidades en ella.


[...]

Después de casi 5 horas, TaeHyung se dirigía a su trabajo, la verdad estaba cansado; estuvo alzando cajas de un lado para otro y tuvo que ir solo a comprar las decoraciones de la feria, su compañera Lisa tuvo que irse antes así que le tocó organizar lo demás a él solo.

A Lo lejos observo aquel lugar, al llegar se posicionó al frente de su lugar de trabajo, se quedó contemplandolo por unos segundos para después ingresar allí.

 El ambiente en aquel sitio era un poco pesado, olía a alcohol, drogas y a sexo. Como quien dice, un lugar de mala muerte.

Por donde sea que mirase TaeHyung, solamente veía a hombres bailando obscenamente, bebiendo como desfondados, drogándose hasta donde el alma no lo soporta más, algunos eran muy descarados y follaban por cualquier lugar.

TaeHyung trabajaba en un prostíbulo gay, llamado Sweet Cherry, lleva trabajando 5 años ahí, era el prostíbulo más conocido y el más distinguido en todo Seúl. 

TaeHyung no se acostaba con ningún hombre, »gracias a Dios«, su jefe lo había dejado en la faceta 2, la cual consiste en hacer bailes eróticos para sus espectadores y el que quisiera pagar por él se lo llevaría para un baile privado, la única regla que había, era que cada uno de los chicos que trabajaba allí debía usar un antifaz negro para su mejor seguridad.

Uno nunca sabe cuando un loco venga a obsesionarse de manera repugnante con uno los trabajadores.

—¡Oye, TaeHyung!  —un chico lo llamaba desde la barra de bebidas.

—¿Que sucede Kai?  —interpelo alzando la voz un poco, la música estaba muy alta.

—Tienes cliente, lo que quiere que uses, está en tu casillero.  —replicó también alzando la voz, entre tanto limpiaba unos vasos.

—¿Es el mismo viejo grotesco de la semana pasada?  —preguntó con cierto desagrado.

—Jajaja, ese señor no volvió desde que le gritaste "papanatas".  —carcajeo al recordar la expresión de sorpresa que tenía ese señor.

—Ese imbécil quiso pasarse de listo conmigo.  —su mirada cayó al suelo y su expresión se volvió afligida al recordar ese amargo suceso.

—Oye Tae, sabes que si alguno de esos pervertidos se llega a pasar de más contigo, no dudes en decirme, que lo haré pagar.  —mostró su mejor sonrisa, el castaño asintió recordando que su Hyung jamás lo dejaría solo y expuesto en ese lugar.—Oh, y a la salida tengo que pasar a recoger algunas cosas cerca de tu casa, de paso te llevo.

—Muchas gracias, Kai.  —le dedicó la más sincera sonrisa, Kai era la única compañía buena alli.— Bueno, me voy a mi labor, nos vemos mas tarde, Hyung.  —se despidió usando un tono un poco triste.

Kai le observó irse, el castaño no debía estar en este lugar, era tan puro, tan inocente y de buen corazón pero ese chico estaba pagando una condena muy grande por su triste pasado, por eso estaba en ese infierno de sitio, pero Kai estaba para protegerlo mientras pudiera.

Las personas como él no siempre tenían la opción de elegir.


[...]

—Gracias por traerme de vuelta a casa.  —sonrió reconfortante, ya queria tocar su suave y deliciosa cama.  

—No te preocupes, sabes que las veces que pueda te traeré, espero que estés bien y espero que te cuides mucho.  —estaciono el auto en frente de la casa del castaño.— Oye, TaeHyung,  ¿porque hay un camión de mudanzas en tu casa? —interpelo dando una horrorosa mirada hacia el camión, el castaño le copio la misma acción.

—Mierda.  —masculló viendo a Jungkook bajar unas cajas del camión para meterlas a la casa.— Voy a matar a Jimin.  —advirtió molesto.— Nos vemos después Kai, muchas gracias por traerme.

TaeHyung no espero a que Kai le dijera palabra alguna, solo bajó y corrió a la entrada de su hogar.

—Oh, TaeHyung, que alegría verte.  —manifestó Jungkook recostandose en el marco de la entrada de la casa.

—¿Me quieres decir qué diablos es todo eso? ¿dónde está Jimin?  —hasta el pelinegro podia escuchar los dientes de TaeHyung rechinar debido al enojo, noto que este estaba apretando la mandíbula.

—Jimin está acomodando nuestras cosas en la habitación de huéspedes.  —sonrió cínicamente, molestar al menor se iba a convertir en su pasatiempo favorito

—¿Como que acomodando las cosas?¿ acaso tú...ustedes?  —tenía miedo a que Jungkook le respondiera con lo que más temía.

Por favor que no lo diga, que no lo diga.

—Así es lindo, nos venimos a vivir con ustedes  —estiró sus brazos queriendo recibir un abrazo por parte de Tae pero este le dio una mirada mortal. Si las miradas mataran, Jungkook ya tendría orden de captura en 3 cementerios.

Esta tontería le iba a salir muy cara a Jimin, se la iba a cobrar... maldito enano nalgon.

***

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro