7.

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TaeHyung estaba que echaba humo por las orejas, ¿Por qué demonios Jimin no le había consultado nada de esto antes?

Su mirada se dirigió a la de Jungkook, este le miraba de una manera divertida.

—Sabes, TaeHyung...   —espetó el pelinegro con total tranquilidad, camino en dirección hacia el castaño.— Ahora que vamos a vivir juntos, tratemos de llevarnos bien delante de tu primo y mi hermano.  —ya estando cerca del castaño, se inclinó para susurrarle.— Pero conmigo a solas, tu vida se va volver un infierno, verás que a mí nadie me rechaza, lindo.

TaeHyung solamente empujó bruscamente al pelinegro hacia un lado, estando irritado, se adentro a la casa para buscar el causante de esta pesadilla. 

Llegando al segundo piso, por el pasillo el cual daba en dirección hacia su habitación, seguida de un baño y la habitación de huéspedes; Esta estaba abierta con algunas cajas afuera y desparramadas en el suelo.

Vio a Jimin de espaldas limpiando unos cuadros que de seguro serian de Jungkook. Su mirada viajó por toda la habitación, encontrándose con maletas en el suelo, la cama con sábanas nuevas, retratos de Yoongi y Jungkook colgados en la pared, un escritorio ubicado al lado de la ventana con algunos libros del instituto y una computadora sobre él.

—Jimin...  —su voz salió más gruesa de lo normal y un poco carrasposa.— ¿Me quieres explicar que mierda hiciste?

El nombrado dio un pequeño salto, la voz de TaeHyung lo había asustado, causándole un escalofrío que recorrió todo su cuerpo, jamás lo había escuchado de esa forma y a decir verdad, daba un poco de miedo.

—Ta-TaeHyung, y-yo.  —giró sobre sus talones para mirar a TaeHyung, quien tenía una expresión muy seria en su rostro.—Puedo explicarlo...  —dijo con nerviosismo.

—Te escucho.  —sentándose en el borde de la cama, veredicto abruptamente sin ninguna indicación de sensibilidad.

—Hace un mes, la dueña del departamento de donde vivían Yoongi y Jungkook, les pidió que tenían que irse del lugar, al parecer un rico millonario le ofreció mucho dinero por comprar todo ese terreno...  —guardó silencio al notar que TaeHyung no decía nada pero que con tan solo su mirada, decía muchos más que las palabras.— No tenían donde ir, la señora ni siquiera les dio tiempo para buscar otro lugar en donde quedarse. Yoongi me contó lo sucedido, lo vi muy mal, entonces pensé que no sería mala idea que se quedarán mientras buscan otro sitio, sobre eso quería hablarte esta mañana pero te fuiste y no le vi nada malo ya que dijiste que podía pedir o hacer lo que quisiera...

TaeHyung se golpeó mentalmente por haberle dicho eso a Jimin, no le había tomado tanta importancia antes porque pensó que su primito pediría cualquier bobada, pero jamás se imaginó algo así.

Volviendo al tema de antes, no sabía qué hacer, había un debate mental en su cabeza. Yoongi era una gran persona y ayudarlo no sería un problema para el buen corazón del castaño pero el solo hecho de pensar que Jungkook venía incluido, le molestaba tanto, no quería vivir con ese cretino.

Jimin puso ojitos de cachorrito adorable, haciendo un puchero y juntando sus manitas en forma de súplica.

—Por favor Tae, solo será por unos meses.

—Vamos lindo, ni notarás que estamos aquí.  —una tercera voz se escuchó a sus espaldas.

TaeHyung soltó un profundo suspiro, ya no tenía más remedio.

—Está bien pero ni creas que de esta te salvas Jimin, ya te las cobrare después.  —anunció serio pero con un poco de amabilidad, su semblante serio cambio cuando el rubio se acercó para abrazarlo con todo el cariño del mundo.

—Muchas gracias, Tae.  —dio pequeños brincos de felicidad.— Voy a llamar a Yoongi para contarle, se va poner feliz.  —a toda prisa salió corriendo de la habitación.

—Vaya, Jimin no mentía cuando decía que tenías un buen corazón,  TaeHyung.  —menciono burlesco.

TaeHyung no le respondió absolutamente nada, solo paso por su lado ignorándolo y  dispuesto a irse de la habitación pero una mano le sujetó la muñeca impidiéndole seguir.

—¿Ahora me vas a ignorar?, Jajaja haz todo lo que quieras pero no podrás deshacerte de mí, todas las mañanas, todas las tardes, todas las noches me veras quieras o no pero ¿sabes que es lo triste?  —tomo bruscamente la mandíbula de TaeHyung para obligarlo a que le mirara.— Lo triste es que yo si quiero estar contigo, quiero hacerte mierda la vida, quiero molestarte hasta verte echar humo por las orejas, quiero ser la maldita piedra en tus zapatos de todos los días.  —con su mirada estudiaba cada detalle del rostro del castaño, ese chico era malditamente hermoso.— Pero sobre todo quiero hacerte sonrojar, quiero besar esos carnosos labios, quiero tenerte y como lo dije antes, TaeHyung, no descansaré hasta que seas mío, cueste lo que cueste, dañe a quien dañe, incluso a ti... entenderás que con mi orgullo nadie juega. —susurro seductoramente rozando los labios temblorosos del menor. 

TaeHyung quieto la mano del pelinegro descortesmente para mirarlo directo a los ojos y decirle:

—Ni creas que te tengo miedo, Jungkook.  —demandó de forma fría y molesta.— Crees que puedes con todo el mundo pero conmigo no es así, no soy una de las zorras con las que te acuestas, te dejo una cosa en claro y es que lo que hice fue por Yoongi, no por ti, si por mi fuera te dejaría en la calle para que murieras de hambre. Otra cosa, métete en tus asuntos y a mi déjame en paz. El hecho de que hablemos y vivamos juntos desde ahora, no quiere decir que seas alguien en mi vida, esto es algo que se puede jugar de a do.  —dicho eso, le dedico una mirada de odio a Jungkook, tal vez el matar personas con su mirada era su don.

—Si así lo deseas lindo, que empiece el juego pero te aviso que no me gusta perder y juego de una manera muy sucia.  —una sonrisa maliciosa se formó en su rostro.

Los meses estando en aquella casa se iba a divertir mucho...


[...]

—Muchas gracias, gracias TaeHyung, te prometo que mi hermano ni yo te daremos problemas.  —aseguró el de pelo menta separándose del abrazo que le había dado al castaño en agradecimiento.

—No te preocupes Yoongi, pueden quedarse el tiempo que necesiten.  —la idea de vivir con Yoongi no le molestaba para nada pero el hecho de saber que Jungkook va estar todos los días merodeando por la casa, lo saca de quicio.

—Espera un momento.  —dijo Yoongi dirigiéndose al sofá de la sala, tomó una maleta que había dejado ahí  y sacar un sobre de esta.— Toma, es poco dinero pero ayudará mientras consigo un trabajo.

—¿Si tienes dinero porque no conseguiste un departamento? —comentó Jimin sentado en sofá.

—Es muy poco dinero y busque algunos lugares pero son muy caros, buscaré un trabajo para reunir lo necesario y buscar una estancia para nosotros.  —dijo rascándose la nuca.— Pero le servirá a TaeHyung para los gastos necesarios de la casa.

—Yoongi, yo no puedo tomar esto, tal vez te puede servir para otra cosa y-.   —una mano se posó sobre su hombro.

—Acéptalo por favor, TaeHyung. Ya has hecho mucho por nosotros y no te dejare todo el peso a ti, debo colaborar con los gastos, estaré tranquilo si lo aceptas.

—Está bien, Yoongi.  —le dedicó una sincera sonrisa.— No cabe duda de que eres una gran persona.

—No, gracias a ti Tae, oh Jungkook.  —ostentó viendo al pelinegro bajar las escaleras.— ¿Ya le diste las gracias a TaeHyung por el gran favor que nos está haciendo?

—Gracias, TaeHyung.  —menciono sin importancia tomando rumbo a la cocina.

—No le prestes atención, es un niño.   —un "te escuche" mencionarse desde la cocina sacándole una sonrisa a Yoongi.

—Chicos tengo hambre, ¿qué les parece si pedimos pizza?  —sugirió el rubio escuchando su estómago gruñir.

—Me parece bien, tengo antojo de pizza.  

—Yo tengo antojo de otra cosa.  —masculló el pelinegro saliendo de la cocina comiendo una manzana, observando a lo lejos a TaeHyung; viendo lo sexy que se veía con ese pantalón de sudadera gris, que le quedaba un poco apretado, remarcando sus largas piernas y su gran trasero.

***

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