PRÓLOGO

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❝Mundial❞
























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La joven abrió sus ojos de pronto al sentir una opresión, un peso repentino, tomó su varita que siempre guardaba bajo la almohada y rápidamente volteó la situación con quien fuera su atacante.

Dejó a quien fuera indefenso incluso antes de verlo, es lo que le habían enseñado a hacer, no se es parte de los magos sombra si puedes ser interceptada fácilmente.


-¡Draco!- Regañó al escuchar el quejido de su hermano menor.

-¡Daia! ¡Quítate de encima! ¡Mi traje! ¡Mi cabello!- Se quejaba el menor de los Malfoy.


La pelirroja suspiró y se levantó, guardó su varita, por lo menos había visto quien era antes de atacar, al levantarse tomó su abrigo de seda satinada roja y se cubrió debido al frío, siempre hace frío en la mansión Malfoy.


-¿Cómo se te ocurre despertarme así? Solo a un loco le parece una gran idea despertar a alguien de los magos sombra así-

-¡Imaginé que recordarías estar en casa! ¡Conmigo!- Siguió el rubio platino en su defensa.


Los magos sombra son una alta defensa del ministerio mágico de Reino Unido, son magos que prácticamente parecen una sombra, de ahí su apodo, son rápidos, sigilosos y sobre todo mortales.

Desde que entran al ministerio, incluso un poco antes, se les prepara para ser un arma mortal, magos preparados para enfrentar la magia oscura con magia aún peor, como en el caso de Daia Malfoy.


Heredado por la familia de Druella Black, su abuela materna, tiene el don que le llaman "Caos" pues cuando pierde el control, no hay quien la detenga, eso le sucedía de niña, su abuela le explicó que era por su parecido a su familia.

Daia aprendió a controlarse con los años, se volvió una perfecta máquina de magia poderosa gracias al entrenamiento de su abuela y esto llamó la atención de Alastor Moody, quien la tomó como su alumna cuando aún era joven, de forma extraoficial claro, pero le enseñó.


-Como sea, venía a decirte que padre dijo que si no estas lista en media hora, te quedas- Habló de nuevo Draco sacándola de su pensamientos.

-Si, dile que me vale-

-No le voy a decir eso, me va a desheredar-

-¡Era sarcasmo!-


La pelirroja se acercó a la chimenea de su habitación y le sonrió a un retrato de una mujer pelirroja sonriendo con una niña, también pelirroja, en sus piernas. La única diferencia entre ambas eran los ojos, unos grises, los de Daia, y ojos azules, los de Druella.


-Hola abuela, te extraño de nuevo, te amo- Saludó rápidamente la mayor de los Malfoy.


Luego entró a su baño para prepararse y escuchó a Draco salir tarareando una canción que ella desconocía.






































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Daia tomó asiento en el carruaje y vio a su madre a su lado, Narcissa le sonrió y acomodó el cabello de su hija tranquilamente.


-Daia ¿No tenías otro atuendo?- Preguntó Lucius de mala gana al verla.

-Me gusta este, el rojo es mi color- Contestó la chica sonriendo sin vergüenza.

-Pareces una...-

-¡Lucius!- Interrumpió Narcissa- Porque no mejor leen ambos el periódico y dejan sus discusiones, tenemos que salir bien en las fotos-


El rubio y la pelirroja simplemente asintieron y tomaron cada uno un ejemplar de "El Profeta" para mantener un silencio tenso en el carruaje en el cual Draco también decidió leer.

Una vez aterrizaron en el campo de camping muggle los cuatro Malfoy pusieron un rostro de confusión al ver como un muggle los veía con sorpresa absoluta.


-¡Daia Malfoy!- Llamó alguien.

-¡Aurius!- Saludó la Malfoy a un compañero del departamento de misterios- No me digas que te causamos problemas con el muggle-

-Tranquila linda, no es nada, no eres la primera y no serás la última, yo lo arreglo, pasa querida- Siguió el hombre desmemorizando al pobre señor.

-Pero ¿Y no había que pagar?- Preguntó Narcissa haciendo que Lucius saque su monedero lleno de galeones.

-¿Daia? Por favor no, Daia no paga nada después de salvar mi trasero el viernes con Rowan-


La pelirroja sonrió y avanzó con su familia siguiéndola, escucharon atrás como el tal Aurius dejaba de nuevo al muggle en la casetilla de entrada y pagaba con su dinero lo de los Malfoy.


-No puedo creerlo, asquerosos muggles, me dan repulsión- Se quejaba Lucius- Estar rodeado de sangre sucias, mestizos y traidores, que asco-

-Pues vete y ya- Murmuró Daia rodando los ojos.

-¿Qué dijiste?-

-Nada, no dijo nada- Interrumpió Draco esta vez- Hermana ¿Qué fue lo que hiciste por ese hombre que le ayudó tanto?-


Narcissa agradeció el cambio de tema que su hijo propuso, pues llevar las cosas en paz entre Lucius y Daia era como llevar las cosas en paz con agua y aceite.


-Aurius no hizo cierta tarea en una misión y yo la hice por él, así no lo despiden-

-¿Qué tarea?- Se atrevió a cuestionar Cissy con algo de miedo.

-Dejó vivo a un testigo-


Los otros tres Malfoy tuvieron distintas reacciones, Lucius sonrió, Narcissa y Draco abrieron los ojos y pues Daia sólo se rió.


-Es broma, no le rompió esas cosas que tienen ahora los muggles... ¿Calamas? ¿Camalas? ¿Caramas?...-

-Cámaras- Corrigió Draco.

-Eso hermanito, y pues salíamos en una de ellas y no podíamos dejar que eso pase ¡Nuestra tienda!-


Una vez se instaló la pelirroja sonrió al sacar su jersey del equipo de Irlanda, pues ella es muy fan de este equipo y cuando aún quería seguir su sueño de ser Jugadora profesional de quidditch quería unirse a ellos, pero evidentemente eso no pasó.


-¡No vas a salir así!- Sentenció Lucius en cuando la vio.

-¿Y ahora qué no te gusta? ¿El color? ¿El largo? ¿El ancho de mi ropa? ¡ME VA...!-

-Creo...- Habló Narcissa saliendo de su habitación- Que tú padre quería decir que no puedes usarlo porque vamos a ser fotografiados y no pueden verte apoyando a nadie mi amor-


Por un segundo Daia dudó en cambiarse, pero lo hizo por la mirada de ruego de su madre, así que volvió y se puso un traje negro completo con zapatos rojos, porque su toque nunca falta.


-Bien, ahora ya saben lo que tienen que hacer, sonrían, a partir de ahora los Malfoy no somos más que una familia feliz-Recordó Cissy sonriendo y acomodando el traje de Draco.

-Una casa de muñecas querrás decir- Susurraron ambos hermanos.


Al caminar entre los reflectores tomando su foto una y otra vez Daia sonreía tomando la mano de Draco para cuidarlo, fingir esa sonrisa fueron años de práctica, pero ahora le salía casi tan natural como si la felicidad que quería expresar existiera.


-¡Señorita Malfoy! ¡¿Estuvo usted en la operación contra los magos tenebrosos de Bélgica?!-

-Sin comentarios- Respondió la Malfoy- Es un día con mi familia Jerry, respeta un poco ¿Quieres?-


Después de eso avanzó con Draco y subió a sus asientos, al llegar vio a muchos otros pelirrojos sentándose, estaban otras personas, pero no les tomó importancia.


-¡Cissy!- Molestó alguien a su madre, pero ella lo ignoró.


Daia lo vio por un segundo y ambos pares de ojos grises se conectaron, el pelinegro le sonrió para luego hacer una mueca lo cuál la hizo reír un segundo para luego tomar asiento.


-Apuesto 5 galeones a Bulgaria- Murmuró la voz de su mejor amigo pelirrojo en su oído.


Para ella no fue necesario voltear para saber que fue Percy Weasley, quien ha sido su mejor amigo los últimos casi 9 años.


-Acepto, 5 a Irlanda, pero esta vez me pagas-




































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Aún comentaba el partido con Draco horas después y cómo su resultado había sido el correcto, pues Irlanda ganó.


-¡Pero Krum lo hizo bien!- Defendió Draco divertido.

-No niego eso, pero es tosco, no tiene buena estrategia y...-


Al escuchar el estruendo la pelirroja dejó de hablar de inmediato, vio a su madre que salió de la habitación corriendo con su padre siguiéndola.


-No puede...- Comenzó Lucius- Daia, llévate a Draco, ahora-


La mayor de los hermanos no necesitó que lo repitieran, tomó a su hermano y corrió con él hacia el bosque, debía ponerlo a salvo para luego volver y ayudar a todos.


-¡Aquí sigo!- La frenó el menor- Voy a buscar a Pansy, debe estar muy asustada y no me gusta que esté sola-

-Draco no voy a dejarte aquí, si son quienes creo...-

-Si son quienes créemos hermana debes ir, van a necesitar a mi heroica hermana mayor ahí-


Daia lo consideró por un segundo y finalmente asintió, se acercó y besó la frente del menor con cariño.


-No me importa lo que hagas Draco, solo tienes que sobrevivir ¿Entendido? ¿Cuál es nuestra regla?-

-Si dos van a la batalla, dos salen de la batalla- Recitó el rubio para luego abrazarla e irse.


La pelirroja volvió corriendo sobre sus pasos y encontró a un grupo de jóvenes franceses que no sabían ni donde estaban, les tradujo lo que pasaba y los llevó sanos y salvos a la mitad del bosque mientras atacaba a los mortífagos que veía.

Volvió de nuevo y encontró a otro grupo, lo hizo así en otras dos ocasiones hasta que vio a un grupo de mortífagos atormentando a la familia muggle.


-¡Atrapen a todos los que puedan! ¡Es la nueva orden Daia!- Gritó Aurius pasando a su lado siguiendo a uno de ellos.

-¡Entendido!-


La Malfoy divisó a un grupo de tres y comenzó a atacarlos, logró darle a uno, pero no quería usar aún el "Caos" no ahí, no con los inocentes cerca.

Los dos que quedaban comenzaron a huir al verla y ella siguió a uno que se dirigió al bosque, lo atacó en varias ocasiones hasta que por fin lo derribó en el claro.


-En nombre del ministerio de magia de Reino Unido quedas arres...-


Daia dejó de hablar en cuanto la máscara cayó, conectó sus ojos grises con el azul hielo y sintió como la lágrimas la inundaban.

Lucius la vio molesto, con decepción, casi como si deseará que ella, al igual que los otros, muriera.


-Padre...-

-Ciertamente la decepción en tus ojos es la misma que yo tuve cuando naciste-


La menor sintió como su corazón se rompía al escuchar aquello, siempre supo que fue una decepción para su padre que ella fuera una mujer, pero escucharlo ahora... Dolió más que pensarlo por tantos años.

Escuchó pasos acercándose y vio a Lucius levantarse del suelo, lo había desarmado de su varita y ahora estaba en su mano, pero era su padre... La decisión le tomó un segundo, pero se arrepentiría para siempre.


-Toma, vete, que nadie te vea con eso-Dijo dándole la varita de nuevo ante la mirada de sorpresa de Lucius- ¡Largo! ¡Ahora!-


No hizo falta repetirlo porque el rubio platino corrió en dirección opuesta a los pasos que se acercaban mientras su hija secaba las lágrimas.

El hombre de hace un rato en la tribuna del ministerio apareció del bosque acompañado de un castaño.


-Soy Sirius Black, sub-jefe del departamento de aurores ¿Quién eres?- Preguntó el pelinegro sin dejar de apuntar.

-Soy Daia Malfoy, parte del escuadrón de magos sombra, clase tres- Se identificó la pelirroja tratando de escucharse normal.


Los dos mayores bajaron la varita y le hicieron una señal a la Malfoy de seguirlos a lo cuál ella se acercó tratando de olvidar que acababa de confirmar que su padre es mortífago.


-Hola Daia- Saludó el tal Sirius- Soy tú tío- Soltó mientras extendía la mano.

-¡Sirius!- Regañó el castaño.

-¡Ah sí! Y él es Remus, jefe del departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas- Presentó el Black.

-Un placer, supongo- Murmuró confundida la chica.































Nota:

¿Qué les pareció el Prólogo?  🤔❤️

¿Qué piensan de Daia hasta ahora? 😶💚

¿Por qué creen que se lleva tan mal con Lucius? 🤔🤫

¿Qué les pareció la relación de hermanos de Daia y Draco? 🥺💚

¿Tienen alguna teoría o esperan? 😶❤️

¿Qué les parece el don de Daia? 🤫✨

¿Listos para esto? ❤️✨

Bye. ❤️

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