Capítulo 14

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Roxxan

Mire varias veces el reloj de mi móvil.

—Reyk está demorando mucho, iré a buscarlo —Cloe me detiene y niega.

—Tranquilizante. Además, no sabes dónde viven los abuelos de Emma. Tu hijo es juicioso.

—Lo sé pero.. No sé por qué, siento una opresión en mi pecho, es como si mi hijo sufriera y la verdad no se por que me siento así.. Ni se porque pienso así.

—Tranquila Roxxy, ya debe de... —vemos que ingresa mi hijo —Vez sano y salvo.

—¿Qué pasa? —pregunta Reyk al vernos así. Bueno a mi.

—Tú mamá estaba paranoica —abrazo a mi hijo

—Te amo mucho hijo. No me asustes de este modo. Muero si algo te pasa, eres mi vida entera amor — mis lágrimas bajan por mis mejillas, Reyk me las limpia y me regala una sonrisa.

—Te amo mas, madre. —me abraza. Ahora la asombrada soy yo y de paso mis amigas, tener novia le hace cambiar —Estoy cansado, me iré a dormir.

—Adelante hijo.

.......

Al siguiente día...

Los cumpleaños de mi hijo han sido espectaculares. El día de hoy salimos los dos juntos a disfrutar del parque de diversión y los juegos pirotécnicos.

Ha ambos nos gustan los fuegos pirotécnicos y debíamos aprovechar nuestro tiempo juntos además, esto hace parte de su cumpleaños.

Me coloque un jean claro ajustado a mi cuerpo. Unas botas militares cafés y una blusa blanca holgada que llega más arriba de mi ombligo

Me deje mi cabello suelto, me coloque unos aretes algo largos de color verde y una cadena fina lo más de delgada que me dio mi hijo a sus siete años, gracias a Cloe, eso si.

Me aplicó un poco de labial de color chocolate y salimos

—Roxxan — se acerca mi hijo corriendo a mi tenía una loción en sus manos —Te falto —comienza aplicar mi colonia de cerezas, rió suavemente.

—Las cosas se pegan.

—Diría lo mismo y creo que yo soy el que lo aprendió —ambos salimos abrazados bajamos y tomamos nuestro auto.

Durante el camino me sonó demasiado el teléfono y le pedí a mi hijo que lo apague, no estoy para nadie.  Con el móvil de mi hijo podíamos tomar fotos.

Al llegar nos bajamos del auto. Mi hijo me toma de la mano y salimos corriendo, reí  por su comportamiento, mi hijo cuando viene a estos lugares es otro.

Pagamos nuestras entradas y después corrimos a subirnos a los carros chocones, después subimos a la montaña rusa, menos mal traje mi pinza para el cabello, así no se me despeina tanto.

Descansamos un rato porque repetimos mucho la montaña rusa, la atracción favorita de mi hijo.

Después ingresamos a la casa de los espejos, reí  como loca y sola que es lo peor, me golpeaba varias veces en los espejos y nada que salía de aquí.

Por fin conseguí encontrar la entrada, salgo por esta y me chocó contra alguien.

—Disculpe, qué pena, es que yo estaba perdida y... —lo miró con susto. ¿Qué demonios hacia Duvan  aquí? — Duvan.. —Susurro.

—Papá, hasta que por fin...

—Roxxan —mi hijo llega agitado. No se por que estoy tan nerviosa pero, esta situación es demasiado complicada para mi e incómoda.

—Entrenadora, hola —me saluda con alegría y me abraza, yo hago intento de abrazo.

—Y-y.. Y eso... —¿Por qué estoy tartamudeando?, no hice nada. Bueno. No hasta ahora.

—Madre, te grabe todo momento te dabas duro contra los espejos. —reía con fuerza Reyk, me acerco a mi hijo ignorando a las personas que estaban ahí.

—¡Vamos a la casa de susto! —pide mi hijo.

—Si, claro. —quiero huir de aquí en este instante.

—Nosotros también. ¡Vamos para allá! — dice Emma, le sonrió, pero después mi sonrisa desaparece, él estaba aquí y no precisamente conmigo. No puedo ponerme celosa por qué se mi posición pero... Niego internamente, no , tengo que alejar esos pensamientos.

Las casualidades de la vida.

—Entonces, vamos  —en todo este tiempo con la familia Rodriguez jamás voltee a mirar a Duvan, ni un solo segundo, sus ojos hacen que mis piernas tiemblen y no aguantaría en lanzarme encima suyo y ahora estamos en tiempo familiar.

Cierro con fuerza mis ojos, esto era lo que me faltaba un mal momento con esta familia. No me caen mal pero, es incómodo ¡Muy incómodo para mi!!

Pego un grito a alguien me tomo entre sus brazos y me tapo la boca con una mano.

Trato de safarme, ahora estas cosas cobran vida.. Me giran, siento unas manos en mis mejillas y unos labios en los míos no resistí mas y me dejé llevar, el aroma varonil de Duvan me perturba, me llama, me envuelve y no lo aguanto.

—Deseaba besar esos labios Roxxan. Cómo es que te aplicas ese color en tus labios, me mata el chocolate —vuelve a besar mis labios —, deseaba quitar ese labial, vi lo distraída que estabas y te tomé. Todos estaban más adelante.

—Duvan  —vuelve a besarme, pasó mis brazos por su cuello, él me acaricia por debajo de mi blusa y se topa con mis senos, jadeo.

—¿Tus brasieres?

—¡A quién le importa eso ahora, Duvan! —nos volvemos a besar. Cuánto quisiera que me tomara aquí pero no. No se puede estamos con... Freno nuestro beso y aterrizó —, espera Duvan, espera —él se detiene y me mira

—Estás hermosa.

—Duvan —vuelvo a besarlo pero después me separó —Debemos salir por favor, sabes que si nos demoramos es peor, saldré primero yo

Me alejo pero antes de eso, Duvan me toma y me vuelve a besar pero esta vez uno demasiado tierno.

—Espero con ansias nuestra cita de mañana. —susurra contra mis labios, sonrió y asentó en afirmación.

Salgo de aquel escondite todo estaba en oscuras, antes de salir veo un pequeño rayo de luz, veo que hay una especie de espejo y sacó mi labial de mi pequeña cartera me aplicó de nuevo y me acomodo un poco, salgo de aquí y ahí estaba mi hijo hablando muy animadamente con Emma, el tenerlo ella ocupado me hacía llegar a tiempo.

—Entrenadora, te volviste a demorar —miró Melani, ahora ya no sé como sentirme.

—Si, es que la oscuridad y esas cosas me espantaron, parecía una niña pequeña.

—Si, mamá siempre ha sido miedosa pero ella acepta cualquier cosa viniendo de mi.

—Claro que si —me acerco a mí hijo —Mira la hora, vamos a tomar nuestros puestos para ver los fuegos.

—¿Donde siempre?

—Donde siempre. —le digo.

—Madre, ¿podemos llevarlos? —me asombro ante su petición, le sonrió y asiento, que más daba, vemos que iba saliendo Duvan, casi que no, pero todos reímos ya que él tenía demasiadas telarañas en su cabeza. Muy bien jugado señor empresario.

.......

Duvan

Todos habíamos llegado a una colina más linda y muy florecida, este es el lugar favorito de Roxxan y su hijo, dicho por Reyk, ya que Rixxan estaba muy callada, él respondía a todo lo que le preguntaba mi hija.

Bueno tampoco es que yo haya hablado tanto, esperamos a que fuera la hora cuando comenzó a alumbrar el cielo, eran demasiado juegos pirotécnicos, es en verdad bellísima.

Todos veíamos el cielo, miré de reojo a Roxxan quien miraba con tanta emoción aquellas luces de colores, al igual que su hijo, se ve que son tan parecidos ambos.

De un momento a otro Roxxan siente que alguien la está mirando y me voltea a verme. Sonríe y yo igual, después evita mi mirada y me sumerjo en ese rio de colores.

—Papá, gracias por este día familiar, estuvo perfecto —me dicen mis hijas y me abrazan.

Al acabar el show, bajamos todos, Roxxan y Reyk se despiden de nosotros pero antes de irse nos topamos con los señores Davies.

Roxxan se detiene en seco y comienzan a temblar sus manos

—¿Roxxan?

—Hija, nuestra adorada hija —corren sus padres a ella, veo que esa señora medio empuja a Reyk. Me comienza a calentar la sangre. ¡Quien se cree para hacer eso!, es su nieto.

—Suéltame, ¡¿quiénes se creen ustedes?!, ¿cuál Hija?, yo no soy nada suyo. Si pudiera borrar los apellidos lo haría, no me toque — tomó a Reyk y salen corriendo hacia el estacionamiento, miro mal a los padres de Roxxan.

—Vamos a casa, familia —tomo a mis hijas y caminamos a nuestro auto.

¡Que había sido todo eso!

.......

Roxxan

Subo al auto, la verdad no se si pueda conducir en este estado. Mis manos tiemblan.

Reyk  me toma de las manos —Mamá, mírame —estoy apuntó de llorar  —No pasó nada, todo estará bien, recuerda que siempre seremos los dos, por siempre —él me abraza y me calmo por completo. Es muy cierto, no puedo dejar que esto me afecte y de este modo.

—Hijo, ellos son...

—Mis abuelos —lo miró asombrada y asustada a la misma vez, será que ellos... —Por la manera en cómo te saludaron —suspiro internamente, era eso, asiento —Cuando quieras, me cuentas bien la historia, de lo ocurrido hace 15 años — abrí mis ojos, mi hijo es demasiado maduro, me asusta eso, vuelvo asentir. Enciendo el auto y me coloco en marcha, en verdad mi hijo me sorprende. Pero... Continuó  asustada, yo no quiero que él sufra por mis malas decisiones.

Me pregunto. ¿Cuánto debe un padre equivocarse para tener una vida tranquila con sus hijos?.

.............
Continuará
............

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