Sanación de la Desesperación: VIII

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Los días dentro del Centro comercial de Shirokuma eran bastante tranquilos, a pesar del peligro de muerte en sí, no pasaba mucho más allá de algunas interacciones entre los demás estudiantes. Junto con Ochita, que seguía buscando las páginas misteriosas por toda la plaza.

Pero mientras los estudiantes se iban conociendo mejor, además de buscar vías de escape, alguien estaba bastante disgustado por el giro de los acontecimientos que se están desarrollando actualmente.

NEO Shirokuma observó las pantallas de los monitores que mostraban a varios estudiantes pasando el rato u ocupándose de sus propios asuntos, todo mientras pasaban un rato agradable.

...Sin ninguna representación de ningún tipo de intento de asesinato. Y esto enfureció a Shirokuma, no estaba contento con este giro de acontecimientos.

¡Ninguno de esos malditos mocosos estaba pensando ni planeando nada mal intencionado! No, solo estaban dando vueltas por el lugar sin rumbo alguno que no sea la fuga de la plaza. El anhelaba acción, violencia, disuasión. ¡No esta mierda amorosa y cursi de vida diaria!

Mientras el oso blanco frotaba su 'cerebro' en busca de algún tipo de solución, ahí fue cuando lo golpeó.

¡Un Motivo! ¡Una Razón para escapar!

Estos niños estaban siendo rehenes en contra de su voluntad, cierto. Pero en lo que a ellos respecta, no había una amenaza mayor ahí fuera; Además de él mismo, por supuesto. Por lo tanto, el deseo de terminar una vida por libertad era nula e inexistente.

Shirokuma se preguntó cómo se le escapó eso a su avanzada y capaz Inteligencia Artificial, tal vez debería actualizar su software...

De todos modos, ahora ya había encontrado el problema detrás de la falta de asesinatos, por lo que ahora todo lo que necesitaba hacer era persuadir a los estudiantes para que cayeran en la desesperación.

Y tuvo una muy buena idea para como encender ese fuego....

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- Entonces... ¿este es el lugar de encuentro? -

En las afueras de una tienda de dispositivos electrónicos, todos los estudiantes junto con Ochita estaban reunidos.

Shirokuma anunció que todos ellos aparecerían en esta tienda en específico, ¿la razón? Él no dijo.

Algunos estudiantes habían encontrado esta tienda en sus muchas caminatas por el centro comercial, pero la tienda siempre se mantuvo cerrada, algunos intentaron abrir el lugar por la fuerza, pero la repentina aparición de su captor cada vez que lo intentaban acabó con ese deseo.

Pero ahora, el lugar estaba abierto.

- Parece que sí, no he visto ningún otro lugar parecido por aquí... - Misato dijo.

- ¿Qué creen que el quiere de nosotros ahora? ¿Crees que esto podría ser una trampa? - preguntó Ochita, un poco aprensivo por la falta de información.

- Quien sabe, una cosa es segura, más vale que ese maldito oso explique todo esto. - Aozora advirtió.

- ¡B-Bueno, entremos entonces! - Nario propuso. Y muy pronto, todos entraron en la tienda de electrónica.

El lugar era bastante normal para una tienda de este tipo: celulares, computadoras, USBs, todos productos apropiados para una tienda como esta. Nada parecía fuera de lugar por lo que todos podían ver, al menos los estudiantes más despreocupados así lo creían.

- ¿Y ahora qué? llegamos al lugar que el nos dijo que fuéramos, entonces, ¿dónde está él? - Manzo se preguntó.

- No creen que... ¡¿él planea matarnos a todos él mismo?! - Kotone gritó alarmada.

- ¡No seas tan tonta, plebeya! Si ese fuera el caso, ¿por qué sentiría la necesidad de traernos aquí en primer lugar? - Sonoya preguntó de manera irritada, casi disgustada por la proposición en sí.

- ¡Ey! ¡No me llames plebeya! - Kotone exclamó.

- Pshh, como sea... - Sonoya se mofó con una sonrisa burlona.

Muy pronto, un sonido distorsionado provenía de varias bocinas alrededor de la tienda, un zumbido erróneo reproduciéndose.

- [Hweheheh, me alegro de que todos hayan podido venir, ahora permítanme continuar con el asunto en cuestión.] - La voz desquiciada de Shirokuma pronto saludó sus oídos.

- ¡Alto ahí, cabrón! - Aozora gritó, - ¿¡Para qué carajos nos llamaste aquí!? -

- [Hmhmhmm, lo verás muy pronto, así que sé un poco más paciente, llegaremos a eso, no te preocupes.] - Dijo Shirokuma.

- [Pero por ahora, ¿por qué no se dirigen a la sección de tabletas? Tengo una sorpresa para todos...] -

Por razones bastante obvias, eso no inspiraba confianza en sus palabras, pero de cualquier manera, parecía que no tenían otra opción.

Vacilantes, uno por uno se dirigieron a la sección de tabletas donde se podían ver varias pantallas digitales apagadas junto con unos auriculares al lado.

Agarraron el aparato electrónico, una sensación de inquietud retumbaba en sus entrañas. Preguntándose qué podría estar planeando el oso.

- [Pónganse los audífonos, por favor, ¡y disfruten del espectáculo!] - Shirokuma terminó, y tan pronto como lo hizo, el zumbido de las bocinas se apagó.

Algunos estudiantes se veían preocupados, pocas gotas de sudor les corría por la frente, otros se veían curiosos y los más 'especiales' estaban ansiosos.

Ochita cayó en el primer grupo y el del medio, preocupado por los contenidos pero aún ansioso por saber sobre este aparato.

Así que se puso los auriculares y esperó a que empezara el vídeo.

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La pantalla negra se encendió, mostrando... nada más que estática.

Ochita parecía perplejo, incluso confundido, hasta que una voz oscura y familiar resonó en sus oídos.

"¿No te preguntas de dónde vienes? ¿Quien eres?"

Ochita abrió completamente los ojos, la curiosidad ahora se acumulaba en su mirada.

"Sé mucho sobre ti, después de todo, nosotros tuvimos bastante historia en el pasado... pero probablemente no tengas ni idea de lo que estoy hablando. No te preocupes, viejo amigo. Puedo darte las respuestas que anhelas... aunque te pediré un favor a cambió."


El se tensó ante las palabras, un mal presentimiento arrastrándose desde el fondo de sus entrañas. Ese sentimiento solo empeoró después de las palabras que dijo...

"Todo lo que tienes que hacer... es matar a uno de los estudiantes."

- '....¿Qué?' - El rostro de Ozono palideció al escuchar eso.

Para obtener las respuestas a sus orígenes, tenía que quitarle la vida de uno de los estudiantes junto a él.

Eso era... ¡Pura, absoluta, MIERDA!

"Dime Ozono, ¿qué vas a elegir? ¿Vagar sin rumbo por el lugar en busca de respuestas vagas para un rompecabezas que ni siquiera sabes que está completo? ¿O aceptar esta oferta y obtener TODAS las respuestas a lo que buscas, a costa de la vida de alguien que ni siquiera conoces personalmente? ¿La verdad o Ellos? Haz tu elección."

La pantalla se apagó, junto con los auriculares, revelando su reflejo en la pantalla oscura de la tableta. El miedo y la ansiedad se muestran en su rostro sudoroso.

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Ochita no podía creerlo, ¡simplemente no podía!

¿Para conseguir lo que quiere debe matar? Matar... por respuestas...

Respuestas... las... respuestas...

El necesita las respuestas, pero... ¿¡hasta el punto de matar por ellas!?

Sin saberlo, Ochita no sabía que no estaba solo en su propia desesperación. Como expresaron las expresiones horrorizadas y petrificadas de sus colegas.

- ¿¡Q-Qué demonios!? -

- Esto es... -

- ¡MAMÁ! ¡PAPÁ! -

- ¡PEDAZO DE MIERDA! -

Los estudiantes a su alrededor compartieron un tipo diferente de video. Uno que mostraba a sus seres queridos como rehenes, amordazados y golpeados.

Sucedió sin previo aviso, lo que comenzó como un video motivacional para ellos pronto se convirtió en un mensaje de amenaza.

Todo seguido por una línea que convirtió el horror y el caos en desesperación.

"Si quieres salvar a tus seres queridos... se debe derramar sangre por ello. La sangre de tus supuestos amigos."

Algunos estaban horrorizados, otros molestos, y los pocos que no lo estaban no estaban precisamente felices por esta situación.

Pero las cosas no iban a terminar así... la desesperación nunca lo hace.

- ¿Entonces? ¿Qué opinan? Tentador y desalentador, ¡Lo suficiente como para irritarlos a todos ustedes! Y eso es todo lo que necesitaba todo este tiempo... - La voz enfermiza de NEO Shirokuma llego para la incredulidad de todos, estaba de pie frente a la entrada de la tienda, su sonrisa voraz parecía más amplia que antes.

- ¿Ahora me creen? Sostengo a sus seres queridos en un extremo de caprichos. Algunos de ustedes pensaron que esto era solo una broma enfermiza, pero mírense ahora. ¿Es esta prueba suficiente? - La sonrisa sádica en su rostro se hizo más y más amplia, exponiendo sus dientes afilados y metálicos.

- Tú... ¡Tú, hijo de puta! ¡TE MATARÉ! ¡HIJO DE PUTA! - Aozora explotó, su mirada con ira tan tensa que otros se estremecieron por ella. Pero antes de que pudiera siquiera acercarse al oso detrás de todo, Bando apareció detrás de ella y la levantó en el aire en un fuerte abrazo de oso.

- ¡AOZORA! ¡Por favor calmate! ¡En este momento no necesitamos causar aún más problemas! ¡ASÍ QUE CALMATE DE UNA VEZ! - Gritó Bando tratando de que ella dejara de forcejear por miedo a las represalias por parte de Shirokuma.

- ¡COMO EL CARAJO LO HARÉ! ¡DÉJAME IR O TE ARRANCO LA CABEZA! ¡TU PUTA! - Ella gritó, retorciéndose furiosamente como un animal rabioso, su cara tan roja y desfigurada por la ira.

- ¡Por favor deja de pelear! ¡Por favor! ¡Te lo suplico! - Kotone habló, su voz quebrada por el colapso mental total mientras las lágrimas corrían por sus ojos como cascadas.

- ¡Kotone-chan tiene razón! ¡Deja de intentar dañar a Shirokuma a pesar de todo! ¡No podemos caer en su farsa! - La voz de Norikazu habló. Pero la pandillera de cabello rubio no escuchó, demasiado enojada para reaccionar mientras seguía tratando de liberarse del abrazo de Bando, arañando y pateando a su captor, lo que le hizo hacer una mueca de dolor.

Todo se fue a la mierda en cuestión de segundos, sus mentes alborotadas, jodidas y al borde del colapso. Preocupados por lo que sucedería si no ayudaban a sus amigos o familiares.

- Bueno, dado que ninguno está en la mente más estable, los dejaré en paz por ahora. Me pregunto cómo esto terminará afectando mañana... ¡Hwehehehahahahah! Adieu~ - Y Shirokuma desapareció, dejando el lugar tan turbulento como antes.

Aozora dejó de forcejear, aunque ella seguía tan cabreada como antes. Bando se sintió bastante abrumado por haberla retenido por solo varios minutos.

- ¿Terminaste tu berrinche? - Sonoya preguntó con una cara molesta. Aozora respondió con una mirada mordaz.

- Una palabra más. Y te arrancaré la lengua. - Ella advirtió en un tono inquietantemente tranquilo, la sed de sangre dentro de ella se escapaba de su tono.

- Pshh. No tengo que desperdiciar mi aliento con una perra callejera. -

- ¡Al menos ALGUNOS aquí nos preocupamos por su gente! No somos como tú Shukunobe. - Yugi regaño, irritada.

- Todos ustedes me molestan. Ya terminé aquí. - La Directora Rubia salió de la tienda, aún manteniendo esa actitud egocéntrica.

- ...Bueno, esto ciertamente se volvió más interesante~ - Nishiki murmuró en voz baja.

- ¿Dijiste algo? - preguntó Azuroth a lo que Nishiki solo se encogió de hombros.

- No sé, ¿lo dije? - Nishiki preguntó burlonamente, lo que no sacó reacción del hechicero en lo más mínimo.

- Así que todos los miembros de nuestra familia y círculos de amistad fueron secuestrados, la única forma de garantizar su seguridad es matando a uno de nosotros y que no nos pillen haciéndolo, eso lo resume todo. - Por una vez desde que todos despertaron aquí, Karina no estaba mirando a su cubo rubik. Su mente aparentemente en el pensamiento.

- Parece que lo estás tomando muy bien... - Señaló Sairo. Karina solo la miró, sus ojos estoicos nunca se movieron ni una sola vez.

- ...No soy tan apegada a mi familia. Realmente no me preocupo por ellos. -

- Eso no es muy amable. - Nario apuntó humildemente.

- Piensa lo que quieras, no cambiará cómo me siento. - Karina luego salió de la tienda, aparentemente sin inmutarse por todo lo sucedido.

El ambiente se sentía pesado, la revelación de este 'motivo' los puso a todos nerviosos. Por una vez desde que llegaron aquí, la desconfianza se arrincono en sus mentes.

Las cosas no iban a ser tan simples como antes.

- E-Entonces... - Norikazu, la mente siempre calmada del centro comercial, fue el primero en romper el tenso silencio de la sala. - Soy consciente de que todos nos sentimos un poco tensos aquí arriba, ¿verdad? Sugiero que hoy regresemos a los dormitorios y descansemos un poco. ¿No lo crees, Manzo? - El filántropo de cabello azabache se volteó hacia su amigo, pero cuando vio su rostro, se preocupó.

- Manzo, ¿estás bien? - El mencionado no respondió, su rostro estaba pálido, su respiración entrecortada y fría, el sudor cubría todo su rostro. Su amigo se preocupó aún más, el estratega de mente estoica que el conocia no estaba allí.

- ¡Manzo! ¿¡Estás bien!? - Solo cuando puso una mano en su hombro izquierdo el respondió, se sobresaltó, algo desconcertado.

- Manzo... ¿que pasa? - Su preocupación hizo girar las cabezas del resto de los estudiantes que aún estaban alrededor, que también estaban preocupados o curiosos.

- ¿Q-Qué? Oh... lo siento. Yo... me perdí en mis pensamientos por un segundo. - Manzo se aclaró la garganta, como si tratara de reacomodar sus pensamientos.

- Muy bien amigos, tal como dijo Oshihara-san. ¡Muévanse! - Pareció por un segundo que la vacilación aún permanecía en él, pero rápidamente fue aplastada. Tenían trabajo que hacer y no habia lugar para la duda.

Uno por uno, todos salieron de la tienda de electrónica, sin mirar atrás al lugar que les dio a todos una experiencia tan terrible. Algunos estaban muy preocupados, otros estaban enojados, pero una cosa era segura... algo de lo que no se darían cuenta hasta que fuera demasiado tarde.

La desesperación pronto acecharía dentro de sus corazones y almas, y no había nada que pudieran hacer para detenerlo.

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