Capitulo 13

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No estar preparado aumenta los nervios, o al menos eso era lo que la mayoría de las personas decía, sin embargo, Eva estaba preparada desde hace ya tres años y sin embargo no podía evitar sentirse sumamente nerviosa. Un vibrante cosquilleo viajaba a través de todo su cuerpo como un huracán furioso que parecía no tener fin.

Pero todo eso era comprensible, despues de todo, esa la fiesta más importante de toda la vida de Eva. Las familias mágicas más importantes e influyentes de toda Gran Bretaña asistirían esa noche y aunque en realidad no eran muchas, si que eran imponentes. En realidad, todas las familias que asistirían estaban añadidas en los Sagrados Veintiocho, un Directorio de Sangres Puras creado por el padre de Theodore, Cantankerus Nott.

Algunas familias Sangre Pura ya habían desaparecido, pero algunas continuaban y vendrían esa noche, entre los cuales estaban los Avery, Black, Bulstrode, Burke, Carrow, Crouch, Crabbe, Flint, Goyle, Greengrass, Lestrange, Malfoy, Nott, Parkinson, Rowle, Rosier, Slughorn, Travers, Zabini y Yaxley. Por otra parte, existían familias que se negaron rotundamente a presentarse aquella noche, pues eran fieles a Albus Dumbledore y por lo tanto no se mostraban muy amables con el nuevo puesto de Tom Ryddle como Rey, entre esas familias estaban los Abbott, Longbottom, Macmillan, Prewett, Shacklebolt, Potter, Scamander y Weasley.

Trato de ahuyentar esos pensamientos de su cabeza y simplemente continuo enfocándose en su vestuario. Al cabo de unas horas, Eva estaba completamente lista. Las elfinas que la ayudaron a arreglarse hicieron una reverencia y se retiraron, no sin antes halagarla de mil maneras distintas. Ella se miraba al espejo con sorpresa, parecía no poder creer que la mujer que estaba frente al espejo fuera ella.

Siempre había sido bonita, lo sabía, pero nunca se considero nada extraordinario, nunca hasta esa noche.

El reloj de su habitación marcó el cuarto para las ocho, fue entonces cuando decidió que era momento de ir donde Tom y Theodore para que salieran los tres al jardín para la fiesta. Mientras caminaba hacía el lugar, sus nervios no se calmaban y en realidad sentía que estos aumentaban cada vez más.

Esa noche era muy importante, no solo porque era la celebración del ascenso al poder de Tom, sino porque sería la primera vez en que todos conocerían a la pareja de este y también la primera vez en seis años en volver a ver a su familia.

Llegó hasta la entrada del jardín, donde Theodore Nott y Tom Ryddle, ambos enfundados en unas elegantes túnicas negras, se giraron a verla y mientras que Theodore le sonrió con amabilidad, Tom la miró impresionado.

—Te ves muy guapa, Eva. Iré a informar que ya van a salir, no se retrasen mucho.—pidió Theodore y salió hasta el jardín, dejándolos solos.

La pareja quedó a solas y mientras que Eva intentaba no mostrarse nerviosa, distrayéndose con un arreglo de la pared, Tom no podía dejar de verla. Eva estaba simplemente preciosa, vistiendo un largo vestido amarillo de tirantes con un escote pronunciado, ceñido hasta la cintura y despues suelto con algunas flores igualmente amarillas que sobresalían al final del vestido. Llevaba el cabello sujetado en un elegante rodete alto y portando un juego de aretes y collar de oro blanco con pequeños diamantes incrustados.

—Te ves...—dijo Tom y se acercó hasta ella, quien quedaba casi a su altura debido a los tacones— muy hermosa.

—Gracias.—sonrió Eva sonrojada y Tom acarició su mejilla derecha.

—Tenía mucho tiempo que no te veía sonrojarte, extrañaba eso. Luces tierna.—admitió en voz baja viéndola a los ojos.— Es un vestido muy Hufflepuff.

—Soy una Hufflepuff...me siento orgullosa de ello.—dijo Eva con firmeza.

—Y yo me siento orgulloso de que seas mi Hufflepuff.—dijo Tom y le dio un casto beso en los labios.

La soltó y extendió su mano, enfundada en un guante negro, ofreciéndosela. Eva dudó un segundo, pero la toma con lentitud y antes de darse cuenta, ya se encontraba caminando por el largo sendero del jardín hacía donde estaba sobre una parte de marmol una larga mesa de cristal con todos los invitados sentados, los cuales se levantaron respetuosamente para recibirlos.

Todos, absolutamente todos, sin excepción, sabían que esa noche conocerían a quien había sido la pareja y mano derecha de Tom Ryddle durante los últimos seis años, pero absolutamente nadie esperaba que esa persona fuera nada más y nada menos que la tierna, dulce y desaparecida Eva Rosier.

Druella vio pasar a su hermana frente a ella, quien ni siquiera volteo a verla, lo que hizo que la ira burbujeara en su interior. Giro el rostro bruscamente, buscando algo de apoyo en su marido, pero este mismo se encontraba absorto en la grácil figura de Eva, lo que hizo que su furia aumentara más, por lo que, sin mediar palabra o analizar un segundo en que sus tres hijas pequeñas de cinco y seis años se encontraban ahí presentes, se levanto abruptamente de su asiento y apunto con su varita a la espalda de su hermana menor, gritando:

—¡Des...!

—¡Crucio!

Eva había sido mucho más rápida que su hermana mayor y con rapidez y sin temor le lanzó la maldición cruciatus, torturándola. Todos miraban la escena con frialdad, la maldición cruciatus no era ninguna sorpresa para ellos, quizá un poco si para los infantes, pero no para los adultos presentes, quienes estaban acostumbrados a utilizarla y presenciarla.

Quizá la mayor sorpresa se la llevaran los Rosier, quienes contemplaban aterrados e incrédulos la escena frente a ellos: Eva, la dulce e inocente Hufflepuff que tanto repudiaron en su familia, ahora era la señora oscura del nuevo líder mágico y estaba torturando a su hermana mayor sin contemplaciones. Ninguno de ellos podía creer lo que estaba sucediendo, era simplemente impactante.

Otros que estaban muy impresionados pero buscaban no demostrarlo eran los Black, especialmente Cygnus, quien observaba con un nuevo brillo en los ojos a Eva y con un profundo arrepentimiento y amargura consigo mismo por haberse casado con Druella. Las niñas del matrimonio Black Rosier, por otra parte, miraban a su madre ser torturada con los ojos apagados, todas excepto Bellatrix Black, quien parecía disfrutar la escena.

Los gritos de dolor de Druella se apagaron y la mujer quedo agonizando en el suelo. Eva paso por encima de ella como si nada y continuo su camino tomada de la mano de Tom, quien ahora estaba con el ceño fruncido debido a la insolencia realizada.

Una vez que ambos llegaron hasta la cabecilla de la mesa, junto a Theodore que los esperaba con una sonrisa temblorosa debido a su poca voluntad de ocultar su burla, quedaron frente a todos y Tom agarró una copa, llamando la atención de todos los presentes que también estaban levantados.

—Buenas noches a todos, sean bienvenidos a mi humilde hogar.—saludó Tom con sorna, haciendo que otros también sonrieran burlonamente.— Despues de un largo camino por recorrer ahora estamos aquí, victoriosos. Al fin somos nosotros, los mágicos, quienes tenemos el poder total. Habrá muchos cambios a partir de ahora y los que se han mantenido fieles a mí, que son todos los presentes esta noche...serán recompensados— todos sonrieron— excepto quizá los que atenten contra los que son superiores a ellos.— añadió mirando fríamente a Druella, quien se había vuelto a parar junto a Cygnus con dificultad.

»Como dije antes, todos serán recompensados.—continuó Tom— pero especialmente, aquellos que me ayudaron en todo lo que fue necesario. Mi compañero, mi único amigo y guardian, Theodore Nott. —lo miró y ambos se sonrieron, volvió la vista al frente.— y mi compañera, mi mejor amiga...mi Sol, Eva Rosier.— la miró y acarició su mejilla.— A ellos, en especial, deben tenerles respeto, pues serán sus superiores y son los responsables de este nuevo cambio...¡Por los nuevos tiempos!—alzó la copa.

—¡Por los nuevos tiempos!—exclamaron todos los demás con emoción.

Eva alzó su copa y brindo junto a Theodore y Tom con una sonrisa tensa. Le había incomodado un poco las palabras de Tom, pero no le daría importancia de momento. Decidió no tomar de su copa y procedió a cenar.

La cena pasó sin muchas contemplaciones con Theodore y Tom conversando con Abraxas Malfoy mientras que Eva compartía algunos halagos con su esposa. Al culminó de esta, Eva tomó una copa de agua y se alejó un poco de las conversaciones de negocios de Tom y Theodore cuando de pronto escucho unos aplausos a sus espaldas, haciendo que volteará y mirará con una enorme sonrisa a la persona frente a ella.

—No es necesario aplaudir, Euphemia.—dijo Eva con una sonrisa.

—Le cerraste la boca a toda la familia, prima.— dijo Euphemia con orgullo— eso merece todos los aplausos posibles.

Ambas chicas se abrazaron con fuerza y se sonrieron. Euphemia Rosier era la única prima de Eva y Druella, tenía veintinueve años y tenía un romance secreto con Fleamont Potter, romance del cual solo Eva estaba enterada.

—Ha pasado mucho tiempo, ya veo que has estado ocupada.—Euphemia sonrió de lado y la codeo.— Traes loquito al Señor Tenebroso.

—Que cosas dices, Mía.—negó Eva.— no soy más que su consejera y compañera sexual, te lo aseguro. ¿Cómo van las cosas contigo?

—Muy bien, me fugare de casa en unos días y mi boda será en un mes, te enviare la invitación, ¿quieres ser mi madrina?

—Me encantaría.—respondió Eva entre risas. De pronto, miró a una pareja saludar a Tom y volvió su atención a Euphemia.— Mía, ¿Cuánto tiene de embarazo Walburga?

—Creo que siete u ocho meses, ya esta en sus últimos días. Aunque mejor no meterme, yo también ando igual.

—¿Estas embarazada?—pregunto impresionada.

—No digas nada.—pidió Euphemia.— por eso decidimos apresurar mi escape y casarnos lo más rápido posible. Lo estoy ocultando con un hechizo pero no aguantare mucho, mis padres quieren casarme con Lestrange.

Continuaron hablando durante un rato, en el cual Eva se comprometió a ayudar a Euphemia con todo lo referente a su escape y su boda, así como también ignoró a sus padres cuando estos intentaron saludarla, mientras que por otra parte, Druella se había retirado junto a sus hijas de la fiesta. Pero mientras todo eso pasaba, Eva no perdió de vista a Walburga y Orión Black.

Walburga estaba a punto de dar a luz, quizá fuera momento de que Eva hiciera valer su deseo.

Un deseo especialmente para Orión Black y Eileen Prince.
















































































¡Feliz año nuevo! ¡Los amo!

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