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Capitulo 32
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🔪🍓La verdad oculta🍓🔪

⟨⟨La verdad es como una persona, nos asusta cuando descubrimos quién es⟩⟩
Angeles Carrasquero 💜✍🏻📖.

💜🔷🔹Montserrat White🔹🔷💜

El Ferrari negro de Max se detuvo en todo el cementerio, o era lo que parecía un cementerio. Cruzamos un espeso bosque donde no había ni una casa cerca.  Era aún temprano por lo que pequeños rayos del sol se estaban asomando.

El clima estaba frío y algo nublado aún así el sol estaba cerca, me baje del coche al momento en que Max lo hizo, no íbamos solos porque Jasper decidió acompañarnos por una razón: él conoce a la persona que me va a leer la mente, según Max me contó que el hombre está algo loco por hombres y sus hormonas estaban a millón por Jasper así que sería más fácil si él nos acompañaba en lugar de una de las chicas.

Jasper llevaba una sudadera negra con un pantalón negro y unas botas de trenza negras, Max iba de camisa gris con un jean negro y un chaleco de cuero color negro. Se venían ambos hermosos.

Yo me había vestido unos botines negros un jeans negro con una camisa manga corta color vino, bueno, hoy tenía que estar algo no lo sé un estilo mejor que vestirme oscura.

«igual la ropa que llevas es escura».

Nos adentramos al cementerio, el cementerio estaba cerrado por unos muros que permitían una pequeña protección en caso de algún robo, los muros eran de piedras con un tono verde por las partes musgosas del moho. Había una entrada de rejas que tenía calaveras en el diseño de hierro.

Esta puerta  hizo un chirrido espeluznante que me puso los pelos de punta si bien ya estaba adentro de ese lugar: árboles pequeños habían cerca de las tumbas, unas extrañas tumbas abandonadas por el tiempo, habían jarrones de agua verde con flores secas y olía a humo.

Caminamos cerca de todas las tumbas, cada una tenía diferentes nombres con fotos viejas que algunas ni se veían de lo borrosas que estaban.

Los chicos que iban frente de mi se detuvieron en una casita, una enorme tumba en forma de una casita, tenía unas pequeñas rejas y dentro de ella estaba un cajón de golosinas con botellas de beink, seguramente la persona le gustaba tomar esa clase de bebida.

Me acerque a la tumba y me arrodille, mi jeans chocó con la cerámica de esa lujosa tumba, que tenía cosas dulces que provocaban y había que respetarlas.  En cuclillas mire el nombre del difunto.

“Jones Brat, M.”

—¿Brat Jones? —musité repasando el nombre del difunto, ceñuda iba lentamente con mi dedo indice a tocar una pequeña flor que estaba intacta.

—No, no, ¿Que haces? —me interrumpe Jasper sosteniendo mi mano, lo observo, está serio. —Es peligroso.

Me levanté del suelo y me zafé de su agarre, me limpie mi mano con la tela del pantalón, Jasper se dedicó a caminar mientras esperábamos por la persona que me iba a leer la mente.

Max estaba examinando una de las tumbas que se encontraban cerca de nosotros, yo me encaminé hacia donde estaba él.

Al verme se puso más serio, él es así pero diría que la idea de que me leyeran la mente no estaba tan de acuerdo, no quiera con exactitud que me dieran un fuerte golpe mental, para hacer explotar todo eso que está oculto en mi mente y que aún nadie puede lograr descubrir lo que es.

—¿Nerviosa por todo? —preguntó ya cuando estaba más que cerca de él, con sus manos en el bolsillo y una ceja enmarcada. —Te noto inquieta.

—Nunca había estado en un cementerio tan...—mire a mi alrededor mientras golpeaba con la palma  de mi mano la zona de la costura del jean, si estaba muy nerviosa también —Siento muchas cosas: nervios, inquietud, alivio, paz... Miedo...

Max frunció el ceño al escuchar lo último, se acercó lentamente.

—¿Miedo? ¿Por qué?, Yo estoy aquí —me tomo de la cintura y pego su cuerpo al mío, choqué con su pelvis, me levanto el mentón con su mano, su mirada si inspiraba seguridad —Estoy aquí, no hay ningún peligro. Solo confía en mí.

Cerré mis ojos y me aferré a su pecho, necesitaba también algo de calor, estaba el clima muy frío, yo no estaba acostumbrada al frío en nada, y por último tuve que olvidar una chaqueta o un chaleco.

Lentamente Max me separo de su cuerpo cuando ya estuvimos tiempo abrazados, yo abrace mis brazos para darle algo de calor.

—debiste decirlo antes —analizó Max cómo estaba temblando del frío, se quitó su chaleco y me lo colocó a mí, me quedaba más grade y parecía un impermeable en una pulga, Max soltó una pequeña risa —De todo eres pequeña, espero y no del resto ¿O sí?

Le di un codazo por su lujuriosa idea, es tan así que me imagino que no se debió perder por ningún momento cuando era niño la película de la fiestas de las salchichas, ¿Quien pensaba que esa era para niños? Bueno, yo me la vi también con mi hermano.

Me acerqué con confianza a Max, no era lo suficientemente alta para alcanzar su frente pero le dejé un pequeño beso en sus labios, esos que tanto me encantaban.

—Chicos, ya habrá tiempo para irse a la cama si quieren, pero recuerden bien que no vinimos por nada amoroso —aclaró  Jasper —Ya está aquí.

Señaló a donde venía un hombre encapuchado caminando hacia nosotros, era extraño nada más verlo, su piel era del mismo color de la mía pero sus ojos... La pupila era más pequeña al igual que el iris, sus ojos eran lechosos, su cara era extremadamente delgada y su barbilla era pequeña, sus labios estaban sellados con una cinta.

Fruncí el ceño al notarlo más de cerca, en si, no estaba tan mal de cuerpo pero su cara si que era muy extraña ¿Que fue lo que le pasó? Un accidente o... ¿Que?

«Recuerda que te puede leer la mente y seguro ya lo este haciendo».

Bueno, mil disculpas entonces.

Max paso por frente de mí dejándome detrás, alcance a ver desde su hombro como la persona de ojos lechosos pasó su mirada en mí. Esos ojos se abrieron exageradamente al verme más cuando Max se apartó del camino. Su mirada fue desde mi pies a mi cabeza en realidad no sabría distinguir si fue una impresión o algo, esos ojos son demasiado inexplicables.

«y dan miedo».

Confirmo.

Jasper carraspea llamando la atención de los presentes, por mi parte mire fue a Max mientras luego pase la mirada a ese tipo.

Jasper se acerca al chico, junto las palmas.

—Bien, hem... Ella es la chica de la que te hablé —me señala con sus palmas, pude detectar alguna razón que me hizo reaccionar de inmediato se me erizó la piel. Jasper lame sus labios —Y a ella es quien le vas a, ya sabes, leer mentes y eso.

La persona se me queda mirando fijamente diría que no pestañea por nada, está quieto, luego parpadea.

Miró a Jasper y asintió, se dio la vuelta e indico con su mano que lo siguiéramos, eso hicimos seguirlo entre un pequeño camino de hojas, el cementerio era más enorme, pasamos tantas tumbas que ya las piernas me estaban doliendo, llegamos a donde casi no habían árboles ni mucho menos casi tumbas.

Nos detenemos al frente de una, es una casita más  o menos del tamaño de Max, tiene rejas con un diseño de angeles, entre las dos puertas de rejas.  La casa es al estilo gótico, no era de color y estaba musgosa a los lados de las paredes.

Las puertas se abren cuando el hombre toca las rejas, un sonido tan horrible provocó esas rejas que me estremecieron el cuerpo, trague grueso al dar un paso cuando el resto lo hizo, yo iba de última y al momento en que las puertas se cerraron pegue un brinco.

«Menos mal y yo no estoy ahí».

Si pero estás conmigo si algo me pasa tu también te vas al infierno conmigo.

Otra puerta se abrió y casi tube que correr para alcanzar a los demás, no me percate que había tanto moho en el suelo que mis zapatillas se fueron, no me caí porque Max fue rápido y me sujeto de la cintura, no fue un agarre suave porque fue tan rápido que si me dolió la parte de mi cintura, sentí sus uñas hundirse un poco.

—¿Estás bien? —preguntó llevándome a mi posición, los demás estaban bajando unas escaleras.

—Sí, sí, sí —afirme poniéndome una mano en la espalda, mire disimuladamente a las escaleras que estaban cerca, después volví a mirar a Max —Max...

Max hundió el ceño al escuchar mi voz, sí, estaba algo nerviosa por todo. Su mano fue directo a mis mejillas, las acarició.

—Sin miedos ni nervios, amor, estoy contigo —me calmó, ese tacto se siente bien en esa zona. Entrelazó su mano con la mía y me dio un beso en la frente —Hora se saber que tanto tienes en esa mente, Pulgarcita preciosa.

No evite cerrar mis ojos mientras negaba, los abrí para sacarle la lengua a Max, él se contagio también.

—¡Hey vengan por a...!

—shhh, silencio. Las almas están durmiendo y no quieres que se despierten ¿No? —regaña una voz a Jasper.

Mire a Max que se llevó el dedo índice a sus labios, ya sabía esa señal así que bajamos ambos con mucho cuidado las escaleras, tenía la seguridad de ya no caerme visto que Max no lo permitiría.

Llegamos al final de las escaleras, el hombre estaba esperando por nosotros en una puerta, nos dio permiso para entrar a ella, de ahí era un pasillo con luces neón, pequeñas lámparas estaban pegadas a la pared, era una pared lisa y se podía ver nuestras sombras nubladas.

Pasamos el pasillo donde estaba una puerta la seguimos y en segundos una música nos llegó a los oídos, una música estilo de Adele, diferentes musicas también, mire a mi alrededor y estaban personas bailando a paso lento; la mano de Max me apretó un poco, lo mire que me estaba también observando, me quería transmitir algo a través de la mirada pero no entendí su mensaje.

Me jalo mientras pasábamos por en medio de esas personas, todas bailaban pero ya note que era lo que me quería decir Max: una pareja estaba quieta sin hacer nada por lo que otro hombre se llevó a la chica que estaba quieta y luego comenzó a besarla.

—Sino te mueves o hacer algún tipo de baile te sacan a la fuerza —me decía Max encima de la música, la gente estaba demasiado pegado al centro que nos costaba pasar entre la multitud, las luces de fondo estaban rosadas por lo que la gente se veía peor, todos parecían encajar en ese ambiente, el jalón de Max me saco de las personas —Sigue conmigo y no te sueltes o también serás llevada a un cuarto donde te tienes que despedir de tu honra ¿Me entiendes? ¡Sígueme!

Me exigía tanto que en una me quedé atrapada entre unas personas obesas por lo que me solté de su mano pero Max me volvió a agarrar de la muñeca esta vez. También me saco a la fuerza pero era por mi propio bien.

Llegamos por donde estaban ubicados unos muebles en medio de ellos había una mesa con botellas de colores neón y había una mujer sentada, en un regazo tenía a un hombre mientras que por los hombros tenía a una mujer besando, la situación era fuerte y extensa.

Jasper apareció a nuestro lado, ya la persona extraña no estaba con nosotros por lo que me pregunte que pasaría con él.

Jasper se sienta al lado de la mujer, ella automáticamente le entra un cigarrillo a Jasper, él lo toma y fuma, el humo verde me llegó a mis fosas nasales en cuestión de segundos, luego la chica se lo entrega a Max, no creí que lo hiciera pero le dio una gran calada y luego dejó ir el humo rosado de sus fosas nasales, yo quedé perpleja de verlos a ambos.

La chica se me queda mirando con esos ojos verdes, su larga cabellera rubia estaba llena de colores por las luces, ella estaba cruzada de piernas, ya el hombre que estaba sobre su regazo se había levantado para besarle la parte de la cintura, la mujer tomó otro cigarro y me lo extendió.

Lo tuve en mis manos sin saber que hacer, jamás en mi vida había fumado ningún cigarro en este caso me preguntaba si solo era tragarme ese humo y luego dejarlo ir por mi boca, mordí mi labio sin saber que hacer.

—Ahs, déjalo así —me lo quita Jasper de las manos, y se lo extiende a la chica —Ella no es así y no hay que dañarla.

Ella lo toma sin mirarlo, su vista está puesta en mí, me detalla de pies a cabeza y luego alza una ceja.

—Que hay que hacer con la chava, prostituir o que se vaya ¿Cuál? —me analiza  con su mirada perspicaz —¿O es ella la que viene hoy?

—Sí, ella es la que tienes que leer —afirma Jasper.

Ella me vuelve a mirar de pies a cabeza, sonríe mientras me analiza más de cerca, su mirada es tan fuerte, Max ya no me tenía agarrada de la mano.

—Bueno, veo que la chica está tan cerrada de la mente —entrecierra sus ojos mientras me observa, busco algo en mí —Como de esas piernas, veo que la varita mágica del Einstein aún no ha dejado su hechizo en ella ¿No, Einstein?

Mire a Max de reojo tenía  la mandíbula tensa, hasta yo me hubiese puesto así por el comentario, miró con disimulo a  las personas que estaban cerca, se le acercó a la chica con su postura amenazante.

—Te recuerdo bien quién es quién, y yo soy tu rey —señala a la chica, ofendido le escupe en su cara —:Y tú solo eres la encargada de leer mentes en mi ciudad, así que encárgate de ver visiones y no de  ver  piernas ajenas.

Con eso hasta yo me hubiese sentido de lo más avergonzada posible.
El comentario a ella no le causó gracia, se le queda mirando a Max mientras se muerde su labio sabía bien que le dolía más no hacía lo posible para ocultar nada.

Se levantó sin dejar de ver a Max y vaya que es alta, su cuerpo es como me lo imaginé y tiene buenas caderas a decir verdad. Esa mujer se le acercó a Max sin miedo ni nada. Observé a Max para confirmar si estaba enojado o no, era distinto, la mirada la tenía más extraña que nunca; no se inmutó.

—Sé muy bien cual es tu posición —alegó, la mirada no la aparto por un momento, se le acercó más hasta solo dejar pocos centímetros, luego lo señaló —Yo sé hacer mi trabajo y nadie me va a decir que no.

—No me cambies el tema y ve a leerle la mente —ordenó Max, levanta su brazo para mostrarle el reloj —Tenemos poco tiempo.

Ella chasqueó la lengua y alzó las cejas acompañada de un movimiento de cabeza hacia mí.

—bien, vamos niña —se refirió a mí, yo asentí —Tú sola.

Los chicos que venían detrás de mí se detuvieron, yo caminé siguiendo sus pasos esos pasos apresurados.

Me saco de donde estábamos y entramos por un extenso pasillo de luces similar al primero de la entrada con pocas luces y paredes lisas que hacían que se notará más nuestra sombra.

Di vueltas en mis pies admirado la belleza de la habitación donde habíamos entrado, era grande con más luces y ventanas gigantes de vidrio, las paredes eran azules con algunos tonos de pintura colorida, habían varias camas y aparatos eléctricos, una silla en el medio y en la parte del techo una especie de apertura similar a un ojo turco, en la silla habían también varios cables.

Rodeé la silla con detenimiento sin que la yema de mis dedos no dejará de tocar la espeluznante silla de cables, la silla era aterradora para crear fobias u otros traumas.

—¿Qué? ¿Tiene algún bicho o algo la silla? —inquirió la chica con nada de amabilidad, la mire a ella, estaba enrollando unos cables en un tubo, ella alzó una ceja— ¿Por qué no tomas asiento?

Asentí sin responder, era lo que menos quería en ese momento, no quería explotar tampoco de la rabia; tengo que controlarme una vez por un momentáneo minuto.

Me senté en la silla, estaba fría, era de hierro, algo me hacía desconfiar en ella que cuando puse las manos éstas fueron atrapadas por unos cables que parecían serpientes, mire a ambas manos con preocupación y luego la silla hizo lo mismo con mis pies y mi cintura. Quede atrapada en ella.

—¿Que es lo que haces? —murmure mirándola a ella con total inseguridad, busque en su cara alguna chispa de maldad o algo que me hiciera más desconfiar pero no la había.

Ella se pasó una mano por su cabello, no me observo para nada solo seguía enrollando los cables, se paso su lengua por la palma de su mano y luego la paso por la pared.

Camino hacia mí y me pasó la mano por el cabello, que asco me dio de eso pero no sé qué era lo que estaba haciendo, algo me hacía estremecer mi cuerpo.

—No temas, pareces un cachorro asustado, tranquila —paso su mano por su nariz y la olfateó, cerró los ojos un segundo y luego me observo —Hueles a él.

Fruncí el ceño, separé mis labios para refutar o contestarle pero ella me mostro su palma dejándome boquiabierta, en la palma estaba la figura de un monstruo, un extraño ser que le faltaba un ala.

—Es Dium, el dios de las oscuras penumbras de Cristopholis, un ser maldito que lleva una oscura verdad con él —informó y luego se me acercó me puso una mano en la frente y me obligó a inclinar mi cabeza hacia su frente, dejó salir su caliente aliento que me chocó en mis fosas nasales, olía a alcohol, hospital, cigarrillo, humo, flores. Todo eso, luego sin yo darme cuenta estaba llevando su mano a mis mejillas —Tienes tanta conexión con este mundo... Es sorprendente quién eres en realidad, nunca había visto una especie de vampiro como tú ¿Eres del otro mundo? Pero tienes conexión tanta con... Tú eres su sangre... Su raza... Su hija.

Un fuerte impulso me llegó a golpearla con mi frente, ella también se separó de mí, ella tenía la cara pálida y los ojos grandes parecían que se iban a salir de la cuenca.

Entonces ahí ella cerró los ojos y una oscuridad paso por mi mente, había algo extraño en todo esto, había dicho "eres su hija" me había quedado impactada por todo. Y una voz me habló mientras todo era oscuridad.

«...Eres mi virtud.... la primera persona que ame de este mundo... tú, eres el demonio, un Judas más en esta vida... Me has traicionado y eso no se perdona

Todas esas palabras iban acompañadas por un sonido, como un karaoke de la música Judas.

Entonces ahí lo vi.
La vi a ella y una lágrima salió de mis ojos.

Aquí ahí una verdad oculta y yo la voy a descubrir cueste lo que cueste. No me rendiré tan fácil.

NOTA.

Hey, perdón por no actualizar siempre.

Excusa perfecta de todos estos días (meses): “Voy a ser futura Bachiller de la República Bolivariana de Venezuela" y no tengo casi tiempo de nada.

Ve, las exposiciones ya las tengo en la libreta negra, de pana las odio...

¡sigan mi cuenta de TikTok!
Apenas tengo 400 seguidores eso da pena que mi página de Facebook tenga 34 mil, jajajaja bueno.

I love you 💜🍒

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