024

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng



✦ • ° *.

Eris no estaba realmente segura de cómo o por qué había comenzado la discusión. Los gritos de sus padres y su hermano resonaban tan fuerte por toda las casa que tuvo que ir a ver qué ocurría.

Se encontró a Regulus a mitad de la escalera y ambos se miraron fijamente sabiendo por dónde iba todo aquel asunto. En los últimos meses había sido bastante común escuchar a Sirius y su madre gritar y discutir por absolutamente todo. Pero esta vez incluso su padre se había involucrado lo que significaba que todo aquel asunto era mucho más serio de lo que aparentaba.

Eris bajó con precaución los últimos escalones para llegar hasta el comedor, donde lo primero que vio fue las espaldas de sus padres y a Sirius frente a ellos con una expresión de total y completa ira.

—¡Eres una desgracia para esta familia! —había gritado con ira su padre. Eris jamás lo había escuchado usar ese aterrador tono. Incluso ella sintió un fuerte escalofrío

—Soy lo que ustedes me hicieron —replicó. Sirius miraba con intenso odio a su padre. Eris no sabía cómo habían llegado a ese punto pero no terminaría en nada bueno.

—No hay vuelta atrás desde este momento —habló Walburga con extraña calma y un sutil tono de amenaza, casi como si hubiera esperado por ese preciso momento. Como si la discusión hubiera llegado a su fin. Pero Sirius ni siquiera volteó a mirar a su madre, más concentrado en sostener la mirada de su padre.

—Soy todo lo que tenias demasiado miedo de ser —se escuchó el nudo en su garganta— yo no soy un cobarde y desagradable ser humano como tú.

—¡Crucio! —gritó Orión de pronto.

Eris se llevó las manos a la boca en forma de sorpresa y ahogó un grito cuando Sirius cayó al suelo y se retorció del dolor evitando que cualquier grito saliera de su boca.

—¡Padre! —estaba por dar un paso al frente pero bastó un solo movimiento de mano por parte de Orión para que Eris no se moviera de su lugar.

La habitación se sintió mucho más tensa que hacía un momento y nadie se atrevió a ni siquiera a respirar durante un largo momento.

Sirius miró fijamente a su padre sin poder si quiera creer que se hubiera atrevido a llegar tan lejos. Pero su mirada se suavizó cuando sus ojos dieron con los de Regulus en busca de ayuda. Sin embargo, Regulus liberó un tembloroso suspiro y volteó la mirada cerrando los ojos. Sirius sintió que el pecho le comenzaba a arder pero se apresuró a buscar la mirada de su hermana mayor.

Eris lo miró y estaba por dar un paso al frente cuando Regulus la tomó de la mano. Ella volteó a ver a su hermano menor, quien negó suavemente y la chica cerró los ojos con dolor. Si. Eso era lo mejor incluso para Sirius.

Sirius sintió que moría en vida. Toda su familia le había dado la espalda definitivamente.

—Bien —musitó y se puso de pie cuando el dolor que se había extendido por cada rincón de su cuerpo arriba desvaneció— bien.

Fue escaleras arriba, golpeando el hombro de Regulus cuando pasó a su lado. Y no pasaron más de cinco minutos cuando Sirius bajó a toda prisa con una pequeña maleta en una mano y los miró a todos con odio.

—Me largo para siempre de este asqueroso lugar.

Esas habían sido sus últimas palabras antes de abandonar la casa Black para siempre.

🌙

James estaba en su habitación ideando algunas jugadas de quidditch para cuando regresaran a clase. Sin embargo, unos fuertes golpes en la entrada de su casa le quitaron toda la concentración y se apresuró a ver quién rayos golpeaba la puerta de esa manera.

Se llevó una gran sorpresa cuando vio a Sirius al otro lado con un terrible aspecto y una pequeña maleta en su mano. Ni siquiera tenía que preguntar para entender lo que había ocurrido.

Convenció a sus padres de dejar a Sirius quedarse con ellos durante algún tiempo. Aunque no tuvo que insistir demasiado pues los Potter querían mucho a Sirius y ya lo consideraban parte de su familia. Aunque Sirius tuvo que dar algunas explicaciones de por qué ya no podía volver a su hogar. Fue bastante superficial la explicación pero los Potter tampoco se quisieron entrometer demasiado en la vida de Sirius.

No fue sino hasta un mes después que una curiosa carta llegó a manos de James Potter. Una lechuza había llegado hasta la vengada de su habitación a mitad de la noche mientras él seguía escribiendo algunas ideas para futuros partidos. Sirius ya estaba profundamente dormido en la cama improvisada al otro lado de la habitación y James jamás hubiera esperado recibir correo tan tarde en la noche pero imagino que era algo urgente.

Se acercó a la ventana pero no reconoció de quién era aquella hermosa lechuza parda. Tomó la carta que estaba en su pico y el ave emprendió vuelo inmediatamente sin esperar algún bocadillo o una contestación inmediata.

El sobre sólo tenía su nombre y al abrirlo se encontró con una hoja en blanco. Frunció el ceño mirando ambos lados de la hoja sin encontrar una sola palabra escrita. Miró a sus espaldas para asegurarse de que Sirius seguía dormido y se acercó a su escritorio para tomar su varita y murmurar un "revelio". De pronto un montón de palabras aparecieron ante sus ojos.

"Parece que no eres tan estúpido como imaginaba, Potter", era la primera línea de la carta y no pudo evitar soltar una risa que salió más bien como un bufido. Continuó con la lectura y rápidamente se percató que era de parte de la hermana mayor de Sirius. Honestamente estaba sorprendido pero a la vez se sintió bastante enternecido por el gesto. Era obvio que Eris estaba preocupado por su hermano menor pese a las abrasivas palabras escritas en el papel.

"De ser necesario, puedo enviarte una suma de dinero por todas las molestias que te ha causado Sirius. De igual manera, te agradezco por recibir a Sirius en tu hogar, probablemente habría terminado en la calle de no ser por ti. EB."

James terminó de leer la carta y pasó sus dedos por las iniciales escritas al final. Debía admitir que la chica tenía una caligrafía impecable. Volvió a mirar a Sirius y se acercó a su escritorio para buscar un pergamino limpio y más tinta para escribir inmediatamente su respuesta. Sabía que lo mejor era no comentar nada con Sirius, mucho menos ahora que la situación era bastante delicada.

"Estimada Eris Black, no pensé que tuvieras sentido del humor pero ya descubrí que si. Por favor, no te preocupes por Sirius, cuidaré de él tanto como me sea posible y no es necesario que envíes absolutamente nada, el otro día te vi usando un bonito collar con un brillante rubí, deberías comprarte unos aretes a juego para que resalten tu precioso rostro. Con mis mejores deseos, JP"

Eris puso los ojos en blanco al terminar de leer la corta respuesta por parte de James y tal vez debió dejarlo de ese modo pero no pudo evitar escribir una nueva carta y reprochar el descaro que se cargaba incluso en cartas.

Fue sólo el principio de todo. Ambos se intercambiaron cartas con bastante regularidad y aunque generalmente Sirius era el centro de atención, poco a poco dejó de importar.

"Querida Eris, como te imaginarás ya hemos terminado el colegio. Sirius no sacó las mejores calificaciones pero realmente se esforzó este año. Dice que le gustaría abrir una tienda en el callejón Diagon para vender vinilos. No estoy seguro de que sea su mejor idea pero aún trato de convencerlo para que al menos busque un empleo en el ministerio. Te avisaré si cambia de opinión.

Por mi parte, estoy muy feliz porque me aceptaron para comenzar mi entrenamiento de auror. Lily dice que es muy peligroso pero igual trata de apoyarme pese a todo.

Honestamente... te extraño Eris. Cuando dejaste el colegio ya nada se sintió igual y si no hay algún inconveniente, me gustaría que nos reuniéramos la próxima semana en aquel parque muggle que visitamos la otra vez.

Con amor, James"

Eris sabía que era incorrecto. James tenía una relación muy sólida con Lily y aunque Potter mencionó que la pelirroja intercambiaba algunas cartas bastante cuestionables con Severus, no debía meterse en su relación.

Pero no podía evitarlo. No cuando su corazón se sentía cálido y agradable cada vez que estaba frente a él. No cuando descubrió por primera vez lo que se sentía ser amada.

Eris había sido la primera en llegar y estaba sentada en una banca debajo de un gran árbol y frente a un hermoso lago. El clima era agradable y tranquilo.

No pasó mucho tiempo cuando alguien tomó asiento a su lado y se percató de que se trataba de James. Sonrió sin mirarlo.

—Te traje un obsequio de cumpleaños —dijo James con notable emoción en su tono.

Eris lo volteó a mirar con el ceño fruncido.

—Faltan cuatro meses para mi cumpleaños —le recordó pero Potter se encogió de hombros y le entregó el paquete.

Eris lo tomó con curiosidad y lo comenzó a abrir. Se encontró con una cajita cuadrada de terciopelo y al abrirla, vio unos artes de rubíes. No pudo evitar sonreír ante el recuerdo.

—James... —murmuró— son realmente bonitos.

—Póntelos.

Eris se quitó los aretes que traía puestos y se colocó los nuevos. Miró a James con una sonrisa.

—Te dije que te verías preciosa.

La chica no pudo evitar sonrojarse.

—Gracias.

🌙

Eris miró su joyero fijamente durante un momento cuando escuchó que alguien golpeaba la puerta con suavidad.

—Adelante —murmuró desde su lugar.

Quien entró fue Rabastan. Estaba usando un bonito traje y parecía listo para salir a un evento importante.

—¿Estás lista?

—Ya casi, aún no me decido por los accesorios.

Rabastan se acercó más y miró las diferentes piedras preciosas que se habían acumulado a lo largo de los años. Estaba orgulloso de decir que muchas de esas piedras se las había regalado él.

—¿Por qué no te pones esos de rubí? —Rabastan los tomó para mirarlos más de cerca— harán resaltar tu precioso rostro.

Eris quiso reír por lo absurdo del asunto.

—Son mis favoritos —susurró y sonrió mirando a su marido— tienes razón. Esos son perfectos para la ocasión.

Rabastan dejó un beso en la mejilla de la chica se alejó.

—Te espero abajo.

Sin esperar respuesta, el hombre salió de la habitación. Eris volvió a mirar los aretes y un suspiro escapó de sus labios antes de colocárselos.

Sí. Definitivamente eran sus favoritos.





A partir de este capítulo habrá meta de votos y comentarios <3 si ustedes apoyan la historia yo me comprometo a actualizar sin tardar demasiado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro