El sonido del lapicero siendo golpeado contra la banca hacía eco dentro del salón de clases. Pronto el sonido se detuvo y el rubio frunció el ceño.

—Hoseok...

—Hmm...

—¿Cuántos Jungkook conoces?

Hoseok frunció el ceño confundido.

—¿Por qué? — preguntó. Aunque no pasó más de tres segundos para que Hoseok cambiara sus facciones, entrecerrara los ojos y le dedicara una sonrisa ladina a su amigo.— ¿Alguien quiere conocer a su enamorado?

—¿Qué?— dijo Jimin alarmado, al mismo tiempo que sus mejillas se teñían de rojo y se le salía una risa nerviosa.— Pff ¿Qué? ¿Yo? Claro que no, Hoseok.

Una sonrisa se escapó de los labios del azabache al ver como su amigo negaba lo obvio y trataba de excusarse por medio de balbuceos.

— Ok, entiendo.— terminó por decir pero sin borrar su sonrisa.— Realmente no conozco a nadie con ese nombre, pero... puedo preguntar.

Jimin desvió la mirada y terminó asintiendo, porque aunque quisiera negarlo, su curiosidad por aquel joven crecía con cada nota sin ser del todo consciente con ello.

—Y Jimin...

—¿Hmm...?

—Oremos.

—¿Por qué?

—Porque tu enamorado sea un chico lindo.

—Cállate.— Frunció los labios, porque aunque no quisiera admitirlo, él varias veces se había imaginado cómo sería el aspecto del chico misterioso que le dejaba notas

¿Sería lindo o sería feo?