Capitulo 11

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Sábado.

A eso de las ocho de la mañana, Park se despedía de YoonGi abrazándolo y dándole pequeños besos 'amistosos' a ojos de Jin ese mago de pacotilla buscaba su propia muerte —Nos veremos en dos semanas— aseguro Min —Por favor cuídate.

JiMin asintió —Terminaré mi trabajo tan pronto como pueda— sonriendo una vez más beso al pálido.

YoonGi se dejó consentir por el hechicero, aunque no era fan del contacto físico, JiMin siempre fue de confianza —¡Hasta pronto! Dile a Hobi que me gustaría ir de caza con él algún día.

SeokJin revolvió los cabellos de Woozi, sonriéndole levanto su pulgar —Dalo por hecho.

Finalmente, el par de chicos se marchó, JiMin aún le miraba con desprecio y aparente odio, Woozi mantuvo su sonrisa llena de ternura y pureza —SeokJin ¿Podemos practicar?

SeokJin le miro directamente, los ojos de su protegido jamás le parecieron tan hermosos —Yoonnie... Tengo un viaje al norte ¿Crees que puedas esperarme?

El cazador negó —Quiero practicar con mi espada, JiMin me la trajo— SeokJin gruño sin disimulo —Además, tardarías un seis días con diez horas si vas como un mortal... Es demasiado tiempo.

—Debo ir... Si no voy el tonto de Namjoon pue-

—¿Qué pasa con tu hermano? ¿Tienen algo que resolver?

YoonGi se veía preocupado, verlo así tan tierno, le hizo sonreír, olvidando las preguntas del pálido, tomo su rostro, acercándose, dejo que sus labios apresaran con delicadeza los labios del cazador.

El beso fue corto, cálido, seokJin le trasmitió confianza con aquel simple beso —No es nada de lo que estás pensando, pero debo ir con él.

YoonGi estaba sonrojado, bajando la mirada, asintió —de acuerdo, solo... No tardes.

Seokjin tomo el mentón de su dueño, levantando la barbilla de este, le sonrió —No tardaré, te lo prometo.

YoonGi devolvió la sonrisa, aferrándose a su vampiro, absorbió aquella fragancia que tanto le gustaba —Si no cumples voy a lastimarte— susurro únicamente para el vampiro.

SeokJin, sudo frío, tenía planeado ir en la mañana y regresar en la noche, olvidando su plan y calculando mejor su velocidad, supo entonces que solamente le tomaría dos horas en ir a su destino, aunque tenía otra opción —Bien— con un tierno beso en la frente de YoonGi se marchó.

YoonGi le vio irse, quería suponer que no huiría, la voz horripilante de su cabeza gritaba una y otra vez, diciendo que su vampiro huiría y le dejaría solo... Sacudiendo su cabeza se alejó del ventanal, solo por esta vez, creería en SeokJin.

SeokJin utilizo la magia de Choi, en el pueblo más cercano hicieron la teletransportación, a los diez minutos ya se encontraba en la mansión del norte, golpeando el picaporte, llamo a la puerta—Amo Jin— quien lo recibía es un fiel soldado de Namjoon, Hann —Bienvenido.

—Hann, ¿se encuentra Namjoon?— pregunto directamente.

El soldado asintió de inmediato —Lo llevaré con él.

Con la mirada en alto, ambos hombres se dirigieron a la oficina principal, el soldado pidió permiso de ingreso, al mismo tiempo abrió la puerta, la mirada de SeokJin se clavó en el moreno, su padre estaba frente a este, con el semblante serio y los ojos ensombrecidos.

—S-seokjin.

Un día antes de su llegada, el señor Kim, patriarca del reino Kim, visito la casa de su hijo mayor, Namjoon lo había contactado días antes para poder hablar de su hermano, su única defensa válida en el momento era su preocupación masiva por SeokJin.

—Padre, hermano— saludo inclinándose.

Su padre no perdió el tiempo, levantándose rápidamente desnudo el cuello de su hijo, comprobando así lo dicho por Namjoon —¿Cómo permitiste que ese niño te mordiera?— pregunto con odio influyente.

SeokJin supo entonces que había tardado demasiado —Hann, por favor déjanos solos— pidió al soldado.

Este miro a su amo, Namjoon asintió —Me retiro— objeto antes de salir.

SeokJin aparto a su padre, desordenando sus cabellos camino directamente con su hermano —¡Maldita sea Namjoon!— grito dando un golpe en el escritorio, partiéndolo en mil pedazos —Confíe en ti, lo prometiste.

Namjoon trago en seco —Mi padre debía saberlo— quiso defenderse —Ese, cazad-

Un golpe en seco mando a callar a Namjoon, su padre se interpuso rápidamente —¡Detente!— ordeno.

SeokJin se apartó por unos centímetros, estaba enojado, el día de su visita había prometido no decir nada —Estoy preocupado por ti— hablo nuevamente Namjoon, esta vez sobando su mandíbula, dónde había recibido el golpe —Ese niño te está destruyendo... Debes darte cuenta.

—Namjoon tiene razón, devolveremos a ese mocoso, no debe estar contigo, solo te destruirá, mejor que consiga a otro guardián con los Jung.

SeokJin bajo la mirada a sus pies, su sangre pareció helarse por completo, sus colmillos pronto aparecieron, en una niebla negra dos extrañas alas de murciélago decoraron su espalda, fue entonces cuando su mirada cambio, el color de sus ojos era diferente —No te atrevas— hablo, su voz salió como del mismo infierno —YoonGi es mi dueño, soy De su propiedad y ni tú... Ni ninguno de ustedes me separarán de mi amo.

Su padre miraba atónito a su hijo, parecía otra persona, daba mucho miedo... Se encontró a sí mismo aterrado —J-jinnie.

SeokJin sonrió —No se entrometan con mi amo, esto es una advertencia, si vuelve a ocurrir... Se arrepentirán— dicho esto, Jin oculto sus colmillos, mirando con desprecio a su familia, salió del lugar, resoplando, tomo su abrigo y decidió regresar a casa.

Namjoon temblaba, no encontraba las palabras adecuadas para describir el sentimiento vivido, su padre se encontraba igual, SeokJin ya no era un vampiro mediocre, sus poderes sobrenaturales habían crecido, cosa que daba aún más miedo.

—Cancelaré la cita con los licántropos.

Namjoon asintió —Le diré a Yugy que lo visite en las siguientes semanas... Yo me haré cargo de su mansión.

—Esto es grabe Nam, aún no ha bebido su sangre, cuando lo haga... Será incontrolable.

—¿Qué hay de los nocturnos?

—Será mejor tener vigilado el lugar, es un peligro incluso para los humanos, llamaré a Jhon, debo informar la situación... También tenemos que estar al tanto del clan oscuro, ellos buscan a Yoongi.

Namjoon trago saliva y miro su agenda —Si atacan todos juntos seria... Fatal.

—Debemos estar preparados, lo mejor es que muera.

¡Oh, mi dulce sonrisa! ¿A dónde has ido inocente y delicada caricia? ¿Por qué me dejas atrás?

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