Capítulo 17

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Martes, medio día

Los recuerdos de un pasado cruel y desagradable manchan lentamente a Kim SeokJin, único heredero de aquellos a quienes desprecia.

La sangre, siempre, sin ningún día, a excepción de ayer, me fue detestable, ver aquella viscosa y pegajosa sustancia me provocaba vómito, no podía siquiera sentir el aroma de esta, pues, mi cuerpo la rechazaba de inmediato, podía decir que era alérgico a su olor, color y textura.

Cuando desperté no pude evitar recordar lo que había sucedido, el cómo me sentí, las innumerables emociones que recorrieron mi cuerpo... Recuerdo como la sangre de Min Yoongi era pegajosa, pero tan ligera... Era como tomar un dulce jugo de mango, su sangre había llenado cada parte de mi ser, no tenía la necesidad de comer o beber, aquel maravilloso manjar había logrado llevarme al éxtasis del placer.

Salí de la habitación aturdido, sin detallar el aroma que inundaba la habitación, mi cuerpo se guio a los baños del primer piso, dónde no pude evitar vomitar.

Mi mente era un torbellino de ideas horrendas, quería con desespero beber sangre... Aquella primera impresión se había ido, la sensación de estar satisfecho se había desvanecido en un parpadeo.

Una de las chicas me trajo un atuendo, me di un baño e intenté despejar mi mente, algo dentro de mí estaba mal.

-Amo Kim- se inclinó Ken, mi primer amigo.

-Ken- susurré, podía sentir la sangre de todos en este lugar, veía sus venas, cada palpitar... ¿Qué era esto?

-Tenemos noticias, los nocturnos han atacado la mansión de los Min, parece que el lobo del clan Jeon se unió a ellos y abandono a los suyos.

Lo miré sorprendido, hace mucho que no escucho de tan prodigioso clan, se decía que cada heredero desgarraba el cuello de sus víctimas, disfrutaban matarlos lentamente, muchas veces los hijos de los hijos eran elegidos para qué formarán una unión fuerte. Que uno de ellos desertara solo me traería problemas.

Habían atacado a los Min, una familia que podía fácilmente sustituir a una legión de luchadores, sin duda el enfrentamiento debió ser brutal -Envía una carta a la familia, informa que iré a visitarlos y llevaré conmigo a Yoongi.

Ken me miró desconcertado, pero no sé negó a mi petición -¿Qué haremos con los nocturnos?

¿Qué hacer con ellos? En realidad, no tengo idea, si lo pienso con cautela, ahora mismo yo me estoy convirtiendo como ellos, posiblemente quiera satisfacción por más sangre y si llego a fondo tal vez... También pierda la cabeza.

-La sangre...- Ken negó, él intuía algo en mí, sabía que estaba cambiando -Les daré caza, necesito entablar una negociación con ese lobo que ha atacado y quiero que me lleves a verlo.

Ken me miró con sorpresa, casi en un susurro respondió con cierto terror en su voz -prepararé la reunión con los lobos.

Sonreí para mi querido amigo, quién con una reverencia se retiró, caminé hasta las afueras de la mansión, el aire choco en mis mejillas, era frío y traía consigo el aroma de la sangre, era extraño, podía jurar que alguien estuvo aquí intentando cometer asesinato.

Alejando esos pensamientos, salí de inmediato, corriendo por el bosque, mis oídos se hicieron más agudos, podía escuchar todo tipo de ruidos, incluso algo que me era irrelevante antes, ahora parecía insoportable.

Los animales huían ante mi presencia, las bestias rugen con horror, con la adrenalina en mis venas llegué al pueblo, curiosamente en los alrededores podía escuchar los rumores de los ciudadanos, cada uno cuchicheando acerca de las peligrosas criaturas nocturnas que estaban rondando nuestro hogar.

Una joven mujer me alcanzo a visualizar, sus ojos me miraban con terror, nunca antes alguien me miró de tal manera, no entendí qué pasaba, salí del espeso bosque para acercarme a ella, pero solo conseguí que gritara horrorizada y saliera corriendo.

La alcancé en un parpadeo, su sangre olía bien, el sudor que producía decía que necesitaba un poco de tranquilidad, acaricié su melena rubia, sonriéndole ella cambió su expresión, ahora neutra despejó su cuello enseñando lo que mi instinto quería devorar.

-Tengo miedo- dijo con evidente temor.

No entendía qué me pasaba, apenas iniciaba mi día, jamás un ciudadano de mi colonia tuvo miedo ante mi presencia, siempre fue diferente...

-¡Joven amo!

La exclamación de Choi me hizo perder la concentración de ese precioso cuello de venas cálidas y piel áspera, la ensoñación que me acompañaba se desmoronó y un terrible dolor de cabeza me hizo caer al suelo.

‹«¿¡Que crees que estás haciendo!? ¡Tú ERES MÍO!»

Choi hablo con la joven dama en cuanto Ken me llevaba de regreso a la mansión, estaba aturdido, sin sentido de orientación ni control de mí mismo.

Algo era claro, yo le pertenecía a alguien, era superior a la sed, incluso si mi garganta estaba seca y mis colmillos pidieran morder a los animales que corrían, mi cuerpo se contenía terriblemente.

-Choi, ayúdame a subirlo a su recámara- Ken y Choi me ayudaron a subir, cada uno tomo uno de mis brazos y con ayuda de una empleada abrieron la habitación, el aroma de este lugar me descontrolo.

Todo lo que podía sentir era ese aroma y de nuevo todo se volvió blanco. Perdí la conciencia

Tan dulce, la sangre baja por mi garganta, los gemidos de alguien no dejan que mis oídos escuchen más allá de lo que me rodea, esta sensación es deliciosa.

Lentamente, abrí los ojos, observando en el proceso, como esté cálido ser, mantenía los ojos cerrados y apresaba sus labios con los dientes, se sumía ante mí con completa libertad "Yoongi"

Me separé muy despacio de él, sin poder evitar lamí con cariño la herida hecha en su cuello -Lo siento

Yoongi me tomo de la mandíbula, me miró en varias direcciones y luego sonrió -No huyas de mí- no entendí a qué se refería, pero mi corazón se oprimió a tal punto de querer llorar -Me perteneces, nadie puede apartarte de mi lado, no lo permitiré de nuevo.

Yoongi me abrazo y sin que procesará lo que acababa de decir, me mordió, no estaba absorbiendo mi sangre, pero marcaba mi cuello una y otra vez.

La sensación era suave, no dolía cómo normalmente se solía sentir, ahora era cálido -Eres de mi propiedad Kim SeokJin.

Mi piel quemó ante sus palabras, estaba hechizado por Yoongi, no podía evitarlo, estoy siendo tentado por su ser, cada parte de su aroma, su sangre, e incluso su propia existencia me volvía loco, no puedo imaginar nada más que su propio ser dominando mi inhumano espíritu que lucha arduamente sin éxito para destruir.

-Un día de luna llena, amo y sirviente se reencontrarán- Yoongi hablaba con tristeza -Casi ha pasado un milenio desde que se originó la guerra contra los nocturnos, pero la vida demoníaca decayó por esa diosa arrogante.

-¿Que pasara ahora?

Yoongi me sonrió con ternura -Ahora estás conmigo, no se volverá a repetir la historia.

Actualmente, siento que todo lo que me rodea es complicado, pero... Él estará conmigo y eso es más que suficiente.

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