¡Treinta y ocho!: vidas aparentemente secretas y finales culminados.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—Bien, entonces serían...

La madre de JungKook miró por el retrovisor a los varios adolescentes que estaban dentro de su vehículo y aunque sabía quiénes eran, su memoria no le ayudaba mucho.

—Bueno mamá, tampoco esperaba que recordaras cada uno de los nombres, mucho menos si los escuchaste una sola vez —fue su hijo, abrochándose el cinturón de seguridad del asiento delantero. Su mami no estaba con ellos esa vez por estar trabajando en su nuevo libro y eso le había dado la oportunidad de sentarse ahí.

—No puedo creer que ni mi hijo crea en mí —chasqueó la lengua y encendió el vehículo, viendo el retrovisor por última vez—. En fin, no se molesten en presentarse porque no lo recordaré, los recuerdo mejor como "el que quiere piercings", "el sonriente", "el rubio", "el biólogo" y... El de rosa aún no lo conozco, pero te diré "el de rosa" —decía mientras conducía.

YoonGi se rió porque sabía que hablaba de NamJoon.

—¿El biólogo? —cuestionó JiMin, quien había logrado que su madre le diera permiso de ir ese día a estudiar con sus amigos. Por suerte su padre no se opuso a la idea porque pensaba que todos sus amigos eran omegas y ChanYeol no dijo nada.

—Oh sí, uno de ustedes sabe mucho de biología, ¿no? —dijo de manera casual y de inmediato todos miraron a TaeHyung, quien se sonrojó abochornado.

—JungKook, no puedo creer que le contaras a tu madre... —cubrió su rostro con una de sus manos, encogiéndose en su puesto.

—Ya te dije que me enojé de más por mi celo, no por lo que dijiste —se defendió el alfa, oyéndose quejumbroso, pero a sabiendas de que mucho de su enojo era por cuestiones relacionadas a HoSeok, sólo que no lo diría—. Además, no les conté porque quise —agregó—, HoSeok Hyung me acusó frente a ambas de que había olvidado la fecha de mi celo y tuve que contarles el contexto.

TaeHyung miró al beta con un pequeño mohín en sus labios y este desvió la mirada hacia algún otro lugar del vehículo para no ser acusado.

—No hay nada de qué disculparse ya —comenzó la alfa nuevamente, concentrada en la carretera—. Me pareció gracioso, no hay por qué enojarse si todos tenemos opiniones diferentes —le dio una mirada rápida, luciendo amistosa—. Enojate con JungKook quien fue el que me contó el chisme —rió.

—Mamá —se quejó.

Aigo, tiene razón —fue la respuesta de TaeHyung.

Aquel jueves, un día antes de que los exámenes finales culminaran, lograron ponerse de acuerdo para ir a estudiar a casa de JungKook, incluso NamJoon aceptó porque no tenía nada que hacer aquella tarde en específico y su madre estaba feliz de que pudiera hacer alguna otra cosa que no tuviera que ver con médicos o psicólogos.

Aunque el auto era considerablemente grande, seguían siendo cinco adolescentes amontonados en la parte trasera y la mejor manera que tuvieron de acomodarse fue que HoSeok se sentara sobre las piernas de YoonGi y que JiMin se sentara sobre las de NamJoon, dejando a TaeHyung en el medio sosteniendo su mochila.

Sorprendentemente, la idea de que JiMin fuera en sus piernas fue de NamJoon y esto no lo hizo solo para evitarle el momento raro al omega, sino también porque sabía que si se sentaba en las de YoonGi el auto no demoraría en oler fuerte a café y chocolate. Además, siendo otro omega, no se sentía extraño en absoluto, sin tomar en cuenta el contacto físico, pero aquello era lo de menos ya que JiMin no pesaba mucho y no se acurrucaba sobre NamJoon.

El viaje fue corto y aunque la madre alfa de JungKook era un poco más seria y callada de lo que era su madre beta, el ambiente no se mantuvo raro en absoluto, menos cuando encendió el reproductor, alejando por completo los silencios incómodos.

—JungKook —de repente, la voz de la alfa interrumpió el pequeño debate sobre estilos de música que estaba teniendo en la parte trasera del vehículo y su hijo la miró con curiosidad—. ¿Les dijiste a tus amigos sobre...?

—¡Ah! —reaccionó de inmediato y se giró en el asiento para mirarlos a todos, su madre viró los ojos con una sonrisa—. ¡Chicos! La próxima semana, el sábado específicamente, habrá una competencia de karate en la que voy a participar.

Todos reaccionaron asombrados y el joven adolescente sonrió con orgullo.

—¿Podemos ir? —preguntó HoSeok, luciendo emocionado.

—¡Sí! Había olvidado hablarles antes al respecto, pero todos están invitados y es entrada libre, así que no hay problema.

—¿Cuál es el premio? Si es dinero deberías invitarnos a comer después —comentó YoonGi con un tono gracioso que hizo reír a JungKook, pero HoSeok igualmente le dio un golpecito en la cabeza cuando NamJoon le pidió que lo hiciera—. ¡Ay! —se quejó.

—Es una medalla, como en cualquier competencia, pero creo que también hay dinero —dudó un poco, luciendo poco interesado en esa parte—. Lo importante, es que si consigo el primer lugar aquí que sería el nivel local, puedo participar a nivel regional —sonrió.

—¿Has participado antes? —preguntó HoSeok con curiosidad. Habían cosas que no había hablado con JungKook y le pareció realmente interesante.

—Ah sí, pero quedé en segundo lugar a nivel local, no pude avanzar mucho —dijo con labios ligeramente fruncidos—, pero he practicado mucho, así que espero que me vaya mejor esta vez.

—¡Woah! JungKook, ya me preguntaba por qué no nos habías hablado de tus logros sabiendo lo bueno que eres en todo —comentó TaeHyung con una ceja alzada.

—Nunca se queda quieto, como mínimo está bien que gaste su energía ganando premios —mencionó su madre, dándole un par de palmaditas en el hombro para que se sentara correctamente en su puesto—. Su primera vez concursando fue en dibujo, tenía como siete años e hizo un dinosaurio, desde entonces no se ha detenido —se rió.

—Es que soy lo máximo —dijo JungKook a manera de broma.

—Ah, eres un presumido —se quejó JiMin con una sonrisa y el alfa se la devolvió.

Finalmente, todos se bajaron del auto cuando llegaron a casa de la familia Jeon y el alfa se adelantó para abrir la puerta mientras los demás ojeaban con curiosidad el interior desde su posición en el patio delantero.

Era una casa grande y la zona era linda.

—Muy bien —comenzó YoungMi detrás de ellos, provocando que se giraran para verla—. Yo tengo que ir a mis clases de la tarde, no hagan desastres ni toquen mis cosas, JungKook sabe cuáles son —señaló, colocando sus gafas de sol sobre su cabeza para peinar su corto cabello hacia atrás—. Mi esposa compró snacks y cochinadas así, entonces si tienen mucha hambre agarren eso y no toquen mi cocina —sonrió suave—. Eso es todo.

Todos asintieron.

—Sí, mamá —dijo JungKook—. Vamos a estar bien.

—Por último, regresaré a las ocho, si alguno necesita que lo lleve a casa, avíseme de una vez —enarcó una ceja, pero de inmediato todos negaron con la cabeza, sonriéndole a la mujer con pena.

—No, no —negó el alfa mayor—. No se preocupe por eso, nos vamos un par de horas antes, ninguna de nuestras casas queda lejos, o eso tengo entendido. No tiene que tomarse la molestia —mencionó YoonGi, haciendo un ademán con su mano como si no fuera la gran cosa—. Ya la hemos molestado mucho...

—No es nada para mí, puedo hacerles el favor —insistió un poco.

—De verdad, estamos bien, no tiene que preocuparse por nosotros —agregó NamJoon, quizás un poco más apenado que el resto porque era su primera vez conociendo a la mujer.

La alfa se mantuvo callada un par de segundos, mirándolos a todos con ojos entrecerrados en búsqueda de alguno que flaqueara, pero todos mantuvieron la misma postura que YoonGi. Para ella no había ningún problema en dejar a los muchachos en sus casa, de hecho, prefería hacerlo a dejarlos caminar solos por la calle, pero sabía que no podía insistir demasiado y bien, ya estaban grandes... incluyendo su hijo, pero él no contaba.

—Bien —ella asintió, dejando caer nuevamente los lentes de sol sobre el puente de su nariz. Sus labios se curvaron en una sonrisa ladina y movió su mano como despedida—. Suerte, chicos. Estudien mucho —hizo el signo de amor y paz con sus dedos y giró el volante para salir del vecindario.

Mientras veían el gran auto negro alejarse de la casa, NamJoon miró a JungKook.

—Jeon, ¿tu mamá está soltera? —preguntó seriamente.

Los demás se carcajearon cuando vieron la expresión consternada del alfa.

—¡¿Ah?!

—Pensé que era el único que la consideraba atractiva —JiMin suspiró en alivio, colocando su mano sobre su pecho y esta vez la mirada consternada de YoonGi acompañó a la de JungKook.

—¿Verdad? —NamJoon miró a JiMin y este asintió de inmediato—. Me gusta su estilo, es muy masculina.

—¡Sí! ¿Viste sus brazos? —JiMin cubrió su sonrisa con su mano y NamJoon asintió, luciendo tan serio que era hilarante—. Es toda una alfa —agregó sorprendido y tímido, riéndose de sí mismo por lo que estaba diciendo.

—Si siguen hablando así de mi mamá harán que vomite —se quejó Jeon y mientras NamJoon se reía bajito al respecto, JiMin se disculpó con una sonrisa tímida—. Mejor entremos de una vez antes de que me arrepienta de invitarlos —chasqueó la lengua.

Mientras todos entraban, YoonGi se acercó un poco más a JiMin y tocó su cintura con su dedo índice para llamar su atención.

—¿Te gustan mucho los músculos? —preguntó bajito, casi con un puchero en sus labios y JiMin no pudo evitar sentir un golpe directo en el corazón—. Es decir, está bien que te gusten, pero si te gustan mucho, pues tenemos un problema...

—Hyung, usted me gusta mucho con o sin músculos —acarició su mano y YoonGi frunció un poco más sus labios—. No soy fan de los músculos, supongo que en ella se veían bien, usted no los necesita para verse lindo —besó su mejilla y aunque YoonGi quiso hacer un poco más de berrinche, recordó que no estaban solos.

—Bien, te creeré —hizo un puchero, provocando una risa suave de parte del rubio.

Todos tenían una idea de lo que iban a hacer para sus respectivos finales, pero no estaba de más reunirse para poder intercambiar ideas entre todos pese a que eran finales diferentes y años diferentes. Así mismo, algunos podrían ayudar a los demás y ciertamente había sido de ayuda para JungKook que NamJoon se sentara a su lado a explicarle inglés porque era la mejor materia del omega y una más en la lista del alfa que le estaba dando problemas.

A JiMin y TaeHyung les tocó presentar dos finales el viernes, el primero era de física y el segundo era de matemáticas. Ambos se sentaron juntos para ayudarse mutuamente con los apuntes de física y luego pedirle ayuda a HoSeok cuando no entendían del todo una fórmula matemática.

Finalmente, HoSeok y YoonGi trataban de procesar sin ayuda de NamJoon cada apunte de química, pero lo necesitaron cuando tuvieron que hacer ejercicios.

Así que, la mesa en la sala de estar de la enorme casa de JungKook estaba llena de cuadernos, hojas sueltas y muchos resaltadores de colores. El silencio a veces reinaba cuando cada uno de ellos lograba concentrarse lo suficiente, pero de un momento a otro todos fueron interrumpidos por un grito de victoria.

—¡Lo logré! —fue la voz de JiMin, sacudiendo ambos puños cerrados con emoción—. Mira, mira, logré resolver este ejercicio, ¡me dio cero! —le enseñó la hoja a TaeHyung y este la miró con atención, sonriendo cuando corroboró lo que su amigo decía.

—Genial, lo hiciste perfecto —felicitó.

—¡Pensé que no iba a entenderlo nunca! —decía con alivio—. ¡Mire, mire!

JiMin le enseñó el ejercicio a YoonGi y este pretendió entender todo lo que había ahí, sonriendo y felicitando al omega emocionado.

—Perfecto, tomemos este momento para descansar porque me duele el cerebro —pidió HoSeok y se deshizo sobre la mesa.

—¿Quieren snacks? —JungKook se levantó de la mesa, viendo a los demás asentir ante la propuesta—. Bien, ya regreso. Pueden encender la televisión si quieren, el control remoto está en el estante —decía mientras caminaba en dirección a la cocina.

Cuando el alfa se perdió de vista, TaeHyung decidió levantarse para buscar el control y poner un poco de música, así que se acercó a la estantería en donde descansaba el televisor y en donde reposaban varias fotos y demás objetos en cada sección. Se acercó con curiosidad a un grupo de fotos que estaban a un lado y luego de mirar un par de fotos de un gato y de lo que parecían ser vacaciones familiares, no pudo evitar reírse a carcajadas cuando se encontró con la foto de un pequeño JungKook acostado en la cama con su pequeño trasero al aire, mirando la cámara por encima de su hombro mientras sonreía.

—¡Miren, miren! —tomó el marco con cuidado y lo acercó a la mesa, colocándolo frente a los demás que no pudieron evitar estallar en carcajadas igualmente.

—¡Qué lindo! —soltó YoonGi entre risas.

—No puede ser, pobre Kook —NamJoon cubrió su boca parcialmente con su mano, riendo por lo bajo.

—Son unas pompis adorables —decía JiMin mientras puchereaba por lo lindo que se veía el alfa.

HoSeok tomó la foto entre sus manos, mirando cada detalle con una sonrisa enorme que iba mucho más allá que una burlona o divertida. JungKook se veía adorable a pesar de la vergonzosa foto, incluso estuvo tentado a capturarla en su celular, pero no quería que el alfa se enojara con él.

—¿Qué hacen? —preguntó el causante de las risas al ver el alboroto y cuando el beta giró el marco hacia él, casi se le caen los dos bowls que había llenado con papitas—. ¡¿De dónde lo sacaron?! —se acercó velozmente a la mesa, dejando ambos bowls mientras los demás seguían riéndose su reacción—. ¡Dejen de ver eso!

—Estaba en el estante —explicó TaeHyung mientras HoSeok le entregaba la foto y JungKook la ponía sobre su pecho para que nadie la viera—. Te ves adorable, no pude evitarlo.

JungKook bufó, sintiendo la cara caliente.

—Se supone que esta foto está en el cuarto de mis madres —murmuró con resentimiento, suponiendo de manera acertada que una de ellas seguro la había puesto ahí para hacerlo pasar ese bochorno y juró venganza.

—¿Puedo tomarle una foto? —preguntó HoSeok, sacando su celular, y JungKook sintió la cara aún más caliente por eso.

—Claro que no, Hyung —se quejó y negó más fuerte con la cabeza cuando HoSeok formó un puchero, tratando de negarse a como diera lugar sin importar lo manipulador que resultaba ser el beta—. No vean mi trasero, ni siquiera como bebé, puedo demandarlos a todos por acoso —señaló.

—¿Por qué tendrías una foto en mitad de la sala que no quieres que nadie vea? Tu demanda se caería sola —razonó TaeHyung mientras JungKook lo miraba mal—. Pero ve, para que no te sientas tan avergonzado, yo puedo enseñar una foto de mi estando desnudo también.

—Supongo que de bebé —NamJoon enarcó una ceja.

—Claro —dijo con obviedad—, a menos que quieran ver otra —movió sus cejas y sacó su celular, riendo cuando los demás hicieron muecas de asco—. Vean —la enseñó.

En la foto, TaeHyung se veía riendo, sentado de frente a la cámara y completamente desnudo. Las reacciones fueron las mismas que las que tuvieron con la foto de JungKook y el alfa pelinegro se sintió un poco mejor por no ser el único humillado por una foto de ese estilo, aunque la de TaeHyung era peor porque no era su trasero lo que llamaba la atención, así que era más graciosa aún.

—Qué cosita tan pequeña y adorable —dijo JiMin enternecido, riendo suavemente.

—Ahora ya no está tan pequeña, eh —respondió TaeHyung de inmediato.

Un «pfff" general se hizo escuchar y JiMin apretó su puño.

—¡Hablaba de ti, estúpido! —se levantó de su puesto para darle un golpe fuerte en el brazo que hizo a TaeHyung lamentarse mientras se reía.

YoonGi también se levantó, luciendo prácticamente anonadado y casi ofendido de una manera exagerada. Su expresión hizo reír a los demás a la par de TaeHyung y aunque JiMin también se había tomado como broma el comentario del alfa, no pudo evitar sentirse curioso por la reacción de YoonGi.

—Mucho cuidado con lo que le dices a mi chico —fueron las palabras que salieron de su boca, señalando al alfa a modo de advertencia.

Su tono de voz no sonaba en absoluto amenazante como lo sería cualquier frase dicha por ChanYeol o cualquier otro alfa celoso, incluso parecía seguir el mismo ambiente juguetón que había alrededor, pero eso no evitó que la cara de JiMin explotara en rojo.

"Tu chico" era bastante más de lo que habían alcanzado y YoonGi pareció darse cuenta de eso porque lo miró con algo de pena, sus propias mejillas sonrojándose al instante. Ambos entonces se dedicaron mutuamente miradas tímidas y apenadas, mientras el resto observaba con ojos atentos y algunos fingiendo estar asqueados con los corazones que juraban ver volar alrededor.

Vaya tarde de estudio.

Cuando JungKook abrió la puerta de su casa a las siete y media y se encontró con Park ChanYeol del otro lado, no estuvo seguro de sí lamentarse porque el otro supiera la dirección de su casa o gruñirle para marcar territorio. Sin embargo, ninguna de esas opciones fue necesaria porque JiMin salió de inmediato para encontrarse con su hermano.

—Hola, Hyung —saludó y él solo hizo un movimiento con su mentón como respuesta, desviando su atención de JungKook—. Gracias por venir, ¿te molesta si TaeHyung nos acompaña? No quiero que se vaya solo.

—¿Cómo? —frunció sus cejas y TaeHyung salió por la puerta también, saludándolo con una sonrisa—. Espera...

—Bien —JiMin se giró antes de recibir una respuesta—. Gracias por invitarnos, Kookie —le sonrió con cariño y este le regresó el gesto. ChanYeol no estaba seguro de qué decir—. Hasta mañana, espero que saques muy buenas notas.

—Yo también lo espero —rió—. Hasta mañana, Hyungs.

—Entonces, ¿cómo vas con el estudio? —le preguntó TaeHyung de repente y ChanYeol lo miró con extrañeza, casi preguntándole con la mirada si le estaba hablando a él—. Yo creo que voy bien, pero no lo sé, mi peor materia es geografía, ¿cuál es la tuya? —continuó.

El alfa apretó la mandíbula y miró a su hermano, tratando de conseguir su mirada cuando este se alejó de la puerta de JungKook.

—¿Qué? —preguntó cuando se dio cuenta de la mirada incómoda de su hermano y le lanzó una mirada a TaeHyung que fue respondida con un encogimiento de hombros—. No te matará que alguien nos acompañe, ¿o sí? No te creía tan débil, Hyung —suspiró, comenzando a caminar junto con su amigo y Yeol chasqueó la lengua, siguiéndolos.

Se colocó al lado de JiMin, dejándolo en el medio de ambos alfas, y los tres continuaron con su camino.

—Al menos no es YoonGi —metió sus manos dentro de sus bolsillos.

—Se fue hace un rato con NamJoon Hyung y HoSeok Hyung porque no quería que se fueran solos —explicó, ChanYeol no evitó enarcar una ceja.

—Vaya, prefiere a ambos sobre ti, no sé si eso es lindo —comentó con burla.

—De hecho le dije que tú vendrías a buscarme, por lo que no tendría que acompañarme. Además, es lindo que cuide a sus amigos, es algo que un buen alfa hace —recalcó—. Así que no trates de comenzar con este tipo de trucos, no te van a servir —le sonrió, pero lejos de ser una sonrisa cariñosa, más bien parecía una de amenaza que buscaba ocultarse bajo una tela de carisma.

TaeHyung rió suavemente, pero fue callado por una mala mirada de ChanYeol.

El alfa pelinegro no tenía idea de en qué momento las cosas se habían tornado de esa manera, ¿acaso estaba perdiendo poder sobre los bobos amigos de JiMin? Se suponía que ellos debían tenerle miedo, no sacarle conversación sobre sus peores materias o algo por el estilo. Lo que él no sabía era que el único que parecía amistoso y abierto a entablar una conversación amena con él era TaeHyung, quien sabe por qué, quizás porque era aparentemente inmune a los gruñidos de los alfas o a sus insinuaciones para pelear, cosa que JiMin sí había notado, pero que no sabía cómo explicar.

Para que el camino a casa de JiMin no se tornara incómodo, TaeHyung continuó sacando charla y ambos se concentraron en una conversación sobre lo que harían luego de que los finales acabaran y sobre lo seguros que se sentían para sacar una buena nota. ChanYeol simplemente escuchó la conversación, algo molesto por la presencia ajena, pero dejándolo pasar porque su hermanito seguro haría un berrinche y ya esperaba vivir uno cuando estuvieran a punto de entrar en la casa y tuviera que sacarle el aroma a YoonGi que cargaba encima.

Cada día que pasaba, JiMin apestaba más y más al tarado alfa y ChanYeol no estaba seguro de cómo resolver eso sin usar la violencia (no porque no quisiera golpearlo, sino porque el director ya le había dado un ultimátum al igual que sus padres y porque realmente estaba tratando de convencer a JiMin por las buenas), porque su padre no estaría contento si llegara a sentir algún ápice del aroma de YoonGi sobre su pequeño hijo favorito y JiMin no sería el único afectado.

Un omega encaprichado con un alfa iba a dar todo por oler a él y siempre que hacía amago de abrazar a su hermano para quitar el aroma a café y chocolate, JiMin reaccionaba cada vez peor, al punto en el que casi lo golpea en la entrepierna el día anterior luego de que pasara todo el día acurrucándose con YoonGi.

Probablemente la fecha del celo de su hermano estaba cerca de nuevo, así que ChanYeol debía tener más cuidado antes de que se le saliera de las manos y el pequeño rubio termine dejándolo estéril por uno de sus arranques de rabia.

—Bien, yo me bajo aquí —dijo TaeHyung, levantándose de su puesto al lado de JiMin cuando el autobús comenzó a detenerse—. Gracias por acompañarme —le sonrió a ambos hermanos.

—Cuando quieras —se despidió el menor de los Park.

ChanYeol no dijo nada y se sentó al lado de su hermano, ya que en el viaje había tenido que sentarse en otro puesto por la rapidez de JiMin de sentar a TaeHyung a su lado.

Una vez estuvo en la calle, TaeHyung miró el autobús alejarse por la carretera. Su expresión contenta se relajó al punto de lucir agotado y caminó un par de cuadras hasta encontrar una intersección. Se dedicó a cruzar por la vereda, alejándose cada vez más de la avenida principal mientras se adentraba entre las pequeñas calles llenas de casas y edificios. Finalmente, llegó a la avenida paralela a la que se encontraba y esperó el siguiente autobús en la parada, sentándose en la banca y mirando los autos pasar.

El sol ya estaba bajando del cielo y los colores naranjas reinaban, dándole una vista preciosa que habría podido disfrutar si no hubiera estado mirando fijamente la carretera por donde debería aparecer el autobús que lo dejaba frente a su casa.

Sólo quería llegar a casa lo más pronto posible.

Alguien se sentó a su lado justo cuando el autobús llegó y él se levantó como si el asiento tuviera un resorte, trotando hacia el vehículo y metiéndose dentro de un salto.

El camino fue algo largo, él realmente no le prestó atención, simplemente trató de no quedarse dormido mientras veía el sol esconderse cada vez más, hasta que la noche reinó por completo cuando estuvo en su barrio.

Las calles eran pequeñas, las aceras eran irregulares por las raíces de los árboles y podía contar la cantidad de autos que había visto pasar con la mitad de una mano. Cruzó un par de calles, luego una pequeña plaza en donde unos cuantos chicos estaban jugando con una pelota y después de cruzar una esquina, llegó a casa. Se quitó la mochila y metió la mano dentro de ella, sacando las llaves que abrían la reja de metal que lo separaba de la puerta de madera y finalmente, del interior de su casa.

Forcejeó un poco debido a lo oxidadas que estaban las bisagras, pero logró abrir ambas puertas y estuvo finalmente dentro de la seguridad de su casa. Suspiró de alivio y se apartó un poco, cruzando frente al auto viejo de su padre que se encontraba en el pequeño garaje y caminando hacia las estrechas escaleras que lo llevaban a la puerta de su pequeño hogar.

—Hola mamá, ya llegué —saludó a la mujer una vez abrió la puerta y se quitó los zapatos en la entrada, dejándolos al lado de una pila que se había hecho más pequeña con el pasar de los años.

—Hola —respondió ella, recibiendo el beso en la mejilla que le dio su hijo una vez se acercó lo suficiente a la mesa en donde la mujer revisaba los exámenes de sus estudiantes—. ¿Cómo te fue hoy? ¿Por qué llegaste a esta hora? —preguntó con curiosidad, bajando un poco sus gafas de lectura.

El alfa sólo se encogió de hombros y dejó su mochila sobre una de las sillas antes de sentarse. Por las ventanas ya entraba la oscuridad de la noche y la televisión que reposaba sobre su respectivo estante se encontraba encendida con un volumen bajo, seguramente puesta para que la casa no se sintiera tan callada.

—Fui a casa de un amigo a estudiar, mañana son los últimos finales y luego de eso estaremos libres para planear el evento de verano —contó y ella asintió en entendimiento, sus ojos fijos en la pila de hojas mientras marcaba con un bolígrafo rojo—. Noté que habían más zapatos en la entrada, ¿quién vino?

—Oh si, las vacaciones de HyungSik comenzaron, así que vino a pasar un par de semanas con nosotros y luego irá a Japón con su novia —explicó con una calma agotada y TaeHyung parpadeó algo sorprendido, pero de alguna manera sabía que él se presentaría entre esas fechas, él era el más apegado a la familia después de todo—. Ahora debe estar durmiendo por el viaje, pero cuando despierte seguro querrá verte.

TaeHyung vio la puerta de la habitación de su hermano mayor, la cual se encontraba al lado de la de sus padres y regresó la mirada a su madre.

—¿Y papá? El auto está en la cochera.

Ella demoró un poco en contestar, el adolescente incluso consideró que ella ni siquiera había escuchado su pregunta, pero finalmente la omega suspiró suavemente.

—Por ahí —se encogió de hombros, negándose a dar más detalles al respecto.

TaeHyung no esperó una respuesta más elaborada y simplemente se levantó de la mesa para ir en dirección a la cocina, caminó un par de pasos hasta llegar a la encimera y tomó una taza de los estantes, decidiéndose por té cuando se dio cuenta de que no había café a la vista.

Llenó la tetera eléctrica de agua y la enchufó, escuchando el molesto sonido que hacía con atención.

Miró su uniforme mientras esperaba a que el agua estuviera caliente y desabrochó los primeros botones con tranquilidad, suspirando con alivio por poder soltarse el ajustado cuello. Aunque antes de que pudiera quitarse el chaleco de suéter negro que tenía encima de la camisa blanca, escuchó la voz de su madre.

—¿Has pensado en teñirte el cabello? —preguntó de manera repentina y TaeHyung se giró a mirarla, notando como ella se encontraba aún en su silla, mirándolo sobre su hombro—. Quizás de negro, puede que se vea más natural, ¿no te parece? Tus amigos deben pensar que gastas una millonada en tintes.

TaeHyung bajó sus manos del cuello del chaleco y se encogió de hombros antes de girarse de nuevo para tomar la tetera con el agua ya caliente y servirla en una taza.

—Si lo hiciera, creo que sería más complicado explicarle a todo el mundo por qué mis raíces son grises —fue su respuesta, dedicándose a buscar las bolsitas de té para meter una en el agua caliente—. En ese caso sí gastaría una millonada en tintes para el cabello, suficiente tengo con mis otros gastos —razonó con un aire de broma—. Creí que ya habíamos hablado de esto, sólo dejémoslo así.

Su madre suspiró.

—Tienes razón —regresó a su posición y peinó su largo cabello hacia atrás en busca de concentración.

TaeHyung continuó preparando su té y formó una mueca cuando, después de buscar en todos los cajones, encontró el envase de azúcar completamente vacío.

—¿No hay azúcar? —preguntó.

—Oh, olvidé comprarla —se quejó su madre—. Mañana hazme recordar antes de que te vayas a la escuela, compraré lo que falta cuando regrese del trabajo.

El alfa chasqueó la lengua y tomó la taza, dándole un sorbo al té amargo y caminando de vuelta a la mesa. La omega seguía ojeando y corrigiendo los exámenes, así que no la quiso distraer más y le dedicó su atención a la televisión. Estaban transmitiendo un drama al azar, así que se mantuvo atento porque reconocía a un par de actores y le parecía entretenido observar cada detalle en sus expresiones.

—Tae... —el mencionado se giró hacia el llamado, notando como su madre había levantado su mirada para dedicarle un par de ojos cansados y algo serios, aunque él suponía que era por el estrés de tener que corregir tantos exámenes—. ¿Podrías darte una ducha cuando termines el té? El aroma...

—Sí —respondió de inmediato, soltando el asa de la taza de té para volver a abotonar su camisa blanca—. Lo siento, dame un par de minutos y voy —agregó, sonriendo cortamente y tratando de concentrarse en el drama otra vez.

Lo bueno es que ahora estaba en casa y no tendría que pasar por aquello en la calle, o peor, frente a sus amigos.

Cuando la campana sonó y todos los alumnos salieron de sus aulas, Min YoonGi estaba haciendo un pequeño baile de felicidad porque finalmente todos se encontraban completamente libres. Los finales habían culminado y lo que venía era pura relajación y dormir hasta el mediodía, vacaciones en familia y descansar del agotador ciclo escolar que casi lo había hecho perder la mitad de su cabello. Podía respirar tranquilo y concentrarse en las vacaciones que tendría con su padre porque definitivamente lo iba a disfrutar a lo grande.

—Supongo que recuerdas que debemos venir para preparar las cosas para el evento de verano, ¿no es así? —aquella fue la pregunta que lo hizo detenerse y mirar a su mejor amigo con ojos decepcionados—. A veces creo que tu memoria no funciona del todo bien —NamJoon rió—. Debemos quedarnos, por si no lo recuerdas.

—¿Quién dijo...?

Pero su pregunta fue cortada cuando se escuchó por los parlantes del instituto la voz del director pidiéndole a los estudiantes que se dirigieran al salón de eventos. Aquel era un lugar que no solían usar a menudo, claramente solo abría sus puertas en las temporadas importantes como el evento que se aproximaba o para fiestas de los recién graduados, así como algún anuncio casual sobre las clases o reuniones con los padres. YoonGi lanzó un sonido de cansancio al aire y supuso que era demasiado bueno para ser verdad que hubieran adelantado el horario de los exámenes para terminar al menos cinco horas antes del cierre habitual de las instalaciones.

El gran grupo de estudiantes comenzó a caminar hacia la dirección requerida y YoonGi aseguró su mochila sobre su espalda mientras seguía a sus amigos.

—Pensé que iba a regresar temprano a casa para dormir a gusto —se quejó el alfa pelinegro.

—Creo que eso es demasiado soñador de tu parte, Yoon —le mencionó HoSeok.

Mientras caminaban, JungKook apareció dando un par de saltos hasta llegar al lado de HoSeok y rodeó los hombros del beta con su brazo, sonriente como de costumbre. YoonGi le hizo una señal a NamJoon y este no pudo evitar reír por aquello, después de todo, el alfa más joven ya ni siquiera ocultaba el claro favoritismo que tenía por HoSeok ni la manera en la que su aroma se volvía más dulce cuando se encontraba cerca del beta, además, era lindo pensar que su amigo estaba teniendo ese tipo de atención de alguien y que fuera correspondido.

—NamJoon Hyung, creo que me fue bien en el final de inglés, muchas gracias por ayudarme, respondí absolutamente todo —NamJoon sonrió por lo bajo, asintiendo.

—No hay de qué —le dio un par de palmaditas en la espalda.

—¿Sí? Espero que hayas sacado una buena nota —HoSeok enarcó una ceja—. Tus vacaciones dependen de eso.

—Ah, Hyung —jadeó—. No me lo recuerde, hará que me ponga nervioso —lloriqueó, haciendo sonreír al beta.

Cuando llegaron JiMin apareció junto con TaeHyung entre la multitud, señalando unos cuantos puestos que estaban libres y llamando a los demás para que los acompañaran. YoonGi corrió de inmediato a sentarse a su lado y le siguieron los demás.

—Buenos días muchachos —comenzó el director cuando todos los alumnos encontraron un lugar para estar y los murmullos cesaron—. Este ciclo escolar ya está culminando, el año ya va por la mitad y el siguiente cuatrimestre de estudios ya está a la vuelta de la esquina. Nuestros alumnos del último año están a un paso de graduarse y todos estamos muy orgullosos por ellos —aplaudió suavemente, siendo acompañado por la multitud.

—El próximo año serán ustedes de los que esté hablando —mencionó TaeHyung hacia YoonGi y el alfa formó una mueca de disgusto.

—Mierda, no nos falta nada, ni siquiera sé qué quiero hacer con mi vida después del instituto —exclamó en voz baja.

—Todavía hay tiempo —se quejó JiMin en medio de ambos—. No debemos pensar automáticamente en el final, aún no se acaba, después de todo —se encogió de hombros y miró a YoonGi con una sonrisa calmada, dándole ánimos.

YoonGi le devolvió la sonrisa y lo empujó suavemente con su hombro, acción que fue correspondida por JiMin.

—Sólo no quieres pensar en que tu amorcito se irá el año que viene —se burló TaeHyung y el omega le dio un golpe en el hombro, provocándole una risa lastimera—. ¡Aish, golpeas fuerte! —se quejó por lo bajo para que ningún profesor le reclamara y JiMin le sonrió con orgullo.

—Vivo con un alfa —dijo con obviedad y TaeHyung entendió que aquella era una razón perfectamente válida de por qué el omega siempre tuviera que recurrir a pequeños golpes cuando entraba en confianza.

—Ese es mi chico —animó Min con una mirada que casi parecía estar soltando corazones y JiMin se sonrojó, mirándolo con los ojos abiertos en sorpresa—. Oh, ¿estuvo mal? Lo dije el otro día, pero pensé... —cuestionó al ver la reacción del omega.

—No, no, no está mal —negó de inmediato—. Está perfecto... me gusta —se encogió un poco en su puesto, subiendo sus manos hasta su pecho como si no pudiera contener la emoción.

NamJoon miró hacia ambos lados y se lamentó por no haberse sentado junto a TaeHyung; al menos ahí no tendría a dos parejitas a los lados y no estaría viendo como JungKook no dejaba de recostarse sobre su amigo más tímido y que este no hiciera más que acariciar su cabello con naturalidad. En absoluto era religioso, pero vaya que le rezó a la luna porque lo sacara de ese sufrimiento a él y a su nariz, ya que su lobo estaba un poco harto del aroma a hormonas que desprendían los dos alfas.

—Les deseo unas buenas vacaciones y que todo lo que se propongan para el evento de verano se cumpla a la perfección —movió su mano en señal de ánimo y se alejó un poco del micrófono—. A continuación, el alumno estrella del último año y el presidente de la clase A, Kim SeokJin, para darles algunas palabras de aliento.

Se escucharon un par de murmullos a los alrededores mientras el alfa se acercaba al pequeño micrófono y no era para menos si se tenía en cuenta sus antecedentes. Después de todo, pese a ser el dolor en el culo de YoonGi y de ser el pretendiente fallido de NamJoon, también era el mejor de su clase y el presidente de su aula, así como uno de los más atractivos en el instituto... si se tomaba en cuenta la tonta lista hecha hace un año por un grupo de omegas y betas sin oficio.

—Bueno —comenzó, riéndose por lo bajo algo apenado—, creo que no hay algo más que decir aparte de todo lo mencionado por el director, pero siendo honesto, estoy realmente emocionado por lo que haremos este año, supongo que porque es mi último año y la última vez que participaré en uno de estos eventos —continuó, sonando animado y luciendo tan brillante como lo podría ser alguien tan perfecto como Kim SeokJin—. Hagamos algo especial este año, por favor cuídense mucho, coman bien y den lo mejor de sí durante estas últimas semanas para poder descansar como corresponde. ¡Ánimo!

La sala aplaudió animadamente y SeokJin hizo una reverencia. Mientras miraba al público, se encontró con los ojos de NamJoon observarlo y parpadeó algo sorprendido cuando el omega no desvió la mirada ni hizo algo más que encogerse un poco en su puesto con algo de pena, pero tuvo que alejarse igualmente de la tarima para darle paso al director nuevamente.

—Bien, como ya saben, no tenemos mucho tiempo y sé que muchos de los clubes están preparando eventos emocionantes, así que por favor, si forman parte del staff de algún club, hablen con sus respectivos profesores para ser guiados a la zona que les corresponde —explicó cortamente, señalando un grupo de profesores a un lado de la tarima—. El día de hoy no vamos a quedarnos hasta tan tarde, sólo organizaremos las cosas que haremos durante las próximas dos semanas y, para comodidad de todos, vengan con ropa deportiva o que no usen a menudo para no ensuciar su uniforme con pinturas y demás. Muchas gracias por su atención. Pueden retirarse —sonrió y movió su cabeza en ademán de reverencia.

Los alumnos comenzaron a levantarse de sus puestos y el grupo de amigos esperó pacientemente a que se fuera la suficiente cantidad de personas como para no ser aplastados por la multitud. NamJoon se cruzó de brazos mientras esperaba y YoonGi tocó su hombro con ojos curiosos asomándose en su mirada.

—¿Todo bien? —preguntó el pelinegro.

—¿Por qué habría de haber algo mal? —cuestionó NamJoon.

YoonGi formó un mohín con sus labios.

—No necesitas estar todo el tiempo a la defensiva —se quejó y NamJoon sonrió por lo bajo, divertido por la expresión berrinchuda de YoonGi.

—Sólo porque aparezca SeokJin no significa que me voy a morir —le dijo, adivinando los pensamientos del alfa.

—No digo que te vayas a morir —se quejó suavemente.

—Vamos chicos —les avisó HoSeok cuando el caminó se liberó a medias y todos comenzaron a levantarse de sus asientos.

YoonGi tomó la mano de JiMin y él tomó la mano de TaeHyung para no perderlo de vista. NamJoon sólo caminó detrás de JungKook y todos trataron de atravesar el mar de gente cansada que quería irse a casa, pero que estaba obligada a quedarse tiempo extra.

—No tienes nada de qué preocuparte —le dijo el omega a su mejor amigo por sobre su hombro y YoonGi bufó.

—Entiendo que digas que no, pero después de todo lo que ha pasado pues a veces me molesta un poco que te sientas mal y no quieras decirlo —explicó y NamJoon viró los ojos porque no podía creer que estuvieran teniendo esa conversación en mitad de un mar de personas—. Sé que puedo estarle dando muchas vueltas, pero no te pongas tan a la defensiva cuando te pregunto algo —puchereó sin sonar enojado y luego se giró un segundo—. JiMin, mejor ponte delante de mí, hay muchas personas —el omega asintió y se colocó frente al alfa de manera descuidada, YoonGi lo tomó por los hombros para estar más atento y TaeHyung lo tomó del borde de su camisa.

—YoonGi, deja de ser tan dramático, pareces personaje de drama —mencionó NamJoon, mirando otra vez por sobre su hombro al pelinegro y este frunció un poco su nariz.

—Ya sé que esto no es un drama —fue su respuesta y JiMin le dio un empujoncito con su codo para que dejara de discutir al respecto.

NamJoon viró los ojos y se giró nuevamente para continuar con su camino, pero terminó chocando con alguien que se había atravesado y sus pies se enredaron, provocando que ambos cayeran al suelo entre tropezones. De inmediato, el omega con aroma a vainilla trató de levantarse, pero sus pies lo hicieron caer otra vez sobre la persona que había amortiguado el golpe.

—Lo siento —fue lo que escuchó decir y el aroma a nueces invadió sus fosas nasales, aunque era lo de menos cuando su cara había caído directamente en su pecho—. Mierda, ¿estás bien? —el omega logró estabilizarse y el aire se fue de sus pulmones cuando, al levantar la cabeza, se encontró con la mirada preocupada de SeokJin.

El alfa comenzó a sentarse con cuidado, pero preso del pánico, NamJoon se alejó de un salto y terminó cayendo sentado al suelo. La multitud ya se estaba dispersando y habían formado un círculo alrededor de ambos para caminar y no pisarlos, cosa que el omega habría preferido si aquello hubiera evitado esa situación tan vergonzosa.

—Disculpa, yo... —NamJoon tartamudeó y a tientas buscó el brazo de YoonGi, el alfa de inmediato lo ayudó a levantarse y ver a Jin aún en el piso lo hizo sentir más culpable—. Mierda, no, espera —se acercó a él y tomó su brazo.

Jin logró levantarse gracias a la ayuda, quedando justo frente al omega y lo suficientemente cerca de él como para sentir el aroma a leche y vainilla bailar en su nariz. El cabello de ambos se encontraba despeinado y sus miradas estaban fijas en las del otro, una estaba más cargada de pánico que la otra, pero las dos lucían consternadas al fin y al cabo.

Así que, mientras NamJoon sostenía el brazo de SeokJin, YoonGi se preguntó internamente si en serio no estaban dentro de un drama.

Para sorpresa de nadie, el primero en soltarse fue NamJoon y dio un par de pasos hacia atrás, respirando un poco más rápido, preso de la ansiedad.

—De verdad lo siento, no quería... —trató de explicarse SeokJin.

—Tengo que ir al baño —fue lo único que dijo el omega y se alejó a toda velocidad por el pasillo.

JiMin miró a YoonGi y este entendió el mensaje de inmediato, así que siguió a su amigo sin dudar ni esperar más mientras el alfa castaño miraba como el pelinegro se alejaba en busca del omega para, seguramente, ayudarlo. Llevó su brazo hacia su pecho y bajó la mirada, herido por la huída de NamJoon.

—¿Pueden decirle que lo siento? —miró a JiMin y este asintió de inmediato.

—Uh, SeokJin Hyung...

—Yo también tengo que irme.

JiMin vio con pena como Jin se alejaba con los ánimos por el suelo, hasta que sintió cómo TaeHyung picaba con cintura para llamar su atención.

—Sé que no debería importarme, pero estoy realmente curioso por saber qué pasó exactamente entre ellos dos —le dijo con algo de cautela, esperando no sonar mal con lo que había dicho y JiMin estaba completamente de acuerdo.

—Sí, supongo que es inevitable —apoyó, perdiendo a SeokJin de vista para encontrarse con el par de tórtolos que se habían adelantado demasiado en el camino, esos mismos que ahora se estaban devolviendo porque seguramente notaron que no había nadie detrás de ellos—. Oh, mira quien apareció —enarcó una ceja cuando se encontró con JungKook luciendo más confundido que el propio HoSeok.

—¿Nos perdimos de algo? —preguntó HoSeok detrás de JungKook.

Ni JiMin ni TaeHyung pasaron por alto la manera en la que las manos de los dos se encontraban entrelazadas.

TaeHyung ladeó la cabeza.

—Ah —comenzó el alfa de cabello ceniza, rascando su nuca con una sonrisa medianamente torcida—. Qué no se perdieron —dijo tentativamente, desviando la mirada del par.

—NamJoon Hyung está con YoonGi, se fueron por allá. Deben haber ido en dirección al baño —señaló JiMin—. Creo que usted también debería ir, es importante —explicó, no queriendo decir demasiado por incomodidad de NamJoon.

HoSeok soltó la mano de Jeon y asintió, caminando en la dirección que habían tomado ambos y JungKook frunció un poco sus labios, mirando a los dos restantes con algo de fastidio. Al ver esa expresión JiMin se preguntó si ya había acabado su celo, porque seguía pareciendo que no.

—Calma, lobo, sólo será un segundo —JiMin viró los ojos—. En fin, deberíamos ir a donde nos pidieron, vamos, esto no nos corresponde —tomó a ambos alfas de la mano y los jaló hacia adelante, haciéndolos caminar.

JungKook bufó y miró a TaeHyung de reojo, notando la expresión seria que cargaba consigo. Por otro lado, JiMin esperaba que la mañana continuara tranquila y que aquello no fuera realmente malo.

En cambio, HoSeok había logrado alcanzar la zona de los baños y se encontró con un aparente estresado NamJoon diciéndole cosas a YoonGi y al contrario luciendo realmente confundido mientras tomaba sus manos para calmarlo.

—¿Qué sucede? —cuestionó con preocupación cuando estuvo lo suficientemente cerca y NamJoon se detuvo, jadeando débilmente y formando una expresión de llanto en su rostro—. ¿Nam? —se acercó aún más—. ¿Qué pasa? No llores, estamos aquí...

YoonGi soltó las manos de su amigo y el más alto pudo cubrir su rostro con ellas, hipando con nervios mientras trataba de retener las ganas de llorar en mitad del pasillo de los baños frente a sus dos mejores amigos, respirando con dificultad y negando con la cabeza.

—NamJoon, sé que puede ser vergonzoso lo que pasó, pero nadie los estaba mirando —explicó YoonGi y HoSeok lo miró con duda, provocándole un suspiro—. Chocó con SeokJin y ambos cayeron al suelo —le dijo.

—Oh...

—No es por la... caída... —explicó con dificultad, llamando la atención de ambos. Sus manos ahora estaban cruzadas sobre su pecho, aferrándose a sus propios brazos y sus ojos miraban fijamente el suelo—. Es... Es que yo...

—¿Jin te hizo algo? —cuestionó YoonGi y HoSeok quiso pegarle por seguir insistiendo al respecto.

—N-No —negó con la cabeza de inmediato—. Él nunca... nunca me ha hecho nada... él es perfecto, ese hijo de... —sollozó, limpiando sus lágrimas con el dorso de su brazo y sus amigos lo miraron aún más confundidos—. Todo esto es culpa de... de mi lobo... Si no reaccionara así entonces... entonces yo no... —una ronda de sollozos comenzó de nuevo, cortándole el habla por completo.

HoSeok no esperó más, sólo se acercó al omega y tomó su brazo, bajando con cuidado y llevando ambas manos a su rostro para quitar sus lágrimas con más delicadeza. YoonGi también se acercó y acarició su espalda con su mano, mirándolo con ojos llenos de cariño. NamJoon no dejó de hipar ni de sollozar, pero sí bajó lentamente la intensidad de ambas cosas, dejándose atender por ambos como si no fuera tan arisco con el contacto.

—Escucha, lo que sea que haya pasado, sabes que estamos aquí —le dijo YoonGi y HoSeok asintió—. No lo tienes que decir ahora, mucho menos pronto, ¿está bien? No hay apuro, todo a su tiempo —consoló—. Lamento insistir, supongo que realmente me preocupa.

NamJoon los miró con ojos cargados de lágrimas. Su lobo se sentía cómodo con ambos y aunque seguía aullando en pedido de ir en busca de SeokJin de una manera que lo aturdía, ahora se sentía más tranquilo que en el momento que se dio cuenta que estaba sobre el pecho de aquel alfa. Las manos de HoSeok seguían acariciando sus mejillas con cariño y YoonGi continuaba rascando su espalda como le había dicho que le gustaba hacía muchos años, así que en mitad de todas esas emociones y de la sensación de ser atendido y consolado, NamJoon se inclinó sobre ambos y los abrazó con fuerza.

Ninguno se lo esperaba, podría decirse que tampoco él, pero ni HoSeok ni YoonGi demoraron en corresponder el abrazo y NamJoon pudo suspirar con alivio.

Esta vez habían logrado evitar que corriera a casa en pánico y cuando estuvo lo suficientemente calmado, regresaron con el grupo para escuchar lo que los profesores tenían para decir y de ahí poder irse a su casa. Lo bueno era que ninguno de los que quedaron atrás cuestionaron lo que había sucedido y si NamJoon pudiera agradecerles lo haría, pero como no quería tocar el tema, simplemente les sonrió ligero y espero que entendieran el mensaje.

Ya no había necesidad de estresarse más; los finales habían terminado y las vacaciones comenzarían en un parpadeo, las cosas estaban mejorando de a poco y ellos iban a tener su respiro, se divertirán en el evento de verano y las cosas estarían bien... ¿no es así?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro