(Este escrito no es original mío. Pero llevo muchos días con él en la cabeza, así que decidí publicarlo. Aunque solo es la primera parte. La segunda, tampoco es mía. Solo para no tener que aclararlo.)

Él caminó junto a Dios,
detrás de ellos quedaron sus pisadas marcadas en la arena.

El cielo emitía una luz brillante,
alumbrando las pisadas que daban sus vidas.

Momentos de alegría... y momentos de felicidad,
todos ellos brillaban desde los dos pares de pisadas.

Sin embargo...  

...durante los momentos tristes y desconsolados...

...durante los momentos de dolor insoportable, solo había un par de pisadas.

Durante mis momentos de alegría y felicidad...

...durante esos momentos, tú estabas ahí para mí.

Sin embargo...

...cuando te necesitaba más que nunca,

¿por qué no estabas ahí conmigo?