Capítulo 19

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Capítulo 19: Mientras que se iban dando los preparativos para la Fiesta de la Luna de la Cosecha Youkai, muchos de nuestros queridos amigos extranjeros se hallaban paseando, durmiendo, visitando zonas que nunca habían estado o iban a presenciar la "Gran Carrera Loca" de Sergi, quien trataba de recuperar el control de su coche, mientras que Flandre lo abrazaba y le sacaba el aire a más no poder.


- Bueno, ¿Quién lo diría? Dijo sorprendido Thomas.


- Veo que un lindo chico ha venido en busca de aventuras en la Biblioteca de Patchouli-Sama, pero, ¡Oh! ¡Qué guapo que eres! Le dijo Koakuma, ya que recordando lo que pasó en capítulos anteriores, Thomas había entrado en la Biblioteca para curiosear, pero había sido descubierto por la Succubo.


- Jeje, bueno, es que, yo...Le trataba de decir, pero era muy tímido al respecto, fue en ese momento que Koakuma le comenzó a quitar la remera negra que llevaba encima.


- Shh, tranquilo, Mi Adorado Rehén, no te pasará nada, no me comeré tu alma, solamente voy a disfrutarlo. Le pidió la chica, quien estaba muy excitada y cuando se propuso a besar al chico desde su pecho hasta los labios, una persona familiar se infiltraba en la Biblioteca.


- "Jejeje, soy la mejor Bruja silenciosa de toda Gensokyo" Dijo Marisa, quien iba en puntillas de pie, cuando se acercó hacia los Libros de Magia de Patchouli, sin querer, terminó tropezando y causando todo un revuelo.


- ¡¿Qué fue eso?! -Preguntó Koakuma, haciendo la pose del meme de Bob Esponja Cavernicola- ¡¿Quién anda ahí?! ¡Dios, siempre cuando entra un chico lindo, alguien me lo arruina! Ordenó de que el culpable saliera.


- Tranquila, por ahí fue el viento. Le tranquilizó Thomas, poniendo sus manos en la espalda de la joven.


- Tienes razón, vamos a...Pero en ese momento, el chico castaño señaló hacia una Bruja rubia que se estaba llevando en una bolsa una gran cantidad de libros.


- ¡MARISA, VENÍ PARA ACÁ AHORA, DEVUELVE LOS LIBROS DE PATCHOULI-SAMA! Exclamó la pelirroja, mientras que la perseguían por toda la Mansión Scarlet.


Y así comenzaba toda una loca persecución por la Mansión, a su vez, Patchouli se hallaba con sus libros, a salvo, leyéndolos en una parte más alejada de la Biblioteca.


- Todos los días lo mismo. Se quejó la Hechicera, mientras que miraba a Thomas y Koakuma perseguir a la rubia por todo el lugar.


(Música Benny Hill Full Theme)


https://youtu.be/AE1rUqecfA0


A su vez, como recordamos en capítulos anteriores, Montana había sido poseído por la Princesa Yuyuko, la cual no pensaba soltarlo para nada a su querido instrumento o marioneta para así tener un cuerpo, a pesar de tener que transformar al chico en ella para así poder respirar, correr, volar y en especial para comer una gran cantidad de comida. Después de más de cinco horas de tener al joven bajo su control, decidió salir de allí, no sin antes darle un beso.


- Gracias, puede ser que dentro de unos días vuelva a necesitarte, cuídate. Le deseó Yuyuko, quien se retiró de allí.


- Disculpe a la Princesa Saigyouji, ella no lo hace a propósito, solamente, bueno, ya sabes. Le dijo Youmu.


- Tranquila, no pasa nada, pero lo que voy a necesitar va a ser un té digestivo, creo que voy a vomitar todo lo que me hizo comer a mí también. Dijo Montana, mientras que se despedía de la Princesa y su Jardinera, para luego dirigirse hacia la Mansión de Yuuka, solo esperaba poder no explotar ante todo lo consumido.


Llegó finalmente a la casa de su amada Youkai, pero le llamó la atención algo muy extraño: Al entrar, vio que no había nadie esperándole, ni siquiera estaba Yuuka, ¿dónde estaría en ese momento? Si siempre aparecía de la nada para abrazarlo y besarlo fuertemente, en esos momentos, ella no estaba presente.


- "¡Qué extraño! ¿Dónde estará ella?" Se preguntó Montana, mientras que caminaba hacia el hall, pero tampoco estaba la chica de cabellos verdes.


No había rastros de ella, todo parecía en calma, Elly estaba en su casa, después de estar cuidando de que nadie ingresara en los Jardines de la peli verde, Montana era el único que tenía el permiso de entrar en los mismos, sin ser asesinado como otras personas.


- "¿Dónde estará? Acá no está y tampoco parece ser una clásica emboscada por ella" Pensó el joven, tras haber examinado las plantas del inmueble, pero no había ninguna señal alguna.


No la encontró en ninguna parte, hasta que de golpe supo que no había revisado un último sector de la mansión y era la habitación de Yuuka. Se le encogió el corazón al saber que él no podía ingresar sin antes avisarle a la Youkai de su llegada, ya que ella estaría dormida y eso causaría bastante mal humor en la joven.


- Bueno, que Dios me proteja. Rezó y se hizo la Señal de la Cruz, para dirigirse hacia la mencionada habitación donde dormía la chica.


Subió las escaleras para llegar finalmente al cuarto, donde entreabrió la puerta y se topó con su amada Youkai dormida, estaba vestida normalmente, no tenía su pijama, así que bueno, había algo que sí le llamó la atención a Montana y era que tenía Yuuka su chaleco rojo desabrochado y revelando su camisa blanca al aire y revelando sus grandes pechos.


- "Ay Ay, Madre de Dios, ¡cómo te gusta tentarme, MI Amor!" Pensó Montana, tras verse en el peligro de que si llegaba a pensar o a cometer un pequeño movimiento, el más leve, estaría sufriendo las consecuencias, ya que Yuuka pensaría que era un intruso y lo golpearía hasta desmayar al joven y luego torturarlo por un rato, hasta que se aburriera. 


La otra opción era recostarse y dormir, ya que estaba agotado por todo lo que le hizo Yuyuko a él durante la posesión de su cuerpo. 


No tuvo más opción que hacerlo: Se acostó al lado de Yuuka, mientras que trataba de dormir, sabía que si ella se despertaba de golpe, tendría que soportar el gran dolor de la tortura que ejercería la chica. Pero algo pasó: Cometió el error más grave de todo el Mundo.


- "De seguro quedó bajo algún hechizo y no se despierta, me pregunto si..." -Pensó, mientras que se levantaba y veía a la chica, estaba por besarla, cuando en ese momento, ella se despertó de golpe y lo tomó con fuerza por el cuello, haciéndole perder todo el aire.


- ¡TE VOY A MATAR, MARISA! Gritó Yuuka, cuando vio que al que estaba ahorcando hasta la muerte era su novio.


- So...soy....soy yo...Corazón, no puedo....respirar. Le pidió de que lo soltara.


- Amor Mío, ¿Qué pasó? ¿Qué? ¿Qué haces? Preguntó ella y fue entonces que su novio perdió la consciencia.


Montana quedó inconsciente por la pérdida de aire en sus pulmones.


- Mierda, ya sé. Dijo la chica y saltó con una gran fuerza sobre el pecho de su novio, haciendo que volviera a respirar.


- Creo...que...Iba a decir.


- Ya estás despierto, tranquilo, no te pasó nada. Le dijo ella, mientras que lo besaba.


- Gracias, Mi Amor, pero creo que me destrozaste el hígado y los riñones. Dijo el chico.


- Vamos, jeje, tranquilo, lo hice muy suave. No me crees, ¡¿No?! Preguntó ella, mientras que lo tomaba del cuello de su uniforme militar y sus miradas quedaban a pocos centímetros.


- Sí, te creo, Mi Cielo. Le dijo.


- Así se habla, ahora ven a mis labios y besame, de lo contrario tendré que sacarte las entrañas y tu corazón. Ordenó y ambos se besaron dulcemente.











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