Epílogo

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Epílogo:

"La victoria está reservada para aquellos que están dispuestos a pagar su precio"

Sun Tzu.

El Mundo que conocían, aquel donde la vida era "normal", en cierto sentido de la palabra, a pesar de las guerras, la violencia, desgracias, desastres naturales provocados por la irresponsable mano humana y también las hambrunas que eran el "pan de cada día", había desaparecido, nuevamente. No se habían terminado de cerrar sus heridas tras la "Primer Pandemia Z", las ciudades que, apenas habían sido reconstruidas, volvían a su tan lamentable estado de destrucción y abandono. Las que aún no habían caído, resistían como podían, convirtiéndose en "fortalezas" ante el avance imparable de los muertos vivientes. Sin embargo, en medio de todo ese clima de muerte y calamidades, un grupo de personas estaba dispuesta a ponerle fin al responsable de todo ese desastre. Y pensar que todo había comenzado con un simple viaje hasta EEUU, una visita para un viejo amigo y ser instruidos en las habilidades de hacker, ahora estaban combatiendo en un pueblo de las montañas del Estado de Illinois, en un intento por evitar un desastre mucho mayor que el que estaban teniendo frente a ellos.

Los incendios se triplicaban por las calles de la localidad, las columnas de humo ya eran de color negro, el olor a quemado, gas propano y madera se volvía fuerte y daba todo un aire de guerra total. Los disparos seguían resonando, mientras que seguían cayendo cohetes de mortero sobre las posiciones enemigas junto al avance de los militares, los cuales tenían que tener cuidado ante las trampas que ese hacker les dejó a su paso. Mientras que Takashi y el grupo que comandaba Aiden se hacían cargo de desactivarlas, la pareja seguía avanzando hasta la zona donde tenían los camiones estacionados y listos para partir.

Les tomó su tiempo, la resistencia que los milicianos de Pawnee ofrecían era terrorífica, parecían estar dispuestos a morir por su causa, si es que tenían una realmente, cosa que no se podía considerar cierto o uno.

Desde "El Búnker", "T-Bone" junto a Nicky, Jackson, Tobías y Jordi, acompañados por un grupo de Soldados del Ejército de EEUU, veían las escenas de los combates urbanos. La rubia llevó sus manos hasta el pecho, luego las subió hasta su boca, tapándose los labios, mientras que controlaba las ganas de llorar. Esos impulsos que la lastimaban por dentro, sus ojos estaban al borde de "quebrarse" por las lágrimas que deseaban salir de allí pero ejercía una gran fuerza para que no se cumpliera esa expectativa. Fue entonces que sintió la mano de su hijo, Jackson, quien le tomó con fuerza, acurrucándose contra ella y ésta tomaba asiento junto a él.

- El Tío Aiden va a volver, mama. Tengo Fe en ello.- Dijo el niño y la rubia pudo ver que estaba llorando en silencio, por lo que ella lo abrazó y no lo soltó por ningún momento.

- Lo sé, él va a regresar sano y salvo.- Le respaldó la joven, mientras que continuaban los enfrentamientos.

"T-Bone", por su parte, permanecía en el teclado, observando la situación y fue entonces que notó algo que le llamó la atención. Provenía desde el interior del complejo gubernamental de Pawnee, por lo que accedió a las cámaras pero por unos segundos, ya que las pantallas se volvieron negras y apareció el símbolo de "Defalt" como un claro mensaje de burla hacia todo aquel que intentara meterse en donde les llamaban.

- Hijo de puta, más te vale que hayas escrito tu testamento, porque cuando lleguen hasta ti, ni tus putitas de los milicianos te van a proteger.- Le maldijo el ex-operario de "Blume" por lo bajo, cosa que llamó la atención de Frewer.

- Deben darse prisa.- Rogó el vagabundo con su dedo índice de la mano derecha sobre su sien, masajeándola en aquel momento tan tenso.- De lo contrario...no quiero ni pensarlo.- Pude ver lo que había en el subsuelo y los sótanos de ese edificio, Raymond y no es nada bueno. Intentaré advertirles a los chicos.

- Sí, será mejor hacerlo y...- Pero cuando el ex-operario iba a llamarlos, un sonido de interferencia casi le hace soltar el celular de sus manos.- ¡Agh, qué infeliz de mierda, se nos adelantó y bloqueó las comunicaciones del exterior!.- Bramó con furia y guardando aquel aparato en el bolsillo derecho de sus pantalones.

- O está nervioso o se piensa que ya tiene todo ganado. Conociendo a gente como "Defalt", es complicado saberlo, pero yo creo que está demasiado confiado.- Teorizó Jordi, cruzado de brazos y caminando de un lado para el otro, hallándose pensativo.

- No sería raro, si ese loquito casi me mata en el Pasado, se nota que es de la hierba mala que nunca morirá.- Señaló "T-Bone" con seriedad, mientras que intentaba desbloquear aquella señal de interferencia,

Volviendo a Pawnee, Takashi y Rei habían llegado hasta el estacionamiento y allí tenían los camiones detenidos. La chicha se acercó y acercó el oído hasta una de sus paredes de metal, no oyó nada, por el momento, su novio mantuvo el silencio hasta que, de golpe, una serie de golpes, provenientes desde el interior, llevaron a que ésta retrocediera y de ahí vinieron más de esos gruñidos y gorgoteos. Ella frunció el ceño y abrió el bolsón que traía el castaño, buscando la primera carga de C-4, la cual fue preparando y pegó al contenedor.

- Son de a tiempo, así que vamos a tener que ir poniéndolos, uno por uno, hasta que los hayamos completado.- Dijo la hija del Jefe de la Policía de Tokonosu.

- Muy bien, tendremos que...- En aquel momento, justo cuando Takashi estaba hablando, éste se llamó al silencio, ya que juró oír una serie de pisadas que provenían desde un punto en la lejanía, seguido de unas puertas que se abrían de par en par.

Para horror suyo, aquel sonido venía desde el interior del edificio de gobierno, las puertas de acceso revelaron su "sorpresa": Una inmensa marea de muertos vivientes provenían y avanzaban con pasos lentos pero en una verdadera "horda", la cual tomó por sorpresa a los presentes.

- ¡NO!.- Gritó Takashi, mientras que Rei se horrorizaba al ver eso.

- ¡CABRÓN DE MIERDA!.- Bramó Raymond de la furia al ver que "Defalt" les había tendido una trampa.

- "Y aquí es donde los héroes entran en la fase más tensa de su historia: Donde tendrán que ver quién sobrevive y quién no. Una lástima, me caían bien, pero se nota que nunca aprenderán de nada. Veamos si pueden seguir con su avance hasta mí o convertirse en mis "Sirvientes".- Oyeron la voz de "Defalt", quien les estaba hablando a través de los demás megáfonos que quedaban intactos, incluso desde "El Búnker", permaneciendo éste en la Oficina del Alcalde.

La horda de zombies se dividió, mientras que bajaban por las escaleras, en dos columnas, siendo la última en dirigirse hacia donde se encontraban Takashi y Rei, los cuales apenas habían comenzado con la colocación de explosivos en los camiones. El chico le quitó el seguro a su "Benelli M4 Super 90" y comenzó a disparar para proteger a su novia, dándole una mano con las cargas y evitar que los muertos vivientes se acercaran a ellos. Rei tampoco se quedó atrás y tomó su "Ithaca M37", justo cuando terminaba de instalar la segunda carga de C-4 en otro camión. Acto seguido, mientras que su novio disparaba a diestra y siniestra, con los zombies que caían al piso, dejando una línea de sangre que se iba "uniendo" y creaban un charco del mismo, la chica atinó y le dio justo a uno que venía por la parte de atrás.

- Malditos, nos quieren cerrar el paso. Nos cubriremos entre los dos y así terminaremos el trabajo.- Dijo Takashi y fue a colocar las siguientes cargas explosivas.

Fueron abriéndose camino, en medio de un envolvente "movimiento de tenazas", abatiendo a todo enemigo que se interpusiera en su camino. Rei empleaba su machete, las municiones no eran ilimitadas, por lo que ella trazaba arcos con aquella filosa arma blanca y Takashi llevaba un bate de baseball de hierro, el cual era mucho más práctico a la hora de partirles el cráneo a esas criaturas repugnantes. La castaña decapitaba a todo enemigo que se interpusiera en su camino, la sangre que caía le empapaba el rostro y su ropa, mientras que los veía caer sin cabeza, con los últimos movimientos de sus cuerpos antes de desplomarse contra el piso. Takashi se adelantó, viendo que los que él tenía se hallaban un poco más atrás y corrió para cubrir a su novia, quien se agotaba tras usar todas sus fuerzas, necesitando recuperarlas. Con rapidez, el chico atacó como un león salvaje a los zombies, dejando un tendal por doquier.

Rei, ya recuperada, aunque fuera un poco, corrió y colocó la tercera bomba en otro camión.

Aquello era como un "Bucle" o "Loop", en donde repetían las mismas "actividades" cada vez que avanzaban y tenían que detenerse ante el avance de los enemigos. Por suerte, los disparos que provenían de la "Milicia de Pawnee" habían cesado, ya que estaban enfrascados en atacar a los militares y ralentizarlos, ya que estaban causando serios problemas para el enemigo. Utilizando la puntería que tenían junto a las granadas que habían fabricado, anteriormente, lanzaron dos de esas mismas en el Centro de la "marea" de muertos vivientes, provocando una deflagración y que volaran restos de carne por los aires.

Otro camión se encontraba listo para salir de allí, ahora le tocaba a Rei con su labor, por lo que Takashi la cubría. Un cargador que se vaciaba, necesitaban, por lo menos, unos segundos para recargar, por lo que el chico empleaba el bate de hierro. Un zombie salió despedido con el cráneo partido como una nuez, un segundo se desplomó cuando le reventó la sien de un disparo proveniente del Revólver "S&W" que el castaño oscuro portaba consigo, aquel que había tomado de un coche de la Policía que se había estrellado contra un farol y sus dos ocupantes habían muerto, en el momento en el que se hallaban en Tokonosu, tras haber dejado el bus que Shido tomó y se auto-proclamó "Líder".

- ¡Listo!.- Dio Rei aquella señal, pero al ver que esa marea de zombies no parecía detenerse, tuvo una idea en su mente. Empuñó su machete y se abrió paso entre los enemigos, Takashi fue tras ella y la vio abriendo el tanque de combustible, el cual se derramó por el piso, llegando a los pies de los que avanzaban.

- Muy buen plan, Rei.- Le felicitó su novio y fue para abrir otro de los mencionados más arriba, derramando su contenido y continuaron con su labor.

Por su parte, Aiden y los demás habían conseguido, tras una larga batalla, abrir una "brecha" entre los muertos vivientes y poder limpiar el perímetro que daba hacia el edificio de gobierno. A pesar de ello, el enemigo no paraba de venir, los cohetes habían cesado su intensidad, ya que no podían caer cerca de las tropas de EEUU que combatían contra los milicianos de Pawnee. En un momento dado, el Nor-Irlandés notó que venían Takashi y Rei con el bolsón de los explosivos.

- Todo listo.- Anunció el chico.- Acabaremos con los zombies que están allí.- Dijo el novio de la chica y sostenían sus celulares en mano.

- Excelente, ahora viene la parte más difícil de todas y es atrapar a ese malnacido de "Defalt". Vamos a ingresar en el complejo gubernamental pero debemos tener extremo cuidado, no sabemos qué otras trampas puede tener ese infeliz.- Pidió Aiden con seriedad, confiando en sus amigos.- Muy bien, andando, chicos, terminemos con esta pesadilla.- Ordenó y procedieron con meterse dentro del edificio.

El vestíbulo principal se encontraba destruido por los zombies. Las puertas habían caído, estrepitosamente, las paredes tenían manchas de sangre y podía sentirse, aún, un olor nauseabundo de carne podrida desde el interior del subsuelo y los sótanos escaleras abajo. Por fuera, aquellas criaturas seguían deambulando, pero ahora tenían que llegar hasta la Oficina del Alcalde y detener a ese demente de una buena vez. Fue entonces que enfilaron rumbo hacia las escaleras, subiéndolas peldaño por peldaño, despacio, no podían quitarle el ojo de encima a todo lo que había por allí, incluso una simple baldosa, aunque estuviera movida un poco de su posición original, simbolizaba una amenaza latente.

Y desde aquella sala, "Defalt" los observaba pero no le importó. Tomó su celular y desactivó el cierre de una puerta que daba a las escaleras del "Primer Piso", abriéndose y apareciendo un grupo de zombies hambrientos que se dirigían hacia donde estaban los personajes, los cuales iban subiendo.

- Espero que tengan las suficientes balas como para matar a estos "amigos".- Señaló el joven con burla.

Aiden tomó su porra de la Policía y le quebró las piernas al primer zombie, al cual tomó del cuello y tiró por las escaleras hasta dar contra el suelo del vestíbulo, produciéndose un horrible sonido de sus huesos que se destruían con el impacto. Acto seguido, arremetió contra un segundo, reventándole el cráneo y empapando los pasamanos de hierro con su sangre y materia gris. Saeko decapitó a dos con un simple movimiento de su katana, un tercero casi la tomaba por sorpresa pero le rebanó el cuerpo por la mitad, luchando codo con codo junto a su novio.

Takashi utilizaba su bate de baseball y el Revólver "S&W" mientras que Rei empleaba el machete junto a Saya y Hirano. Shizuka tampoco se quedaba atrás y ayudaba a los chicos, armada con un hacha que había conseguido mientras buscaban provisiones en las calles de Chicago. La médica de cabello rubio atacó y le hundió el rostro a uno de esos podridos, era repugnante ver cómo el estado de sus cuerpos iba empeorando cada vez más pero no había otra opción, así que ahogó las ganas de vomitar, volviéndose fuerte y de ahí subía los peldaños para terminar con los últimos que quedaban allí, de pie.

- ¡Puedes tirarnos a todos tus "Sirvientes", "Defalt", pero nosotros no nos rendiremos!.- Prometió la chica y llegó hasta sus oídos.

- ¿En serio?. Vamos a subirle un poco más la dificultad al "Nivel".- "Propuso" éste y comenzó a hackear los sistemas de electricidad, los cuales estaban chispeando y desataban incendios en el interior del edificio.

Cada peldaño que subían los iba conduciendo hasta su objetivo. No podía ocultarse por tanto tiempo, pero esa postura que tenía, de complicarles el camino, daba un resultado sumamente aterrador, debido a que podía estar esperándoles con algo mucho peor. El humo comenzaba a salir debajo de una de las puertas del tercer piso, Hirano la tocó y ésta ardía a más no poder, por lo que tenían que continuar.

Afuera, la "Milicia de Pawnee" estaba lista para cumplir con el encargo, el Capitán Ross permanecía a la espera de la llamada de "Defalt" pero no se oía su voz, ¿qué estaba pasando allí?. Tenía que ser una broma, muchos temores comenzaron a florar en su interior, dándole los peores cuadros de la situación, por lo que estaba listo para dar un salto adelante y llamarlo hasta que, de improvisto, recibió lo que tanto estaba esperando. Su celular comenzó a vibrar, lo tomó y encendió la pantalla para ver quién era el responsable. Respiró aliviado, podía sentir que las energías volvían a su ser y de ahí empezaba a hablar con dicho personaje.

- "¿Está todo listo, Capitán Ross?".- Se oyó aquella voz desde el otro lado de la línea.

- Sí, Señor "Defalt". Todo está listo.- Informó éste con seriedad.

- Muy bien: Que vayan a los camiones y vayan para las ciudades que aún no cayeron.- Fue su orden y colgó la llamada.

No dijo nada más, se giró y comenzó a instruir a los que debían subirse a los vehículos, dirigirse hasta los puntos principales y de ahí dejar las cargas. Tarea fácil, nada ni nadie podía interferir en esa operación.

No faltaba mucho, tan solo un último piso, pero en aquel momento estaban teniendo problemas con la "Guardia Personal" de aquel hacker, los cuales estaban bloqueándoles el paso, disparando a más no poder contra Aiden y su grupo, por lo que debieron emplear una serie de medidas urgentes contra éstos atacantes.

- Allí.- Apuntó Hirano y saboteó una caja de fusibles, la cual se sobrecalentó y explotó, provocando que unos tiradores debieran retirarse de su posición, siendo abatidos por el chico de cabello negro.- Takashi, Rei, ¿tienen todo listo para detonar las cargas?.- Preguntó el joven a sus amigos.

- Todo listo.- Respondió el peli castaño y con su celular en mano, sosteniéndolo y mirando a la pantalla, en compañía de Rei, ambos presionaron aquel botón, mandando una señal hacia las cargas de C-4 puestas en los camiones del exterior.

Mientras que la pareja estaba lista para activar las bombas, Aiden junto a Saeko, Shizuka, Saya y Hirano fueron subiendo hasta llegar a las puertas de la Oficina del Alcalde, las cuales abrieron y entraron allí, con sus armas en ristre, apuntando hacia el responsable que se hallaba allí dentro. Sin embargo, el ingreso no estuvo cargado con trampas o que hubiera todo un batallón de enemigos listos para disparar contra los presentes, sino de que se toparon con aquel personaje, el cual se hallaba sin su máscara, sentado y con la vista enfocada en las caóticas calles de Pawnee. Éste, al oír a los presentes, se volteó y los miró con tranquilidad en sus ojos.

- ¿Así que por fin han llegado a este lugar?.- "Preguntó" y su tono parecía sumamente reconfortante, como si estuviera listo para entregarse a la Justicia y así pagar por sus crímenes pero algo era lo que inquieta a los presentes. Giró su silla y los encaró, permaneciendo en esa postura tan "llamativa", juntando las manos, sonriendo y sin novedades de su celular, por lo que Takashi y Rei lo tenían bajo vigilancia ante cualquier movimiento que fuera a efectuar.- Tengo que admitir que no me esperaba de que fueran lo suficientemente valientes como para venir hasta mí, llegar hasta la Oficina del Alcalde y tener en la mira, pero les tengo que felicitar.- Sostuvo el joven, mientras que caminaba con las manos en la espalda.

- Se terminó, maldito.- Le dirigió Rei aquellas afiladas palabras contra éste, el cual se volteó y la contempló de arriba par abajo, lanzando un chiflido hacia ella.-

- Vaya, vaya, por fin veo a estas preciosuras. Podrían venirse conmigo y "hacerme compañía".- Lanzó aquello que no le gustó a Rei, por lo que le apuntó en la cabeza.

- Di algo más y te mato aquí mismo.- Sentenció con frialdad, por lo que el joven bajó los hombros, "derrotado".

- Bueno, ahí va mi "plan para conseguirme una novia".- Bromeó, se río profundamente y un par de lágrimas aparecieron ante sus ojos, secándose las mismas con la punta de su dedo índice de la mano derecha.

- Suficiente, "Defalt".- Dijo Aiden, quien entró y avanzó hasta él.- Vienes con nosotros. Tienes que pagar por lo que hiciste.- En aquel momento, el muchacho cambió esa expresión burlona hasta adquirir una totalmente distinta.

¿"Pagar? ¿Había oído bien?.

- Oh, ya veo, ésta es la parte donde el héroe le da un ultimátum al villano para que se rinda o deberá enfrentarse en un duelo a muerte por su supervivencia. Dios.- Llevó su mano izquierda al rostro, tapándose los ojos, los chicos le tenían bajo la mira.- ¿Y cuál es ese plan? ¿Volar los camiones, detenerme e irse con el Sol ocultándose detrás de las Montañas?.- Preguntó y ahí los tomó por sorpresa, justo en donde quería.- Se nota que viven inmersos en ese "cuento de hadas"; no saben nada, están equivocados, ¿creen que la amenaza zombie va a desaparecer?.-

Nadie dijo nada, ni siquiera Aiden movió los labios, sin embargo, fue Saya quien lo encaró de cerca.

- Tal vez esto no sea como te lo imaginas, pero nosotros no vamos a permitir que sigas con tu senda de destrucción y muerte, JB.- Dijo y dio a conocer su nombre verdadero, apareciendo en el "Analizador".

- ¿Cómo lo sabes?. Bah, no me importa, no es tan importante, pero debo felicitarte, Aiden: Eres un verdadero hijo de puta, un genio con instruir a estos chicos, los instruiste muy bien y sería muy idiota, de mi parte, negar este acontecimiento.- Señaló el hacker, pero, en aquel momento, éste fue más rápido y presionó uno de los botones de su celular, causando que un pitido inundara la Oficina del Alcalde. El sitio comenzó a volverse de un color rojo, a pintarse, parecía una escena de alguna película de espías.- Es una lástima, ¿saben?. Me hubiera gustado poder hablar más con ustedes, pero todo tiene un principio y un fin. Y éste último es para ustedes.- Señaló para, acto seguido, producirse una explosión en la Oficina, desatándose un incendio y con ello las ventanas que estallaban con las llamas.

La deflagración había sido tan fuerte que se escuchó a varios kilómetros a la redonda, llamando la atención de un zombie que deambulaba por una de las rutas. Éste se volteó y miró, con "expectación", dentro de esos ojos fríos y muertos, el fulgor rojo y anaranjado que se alzaba por los Cielos. Pero no estaba solo, ya que otros más empezaron a emerger desde los bosques y otras zonas aledañas, conformando una pequeña horda, pero que, más adelante, empezó a crecer con cada muerto viviente que venía desde las profundidades de esas tierras, iniciando la marcha hacia aquel pueblo.

Aiden miró el estado en el que había quedado aquella Oficina y notó que "Defalt" se había escapado de allí, por lo que inició una persecución hacia las escaleras, no podía ir muy lejos; por lo que corrió hacia la azotea. Aquello parecía ser una película que se hallaba en el clímax de la misma, una feroz intensidad que caía sobre ellos, desatando la preocupación sobre lo que haría el villano en ese momento y mientras que iban subiendo las escaleras, la metralla volvió a resonar por los alrededores, ya que los milicianos apostados en los edificios linderos al complejo gubernamental se encontraban disparándoles a los presentes, mientras que el hacker iba llegando hasta su destino.

Takashi pateó la puerta de acceso y pudieron ingresar en ese último nivel, justo cuando una intensa precipitación se desataba sobre sus cabezas, empapando el suelo y todo a su alrededor. Aún persistían los combates entre el Ejército de EEUU y la "Milicia de Pawnee" pero éstos últimos iban perdiendo terreno con cada derrota, sumado al peligro que representaban los zombies afuera. Sin embargo, para "Defalt", aún podía ganar, así que tomó su celular y mantuvo a sus enemigos bajo la mira de los mercenarios.

- ¿Así que hemos llegado a esta parte de la "historia"?. Igual que en la película de "Los Intocables" de 1988, ¿no es así, Aiden?.- Preguntó con tono burlón al "Justiciero de Chicago", quien apuntaba con su M-16.- Miren, yo les estoy ofreciendo una buena oferta: Den la vuelta, yo no quiero tener problemas con ustedes.-

- ¿Y dejarte libre para que continúes con tu senda de muerte y destrucción?.- Le espetó Saeko a la cara de aquella persona.- Ni de broma.

Aquello fue un balde de agua fría, por lo que "Defalt" cerró los ojos, parecía reflexionar en aquel momento y de ahí alzó su celular, oprimiendo un botón, causando que se abrieran las puertas de las murallas, de las que aún no habían sido destruidas por los cohetes de los morteros, ya que las otras habían caído y bloqueaban el paso, así que llevó a cabo esa "labor". En pocos minutos, los disparos fueron cesando allá afuera y Hirano se llevó una gran sorpresa al ver una inmensa "marea" de zombies que iban entrando a Pawnee.

- Parece que su fiesta acaba de terminar.- Alegó el villano con un tono burlón.

- ¿Qué pretendes?.- Preguntó Saya, sin dejar de apuntarle.

- Fácil: ¿Qué harían ustedes? ¿Me dejarían ir o se quedarían a luchar contra los zombies?. Nadie puede ganar en una batalla así, siempre hay que hacer sacrificios en todo esto.- Señaló el antagonista, mientras que se paseaba de un lado para el otro.

Por su parte, en las escaleras comenzaban a oírse a los zombies que iban avanzando y en pocos minutos terminaron estrellándose contra la puerta de acero, la cual empezó a ceder y de ahí fueron ingresando en la azotea, provocando un enfrentamiento contra éstos.

- Jejeje, así me gusta.- "Defalt" oyó un sonido que provenía desde el aire, por lo que alzó la vista y observó que un helicóptero de la "Milicia" iba a su rescate. Aiden fue el primero en verlo, sin embargo, mientras que Rei cubría a Takashi, éste activó el botón de las cargas explosivas y de ahí, justo cuando el castaño americano corría para detener al fugitivo, un gran estruendo, seguido de una poderosa bola de fuego rasgó el aire, desatando una onda expansiva violenta y de ahí todo el pueblo tembló.

Los ojos del villano no podían dar crédito de que esa zona estaba ardiendo: Los camiones con los muertos vivientes se hallaban siendo consumidos por el fuego, por lo que le hizo señas a sus hombres para los mataran a los enemigos. Aiden fue rápido y hackeó el sistema del helicóptero, provocando que éste empezara a moverse con dificultad por los estallidos de sobrecarga.

Aquello era un enfrentamiento sin igual, Takashi junto a Rei, Shizuka, Hirano y Saya cargaban contra los oponentes. Saeko iba en auxilio de su novio, quien pegó un salto y se aferró con fuerza a la escalerilla por donde "Defalt" se encontraba subiéndose. El rival se volteó y lo miró con burla y superioridad, dirigiendo una patada contra su rostro pero el Nor-Irlandés le agarró con fuerza del pie, llevando a que lo zarandeara como a una bolsa de papas.

- ¡Maldito, ya me tienes harto!.- Bramó el enemigo y tomó su celular, listo para causar más explosiones y llevarlo hasta su caída.- ¡Me venciste una vez, tu amigo, ese hijo de puta de Raymond "T-Bone" Kenney, casi me mata y ahora son ustedes los que arruinan mis planes. Debiste haberte muerto hace años, Pearce!.- Gritó con todas sus fuerzas, furioso por los obstáculos que había recibido.

- ¡¿Y eso qué culpa tengo yo?! ¡Lucho por la Justicia, por aquellos que han sufrido y no obtuvieron lo que buscaban, tú solo eres un demente que debería estar encerrado en algún hospital mental! ¡Mataste a millones de personas, eres tú el verdadero villano!.- Exclamó el Nor-Irlandés, furioso de toda esa "escena" que armaba el oponente.

- ¡Cállate! ¡¿Qué vas a saber?!.- Preguntó y de ahí hizo estallar varias cajas de fusibles.- ¡Tú nunca podrás comprender lo que es perder todo y buscar venganza! ¡Aunque me derroten, mi huella quedará a lo largo de este Mundo!.- Juró y eso fue cierto. Aiden respiró hondo, pero no iba a dejarlo escapar.

- Puede ser cierto lo que digas, pero mis amigos y yo vinimos desde Chicago para detenerte, cumpliré con esa palabra. Así que ríndete, se terminó.- Ordenó y subió hasta donde estaba.

- Jejeje.- Río el enemigo, listo para todo, incluso pelear una vez más, por lo que saltó hacia donde estaba el "Justiciero de Chicago" y ambos cayeron hasta una cornisa que poseía el complejo gubernamental.

En aquel espacio reducido, Saeko comenzó a descender, pero cuando Aiden se puso de pie y tuvo una pelea contra "Defalt", el último parecía tener todas las de ganar, por lo que lo agarró, fuertemente, desde el cuello y se preparó para tirarlo ante los zombies que estaban allí abajo, hambrientos. El rival trepó y comenzó a patearlo en las manos, listo para hacerlo caer.

- ¿Qué decías?.- Preguntó con burla y aplastó sus manos, pero Aiden resistió ante el dolor.- Vaya eres alguien muy fuerte, pero nunca estarás a mi altura. Jamás.- Señaló.- Ahora, es tiempo de morir, un placer en conocerlo, "Justiciero de Chicago".- Finalizó pero, cuando iba a ejecutar su plan, algo rasgó el aire, llevando a que un objeto metálico atravesar su estómago. Una fuente de sangre cayó sobre la cornisa, aquel líquido subía hasta salir por la boca, miró con horror lo que tenía allí, empalándolo y se volteó para toparse con aquella peli lila y Capitana del "Club de Kendo", la cual tiró con fuerza de la katana.- Mal...Maldita...tú...puta de cuarta, japonesa de mierda...- Le insultó pero ya no tenía fuerzas para nada.

- Nunca te vas a salir con la tuya, "Defalt": Tú te lo buscaste.- Sentenció Saeko con seriedad en su voz, mientras que ayudaba a Aiden a levantarlo de la cornisa.

- ¡Tonterías!.- Parecía una locura pero cuando el rival iba a atacarla, el Nor-Irlandés le propinó una patada al estómago y, como si fuera una cámara lenta, lo agarró del cuello, lanzándolo hacia los zombies, viendo que no había ninguna otra opción para una escoria como ese.- ¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!.- Se oyó el grito desgarrador de JB "Defalt" Markowicz, quien se estrelló contra el suelo, rompiéndose la columna y en medio de todo ese mar de zombies que le rodeaban, alzó su mano hacia arriba y lanzó una risa de loco, mientras que aquellas criaturas comenzaban a darse un festín con su carne.

La risa se convirtió en gritos de agonía, dolor, desesperación. Esos seres habían aprovechado la herida que Saeko le hizo con la katana, abriendo su vientre y sacándole sus órganos y entrañas. Metían aquellas manos putrefactas, desagradables y hurgaban dentro, como si se tratara del frasco de las galletas. Un zombie que lo dejó horrorizado, ya que se trataba de Jeffrey, el "Fixer" que trabajó para él, se encontraba devorando sus intestinos. Una mujer de cabello rubio le sacó el hígado y éste chorreaba con sus jugos y demás líquidos. Lo estaban destrozando, parte por parte y no podía hacer nada, solo dejarse llevar por Muerte que venía a por su corrupta alma. Aiden y Saeko miraron esa escena pero se dieron la vuelta, mientras que los gritos de "Defalt" se convertían en sus últimos estertores de vida, dejando su mano alzada en el aire y de ahí desaparecía para siempre, justo cuando murió de la peor manera: No solo por desangramiento, sino también por su orgullo, deseos de superioridad y avaricia. Él lo había conseguido todo y ahora se hallaba sin vida contra el piso, rodeado por los mismos que, alguna vez, fueron humanos.

Les tomó un tiempo a los militares poder recuperar el control de Pawnee, por lo que pidieron refuerzos y terminaron por erradicar la amenaza zombie que había por allí, así como también obligar a que los milicianos se rindieran, debido a que ya no tenían nada y que las municiones se les agotaría en cualquier momento. A eso de las 14:00 PM, sobre el complejo gubernamental, el Capitán Ross izó la bandera blanca. Todo había terminado, la guerra, la pesadilla por la que tanto dolor y sufrimiento habían atravesado, llegó a su fin.

Para esos momentos, las noticias habían llegado hasta "El Búnker" y la Ciudad de Chicago, de las cuales no tardaron en provocar festejos, abrazos y gritos de emoción por la victoria. Nicky abrazaba con fuerza a Jackson, "T-Bone" encendía un cigarrillo y brindaba con Frewer y Jordi por lo que se había conseguido en esos momentos tan críticos.

Y desde Pawnee, el grupo de Aiden miraba las filas de milicianos que se habían rendido y entregaban sus armas. Un grupo de médicos del Ejército cargaban a los muertos y heridos, así como también pudo ver a dos camilleros que llevaban, debajo de una sábana blanca, los restos de "Defalt". El Nor-Irlandés cerró los ojos y sintió que todo había terminado para ellos, mientras que sentía las manos de Saeko y oía las voces de sus amigos. Sin embargo, a pesar de todo ello, la guerra había causado una devastación sin igual y los zombies continuaban merodeando en gran parte del Mundo: ¿Qué clase de Futuro podía haber para aquellos que ya lo habían perdido todo?.

Era una buena pregunta y no podía quedar sin respuesta. Todo dependía de cómo siguieran adelante y más con la lucha contra los zombies junto a la reconstrucción de las ciudades que fueron arrasadas por éstos y los malvivientes que se aprovecharon del sufrimiento para sacar una buena tajada de lo que había allí.

En aquellos momentos, el Sargento Johnson se acercó hacia el grupo de Aiden, se les quedó mirando un buen rato, su rostro impasible, frío como el hielo y esos ojos que parecían apuñalar a los presentes, de forma invisible, terminó por extender su mano hacia los presentes y fue Aiden con Takashi quienes se la estrecharon. Luego vino la venia militar, por primera vez, un Oficial de las Fuerzas Armadas de EEUU mostraba sus respetos hacia un grupo que no era como éste.

- Tenía mis dudas, Señor Pearce, Joven Takashi Komuro, de que la misión no iba a ser un éxito, pero estaba equivocado: La operación ha sido un éxito, ya han llegado las noticias al Cuartel General en Chicago y el Coronel Ryder White envía sus felicitaciones hacia ustedes.- Dijo el Sargento, mientras que terminaba de mostrar sus respetos hacia ellos.

- Estaba en nosotros terminar con ese desgraciado, Señor.- Respondió Takashi y de ahí vio, por el rabilo del ojo, como los dos camilleros se llevaban el cuerpo de "Defalt" y lo colocaban dentro de una ambulancia para llevarlo a Chicago. Respiró profundamente y volteó su mirada para observar los daños en el pueblo. Había sido una dura batalla, no podía negarlo, habían triunfado pero, en el fondo, sentía que todo eso tenía un sabor amargo.

- ¿Estás bien, Takashi?.- Se acercó Rei hasta su novio, quien la miró, encogido de hombros. La miró con aquellos ojos tan profundos que tenía y ésta pudo "descifrar" el mensaje que tenía encima.

- Ganamos la batalla, pero...¿qué será ahora del Mundo?.- Lanzó aquel interrogante con seriedad.

- Es una buena pregunta pero cuya respuesta tardará en aparecer.- Oyeron la voz de Aiden, llamando su atención, mientras que Saeko se hallaba a su lado.- La primera vez fue algo que nos tomó por sorpresa y volverá a pasar en este tipo de circunstancias. Nunca sabremos qué pasará al día siguiente, porque el destino es misterioso, nos tiene cautivos, a la espera de que lleguemos y luego lo averiguaremos por nuestra cuenta.- Miró hacia el Oeste, para Chicago, respiró hondo y cerró los ojos.- Esta es una victoria pírrica, ganamos la batalla pero no la guerra, sin embargo, evitamos un desastre mucho peor.-

- Estoy con él.- Dijo Saeko.- Combatimos con "Defalt", le pusimos fin a su intento de dominio pero muchos han pagado el precio por verlo caer. Es triste, toda guerra es así, no puede un gran sacrificio para la victoria que tienes en las manos, sino de que tienes que poner todas las cartas sobre la mesa y ver cuál será tu próxima movida.

Tenía razón en sus palabras. ¿Qué más podían hacer?. Se había hecho Justicia, aquel hacker estaba muerto, pagando los actos de sus crímenes como debía ser, a pesar de que esto les dejaba un sabor amargo. Aún así, ellos habían aprendido una gran variedad de conocimientos vinculados con Aiden y el arte de hacker, algo que era sumamente valiosa y que les podía servir para el Futuro.

Takashi observaba el fuego que era extinguido por los Bomberos, lo que quedaba de esos camiones que hicieron estallar eran solo escombros retorcidos, derretidos en metal y un fuerte olor a carne quemada. A unos metros más allá, el helicóptero que "Defalt" intentó usar para escapar, había sido detenido y sus ocupantes apresados junto a los milicianos supervivientes, entre ellos el Capitán Ross. En un momento dado, el joven sintió las manos de Rei y ésta le dirigió una tierna mirada, llenándole de felicidad en su interior.

-"Mientras que ella y mis amigos estén bien, lo mismo mi familia junto a Alice y Zeke, puedo sentirme tranquilo".- Pensó y se dio la vuelta con Miyamoto hacia el "Humvee" que les había enviado el Coronel White para llevarlos de regreso a Chicago.

("Credits", OST "The House of The Dead")

https://youtu.be/cyt9jqbXlDo

Todo había terminado y una vez que el grupo fue poniendo rumbo hacia la Ciudad, dentro de aquel vehículo, el cual los llevó hacia el complejo gubernamental de la misma, donde les estaban esperando para recibirlos. Aquello había sido una dura lección de vida, más bien de supervivencia, enfrentaron a la Muerte, nuevamente y triunfaron, a pesar de las enormes bajas ocurridas, la vida misma iba a volver a renacer. La Humanidad había enfrentado tantos problemas y desastres a lo largo y ancho de su Historia, pero salía adelante.

Dicen que un tropezón no es una caída, te tienes que volver a levantar y ahí es donde verás que las cosas comenzarán a mejorar para alguien que ha tenido un momento bastante duro. Y eso se podía tener, como ejemplo, con el grupo de Aiden, en donde se podía sentir la emoción de haber triunfado sobre "Defalt". Shizuka se encontraba hablando con su amiga Rika Minami sobre el asunto de Alice.

- ¿Estás segura?.- Preguntó la rubia.

- No te preocupes.- Respondió Rika, quien se hallaba de servicio en Japón, el cual no había tenido la desgracia de enfrentar, nuevamente, a los zombies pero había sido llamada para prestar ayuda ante una posible emergencia.- Puedo cuidarla a Alice, lo mismo a Zeke.- Señaló con tranquilidad.

- La cuidaremos entre las dos hasta que podamos dar con algún familiar que todavía viva.- Prometió Shizuka, quien se sentía feliz de que pudieran tener a la niña con ellas, lo mismo al pequeño perro que les acompañó durante todo el viaje.- Gracias, amiga. Pronto nos volveremos a ver.- Juró y colgó la llamada, despidiéndose de la militar.

La noticia fue de suma alegría para los presentes y mientras tanto, Aiden tenía a Saeko, la cual dormía contra su pecho, misma situación se podía decir de Rei. Takashi le dirigió una mirada al "Justiciero de Chicago". Saya y Hirano se encontraban conversando tranquilamente, incluso se podía notar que el tono de la chica peli rosa era un poco más amable, dejando la seriedad de lado.

- Ahora que se terminó, las cosas no se recuperarán de la noche a la mañana. Ha sido un duro golpe contra la Humanidad pero, aún así, se evitó una catástrofe mayor.- Les habló Aiden a los presentes.

- Sí, es verdad, tendremos que estar preparados para cuando nos necesiten: Los zombies siguen rondando por el Mundo, muchas cosas han cambiado de ahora en adelante, pero nosotros seguimos de pie, peleando por lo que usted nos enseñó, Señor Pearce.- Señaló Saya y él asintió con la cabeza.

- En efecto y será un honor seguir siendo su "Maestro", porque este ha sido su "Bautismo de Fuego" pero muchas otras pruebas vendrán ante ustedes, en donde deberán resolverlas con profesionalidad, así que, dentro de poco, volveremos a los entrenamientos.- Prometió Aiden, tranquilo y con el apoyo de sus amigos.

- Juntos, nadie nos va a poder detener.- Dijo Shizuka, emocionada.

- Y triunfaremos sobre aquellos que nos quisieron hundir.- Añadió Hirano y fue entonces que, tras un largo viaje, llegaron a la Ciudad de Chicago.

Las puertas del "Humvee" se abrieron, saliendo los héroes de aquel día, siendo recibidos con ovaciones, flores, respeto y el reencuentro con sus seres queridos: Nicky, Jackson, "T-Bone", Frewer, Jordi, incluso habían llegado "Bedbug" y "Rabbit" hasta el complejo gubernamental para darles la bienvenida.

Y aunque la situación había cambiado profundamente, ellos estarían allí, listos para el combate, enarbolando la bandera de la Justicia contra todos aquellos que quisieran derribarlos.

Era un nuevo paso que se tomaban adelante: El comienzo de los "Héroes de Chicago".

Fin.

[Muy bien, puede que éste no sea un final épico, pero tengo que reconocer, en mi opinión, que ha sido uno tranquilo pero con una victoria amarga, ya que las cosas han cambiado profundamente en el Mundo tras la "Segunda Pandemia Z", sin embargo, a pesar de todo ello, la Humanidad logrará salir adelante.

Quiero anunciarles, amigos, de que esta historia tendrá una tercera parte para el año que viene, quizás para Abril del 2022 o Julio del mismo año, pero eso está por verse.

Agradezco muchísimo los reviews, así como también mando saludos y agradecimientos para daniele853, Linterna Verde Franco, Ivon29, Tarma Jones y los demás seguidores.

Cuídense, Camaradas. Ha sido un gran honor escribir esta secuela y les deseo un excelente comienzo de semana para todos ustedes.

Nos vemos en próximas historias y proyectos.].

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