116 d. C; VISERYS TARGARYEN

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VISERYS TARGARYEN

Si le preguntaban a Viserys cómo se sentía sobre tener más de diez niños en la Fortaleza diría que se sentía feliz, y Daemon decía que era pura mierda y que era una pesadilla. Pero la diferencia entre ellos era que los niños tendían a rodear más a Daemon que a Viserys y por eso el Príncipe siempre andaba caminando por los pasillos con un niño colgando de su pierna. Literalmente.

—Jacaerys, ya te dije que no puedo llevarte a volar—Daemon miró al niño que se aferraba a su pierna—. Le prometí a Helaena que la acompañaría a tomar el té.

—Pero tío—el niño lo miró con los ojos llenos de lágrimas—, por favor.

—¡Ahí estás!—la voz de Laena resonó por el pasillo. —Jacaerys Strong, deberías estar en tus clases.

—Ya escuchaste a tu madre, ve—Daemon le dio una palmada en la cabeza al niño.

—Tu padre ya te está esperando—Laena señaló hacia el final de pasillo con su cabeza.

Jacaerys se soltó de la pierna de su tío y se acercó a su madre extendiendo sus brazos, Laena se agachó y recibió el beso de su hijo antes de que este se fuera corriendo por el pasillo.

—Si estás aquí supongo que Joffrey y Viserys están dormidos.

—Rhaenyra quería descansar antes de que lleguen Alicent y Laenor así que salí a encargarme de los niños.

—Buena suerte, esas bestias no se tranquilizan con nada.

La menor pudo los ojos en blanco y él se alejó en la misma dirección que Jacaerys había tomado. Cuando giró en la esquina se encontró a Aemond de pie al final de la escalera, el niño estaba mirando por el barandal hacia el piso de abajo y parecía tan distraído que no se dio cuenta que él llegó a su lado hasta que le tocó el hombro.

—¿Qué haces?—Aemond saltó en su lugar, casi resbalando en el escalón.

—Oh, tío—el niño sonrió—, solo estaba esperando por Aegon.

—¿No deberías estar en clases?

—Mamá dijo que podíamos saltarnos las clases hoy—se encogió de hombros—, papá dijo que estaba bien.

—Claro que dijo eso—Daemon puso los ojos en blanco.

Sabía perfectamente que Viserys haría cualquier cosa que Aemma le pidiera.

—Sigue en lo tuyo, pero no vayas a matar a alguien sin mi permiso.

Aemond parpadeo varias veces viéndolo bajar la escalera y frunció el entrecejo cuando entendió lo que había dicho. El niño de seis años se asomó por el barandal una vez más y vio la figura de su tío desaparecer por un pasillo en el piso de abajo, segundos después Aegon apareció corriendo por el pasillo contrario. Baela y Rhaena iban detrás de él, más atrás iba volando un pequeño dragón naranja. ¿De dónde habían sacado un dragón?

—¡Aemond, corre!—Aegon agarró la mano de su hermano y tiró de él.

Aemond casi cae de cara al suelo, pero logró mantener el equilibrio y mover sus pies para seguir a su hermano. Miró sobre su hombro a sus sobrinas que reían siguiendolos, no fue hasta que vio un guardia siguiendolos que entendió por qué corrían. Aegon iba muy rápido, demasiado, y Aemond recién había tomado una merienda con su madre. Si no se detenía en ese momento iba a vomitar y no sería algo muy bonito. Tres cosas pasaron en un segundo. Aemond se detuvo de repente haciendo que Aegon tropezara con sus pies y cayera al suelo, y Rhaena chocó con él tirandolos a los dos al suelo, y el pequeño dragón que los seguía se posó en el hombro de Baela chillando.

Así fue como acabaron en la habitación de la Reina, Aegon con la cabeza vendada y Aemond con un brazo inmovilizado. Su madre estaba frente a ellos con un semblante preocupado que solo empeoraba con cada cosa que decía el sanador, se mencionó incluso la palabra muerte que los hizo temblar en la cama. Rhaenyra llegó cuando el sanador ya se iba, la Heredera tenía el rostro pálido y el cabello deshecho, pero apenas los vio fue hasta ellos.

—Laena me dijo que tuvieron un accidente—la hija mayor de la Reina agarró la mano de Aegon—¿Qué pasó?

—Pasa que están castigados—Aemma les dio esa mirada que asustaba a todos—¿Por qué estaban corriendo por el pasillo?

—Solo queríamos traer el dragón que encontramos para Alyn—Aegon fue quién respondió.

—Pudo haber pasado algo peor, Aegon—el niño bajó la cabeza—. Eres el mayor, debes cuidar a tus hermanos.

—Lo siento.

—Está bien—Rhaenyra miró a su madre—, solo fue un susto.

Aemma fue hasta la cama y se sentó junto a Aemond besando su cabeza. Cuando el sanador le había dicho que de haber sido una caída más fuerte Aegon pudo haber muerto por el golpe en la cabeza había sentido que su mundo se derrumbaba.

Mis dragones, no vuelvan a asustarme así—estiró su mano hasta Aegon y acarició su mejilla.

Viserys, Helaena y Daeron llegaron preocupados, al menos los dos primeros porque Daeron llegó casi saltando con una sonrisa en el rostro y flores en las manos.

—¿Qué pasó?—Viserys miró a sus hijos—¿Están bien?

—Aegon se golpeó la cabeza, el sanador dijo que estaría bien en un par de días, pero Aemond tardará más en recuperarse.

—¿Encontraron el dragón naranja?—Helaena preguntó a sus hermanos.

—Estaba justo donde dijiste—Aegon le respondió.

—Mamá—Daeron estiró las flores hacia su madre—para ti.

—Muchas gracias, mi niño—Aemma recibió las flores y besó la cabeza de su hijo.

Viserys miró a sus cinco hijos en la cama con su esposa y la sonrisa que apareció en su rostro fue enorme. Aegon ya tenía nueve años y a él aún le costaba creer que había tenido más hijos con su Aemma, y lo más importante, que ella estaba con ellos. Suponía que debía agradecerle a Daemon por ellos, si no fuese por su hermano quizás Aemma no estaría con ellos y sus hijos no estarían ahí, sonriendo y discutiendo por quién era el favorito de su madre.

"Querida Rhaenys,

Creo que Helaena tiene sueños de dragón. Sé que suena descabellado, pero a veces dice cosas que no tienen sentido y si les prestas atención te das cuenta que si tienen sentido.

Fue ella quién le dijo a Aegon y Baela dónde encontrar el dragón que le obsequiaron a Alyn. Creo que lo más extraño fue cuando le dio su huevo a Joffrey y dijo que nunca había sido para ella. ¿Crees que estoy exagerando?

Aún le comentó a Aemma sobre esto, pero creo que ella también se da cuenta, muchas veces la encuentro observando de más a Helaena, como si la estuviera estudiando. Supongo que tiene sospechas, pero no las habla por lo que eso implicaría.

¿Cómo están las cosas en Driftmark? Acá las cosas están de locos con tantos niños en un solo lugar. Daemon dice que le pedirá a Rhaenyra mudarse a Dragonstone, ya no aguanta a tantos niños corriendo por todos lados.

Aemond se fracturó el brazo así que tuvo que cancelar sus visitas al Valle por los próximos meses y Helaena canceló sus visitas al norte porque quiere cuidar de su hermano. Aegon ya está mejor, ya no le duele la cabeza así que Aemma le dejó reintegrarse a sus clases sin problema, aunque aún lo vigila a cada rato.

También escuché de Laena que se irían a Harrenhal por un tiempo para que los niños se acostumbren al lugar, sobre todo Jacaerys. Debo decir que tus nietos son unos niños excelentes, aparte de acompañar a Aegon en sus travesuras, son buenos niños. Aemma dice que podríamos comprometer a Aegon con Baela ahora que Laenor tiene heredero para Driftmark. ¿Tú qué piensas?

Espero que estén todos bien.

Con cariño,

Viserys Targaryen."

—Papá—Daeron llamó tirando del pantalón de su padre—¿Cuándo podemos irnos?

Viserys le sonrió como disculpa al Lord con el que estaba hablando y se agachó para estar a la misma estatura que su hijo.

—Nos iremos en un rato, cariño—el niño arrugó el entrecejo—¿Por qué no vas a jugar con Tessarion y Vermithor mientras yo terminó de hablar con Lord Tully?

—¡Claro!—exclamó con felicidad.

—Escolten al Príncipe—ordenó Lord Tully a sus guardias.

Viserys se enderezó y siguió a su hijo con la mirada hasta que desapareció por la puerta del salón en el que estaban. Retomó su conversación con Lord Tully y trató de hacerla lo más corta posible, no le gustaba mucho la idea de dejar a Daeron solo con gente que no conocía. Sabía que los dragones lo protegerían, pero era mejor prevenir que lamentar.

Estaba en un viaje corto al Norte, había estado con los Stark el día anterior hablando sobre el compromiso de Helaena y Cregan con Rickon Stark, se suponía que ya debían estar en King's Landing, pero Daeron era muy curioso y quería explorar todo. Tuvieron que parar en la casa de los Tully para descansar porque el niño tenía hambre y quería seguir explorando. Claro que más que explorar había tenido que escuchar a su padre hablando con el Lord que los recibió. Cuando, por fin, dio por terminada la conversación con el hombre fue llevado hasta los dragones.

Vermithor estaba echado, durmiendo, cuando llegó y Tessarion estaba volando alrededor de Daeron que trataba de alcanzarla. La risa del hijo menor del Rey resonaba por el patio y hacía sonreír a las doncellas que lo escuchaban. Qué Príncipe tan encantador, susurraban cuando alcanzaban a verlo. Apenas Daeron vió a su padre corrió hacia él despertando a Vermithor que gruñó levantándose para recibir a su jinete, el enorme dragón bronce avanzó hasta ellos y se agachó detrás de Daeron.

—Muchas gracias por recibirnos, Lord Tully.

—No fue nada, Majestad, puede regresar cuando usted lo deseé—el hombre hizo una reverencia.

Viserys cargó a su hijo y fue hasta su dragón que movió su cola golpeando a Tessarion cuando la pequeña dragona aterrizó a su lado. Después de asegurar a su hijo en la montura Viserys le ordenó a Vermithor que volará y el dragón se alzó en el aire seguido de Tessarion que chilló tratando de alcanzarlos. Daeron iba riendo, de vez en cuando estirando sus manos para atrapar las nubes por las que Vermithor pasaba.

En las afueras de King's Landing se encontraron con Silverwing, Dreamfyre, Caníbal, Sunfyre y Syrax volando sobre la ciudad. La dragona de la Reina rugió en reconocimiento y voló cerca de ellos forzando a Vermithor a girar a la derecha, Daeron gritó emocionado. Caníbal rugió y pasó junto a ellos con un Aemond que reía en su lomo. Viserys no pudo evitar, una vez más, maravillarse al ver a su hijo sobre el dragón negro.

—¡Dracarys!—alguien gritó.

Fuego de dragón explotó en el cielo de King's Landing sorprendiendo a los que caminaban por la calle, pero en el aire la familia reía al ver las llamas desaparecer. Vermithor fue el primero en aterrizar en el patio de la fosa seguido por los dragones de sus hijos, Silverwing fue la última en aterrizar.

—Pensé que Aemond aún no podía volar—comentó al ver a su hijo bajando de su dragón.

—El sanador dijo que su brazo ya estaba mejor—Aemma se acercó a él—¿Cómo les fue en el viaje?

Los niños, y Rhaenyra, hicieron una mueca de desagrado al ver como sus padres se besaban.

—Nos fue muy bien—Viserys le sonrió a su esposa—¿Cierto, Daeron?

—¡Cregan es genial!—gritó el niño—¡Es mi mejor amigo!

Aemma sonrió al escucharlo y no dudó en arrebatarlo de los brazos de su esposo, Daeron felizmente se dejó cargar por su madre. Mientras ellos se alejaban hacia el carruaje que los esperaba el resto de sus hijos se acercaron a él.

—Papá, el tío Daemon es muy malo—acusó Aegon.

—Papá, Aegon hizo que Jacaerys cayera por las escaleras—acusó Aemond.

—¡Fue un accidente!—Aegon se defendió.

—Papá, hice un nuevo amigo—Helaena tomó la mano de su padre y tiró de él para que comenzará a caminar—, es una oruga que encontré en el jardín, mamá dijo que podía quedarmela.

Viserys miró a su hija y después miró sobre su hombro a sus otros tres hijos. Rhaenyra tenía a Aegon agarrado por la oreja y Aemond se reía de su hermano. Como había extrañado a su familia.

"Querida Aemma,

Alyn lleva dos días enfermo, la pobre Alicent lloró toda la noche rezándole a los dioses para que lo curaran, pero no quiere decirle a Laenor. Dice que no quiere preocuparlo cuando está de viaje.

Pensé que quizás una visita de Rhaenyra le haría bien, Laena dijo que iba a dejar a sus hijos en Harrenhal con Harwin para venir a verla. Agradecería que envíes a tu hija.

Espero que todos estén bien.

Con cariño,

Rhaenys Targaryen."

Rhaenyra dejó King's Landing apenas escuchó que Alyn estaba enfermo dejando a sus hijos al cuidado de Daemon. Ese mismo día Helaena se despertó en medio de la noche, la niña salió de su habitación descalza y con un peluche de conejo entre sus brazos. El guardia fuera de su puerta la acompañó hasta la habitación del Rey donde ella entró sin ser anunciada, por petición de ella. Cuando entró todo estaba en silencio y ella caminó hasta la cama que compartían sus padres, ambos estaban dormidos y ella estiró su mano para tocar a su padre. El Rey se despertó sobresaltado al sentir que alguien sacudía su mano, pero se relajó al ver que era su hija.

—Helaena—el hombre miró hacia la ventana—¿Qué haces despierta tan tarde?—preguntó cuando vio el cielo oscuro.

—No puedo dormir—susurró ella—¿Puedo dormir con ustedes?

—¿Viserys?—Aemma llamó, medio dormida.

—Es Helaena, quiere dormir con nosotros.

—Dejala.

Viserys se sentó en el borde de la cama y cargó a su hija dejándola en medio de él y su esposa. De inmediato Aemma la rodeó con un brazo y Helaena se acurrucó a su lado.

—Gracias—susurró la niña cuando su padre la arropó—. Buenas noches, papá.

—Buenas noches, cariño—Viserys besó la frente de su hija.

Helaena se quedó dormida casi de inmediato y Viserys la observó por unos minutos antes de quedarse dormido también. Cuando despertaron en la mañana Aegon estaba acostado a los pies de la cama, arropado con una capa de su padre.

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NOTA:

Les voy a dar dos capitulos más de fluff (basados en 112 y 115 d. C) antes de meterles el drama ¡chan chan! ¿Qué creen que sea el drama? Como pista les digo que habrán muchas lágrimas y una Aemma con sed de sangre.

Iba a subirlo más temprano, pero mis sábados están comprometidos y no me dio tiempo de terminarlo hasta ahorita.

Espero les haya gustado, gracias por leer, lu.

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