121 d. C; CREGAN STARK

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CREGAN STARK

"Querida madre,

Daemon se ofreció a llevar a Helaena al Norte, no tiene problema con eso. Sabes que ella es su favorita.

¿Cómo están mis hermanos? Recibí una carta de Aegon hace unas horas, dice que estaba preocupado por el viaje de Helaena. También me dijo que Aemond aún tiene episodios de dolor por su ojo. Madre, me duele demasiado leer esas cosas, no quiero que mi hermano siga sufriendo.

Da mis saludos a mi padre, dile que todos estamos bien y que pronto iremos a King's Landing.

Te ama,

Rhaenyra Targaryen."

Aemma terminó de peinar el cabello de Helaena con una sonrisa, la adolescente estaba tarareando una canción mientras cepillaba el cabello de Daeron que estaba medio dormido. El menor de los príncipes estaba sentado en el suelo con la cabeza recostada en la pierna de su hermana, sus ojos estaban cerrados y su respiración era calmada. Helaena abrió la boca para preguntar qué hacer con su hermano cuando la puerta se abrió y su padre apareció acompañado de Aegon. Un Aegon sucio.

—¿Estabas entrenando o limpiando la fortaleza con tu ropa?—Aemma miró a su hijo con desaprobación.

—Lo siento, madre—Aegon se acercó y besó la mejilla de su madre—. El entrenamiento fue muy duro.

—Aegon va a convertirse en uno de los guerreros más grande de los siete reinos—Viserys caminó hasta sus otros hijos y se agachó frente a ellos—. Déjame llevarlo a la cama.

El rey recogió a su hijo menor que se removió, pero ni siquiera abrió los ojos para ver quién era. Apenas fue libre Helaena se levantó y sacudió su vestido con una sonrisa.

—Ve a prepararte, cariño—Aemma sacudió los hombros de su hija—, tu tío estará aquí en cualquier momento.

—Claro, madre—la adolescente asintió y se apresuró hacia la puerta—. ¡Date un baño, hermano, apestas!

Aegon frunció el entrecejo y miró hacia la puerta por la que había desaparecido su hermana, pero antes de que pudiera protestar su madre lo agarró por los hombros para verlo. Los ojos azules de su madre revisaron su rostro buscando algún golpe, al no encontrar nada asintió y besó su mejilla con cariño.

—Ve a darte un baño, Helaena se irá dentro de poco y debemos despedirla.

El príncipe asintió y abandonó la habitación para cumplir el pedido de su madre. Aemma se giró hacia la cama y sonrió al ver a Viserys besando la cabeza de Daeron, murmurando una canción de cuna. La Reina avanzó hacia la cama y se sentó junto a su esposo, sus ojos nunca dejando el rostro relajado de su hijo menor. Viserys miró a su esposa y asintió estirando una mano para acariciar su mejilla.

—Están creciendo muy rápido—Viserys murmuró, alejándose de su hijo.

—Aegon ya tiene catorce, en un par de años nos dejará para tomar su lugar como Señor de Los Peldaños de Piedra—Aemma suspiró con tristeza—. Helaena está a poco tiempo de casarse con Cregan y...

—No me lo recuerdes—Viserys se levantó y caminó hacia la ventana—. Ahora me arrepiento de haber accedido a ese compromiso.

Aemma se levantó de la cama y caminó hasta él, rodeándolo con sus brazos y descansando su mejilla en el hombro de su esposo, ambos mirando por la ventana hacia la ciudad.

—Ella será feliz en el Norte, los Stark son personas de palabra y Cregan le tiene mucho afecto a nuestra hija—le recordó ella en un susurro.

—Daeron será el único que se quede en casa—susurró él.

—Le dejaremos Summerhall—concluyó Aemma—, sé que lo estás construyendo para mi, pero quiero que pasé a nuestro hijo.

—Lord de Summerhall—Viserys asintió—, creo que suena bien.

Hubo movimiento detrás de ellos y el silbido característico de Caraxes se escuchó en la distancia anunciando su llegada.

—¿Madre?—Daeron llamó desde la cama.

—Ya voy, cariño—Aemma besó la mejilla de su esposo—. Ve para que recibas a tu hermano.

Viserys la siguió con la mirada, sintiéndose aún más enamorado que antes cuando ella se trepó en la cama y comenzó a hablar entre susurros con su hijo. Si fuera por él, se quedaría todo el día ahí admirando a su esposa, pero tenía que recibir a su hermano antes de que hiciera algún desastre.

Daemon estaba desmontando de Caraxes cuando Viserys apareció en la fosa de dragones con Aegon que lo vió saliendo de la fortaleza y se pegó a él. El joven príncipe saludó a su tío con un asentimiento antes de correr hacia el interior de la fosa en busca de su dragón. Viserys tuvo que contener el regaño que tenía en la punta de la lengua, ya le daría una lección sobre modales después. O dejaría que Aemma lo hiciera porque ellos la escuchaban más a ella.

—La pequeña bestia está creciendo—Daemon miró hacia la entrada del domo—, pronto se irá de aquí huyendo de ti.

—Es bueno verte, Daemon—Viserys palmeo el hombro de su hermano—¿Cómo están los niños?

—Ya sabes como están—el menor rodó los ojos—, le escribes a Rhaenyra todos los días.

—Es bueno mantenerse comunicados—el mayor asintió.

En ese momento Dreamfyre salió del domo, ya lista con su montura. La dragona gruñó y siguió a los cuidadores que la guiaban fuera del domo. Detrás de ella salió Sunfyre con Aegon sobre su montura. Viserys suspiró con derrota y le asintió a su hijo cuando miró en su dirección, ni un segundo después el dragón dorado ya estaba volando sobre la fosa.

—Tienes que aprender a decirles que no a tus hijos.

—Como si tu fueras mejor—Viserys apartó la mirada del dragón y miró a su hermano—. Rhaenyra disfruta quejarse de ti.

Cuando Aemma y los tres príncipes llegaron a la fosa se encontraron a los hermanos discutiendo. Daeron se rio y corrió hacia ellos para apoyar a su padre, casi arrastrando a Aemond con él. Helaena miró a su madre y ambas negaron con la cabeza, ya acostumbradas a la vista del Rey y el príncipe discutiendo. Daemon dejó de lado su discusión para saludar a sus sobrinos y su prima, con una sonrisa que daba miedo.

Mariposa—Helaena lo abrazó con fuerza.

Tío Daemon.

Daemon besó la cabeza de su sobrina y luego llevó su mirada a Aemond que asintió como saludo, escondiéndose levemente detrás de sus padres.

—Deberíamos irnos—Daeron se quejó cuando su tío desordenó su cabello—. Pórtate bien, pequeña bestia.

—¡Siempre me porto bien!—Daeron exclamó ofendido.

—Sé que cuidarás de Hela, pero no está de más recordarlo—Aemma abrazó a Daemon como saludo y despedida—. Cuando pases por el Valle déjale esta carta a mi prima.

—Claro, seré tu mensajero—recibió la carta—. Cuando regrese hablaremos del pequeño dragón escurridizo—señaló a Aemond con sus ojos.

Aemma asintió sin decir nada más y lo dejó ir.

Después de despedirse de sus hermanos, incluso de Aegon que aterrizó cuando se dio cuenta que ya se iban, Helaena se trepó en su dragona. Caraxes y Dreamfyre alzaron el vuelo juntos, ambos dragones rugiendo como despedida. Cuando estuvieron fuera de vista Sunfyre volvió a alzar el vuelo con Aegon y Daeron comenzó a saltar pidiendo permiso para ir a volar.

—¿No quieres ir con tus hermanos?—Viserys le preguntó a Aemond que negó enseguida.

—Debo regresar a estudiar—murmuró bajando la mirada.

—Caníbal debe estar extrañando ir a volar contigo—Aemma pasó una mano por el cabello de su hijo—¿Seguro que no quieres ir?

Aemond asintió y ella tuvo que dejarlo ir de regresó a la fortaleza con Viserys que prometió no dejar que se encerrara en su habitación. Esa tarde Silverwing, Sunfyre y Tessarion hicieron varias vueltas sobre la ciudad.

"Rhaenyra,

No le escribí a tus padres porque sé que están en Summerhall con Aegon y Daeron, pero me parece de suma importancia que tú sepas esto ya que nos afecta a todos.

Antes de llegar al Norte pasé por el Valle para dejar un mensaje a Lady Jeyne, no sabes la sorpresa que me causó encontrarme con Rhea Royce en el Eyrie. Al parecer huyó de su casa y ahora es refugiada del Eyrie con su hija. Lady Jeyne me confesó que la casa Royce era aliada de Otto y Larys, que ellos están tratando de crear protestas en todo el Valle contra Aemond.

En otras circunstancias no le habría prestado atención, pero Rhea me confesó que ellos mandaron a construir escorpiones para derribar a cualquier dragón que vuele por el Valle.

Ya le envié un mensaje a Laena en Harrenhal para avisarle, sé que ella y los niños vuelan por el Valle de vez en cuando, no quisiera que alguno de ellos acabara herido. También envié uno a Driftmark para Rhaenys, pero espero que tú puedas enviar uno a tus padres.

Te ama,

Daemon."

Helaena miró a su tío, el hombre lucía preocupado mientras hablaba con Rickon Stark y ella intentaba descifrar qué era lo que decían, pero no lograba entender nada. Habían llegado a Winterfell horas antes y lo primero que hizo su tío fue enviar cuervos, uno a Harrenhal, otro Dragonstone y uno a Driftmark, pero por más qué ella preguntó qué sucedía, nunca recibió respuesta. Y ni siquiera tenía a Cregan para que la distrajera porque el joven estaba visitando un poblado cercano.

Solo tenía una cosa que podría distraerla y esa era Dreamfyre, que estaba haciendo nido en una montaña detrás de Winterfell con Caraxes, pero sabía que no la dejarían salir del banquete. Su tío le había ordenado a su dragón no dejar el Norte así que ella le ordenó lo mismo a Dreamfyre sin saber muy bien el porqué. Estaba por ir a preguntarle a su tío una vez qué sucedía cuando las puertas se abrieron y por ellas entraron varias personas, entre esas Cregan y sus primos. La sonrisa que iluminó el rostro de Helaena fue notada por todos, y ni qué decir de la mirada brillante de Cregan cuando la notó sentada en la mesa principal.

La gente se movió dejando el camino libre a Cregan que fue directo hasta la mesa principal e hizo una reverencia frente a ella. Cuando se enderezó dio dos pasos más y dejó sobre la mesa un regalo.

—Princesa, me alegra verla—Helaena se sonrojo—. Acepte este regalo.

Con manos algo inestables Helaena agarró el regalo y lo abrió bajo la mirada atenta de todos. Bajo la luz de las velas un hermoso broche de plata brillo y Daemon levantó una ceja al verlo. Era un broche con el símbolo de los Stark.

—Es hermoso—Helaena susurró acariciando el broche con sus dedos—, gracias.

—No tiene que agradecer, solo cumplo con mis deseos de verla con las más finas joyas—Cregan asintió y luego miró a su padre que lo miraba con orgullo.

—Bueno, parece que estos dos van a ser la mejor pareja de los siete reinos—Daemon se sentó junto a Helaena.

Helaena miró a su tío y después a Cregan que mantuvo la cabeza en alto a pesar de la clara intimidación del mayor. Ella no pudo contener su risa y la tensión se rompió mientras ella colocaba el broche en su vestido.

—Me aseguraré de llevarlo todo el tiempo.

En algún momento de la fiesta Helaena se retiró para ir al baño y Daemon aprovechó que Rickon no estaba en la mesa para aterrorizar a Cregan. Aunque el joven no se dejó asustar por el príncipe y solo mantuvo su rostro neutro.

—Debes estar preparado—Daemon miró hacia el mar de gente—, hay gente que buscará hacerle daño a Helaena y tú debes enfrentarte a ellos.

—¿Quién?—Cregan se enderezó y miró al hombre a su lado.

—Puede ser cualquiera—el peliblanco bebió de su copa—, incluso aquellos que están cerca de ti.

Cregan frunció el entrecejo y llevó su mirada a la puerta principal por donde Helaena apareció acompañada de unas muchachas que él reconocía como hijas de amigos de su padre. La princesa estaba sonriendo con sinceridad y él se prometió que haría lo que fuera necesario para mantener esa sonrisa en ella.

"Querida Aemma,

Estamos listos para regresar, Laena llegó la noche anterior y asustó a más de uno con Vhagar. Trataremos de pasar lo más lejos del Valle que podamos, pero aún así tendremos cuidado.

Rhaenys dice que deberíamos destruir la casa Royce y estoy de acuerdo con ella, están buscando provocarnos, deberíamos responder.

Con cariño,

Daemon."

Cregan miró a la bestia frente a él y sintió un nudo en su estómago. Dreamfyre bajó la cabeza y gruñó en su dirección, pero Helaena le susurró algo y la dragona bufó apartando la mirada. Detrás de ella Caraxes rugió sacudiendo sus alas. Helaena miró a Cregan y asintió extendiendo una mano en su dirección.

—Debes dejar que te conozca—le dijo mientras él se acercaba con pasos cuidadosos—. No te hará daño, no es Vhagar.

La dragona verde bufó y movió la cola haciendo que nieve volará por todos lados. La mano de Cregan tocó las escamas tibias y suspiró de alivio al ver que la dragona no hizo ningún movimiento para atacar.

—Es tibio—murmuró acariciando el cuello de la dragona.

—Ellos siempre están tibios—Helaena lo empujó con su hombro—. Dejanos subir, cariño.

Dreamfyre se movió, extendiendo sus alas mientras se agachaba para que alcanzaran la montura.

—Le pedí a mi madre la montura de Silverwing para que podamos volar juntos sin problema—le comentó ella agarrando la montura—. Solo debes tener cuidado de no resbalar.

Los ojos de Cregan siguieron cada movimiento que Helaena hacía para trepar la montura y trató de copiarlos cuando ella le asintió. La risa de Helaena hizo eco en el lugar cuando Dreamfyre se movió y Cregan casi cae, él no pudo molestarse. Una vez estuvieron ambos en la montura la peliblanca se aseguró de ajustarlos.

—¡Vuela!

En Winterfell Daemon y Rickon miraron al cielo viendo como Dreamfyre pasaba sobre ellos, las personas se detuvieron para mirar también. El Señor de Winterfell sonrió y negó con la cabeza mirando al príncipe a su lado.

—Cregan va a vomitar cuando se baje—aseguró.

—Harwin también vomitó la primera vez que se subió en Vhagar—Laena se acercó a ellos con la mirada puesta en el cielo.

—Hasta Viserys vomitó cuando voló con Vermithor la primera vez—Daemon comentó con una sonrisa divertida.

—Eso me hace sentir mejor por mi hijo—los tres se rieron.

En el aire Cregan no dejaba de ver las nubes, la vista desde arriba era hermosa. Helaena estaba sonriendo, poder volar con Cregan le hacía sentir como si estuviera como en un sueño. Se sentía feliz y segura.

Estaban tan concentrados en disfrutar que el sonido de algo pasando a su lado los sorprendió. Dreamfyre se inclinó hacia la derecha rugiendo y Helaena miró hacia el suelo, buscando con sus ojos qué los había atacado. Apenas encontró algo Dreamfyre chilló, perdiendo el balance y Helaena sintió su estómago revolverse al ver la punta del escorpión que se había clavado en el ala de la dragona.

—¡Dracarys!—gritó desesperada.

Detrás de ella Cregan dijo algo, pero no pudo escucharlo. Dreamfyre abrió la boca para escupir fuego, pero otro dragón apareció por la izquierda escupiendo fuego. La dragona se alejó entonces, aterrizando cerca de Winterfell, casi arrastrándose por el campo vacío. Helaena fue la primera en bajarse con los ojos llenos de lágrimas, Cregan la siguió de cerca. Entonces Caraxes aterrizó junto a ellos y Daemon se bajó de un salto para correr hacia ellos.

—¡Dreamfyre está herida!—Helaena le gritó a su tío.

—Regresen a Winterfell—Daemon los agarró a los dos por los brazos—¡Ahora!

Helaena quiso discutirle, no quería dejar a Dreamfyre, pero Vhagar pasó sobre ellos en ese momento y Cregan tuvo que empujarla hacia Winterfell. Caraxes gruñó y se puso frente a ellos.

—Caraxes los llevará—el mayor agarró a Helaena y la levantó para ayudarla a trepar en el dragón—. Déjalos en Winterfell y regresa—le ordenó al dragón ayudando a Cregan a subir.

Una vez ambos estuvieron seguros Daemon retrocedió y dejó que se fueran. Dreamfyre gruñó detrás de él y un suspiro se le escapó, ahora tenía que ayudar a la dragona sin que se lo comiera.

Voy a ayudarte.

Las manos de Daemon se cerraron alrededor del escorpión y tiró con fuerza tratando de sacarlo. Dreamfyre rugió y se movió intentando alejarse, pero solo logró arrastrar a Daemon con ella. Iba a necesitar más ayuda.

Rickon Stark abandonó Winterfell tan pronto como los dragones salieron, uno de sus informantes había llegado minutos antes para avisarles del ataque que planeaba la casa Royce contra los Targaryen y Winterfell no podía quedarse de brazos cruzados cuando alguien intentaba herir a uno de ellos. Primero se encontraron a Daemon en el camino, el hombre estaba tratando de quitar un escorpión del ala de Dreamfyre que rugía y amenazaba con escupir fuego. Después de dejar a varios hombres con el príncipe siguió su camino hasta el campo abierto donde se podía ver fuego y cenizas.

Vhagar y Vermithor estaban en el aire, aún escupiendo fuego, y en el suelo varios soldados corrían tratando de salvarse. Rickon miró a sus hombres y asintió levantando su espada. La pelea no duró mucho, los pocos que lograron escapar del fuego fueron acabados bajo las espadas del ejército de Winterfell. Cuando ya no quedaba nadie Caraxes apareció, volando en dirección del Norte, siendo seguido por Vermithor y Vhagar que dejaron de escupir fuego apenas lo vieron.

—Envía una carta a Lady Jeyne y que los médicos asistan a la princesa Helaena en la curación de su dragón—ordenó al hombre a su izquierda.

"Querido Harwin,

Regresaré en dos días a casa, Dreamfyre está herida y no podrá volar por varios días, pero el tío Viserys se llevará a Helaena de regreso hoy mismo, yo iré con ellos hasta King's Landing y regresaré a casa después de eso.

¿Cómo están los niños? Diles que mamá los extraña.

Te ama,

Laena."

Aemma suspiro de alivio al ver como Viserys ayudaba a Helaena a bajarse de Vermithor, pero su alivio se transformó en preocupación cuando notó que los dos tenían rastros de sangre y cenizas. También la falta de Dreamfyre le preocupaba, pero no había pensado mucho en eso, más le importaba su hija.

—¿Qué fue lo que sucedió?—preguntó apenas tuvo a su hija entre sus brazos.

—Los Royce atacaron, Dreamfyre fue herida y tuvo que quedarse en Winterfell—le explicó Viserys poniendo una mano en el hombro de Aegon—. Estamos bien.

Mamá, tenía miedo—Helaena se alejó para poder mirar a su madre—. Dreamfyre...

—Dreamfyre estará bien—le aseguró ella—, enviaremos cuidadores de dragones mañana mismo.

—Yo los llevaré—Daemon se acercó—, debo regresar al Valle, aún queda una edificación de la casa Royce de pie.

—Te acompaño—Laena se acercó con una sonrisa—Vhagar aprecia la adrenalina.

Daemon pasó un brazo por los hombros de su sobrina y los dos se alejaron hablando sobre la destrucción que causarían al día siguiente. Aemma tuvo que negar con la cabeza para no decirles algo.

—Vamos, debes darte un baño, cariño.

"Querida Helaena,

¿Cómo estás? Espero que estés bien. Aún desearía poder estar a tu lado.

Dreamfyre alzó el vuelo ayer, voló por pocos minutos sobre Winterfell y los cuidadores dicen que se está recuperando bien. Yo mismo me encargo de alimentarla todos los días, parece que ya me acepta.

Quizás la próxima vez seré yo quién te visite, no creo que tu madre te deje venir después de lo que sucedió. En cuánto pueda iré a King's Landing, lo prometo.

Con cariño,

Cregan Stark, heredero de Winterfell."

■■■■

NOTA:

Primero que nada, disculpen la tardanza. Estuve muy ocupada y estaba pasando por malos momentos.

Segundo, creo que la historia ya está llegando a su fin. Solo faltan pocos eventos por cubrir y no serán tan grandes así que no esperen mucho.

Tercero, quiero recomendarles The Archer (rhaenicent) de analymalfoy. Vayan a darle mucho amor<3

El siguiente capitulo será la boda de Hela y Cregan. Se supone que Rickon muere en 121, pero acá él morirá en 122. El capitulo que le sigue a ese será sobre Aemond en Dragonstone.

Espero les haya gustado, gracias por leer, lu.

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