Song 007

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Song 007

I Don't Wanna Be You Anymore-Billie Eilish

"If teardrops could be bottled / There'd be swimming pools filled by models / Told a tight dress is what makes you a whore"


Emma entró a la casa de Rodrick con una sonrisa en el rostro, sosteniendo una mochila en una mano y a Ronwley, su hermano menor, de la otra. Había decidido pasar por allí para recoger unas cosas que había olvidado en su última visita y dejar a Ronwley, quien había estado ayudando a Rodrick con la tarea.

Al llegar, fue recibida por el padre de Rodrick, quien estaba a punto de salir.

—¡Hola, Emma! —saludó Frank, con una sonrisa amistosa—. Rodrick está en la cocina trabajando en algo. ¿Puedes decirle que salgo un momento y que volveré más tarde?

—Claro, no hay problema —respondió Emma mientras pasaba por el vestíbulo. Con un rápido adiós, el padre de Rodrick salió por la puerta principal.

Emma se dirigió a la cocina, dejando a Ronwley en la sala para que se entretuviera con algunos videojuegos. Al entrar, vio a Rodrick de espaldas, sentado en la mesa con algunos libros y hojas esparcidas a su alrededor. Jade estaba cerca, aparentemente ayudándole con la tarea.

Emma frunció el ceño al notar la cercanía entre Jade y Rodrick. Mientras avanzaba, Jade se giró y, al ver a Emma, su sonrisa se amplió de manera calculadora. Jade, aprovechando que Rodrick no la veía, se acercó rápidamente a él y lo besó.

Rodrick se quedó inmóvil por un momento, atrapado en el shock. No reaccionó inmediatamente al beso, simplemente permaneció allí con los ojos abiertos, sin saber qué hacer. Emma, al ver la escena, se quedó paralizada, con el corazón latiéndole con fuerza. La sorpresa y la incomodidad se reflejaron claramente en su rostro.

Desesperada por salir de allí, Emma retrocedió, pero tropezó con una silla. El ruido hizo que Rodrick, finalmente reaccionando, girara la cabeza para enfrentar a Emma. Sus ojos se encontraron con los de ella, llenos de confusión y sorpresa. La realidad de lo que había pasado comenzó a asimilarse en su mente, y el pánico se apoderó de él.

—Emma, yo... —Rodrick intentó hablar, levantándose rápidamente y tratando de alcanzar a Emma.

Sin embargo, Emma no le permitió explicaciones. Con el rostro empapado en lágrimas y el corazón roto, se dio la vuelta y salió corriendo de la cocina. Rodrick intentó seguirla, pero al llegar al pasillo, se encontró con Ronwley, quien estaba en la entrada de la cocina con una expresión decidida.

—No te acerques a mi hermana —dijo Ronwley, con una voz firme que no dejaba lugar a dudas.

Rodrick se detuvo en seco, mirando a Ronwley con desesperación. Su mente estaba en un torbellino, tratando de entender lo que había sucedido y cómo podía corregir su error. El remordimiento se reflejaba en sus ojos mientras miraba al hermano menor de Emma.

—¡Muevete! —exclamó Rodrick, intentando pasar por el lado de Ronwley.

—No te muevas —ordenó Ronwley, manteniéndose firme en su lugar—. No voy a permitir que le hagas más daño.

Rodrick se quedó allí, sintiendo el peso de la culpa y el arrepentimiento aplastándolo. La confusión y el dolor de ver a Emma marcharse sin poder explicarse se hicieron evidentes. Finalmente, con un suspiro derrotado, se dejó caer sobre una silla, su mente reviviendo la escena una y otra vez.

Mientras tanto, Emma salió de la casa de Rodrick con las lágrimas corriendo por su rostro. La confusión y el dolor la abrumaban mientras se dirigía a su casa, preguntándose cómo podría enfrentar la situación con Rodrick y cómo podría sanar las heridas recién abiertas.

La noche había caído, y Emma se encontraba en su habitación, sentada en el borde de la cama con la mirada perdida. La tristeza y el enojo la habían acompañado desde su inesperada salida de la casa de Rodrick. Su madre, Linda, tocó suavemente la puerta antes de entrar.

—¿Puedo pasar, querida? —preguntó Linda con voz suave.

Emma levantó la vista, y aunque intentó sonreír, la tristeza era evidente en sus ojos.

—Sí, mamá. Adelante.

Linda se sentó a su lado, envolviendo a Emma en un cálido abrazo. La madre de Emma había notado el cambio en su hija al regresar de la casa de Rodrick y se preocupaba profundamente.

—¿Qué pasó, Emma? —preguntó Linda con ternura—. ¿Por qué estás tan triste?

Emma suspiró, sintiendo cómo las lágrimas volvían a llenar sus ojos. Relató a su madre todo lo sucedido: el beso de Jade, la sorpresa y la confusión que sintió al ver a Rodrick y Jade tan cerca, y cómo Ronwley había intervenido.

—Mamá, me siento tan herida... —dijo Emma con la voz temblorosa—. No entendí por qué Rodrick no reaccionó, o por qué Jade se comportó así.

Linda escuchó con atención, asintiendo y acariciando el cabello de Emma para consolarla.

—Lo siento mucho, querida. No deberías pasar por esto —dijo Linda—. A veces, las cosas no salen como esperamos, y es difícil ver a alguien que creímos confiable comportarse de manera inesperada.

Emma se quedó en silencio, dejando que las palabras de su madre se hundieran en su corazón. Finalmente, Linda la miró con seriedad.

—¿Quieres hablar más sobre esto o prefieres irte a dormir?

Emma miró a su madre con una expresión cansada.

—Creo que quiero ir a dormir. Estoy agotada.

—Está bien —dijo Linda, dándole un beso en la frente—. Estoy aquí para ti, siempre que me necesites.

Emma se metió en la cama, sintiéndose un poco más aliviada después de la conversación con su madre. Mientras Linda salía de la habitación, el padre de Emma, Robert, entró en el pasillo, habiendo escuchado parte de la conversación desde fuera.

—¿Cómo está Emma? —preguntó Robert, con una nota de preocupación en su voz.

—Está bien, solo necesita descansar —respondió Linda, con un suspiro—. Ha tenido un día difícil.

Robert asintió, pero su expresión estaba cargada de algo más.

—Siempre supe que Rodrick no era el chico adecuado para ella —dijo Robert con tono grave—. Nunca me gustó, y hoy no hizo más que confirmar mis sospechas.

Linda lo miró, sorprendida por su declaración.

—¿De verdad? —preguntó—. ¿Nunca te gustó?

Robert asintió.

—No es que quisiera ser un padre controlador, pero siempre sentí que Rodrick no era quien decía ser. Veía cosas en él que no me convencían. Me alegra que Emma se haya dado cuenta ahora, antes de que fuera demasiado tarde.

Linda suspiró, su preocupación por Emma aumentando.

—Espero que Emma pueda superar esto. No quiero que esta experiencia la defina o la haga dudar de sí misma.

Robert puso una mano reconfortante en el hombro de su esposa.

—Lo superará, Linda. Con nuestro apoyo, ella saldrá de esto más fuerte. Solo necesitamos estar aquí para ella y asegurarnos de que se sienta amada y apoyada.

Ambos padres se quedaron en silencio por un momento, preocupados pero decididos a ayudar a su hija a superar el dolor. Sabían que la noche sería larga, pero estaban decididos a estar al lado de Emma en cada paso del camino.

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