Casualidad de la vida

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Si se quedaba un segundo más su cara chocaba contra el cuaderno. Cris no era la típica persona que prestaba mucha atención a las cosas, si le llegaba a interesar podías oírle por horas hablar de mismo tema, pero esa clase ya la había investigado por si solo. Sus ojos cada vez estaban serrándose lentamente, mientras cabeceaba, pronto escuchó el fuerte golpe de una mano contra la madera.

-y así, es como sacamos datos. ¿Alguna pregunta? - ninguno hizo alguna señal, y sin más el maestro terminó la clase. Esto de trabajar y estudiar lo estaba matando, pero debía hacer algo para llegar al fin de mes.

Ya se encontraba saliendo de la U estaba planeando, si iba directo al trabajo o dormía un rato antes de volver a su jornada, se sentía cansado y mejor era dormir antes de comenzar con sus actividades de la tarde, solo sería un rato, descansar se lo merecía. La estrenduosa mano de alguien lo trajo de nuevo a la realidad.

-amor, pensaba que me ibas a esperar- era una chica. El cabello castaño y las uñas bien pintadas, y como olvidar de su apariencia, tenía un maquillaje llamativo, pero que solo a ella le quedaba bien. Cris sin dudarlo le devolvió la sonrisa.

-Marica, hoy me siento cansado, ahorita solo quiero llegar a dormir- la chica veía las ojeras tan cansadas que llevaba y si estaba bastante devastado.

-mmmm... está bien te perdonaré por esta vez- y así las dos comenzaron a ir cada una a su respectiva casa, conversaban de cómo les fue y si podían comenzaban a quejarse de la vida -oye cierto casi me olvido, el viernes hay una fiesta-

-y que te felicito o que-

-no pendeja, vamos, hace rato que no salimos las dos- Cris estaba dudando, tenía tantas cosas, pero su amiga le insistió que no pudo decirle que no, al final eso serviría como un descanso mental.

Ya eran las 4 y su alarma le decía que ya debía alistarse, consiguió un trabajo de repartidor, y era suficiente como para pagar la luz y el agua, el alquiler se encargaban sus padres mandándole dinero. Dio un suspiro mientras se miraba al espejo, era un desastre, pero era su desatre, incluso que el tinte de su cabello ya estaba desaparecido y eso le motivaba a ver que tan lejos podía llegar siendo así como era. Puede que Cris tenga muchos problemas, pero sabía afrontarlas sin escudo y sin espada, esa era su motivación.

Su medio de transporte era una bicicleta, pero con esa llegaba a todos lados, dejando los pedidos, a veces le tocaba gente amable, otra que solo tomaba su comida y listo, pero quien diría que esa noche le tocaría alguien que le aria perder los estribos.

-pedido para Vladimir? - de una casa salió un chico -una pizza mediana y una cola- el sujeto tomó la comida con algo de dificultad, llenando sus manos -y con eso sería 10 con 85- Cris esperaba que le dieran el dinero, ya que ese era el último pedido para después dirigirse al gym que asistía después del trabajo.

-ya dame un segundo ¡¡Porfiado!!- como respuesta escuchó un mande -¡¡ven ayúdame, no estes de vago!!- de la puerta salió un chico de cabello naranja y juraba que los cachetes del chico estaban pintados de un leve rosa -mete la mano en mi bolsillo y saca la plata-

-siii...no-

-entonces toma esto- y le entregó la comida y él mismo comenzó a buscar, y al ver que le faltaba algo se regresó adentro, dejando solos a su amigo pelirrojo y Cris.

No se decían ninguna palabra no veían la necesidad, pero el pelirrojo analizando mejor al repartidor vio que tenía el cabello pintado de azul y las raíces ya se le estaban notando.

-oye amigo, creo que te hace falta un retoque- Cris lo volteo a ver extrañado -tu pelo, se te está destiñendo-

A Cris no le gusta que gente extraña opinara de cómo se veía, así que tomó un suspiro -si, si lo se... a ti también te falta volverte a pintar-

El pelirrojo se sintió atacado tras ese comentario, él con buena intención él mencionó lo de su cabello, para crear platica -para tu información amigo, el mío si es natural, no como el tuyo peli teñido-

Los dos se miraron con odio. Parecía una bomba de tiempo que en cualquier momento podía explorar, hasta que Vladimir llegó, le entregó la plata a Cris y este, se fue lo más rápido que pudo.

-no le des propina-

-porque parecía buena nota-

Porfiado le miró a su amigo con una cara molesta, a lo que su amigo sin cuestionarle no dijo nada más.

Cris tenía una manera de sacar todo el estrés de encima a través del boxeo. Era su forma de aliviar toda la tensión y ese día en particular estaba desquitándose más de lo regular, la discusión con el extraño si le estaba molestando.

Porfiado, había terminado de comer con sus amigos, y entre dientes seguía riñendo por lo que le dijo el extraño, sus amigos se preguntaban qué pasaba, porque parecía bastante molesto.

-ese sujeto, que le pasaba- ambos se lo decían al mismo tiempo.

Pronto un chasquido hizo que se despertara -Porfiado, ya quita la cara larga-

-esque ese repartidor... creen que mi pelo no es natural? - sus amigos se vieron entre sí para después comenzar a reír, se enojo porque le dijieron oxigenado, Porfiado les dio un golpe para que se callaran. Una vez que terminaron de comer cada uno tomó su instrumento he hicieron una práctica, el viernes sería una de sus presentaciones clandestinas y debían practicar. 1, 2, 1, 2, 3 va.

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