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Seungmin se estaba cuestionando porqué había aceptado acompañar a Jeongin a la estación del tren, pasando su brazo sobre su frente para apartar su cabello al sentirse abrumado entre la gran marea de personas que transitaban por el lugar. Su amigo había decidido recoger su pedido en la parte más concurrida del lugar y sin ningún asiento a la vista, haciendo que el castaño se arrepintiera por haber ido, ¿Por qué cambiar la comodidad de su departamento por esto? Oh, se imaginaba en su sala, acostado sobre el sillón sin tener a tantas personas a su alrededor, considerando si pedir comida o hacerse algo, pero esa respuesta era lógica.

"[De ser así y tienes antojo de comer algo, puedes llamar...] [...así siempre será contestado sin importar a qué hora del día sea.]"

Sintió sus mejillas sonrojadas al recordar sus palabras y palméo su rostro contra sus manos, tratando de disimular el rojo en el se que estaba tornando. ¿Por qué sentía tan presentes esas palabras? Se repetía que solo era amable, además de que era uno de sus clientes frecuentes, probablemente ese era el trato especial que daban por su preferencia. Pero recordar su comida, sobre todo aquellos platillos que había probado cuando fue a visitar el restaurante, solo hacía que su estómago gruñera en señal de hambre.

—Alguien está hambriento.—Cuando escuchó a Jeongin detrás suyo, se giró de manera rápida.

—¡No hagas eso!—Reclamó con el ceño fruncido, cruzándose de brazos.

—Te estuve hablando que ya podemos irnos, ya me desocupé de aquí, pero parecías algo distraído como para siquiera volteara verme.

—Oh, perdón.—Se disculpó, desviando la mirada.

—Está bien, ¿A dónde quieres ir a comer? Viendo que estás distraído, tu estómago exige comida y que ya te hice pasar por mucho al estar aquí, es turno de que escojas en qué lugar quieres comer, yo invitaré todo.

Seungmin sonrió apenado ante las evidencias que su amigo decía, pero pensando en qué lugar podrían ir a comer. Aunque antes de ser interrumpido tenía una idea, se preguntaba si sería algo bueno volver hacía aquel lugar.

—Creo tener una idea a dónde podemos ir, espero que te guste.—Agarrando su brazo, era turno de guiarlo por el resto del día en busca de algo para comer.

Quitándose el casco, Hyunjin ingresó por la puerta trasera del restaurante después de terminar con labor de repartir los pedidos acumulados. Dejó su equipo sobre la encimera a un lado de la puerta y caminó con curiosidad por la cocina, observando la forma en que Felix y Bangchan cocinaban a la par una serie de platillos ante lo concurrido que estaba aquel día el restaurante.

—¿Necesitan ayuda?—Cuestionó, recargando su cadera contra el mesón a un lado, tratando de no molestar en su área de trabajo.

—Estamos bien aquí en cocina, solo asegúrate de ayudarle a Minho con la parte de enfrente del restaurante, hoy amanecimos siendo populares.—Felix soltó con una carcajada, señalando el montón de pedidos que habían recibido en menos de la mitad de su jornada. Creían que al cierre del restaurante duplicarían las ganancias de un día promedio.

Hyunjin se limitó a asentir, quitándose su chaqueta antes de colocarse uno de los mandiles, atándolo mientras se dirigía al mostrador. Sonrió en cuanto observó un par de personas esperando ser atendidos en la caja, apresurándose para ayudarles; Minho terminó de retirar un par de platos y vasos sucios de una mesa, caminando con paso apresurado hasta el mostrador. Sintió un alivio al verlo ayudarlo en la caja, por lo que dejó los trastes sucios junto con el cúmulo que ya había anteriormente, se aseguraría de limpiarlo en cuanto pudiera tener un respiro. Limpió la pequeña capa de sudor que se estaba formando sobre su frente y volvió a donde el azabache terminaba de tomar dos nuevas órdenes, encontrándose a mitad del camino.

—¿Mucho trabajo hoy?—Cuestionó con una sonrisa.

El pelirrojo rodó los ojos.—Ni que lo digas, ¿Puedes ayudarme con los platos y vasos? A este paso nos quedaremos sin ninguno limpio.

—A sus órdenes.—Con un saludo militar, desapareció por la cocina.

Minho sintió por un momento que debía de decirle algo, pero sus pensamientos estaban fuera de sí ante todo el trabajo, por lo que siguió con su labor.

Hasta que vió a Seungmin salir de los baños y recordó de avisarle al azabache que se encontraba ahí, acompañado de uno de los chicos de la vez pasada de la cafetería. Pero, a su vez, su amigo estaba tan empeñado en decirle que él se haría cargo de la situación por su cuenta y que no estaba interesado en el castaño, que prefirió que él mismo se diera cuenta de la situación.

—Este lugar en un tanto popular, ¿No es así?—Jeongin cuestionó al ver como las personas entraban y salían, además de ver al pelirrojo ir de un lugar a otro apurado.

—Cuando vine no encontré tantas personas, no imaginaba que estuviera así.—Confesó rascando su nuca, sintiéndose un tanto inquieto por ver solamente a Minho aquel día y no un cierto azabache como era de costumbre.

—Pero debo de confesar que la comida está muy buena.—Mencionó con una sonrisa de satisfacción, no había parado de halagar el sabor de los platillos que habían ordenado desde que probó el primer bocado.

—¿Verdad que sí?

—Deberíamos de traer a Changbin para la próxima, no creo poder probar todo el menú solo hoy.—Ambos rieron, concordando que habría una segunda visita en compañía de su otro amigo.

Hyunjin salió de la cocina cuando Felix le mencionó que Minho estaba teniendo problemas para hacerse cargo en la parte de enfrente, por lo que se desocupó de manera rápida en busca de como ayudarle.

Oh, para su gracia reconoció de primero el rostro de aquel chico que había visto en la cafetería con Seungmin, seguido del castaño que reía por algo que el contrario había dicho. Frunció el ceño, ¿Desde cuándo habían llegado? No los había visto solo hace unos momentos atrás, ¿Tenían rato ahí? La comida sobre sus mesas le contestó su pregunta, queriendo acercarse a saludar hasta que el pelirrojo estrelló una charola contra su pecho con los desechos de una mesa desocupada.

—Bendito que vuelves, ¿Llevas esto a la cocina y me ayudas en caja? Ya casi termino con las mesas.

—¿Y si te ayudo con las mesas?—Expulsó la pregunta con naturalidad, sin apartar la mirada de la mesa del castaño.

No tuvo que pensar mucho el pelirrojo para saber que ya había descubierto a su cliente estrella entre los comensales.—¿Algo en particular para querer eso?

Hyunjin se limitó a volver a la cocina, casi tirando las cosas sobre el fregadero sin cuidado antes de regresar, dispuesto en ayudar en el área de las mesas.

Probablemente Seungmin sintió su mirada como para girar a verlo, abriendo sus ojos ligeramente en sorpresa mientras lo veía acercarse hasta donde se encontraba comiendo, a diferencia de la ocasión pasada, el chico no se encontraba solo y no estaba comiendo los platillos que había preparado especialmente para él.

—Hola, ¿Algo más en lo que les pueda ayudar?—Cuestionó con una sonrisa, colocando la charola bajo su brazo.

—¡Oh, amigo! La comida que sirven aquí es demasiado buena.—Mencionó Jeongin, haciendo ruborizar a Seungmin por la necesidad de mencionar aquello a cada persona que pasaba.

—Gracias, realmente nos alegramos de escuchar ese tipo de comentarios.—Agradeció, mirando un par de platos sucios.—¿Gustan que empiece a retirar sus platos?

—Estaría bien, gracias.—Seungmin se inclinó para empezar a apilar los platos, pero el azabache retiró su mano con suavidad y le sonrió, negando.

—Yo lo hago.—Mientras apilaba los platos, Seungmin lo miró con gesto transtornado.

Dios, sentía que enloquecería si seguía por más tiempo a un lado del chico, ¿Por qué su piel ardía donde lo había tocado? Solo había retirado su mano de manera rápida, pero lo sentía por completo. Se sintió aborchonado por un momento, tratando de echarse aire con la mano mientras terminaba de recoger las cosas.

—Si necesitan algo más, pueden hablarme, estaré al pendiente de cualquier cosa.—Murmuró antes de alejarse, sin hacerse notar la fuerza excesiva con la que sostenía la charola entre sus manos.

Mientras Seungmin seguía ajeno a lo que Jeongin decía por estar en sus propios pensamientos, Minho observaba desde el mostrador toda la escena con diversión reflejada en su rostro, viendo como el azabache volvía con un gesto serip, totalmente diferente a la que mostraba en la mesa.

—¿Qué te ocurrió?—Preguntó, golpeando suavemente su hombro.

—Nada.—Se limitó a decir, queriendo esconderse en la cocina.

—Si todo esto te está molestando, ¿Por qué no haces el siguiente movimiento?

—¿A qué te refieres?

—Que es momento de invitarlo a salir, Hyunjin. Ya te estás tardando en siquiera intentarlo, ¿Por qué no lo haces?

—No es sencillo.

—Oh, por supuesto que lo es. ¿Acaso no te das cuenta? Ustedes solo se están complicando la vida, ni siquiera puedo echarte la culpa solo a ti, los dos deberían de notarlo.

Con una última mirada a la mesa donde Seungmin se encontraba asintiendo a algo que le decía su amigo, se limitó a negar.

—Estoy bien de esta forma, es imposible que algo como ello pueda pasar.

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