Capítulo 3 🍎

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Lamentamos informarle a todos los televidentes que esta mañana fueron encontrados los cuerpos sin vida de Park Darkhoo y Park Sunhee, ambos esposos asesinados con arma de fuego, aun se esta haciendo una investigación sobre la causa de sus trágicas muertes, todo indica a que fue homicidio, pero aún es información en proceso.

A esto le sumamos que su único hijo se encuentra desaparecido y no se sabe nada sobre el paradero del joven park Jimin.

Estaremos informando sobre el asunto.


Yoongi apagó la tv con una ladina sonrisa adornando su rostro, feliz de que esos dos seres despreciables ya no existan al menos en este mundo, seguramente se an de estar pudriendo en el infierno, pagando por sus pecados y siendo torturados por miles de demonios, dejó caer el control remoto en el sofá, y se dirigió a la pequeña mesita con grabados de símbolos en la parte de arriba.

Tomó un vaso de vidrio y vertió en él un poco de whisky junto con varios cubitos de hielo, después de lo ocurrido en la casa de los park, se mudó a una de las tantas mansiones que poseía, solo que esta vez no vino solo.

La mansión no estaba situada en la ciudad, a decir verdad esta era la que más le gustaba, por ser la que quedaba en un lugar más tranquilo, la única forma que tenía para enterarse del mundo exterior era a través de esa pantalla.

Nadie podía escapar o entrar a la mansión, varios demonios cuidaban la entrada, además también estaban rodeados de un enorme bosque frío y nebuloso, donde las almas que morían ahí quedaban condenadas a vagar sin rumbo, así que su nuevo acompañante no podrá escapar.

Ese bosque no aparecía en el radar, ni en ningún mapa, el mismo lo había borrado para que ningún humano se Atreva a entrar, lo mismo pasaba con los demonios, solo los que el permitia podían pisar el lugar, Jimin era el primer humano al que le consentía estar ahí, ahí estaría por varios años, décadas y siglos, porque lo que pensaba hacer era volverlo inmortal, para que pasara la eternidad a su lado, porque después de todo le pertenecía solo a él.

Un ruido en la habitación de arriba lo sacó de sus pensamientos, justo en quien estaba pensando ─ parece que mi Ángel ha despertado ─ mencionó con una sonrisa.

Ya era momento de ir a darle la bienvenida a su huésped, fue así como se dirigió rumbo a las escaleras aun con el vaso con whisky en su mano, lo necesitaria para lo que planeaba hacer, sin duda sería una larga noche.

Despertó después de una larga siesta, sus ojitos verdes observaron que era de noche, la luz de la Luna iluminaba toda la habitación. Extrañado se levantó observando todo a su alrededor, no sabía dónde estaba no sabía porque pero tenía la sensación de que había olvidado algo importante pero por más que intentaba no lograba recordar.

A pesar del poco miedo Lucía tranquilo, su expresión era relajada, y la verdad reconocía que era extraño, pues quien no despertaría asustado después de encontrarse en un lugar desconocido.

Camino por todo el lugar, observando la decoración, había cuadros con figuras de demonios con alas, una gran alfombra negra, varias mesas de madera, la cama era enorme con sábanas color vino, todo muy limpio y ordenado.

Por accidente tocó un jarrón provocando que este caerá al suelo y se rompiera, regañandose mentalmente por su torpeza se inclinó a recoger todos los vidrios con cuidado de no cortarse, solo esperaba no meterse en problemas por lo que acaba de hacer, aunque lo dudaba ya que el jarrón se miraba súper costoso, depósito los vidrios en una de las mesitas pues no encontraba un basurero cerca, mordió su labio nervioso, pagaría por eso, después de todo nadaba en dinero.

El chillido de la puerta abriéndose llamó su atención, como en las películas de terror esta se iba abriendo lentamente dándole un ambiente terrorífico, Jimin trago grueso, todo parecía correr en Cámara lenta, luego de unos segundos que más parecieron minutos, sus ojos se toparon con un hombre hermoso, aquellos ojos rojos, cual Luna de sangre, su cabello oscuro como la noche fría, labios delgados y atrayentes, las perforaciones en sus orejas y ceja derecha lo hacían ver como la misma tentación en persona, Jimin se encontraba anonadado, maravillado y embelesado, era él, el hombre de sus sueños, lo tenía frente a frente, no era una fantasía, o tal vez ya se estaba volviendo loco.

─ Por fin nos conocemos cómo se debe ─ soltó el pelinegro, sonriendo con malicia, provocándole una bomba de sensaciones al menor.

─ ¿Quien e-eres tú? ¿D-dónde estoy? ─ se sentía nervioso, el pelinegro lo hacía temblar.

Yoongi camino hacia el, acechándolo como si de su presa se tratará y en unos momentos la fuera a devorar, el menor atemorizado retrocedía con cada paso que daba el mayor, su pulso se aceleró y un nudo se formó en su garganta, luchaba por apartar la vista de esos intensos ojos rojos, pero no podía, al contrario el miedo lo empezaba a emocionar.

─ ¿porque tiemblas? ¿Acaso tienes miedo? ─ Su voz grave y varonil, tan excitante y seductora, Yoongi tenía algo que dejaba sin aliento al menor.

─ Y... Yo... No se q-quien eres t-tu... ─ sentía que sus piernas lo traicionarian y caería al suelo, se sentía tan sumiso hacia ese hombre desconocido e intimidante.

─ puedes llamarme amor, bebé, cariño o... Daddy ─ sonrió divertido, pensándolo bien no es mala idea la última opción. ─ ya quita esa cara llamame Suga ─

Jimin tragó grueso, solo deseaba que la voz no le fallará ─ S-suga podrías de-cirme donde estos porfavor ─ agradeció de que por lo menos ya no tartamudeaba tanto ─ No recuerdo como llegue aquí.... Ni el suceso vivido antes de esto ─ su mente estaba en blanco.

Yoongi había alterado sus recuerdos, había borrado todo recuerdos relacionados con sus padres, no necesitaba acordarse de esos dos idiotas, Yoongi pensaba que así estaría mejor.

─ Te rapte ─ contestó sin pensarlo ─ vivirás aquí conmigo, tu eres mío, me perteneces ─ ese brillo en sus ojos, la seriedad en su rostro, lograban que Jimin no pusiera atención a sus palabras, estaba más concentrado admirando cada gesto, cada rasgo del pelinegro.

Yoongi llevó el vaso con whisky hacia su boca tragándose lo último que quedaba dentro de este, sin apartar la vista del menor quien lo miraba hipnotizado.

Dejó el vaso en la mesita de noche, a un lado de los vidrios que Jimin había recogido.

Jimin desvío la mirada, Juraba que si no lo hacía caería de rodillas ante semejante hombre, su cuerpo de sentía caliente, su cara estaba Roja hasta las orejas, Yoongi estaba tan cerca que incluso podía sentir su cálida respiración chocar contra su nariz, su aroma lo estaba embriagado, se sentía tan atraído a él que ya ni siquiera podía evitarlo.

─ Mirame ─ habló dominante.

Jimin sintió como su cuerpo se estremeció, su corazón latía con fuerza, no podía negarse, no, Yoongi tenía control absoluto sobre él.

Obedeció y lo miró con algo de timidez, Yoongi se dio cuenta y se pegó más a su cuerpo, llevó su mano y delineó los labios de Jimin, este cerró los ojos dejándose llevar, ya no importaba lo que sucediera, había caído en las garras del demonio y ya no había marcha atrás.

─ Esa boquita tuya, veamos lo que puede hacer ─ Jimin no entendió al principio ─ De rodillas ─ ordenó.

Y como perro obediente Jimin obedeció, sus rodillas se doblaron y tocaron el suelo.

Yoongi bajo su mano hacia su cremallera, la cual abrió, observo desde arriba al menor tan sumiso a él, que sin dificultad se puso duro, y su pene dolía.

Sacó su duro miembro de sus pantalones, y lo masturbo un poco, hasta que que saliera las primeras gotas de presemen ─ Chupalo ─ su voz grave y ronca provocaron una inmediata erección bajo los pantalones del mar menor, observó ese gran trozo de carne, y no pudo evitar lamerse los labios, estaba rojo, palpitante y venoso.

Sin hacerlo esperar mucho tiempo, metió todo su falo en su boca, sacándole un gemido ronco al más mayor, este tiro su cabeza hacia atrás, disfrutando de las delisiosas sensaciones, Jimin por su parte era la primera vez que hacia esto, pero sus movimientos eran tan expertos, chupaba Lamia y cuando llegaba al glande succionaba descaradamente, volvía a repetir el proceso metiéndose todo lo que pudiera a su garganta, porque estaba de más decir que su pene era enorme.

Con sus manos masajeaba sus testículos, para provocarle el doble de placer al demonio, este empuño los cabellos de Jimin, tirando de ellos, pronto provocando pequeñas lágrimas, su mano pequeña viajó hacia su propia erección para darse atención, masturbándose al mismo tiempo que le hacía una mamada al mayor.

Yoongi explotó en la boca de Jimin, quien lo tragó todo y lo saboreó ─ delicioso ─ soltó relamiéndose los labios.

─ Esa boquita tuya ─ Yoongi lo levantó y unió sus bocas, en un beso sucio, violento y desesperado, los gemidos del menor eran callados por el salvaje beso que estaba recibiendo, Yoongi mordió su labio inferior, haciendo presión, sacándole un poco de sangre, saboreó ese sabor metálico, le gustaba, lo volvía loco.

Sin avisar tiro a Jimin en la cama, quitándo desesperadamente sus ropas, se colocó encima de él, de algo estaba seguro, es que de esta noche no se escapaba, espero dieciocho malditos años para poder tomarlo, por fin la hora había llegado.

Ahora ambos se encontraban desnudos, y deseosos, el pecho del menor subía y bajaba, el sudor se pegaba a su frente, sus labios abiertos respirando con dificultad, el sonrojo en sus mejillas, sus ojos cerrados y su ceño fruncido, su olor estaba más intenso, debido a la excitación, era la vista más exquisita para Yoongi.

Jimin quiso llevar su mano a su entrepierna, le urgía tocarse, dolía como un demonio, pero Yoongi tiró su mano alejandola ─ No te toques ─ soltó mirándolo serio, se miraba tan sexi, con esa expresión.

─ Pero me duele ─ rogó, sus ojitos humedecidos, y su puchero, nadie aparte de park Jimin podía verse sexi y tierno a la vez.

─ Yo te haré venir ─ estiró su mano y tomó el vaso de vidrio, este tenía unos cuantos cubitos de hielo que aún no se derretían, tomó el más grande y su vista volvió a posarse en Jimin ─ ¿Q-que va a hacerme? ─ pregunto entre asustado y emocionado.

─ Ya te lo dije, haré que te vengas ─ una sonrisa siniestra se formó en sus finos labios, una parte de Jimin quería salir corriendo lejos de ese hombre, y la otra quería quedarse y permitir que Yoongi quisiera lo que se le venga en gana con su cuerpo, ser su esclavo, y irónicamente la segunda opción es a la que le hizo caso.

─ Voltéate ─ otra orden que fue obedecida, Jimin cambió de posición y sus rodillas quedaron encima del colchón, su trasero elevado, dando una vista jodidamente tentadora.

Un azote lo hizo gritar, esa había sido una nalgada, Jimin no detenía sus lágrimas, estas salían libremente ─ ¿Tienes idea cuantas veces te hice venir mientras dormías? ─ dijo antes de que su mano se estrellara de nuevo contra su redondo muslo, provocando otro grito.

─ N-no s-sé perdí la c-cuenta ─ le costaba hablar, su labio dolía de tanto morderlo ─ p-pero si s-soy consciente de todas la veces que v-visitó mis s-sueños ─ volvió a responder, Yoongi sonrió orgulloso ─ Yo era el causante de tus sueños húmedos ─ dio la última nalgada, el muslo de Jimin estaba rojo ─ Listo ─ esa no era una pregunta si no una advertencia.

Jimin se estremeció al sentir algo frío en su nuca, su espalda se curvó y sus manos apretaron la sabana.

Yoongi había puesto el pequeño cubo de hielo en su nuca, lo dejó unos segundos ahí antes de bajar y recorrer lentamente su espalda dejando un pequeño caminito de agua.

─ ¡Ahg! ─ Jimin gimió alto, podía sentir el hielo aventurandose hacia abajo, hacia un lugar sensible.

Yoongi llegó a la División de su trasero, su rosada entrada entrada palpitaba deseosa por ser follada, pero aún no era el momento primero jugaría un rato con el. Arrastró el cubo de hielo por toda su división, de abajo hacia arriba, deleitándose con los gemidos de Jimin, cuando el hielo estaba más pequeño y amenazaba por extinguirse, no espero más y lo introdujo en su esfínter.

─ ¡Ahh! ¡Joder!─ Jimin pudo sentir el intruso invadiendo su interior, y no estaba solo no, el dedo de Yoongi lo empujaba hasta derretirlo en su interior, con un gran gemido Jimin se vino en grandes cantidades,

No lo soporto más y su cuerpo se desplomó contra el colchón, el reciente orgasmo lo había dejado cansado, pero su pene aún dolía.

─ No, no cierres tus ojos, esta noche no dormirás ─ Yoongi dijo, dándole la vuelta al menor ahora podían mirarse a los ojos ─ N-nadie estaba durmien-do ─ se defendió. Jimin no estaba conforme, al igual que Yoongi quería más.

El demonio sonrió ladino, volvió a subir y atrapó los belfos de Jimin contra los suyos, otro beso salvaje los unía, esta vez hubo contacto de lenguas, todo era tan sucio.

Se separaron y yoongi separó las piernas de Jimin ─ ahora se viene lo emocionante ─ Jimin lo miraba deseoso, ya no estaba asustado, Yoongi era un afrodisíaco en persona.

El demonio delineó su pene en la entrada del menor, y sin preparación alguna se enterró completamente, Jimin grito esta vez de dolor maltratando su garganta, era su primera vez, y Yoongi lo penetró de una manera brusca, las lágrimas no se detenían, le dolía, le dolía mucho, Yoongi saco su lengua y lamio cada una de sus lágrimas, a el le gustaba el sexo salvaje, estaba acostumbrado a eso.

Empezó a moverse primero suavemente, Jimin suplicaba para que se detuviera.

─ B-basta me du-ele ─

Pero Yoongi no escuchaba el movimiento de sus caderas se aceleró, a Jimin no le quedó de otra más que apretar las sabanas, porque estaba seguro que Yoongi no se detendría, y no se equivocaba.

El demonio cerró los ojos, él si disfrutaba, la manera en que las paredes de Jimin apretaban su polla, se sentía como el cielo, así se a de sentir follar con un Ángel.

No fue hasta que el pelinegro tocó ese punto dulce que Jimin comenzó a sentir placer, ahora que ya se había acostumbrado al tamaño de Yoongi, su expresión de dolor cambio a una de placer, su cuerpo rebotaba en el colchón al mismo ritmo de las embestidas, la cama rechinaba por los salvajes movimientos.

Yoongi lo penetraba duro, y profundo el sexo se podía oler en el aire ─ T-te partire en dos ─ habló con dificultad el de cabello oscuro.

─ ¡Si, si ahí, jodeme, rompeme el culo! ─ gritaba y gemía al mismo tiempo, ni siquiera era consciente de lo que decía, la bruma del placer lo había cegado.

Yoongi siguió golpeando ese punto dulce, hasta que sintió que el orgasmo estaba por llegar, las estocadas siguieron, Jimin también sentía ese cosquilleo en su vientre que anunciaba que estaba por terminar, el demonio lo penetraba desenfrenamente, gemidos agudos y otros graves se oían en aquella habitación, solo las paredes eran testigos de semejante momento erótico y lujurioso que se estaba viviendo dentro.

El momento de su liberación llegó para ambos, era el momento preciso para que Yoongi marcará al menor, para convertirlo en inmortal, para que pasara la vida eterna a su lado, hasta el final de los tiempos, sin dudarlo enterró sus colmillos en su blanquecino cuello, Jimin gimió y enterró sus uñas en la espalda del demonio al sentir sus colmillos perforar su delicada piel, varios recuerdos de Yoongi le fueron transmitidos a causa de la nueva Unión, hace 1000 años que el pelinegro dejó de ser humano a sus 20 años la maldición cayó sobre él, las lágrimas se deslizaron por sus sonrojadas mejillas, tristeza, eso fue lo que sintió al ver todos esos recuerdos, recuerdos que Yoongi permitió que viera.

─ Y-Yoongi, Min Yoongi ─ susurro bajito, respirando con dificultad, el pelinegro lamió la sangre sonando la herida, luego miró a Jimin ─ Min Yoongi es tu verdadero nombre ─ Jimin sonrió tiernamente, sus ojitos se volvieron dos pequeñas rayas, deveras parecía un Ángel, Yoongi agrandó los ojos, sintiéndose cálido por primera vez en muchos años, si alguna vez se sintió solo ya no más... Ahora tenía a alguien con quien pasar la eternidad.

Fin









Espero les haya gustado, estoy preparando un especial pero aun no está listo, tal vez un día de estos lo publique, por ahora eso es todo, gracias por leer.

L@s amo.

Roximin99.

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