Capítulo 10: Desenmascarando al enmascarado

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Cayó la noche y Masky volvió a aparecer tras las frías y sucias rejas de la celda. Esta mini rutina había perdurado por ya algunos días, y lo cierto es que me encantaba, siempre me daba comida y me sacaba a pasear. También conversábamos bastante sobre nuestros gustos y hobbies, como si todo el tema del secuestro no estuviese sucediendo. Sin embargo, y a pesar de que parecía que estábamos forjando algo de confianza, en todo este tiempo él nunca se había quitado la máscara, al igual que tampoco habíamos tenido acercamiento físico alguno más que algún que otro abrazo y por supuesto cuando me tomaba de la mano.

—¿Hace falta que te indique el camino? —dijo mientras abría la puerta.

Le respondí con una sonrisa mientras tomaba el camino de siempre, eché la vista atrás un instante y pude apreciar la cara de envidia de Locke, seguro que desearía estar en mi lugar solo y exclusivamente por la comida.

—Hoy creo que va a ser mejor que nos quedemos en la cabaña todo el tiempo, el bosque hoy es... algo más peligroso que de costumbre —asentí con la cabeza y le sonreí, mientras, él estiró su brazo hacia detrás por debajo de mi espalda, dirigiéndose a mi cintura, no pensé que se atrevería a tanto, pero luego guardó su mano en su bolsillo, supuse que estaba jugando, así que me acerqué a su brazo rodeándolo con los míos y acurrucándome un poco en su cuerpo mientras caminábamos.

—Lexy espera, tengo que decirte algo —antes de abrir la puerta por completo, Masky detuvo mi paso con su brazo. Extrañada ante esta situación, mis mejillas se sonrojaron, abrí mi boca levemente esperando a que continuara, sabiendo que a mí no me salían las palabras. Una extraña sensación de terror y emoción inundaba mi cuerpo.

—¿Sabes? Llevo tanto tiempo solo, haciendo lo que los demás me dicen que haga, que no me había detenido a pensar o hablar sobre mí mismo en mucho tiempo... —Masky me miró fijamente y con su mano acarició mi pelo mientras se acercaba más a mí.

—Lexy, te conozco de hace tan poco tiempo y en una situación tan extraña que sé que parece una locura pero... no te miento si digo que ahora mismo eres la persona más cercana que tengo. Contigo he podido ser yo mismo, contigo he podido olvidar por unos instantes todas las maldades que he cometido, contigo no me siento como una marioneta que solo sigue órdenes... a tu lado me siento libre, mientras que tú al mío solo eres una prisionera, y siento
much... —interrumpí al moreno de la máscara.

—Masky, no me importa —solté con lágrimas en los ojos apunto de caer— no me importa ser tu prisionera, no me importa haberte conocido de esta manera, no me importa el daño que has hecho, ¿y sabes por qué? Porque a pesar de todo, a pesar de arriesgar tu propia vida al sacarme de esa sucia celda por unos instantes, lo haces. A pesar de tener poder sobre mí, no me fuerzas a hacer nada. Masky, a pesar de todo, me has liberado... —en un movimiento rápido acerqué mi cuerpo al suyo y él rodeó con sus brazos el mío. Coloqué mis manos sobre su máscara y lentamente comencé a levantarla desde la parte de abajo, Masky detuvo mi brazo con su mano.

—El enmascarado, es Masky. Pero yo, yo soy Tim —poniendo su mano sobre la mía me ayudó a quitarle la máscara por completo y el hermoso rostro de un hombre de ojos azules apareció. Al momento, ambos nos fundimos en un largo beso que continuó hasta el interior de la cabaña.

Masky bajó sus manos a mi cintura, tomé impulso y rodeé sus caderas con mis piernas, a lo que él manoseó mi trasero, justo apretando esa zona.

Solté un leve gemido en su boca, el beso se había tornado más apasionado, habíamos juntado nuestras lenguas, Masky comenzaba a darme pequeñas embestidas mientras me acorralaba en la pared.

—T-Tim... —gemí y separé nuestros labios para tomar aire, el moreno comenzó a besar mi cuello, dejando besos húmedos y de vez en cuando chupaba con fuerza, dejando marcas rojas por éste.

Lo tomé de la nuca, haciendo que me mirase a los ojos, ambos teníamos la misma mirada, llena de deseo, anhelo de cariño, lujuria...

Estuvimos por unos segundos así, hasta que dejó en el suelo, mientras se desabrochaba el cinturón lo detuve, haciéndolo yo, él me miraba ansioso mordiéndose el labio, bajé sus pantalones y me acerqué al bulto de sus boxers, empecé a masajearlo y me lo llevé a la boca mordiéndolo con los labios muy levemente el tronco, haciendo que mi amante soltase un jadeo ronco.

—Lexy, hazlo —jadeaba mientras acariciaba mi cabello.

—¿El qué, Tim? —susurré con voz aguda.

—No me hagas metértelo en la boca, no te va a gustar... —dijo de forma brusca.

Sin hacerle esperar más, bajé los boxers, dejando su miembro a la vista, comencé besando la punta, dejándola húmeda con ayuda de mi lengua mientras escuchaba los suspiros roncos del ojiazul, me deslicé por el tronco hasta llegar a la base, volví al principio para introducirlo en mi boca, profundizando poco a poco hasta la mitad, giré un momento la vista hacia arriba y Tim estaba con la cabeza hacia atrás y con algo de sudor en su frente, con eso ya confirmaba que lo estaba disfrutando y lo hacía como le gustaba, mis relaciones sexuales anteriores me dieron experiencia.

Preparé mi garganta para lo que venía y poco a poco llegué hasta la base, escuchando un gruñido por parte de él, repetí los movimientos una y otra vez en vaivén pero a mi ritmo, ni muy rápido como una licuadora pero ni tan lento como un perezoso, masajeé levemente con fuerza sus caderas para ayudarme más, pero sin previo aviso, sentí una esencia caliente recorrer mi boca y luego mi garganta, se había venido.

—T-Tim... —dije como pude después de tragar y toser un poco— ¿Por qué no me avisaste? —pregunté un poco molesta, ya que no me gustaba que hicieran eso sin consultarme primero o siquiera pedirme permiso, pero antes de que respondiese, me agarró de nuevo y me acostó sobre el sofá, estando el apoyabrazos en mi cintura.

—Lo hiciste bien, pero creo que ya es hora de que entre en otro sitio, ¿no? —dicho esto, bajó mis pantalones, me mordí el labio mientras me aferraba al mueble.

Solté un jadeo al sentir la mano mojada de Tim en mi entrepierna.

—¿T-tienes preservativos? —pregunté entre jadeos.

—Hace bastante tiempo que no lo hago... ¿Tú qué crees? —contestó agitado mientras hacía un lado mis bragas y metía dos dedos en mi vagina, algo que me hizo gemir un poco alto.

—¿Pensabas hacerlo sin protección? —fruncí el ceño mientras giraba mi cabeza para mirarlo.

—Lexy, ya te dije que no es algo que lleve siempre... —su movimiento con los dedos comenzaba a ir más rápido y más profundo, luego metió un tercero.

—E-en mi bolsillo trasero... —traté de decir entre gemidos— hay uno...

Tim hizo lo que le dije y se colocó el condón, bajó mi ropa interior y entró poco a poco, se sentía bien, hacía tiempo que no tenía sexo, me ayudaba a desestresarme de toda la desgracia que estaba alrededor nuestra.

Cuando estuvo completamente dentro, agarró mis caderas y comenzó a moverse, soltaba gemidos roncos y algunos suspiros, a diferencia de mí, los míos eran agudos, estuvimos por un rato en esa posición, diez, quince minutos... Hasta que ambos llegamos al éxtasis.

—¡Me vengo! —dije en voz alta mientras arqueaba la espalda, sintiendo la tan conocida descarga eléctrica recorrerla.

—Lexy... —dijo en un gemido ronco mientras su respiración estaba agitada y su rostro empapado en sudor, ambos lo estábamos. Cuando salió de mí me levanté y fui al baño a darme una ducha, vi que Tim me siguió.

—¿Quieres segunda ronda? —bromeé soltando una risa, a lo que él dirigió su mirada hacía mí.

—No soy una máquina sexual que está lista siempre que tú lo desees -me contestó algo brusco frunciendo el ceño.

—Solo era una broma...

—Ando cansado Lexy, lo siento.

—Supongo que es porque no estás acostumbrado a hacerlo —comenté acercándome a él para abrazarlo, pero él no me correspondió, solo se me quedó mirando— debería descansar, Tim.

—Llamaré a Hoodie para que te lleve a la celda —se separó de mí mientras se lavaba el rostro en el lavamanos, a lo que yo aproveché para darme una ducha con agua caliente. No le tomé importancia a su comportamiento, algunos hombres se ponen de mal humor después del sexo por el cansancio, así que no me molestó.

Me vestí con la ropa de mujer que había en el armario, era extraño, ya que por lo que sé no había mujeres cerca, solo hombres, y Sally era tan solo una niña, no le podía preguntar a Masky ya que se había dormido, y con su amigo no tenía tanta confianza, a parte de que me daba algo de miedo su pasamontañas con esa cara triste dibujada, así que solo entré en la celda sin decir nada, viendo a mis amigos.

—Tardaste bastante... —comentó Tenny.

—Más que de costumbre —siguió Carl.

—Lexy, ¿está todo bien? ¿No te hizo nada? —preguntó preocupada Lana, pero antes de que pudiera responder, Brian se me adelantó.

—¿Habéis tenido sexo, verdad? —me interrogó mirando las marcas de mi cuello, a lo que sin pena alguna asentí.

—Locke, ¿no habrás hecho tú lo mismo en el paseíto con el payaso feliz, no? —soltó Carl burlesco.

—Esperad, ¿Locke también ha salido al bosque? —dije con intriga. Pensaba que no tenían permitido sacarnos y que Tim lo hacía arriesgando su propia vida... no, no, el payaso no era como Tim, a él no le importaría que Locke muriera, igual que tampoco creo que quisieran enfrentarse a él. Tim, sin embargo, tiene cuidado de que no lo descubran para no hacerme daño a mí, ni a él, porque a diferencia del monstruo, Tim sigue siendo humano, ¿verdad?

Curiosidad n°10: ¿En serio no os habéis dado cuenta?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro