—Así que tú eres la nueva Barbie de Laughing, ¿verdad? —me preguntó el rubio. Aún recuerdo la primera vez que lo vimos, aún y después de todo, creo que en aspecto sigue siendo el Creepypasta más terrorífico.

—¿Te parezco una muñeca?

—Pareces más bien un Ken, con la diferencia de que si a un juguete de Ken le arrancas una pierna se la puedes volver a poner y funciona igual. Aún recuerdo al último de Laughing antes de que le arrancara los intestinos por Navidad —dijo mientras se estiraba.

—¿Qué? ¿Has visto un fantasma? —dijo burlándose de mi rostro pálido al escuchar lo de Laughing.

—Y pensar que me gustaba el Zelda… —murmuró Tenny.

Ben giró su cabeza de forma brusca hacia ella, con una mirada de entre odio y ¿sorpresa?

—Alto ahí, ¿gustaba? ¿Por qué en pasado? Vale que yo sea un maníaco que os amenazó de muerte por no darme vuestros teléfonos móviles y que se aprovecha de que estáis aquí encerrados para molestar a Janna, pero el Zelda no te ha hecho nada y no tiene la culpa de esto. Si aceptaras irte a dar un paseo con Jeff mientras te lleva con una correa de perro, yo te salvaría si fueras a jugar al Zelda un rato.

—¿Para qué? ¿Para terminar como mis amigos? ¿Sufrir una muerte cerebral?

—¿Quién es Janna? ¿Es tu novia? —preguntó Lana.

—¿Tan malos gustos crees que tengo? ¿Sabéis qué? Debería irme ya, ha sido un placer hablar con vosotros, espero que la próxima vez que venga sigáis todos de una pieza —Ben soltó una leve risita mientras me miraba al decir eso, después volvió su vista hacia la salida y se fue. La puerta resonó con fuerza, ahora solo quería que no volviera a abrirse, porque si lo hacía, estaba seguro de que sería L.Jack y después de lo de Lexy y las palabras de Ben, lo cierto es que no sabía cómo tendría que reaccionar para seguir vivo si apareciera.

Al principio no parecía tan malo, ¿y si le digo que tengo miedo de que me mate? ¿Lo entendería? ¿Sería razonable? Los psicópatas disfrutan el dolor ajeno pero esconden sus intenciones, los sociópatas en cambio no, lo dejan ver, ¿cuál de los dos me dejaría vivir? ¿Cuál podría ser él? Tal vez así sabría cómo tratarlo…

Aun así dudo que haga lo que haga salga de esta, me lo he terminado buscando por querer aliarme con uno de mis propios secuestradores. ¿Cómo tendrá pensado matarme? ¿Destripándome como a Josh? ¿Aplastando mi cabeza como a Fu? ¿Una muerte rápida y sin dolor de un disparo como a Lexy? Voy a morir, tarde o temprano, pero voy a morir, todos vamos a hacerlo, todos se podrán despedir cuando llegue mi hora, pero yo de ellos no, si es que consiguen escapar de aquí sanos y salvos.

No quiero morir, me aterra la idea de ello, supongo que es normal, pero siento que no he hecho nada, no he hecho nada importante en mi vida, y lo único que voy a dejar atrás es a mi madre sola, ¿qué será de ella? ¿Quién la va a cuidar? ¿Quién la va a ayudar?

También me atormenta pensar, ¿alguien me recordará? Apenas recordamos a Fu, Josh o Lexy, sí, nos acordamos de sus muertes, pero no de ellos, no nos ha dado por contar ni una sola anécdota, nada, se acordarán sus padres, ¿pero los demás? Nadie se acordará de nosotros, y menos de mí...

Miré al frente, la entrada de la celda, estaba vacía, pero podía sentir cómo me estaba esperando mi muerte, una tumba con mi nombre escrito y mi cuerpo dentro del ataúd pudriéndose.

De pronto, sentí una suave mano en mi muñeca.

—Locke, debes respirar hondo, te va a terminar dando un infarto… —murmuró Tenny calmadamente.

—¿Cómo quieres que me relaje? No eres tú la que está a punto de morir.

—No tiene porqué matarte ahora, Laughing es sádico, pero también se le puede intentar manipular, o tratar de forma calmada hasta que se desquite.

—No sé manipular a alguien… —musité tragando en seco.

—Yo tampoco, pero es lo único que se me ocurre, no podemos ser buenos aquí, solo nos terminarán comiendo al vernos débiles.

En ese momento escuché el sonido de la puerta abriéndose, miré a Tenny a los ojos mientras temblaba e hiperventilaba a chorros, era mi fin…

Los pasos que golpeaban fuerte el suelo hacían temblar hasta mi sangre, no estaba preparado para esto… Por fin, levanté la mirada y vi su rostro…

—Bu.

—¡¡MALDITA MIERDA!! ¡CASI ME DA UN PUTO INFARTO, SANTO DIOS, ESTABA ESPERANDO A LAUGHING Y APARECES TÚ!

—Si quieres lo llamo —contestó Jeff riéndose a carcajadas.

—Jeff, ¡SÁCAME DE PASEO POR FAVOR! ¡ES LA ÚNICA SALIDA QUE SE ME OCURRE DE MOMENTO! —sé que parece una estupidez, pero casi que prefiero que me mate Jeff a que lo haga Laughing.

—¿Así que solo quieres andar por el bosque conmigo para escabullirte de la actuación de circo por un rato? Bueno, ¡al menos podré estrenar mi correa! Pero ya te advierto que no soy gay, así que el itinerario original tendrá que cambiar, nada de camas… 

—Por Dios, solo quiero dar un paseo tranquilo, por favor.

—Eso suena romántico. ¿Sabes qué? Me has convencido, ¡voy a por la correa! Espérame vivo, si es que puedes —Jeff caminó hacia la puerta, escuché cómo la abrió para irse y volver lo más pronto posible, parecía que tenía ganas y todo de ir a dar el paseo que tanto le había pedido a Lana y a Tenny, solo que conmigo… Menos mal que no es gay. 

Lo cierto es que me siento aliviado, siento como si hubiera ganado tiempo para pensar bien cómo debo tratar a Laughing…

Curiosidad n°16: Jeff no es realmente así de "payaso" siempre, solo que cuando se aburre se va a las celdas y allí saca su lado más burlón con ellos.