Capítulo 30

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Me encontraba en el sofá de mi hogar, con el teléfono en la mesa, en mi mano unos expedientes de los secuestrados y mi pie derecho punteando con rapidez el suelo, con una pizca de ansiedad. Habían pasado unas cinco horas desde que había salido el bosque y le había dado a escondidas la muestra de pelo a Damian para que la examinara.

Tras esperar unos cinco minutos más, el teléfono finalmente sonó.

—¿Janna? —dijo el dueño de la voz, se le escuchaba agitado.

—¿Lo tienes? —pregunté con impaciencia.

—Plagaunado, Carl Plagaunado… He venido corriendo antes de que Rosa y Stacy lo tomaran e hicieran más preguntas de dónde lo había sacado…

—¡Está vivo! —exclamé con inmensa alegría. Aunque lo cierto es que no era seguro del todo, solo me había encontrado un pelo suyo en la cabaña de un asesino, pero un asesino al que veía incapaz de matar a un niño en su propia guarida. Pero, pensándolo bien, ¿qué había hecho Carl allí? El pelo estaba en el baño, ¿tal vez habría entablado amistad con Hoodie y le hubiera dejado ducharse? Era algo que tenía que sonsacarle al proxy.

—¿Cuántos supervivientes seguros tenemos?

—Tenny Vlacada y Carl Plagaunado están vivos. Fu, Brian Sanadesio y Lana Galeddalo no lo sé…

—¿De verdad? Janna, ¿podría preguntarte cómo estás consiguiendo averiguar más en solitario que cuando estabas con nosotros? ¿En qué te has metido?

—Estoy bien, Damian, solamente he hecho lo que no podría haber hecho estando en el cuerpo de policía… Si encuentro algo más en lo que necesites ayuda te avisaré.

—Gracias, Janna, te diré lo mismo —colgué la llamada y coloqué mi teléfono en la mesa. Me tumbé en el sofá para sacar algo en claro.

«Veamos, Carl Plagaunado, un chico aparentemente tranquilo, guapo, tímido y jamás ha creado problema alguno en el instituto ni tiene comportamiento rebelde. Aunque se comenta que lo pasó mal en el colegio, puede que sea inseguro por el bullying… 

Conociendo a Hoodie, y sabiendo lo que sé de Carl, me parece más probable que Hoodie se acercara al rubio que lo contrario. Tal vez le recordará en parte a él… 

Varios de los Creepypastas han entablado amistad o algún tipo de contacto más estrecho con alguno de los chicos, no es de extrañar que Hoodie se uniera al equipo, pero no debo obviar la sangre junto al cabello. ¿Tal vez Carl se hubiera metido en una pelea donde sea que esté retenido y Hoodie lo hubiese intentado curar? ¿O fue otro Creepypasta el que le hizo daño? No sería de extrañar que pelearan entre ellos y se desquiciaran… Pero, ¿y si Hoodie le hubiera hecho daño y luego hubiera intentado recuperar su amistad curándolo? 

Ahora, por suerte, no solo tengo a Hoodie para hacer preguntas, sino también a Liu. Puedo decirle que he escuchado lo de los adolescentes e intentar que hable, luego juntar las piezas de lo que diga él con lo que diga Hoodie y sacar algo en claro…

Mierda, esto es muy arriesgado. Solo espero que no se les ocurra hablar a Hoodie, Liu y Ben sobre una tal "Janna" y los que empiecen a juntar piezas sean ellos. Pero a Hoodie no podía mentirle sobre mi nombre… Y por ello tampoco habría podido engañar a Liu». 

El tono de llamada de mi teléfono me sacó de mis pensamientos.

«No tengo agregado este número…»

—¿Con quién hablo? 

—Con mi nuevo móvil. No te preocupes, no se sabrá nada de lo que digamos por aquí, tengo mis contactos —estoy segura de que Liu guiñó el ojo al decir eso. «Ben», pensé mientras puse los ojos en blanco. 

—Bueno, ¿debo suponer que me estás pidiendo una segunda cita? —solté una pequeña risa.

—Y esta vez sin atraco incluido —volví a reír, Liu era más gracioso de lo que nunca me había imaginado que sería. Se me hacía difícil odiarle, hasta que recordaba lo que él era, claro. 

—Quiero enseñarte mi cabaña y mis dotes culinarias. Te espero a las nueve en punto.

—Ahí estaré —colgué el teléfono. Esto estaba surgiendo mejor de lo que imaginaba.

«La casa de Liu y Jeffrey Woods… Esto cada vez se pone mejor…»

[Ese mismo día por la mañana unas horas antes]

Creo que no podríamos estar peor, bueno, sí, siempre se puede estar peor, pero en estos años de amistad jamás me imaginé algo como esto…

Carl está jodidamente mal de la cabeza, se ha rajado las venas, me ha dado una paliza de muerte. Me ha intentado matar como a Locke y de la nada intenta buscar conflicto con el tipo con el que se va Tenny, y ella no se queda atrás…

Antes se dedicaba a pasearse con un asesino a quien terminó defendiendo varias veces al igual que a sus amigos, y vuelvo a recalcar que: ¡ELLOS HAN MATADO A LOS NUESTROS Y A MI HERMANO!

Solo tengo a Lana… Lana es lo único que me queda, parece ser la única que está cuerda en esta celda a parte de mí. De todas formas, ¿cuánto tiempo estaremos aquí y hasta cuándo? ¿Hasta que alguien nos rescate, nos maten o nos matemos entre nosotros?

Siendo sincero, tengo miedo, mucho miedo, pero realmente en esta situación no sé de quién debo temer más. Si de nuestros secuestradores asesinos, manipuladores, caníbales o muertos, o de las personas que consideraba amigos, porque al menos esos Creepypastas se muestran tal y como son, una vil escoria que les divierte nuestro sufrimiento más profundo. En cambio, Carl y Tenny, llevamos años compartiendo experiencias, momentos y tenemos o teníamos confianza, pero se han vuelto tan impredecibles que no tengo idea de qué son capaces de hacerme a mí o a Lana…

—Brian —me llamó la castaña en voz baja.

—¿Sí?

—¿Estás mejor de la cabeza? —entornó su rostro a uno de preocupación.

—Ah, sí… sí —dije con firmeza sobando un poco la sangre seca de mi cabeza—. No te preocupes, sabes que he tenido golpes peores —sonreí levemente, consiguiendo que su expresión se relajara.

—¿Sabes? No sé qué tan prudente sea esto, pero tengo miedo… No sé si importa demostrarlo ante ellos, pero me siento tan sobrecargada ante todo lo que ha pasado. Aún intentando que nos mantuviéramos unidos todos hemos acabado separados… Lo de Carl es insano, todo lo que ha estado haciendo por Tenny… ¿Tú alguna vez has pensado que sería capaz de eso?

—No… Solo sabía que le gustaba Tenny, y que era demasiado tímido para decirle algo siquiera, aunque no lo dijera se le notaba, hasta cierto punto lo veía normal, pero nunca pensé que estaba tan enfermo para hacer algo así…

—Carl me lo llegó a decir hace unos tres años, cuando teníamos catorce. Estaba escribiendo un poema en el patio del recreo, me acerqué a él a ver qué estaba haciendo y se lo tuve que quitar de las manos para leerlo. Estaba temblando de nerviosismo.

En cuanto lo miré a los ojos solté una lágrima de emoción, era el poema más bonito que había podido leer nunca, Brian, ¡sentía envidia de Tenny por eso! Ya me habría gustado que un chico se hubiera interesado así por mí… Pero todos me ven como la amigable Lana que es amiga de todos… 

Al decir lo último, a Lana le tembló la voz y ahogó un sollozo, odiaba verla así.

—Si te sirve de consuelo, a mi nunca me han escrito un poema o se me han declarado, tampoco le he gustado a nadie nunca, ¡y no pasa nada! Porque os tenía a… vosotros —un nudo se formó en mi garganta, ya que mis amigos, Lexy, Locke, Lana, Josh, Tenny, Carl y Fu habían sido mi refugio cuando mis padres se iban de casa y nos dejaban con una niñera o canguro que contrataban. Ellos amortiguaban la soledad que sentía, y aunque me costase admitirlo, le tenía aprecio a Fu, aunque mis padres siempre le idolatrasen y admirasen más que a mí, ya que a pesar de ninguno compartir la sangre, éramos familia.

—Oh, Brian… —Lana me abrazó con la poca fuerza que le quedaba aferrándose a mi pecho, sin poder soportarlo más comencé a romper a llorar abrazándola con fuerza. 

—Lana, los echo de menos… los echo de menos… —murmuré entre sollozos— Echo de menos a mis padres, a mi hermano… y a mis amigos… —mi llanto cada vez se hacía más sonoro en la celda.

—Yo también… —respondió con voz débil. Ella se separó un poco de mí y nos miramos a los ojos, ambos estábamos empapados de lágrimas, con los ojos rojos e hinchados y moqueábamos, mientras nuestra falta de higiene hacía presencia más que nunca— Estamos horribles, Brian… —soltó una risa nasal amarga, a lo que le correspondí.

Poco a poco nos fuimos acercando, agarré la mejilla de Lana con mi mano derecha y tiré de ella hacia mí, comenzando a besarnos tímidamente. Tras unos segundos nos separamos.

—N-necesitaba eso… 

—¿Un primer beso?

—I-igual que tú… —soltó un leve jadeo, su temblorosa voz me incitó a que la apegara más a mí, la subí a mis piernas y nos quedamos abrazados con fuerza, cerrando los ojos. Me arrastré por completo a la esquina derecha de la celda sin soltar a Lana, nos acurrucamos y poco a poco nos fuimos quedando dormidos, ya que apenas teníamos energía para seguir despiertos.

«¿Por qué? ¿Por qué? ¿¡Por qué!? ¿¡POR QUÉ!? ¿¡POR QUÉ SE ALEJÓ DE MÍ!? ¿¡Qué hice para hacer que Jeff se alejara completamente de mí!? ¡No lo entiendo! ¡No le dije nada malo! ¡Todo lo contrario! ¡Estaba siendo sincera! ¡Él era la única persona que no me trataba mal ni opinaba de la mierda de mí! ¡Mis amigos me odian! ¡Carl es un puto enfermo mental que puede hacer cualquier cosa para llamar la atención! ¡Él no me quiere! ¡ESTÁ OBSESIONADO CONMIGO!

Esto… esto no puede ser real, ha de ser un sueño… Nada tiene sentido, es todo tan… surrealista… ¿verdad?

Unos adolescentes de mierda siendo secuestrados por unos asesinos de unas historias de terror, y en vez de matarnos simplemente o siquiera torturarnos solo nos mantienen con vida… ¡Muy lógico y sensato todo! ¡Nos dan de comer y algunos tienen tratos con nosotros como si tuviéramos algo que darles!»

Solté un suspiro, me acurruqué en la esquina izquierda mientras Brian y Lana estaban en la derecha hablando, pero no me importaba, no me importaba qué estuvieran haciendo, no es como que yo realmente les importase.

«Simplemente salgo de la celda con alguien que no tiene intenciones de matarme en ese momento, me trata bien, me da de comer, me deja ducharme y ponerme su ropa mientras ellos están pudriéndose en esta mierda de sitio… Entiendo que les pueda molestar, ¡pero no es culpa mía de que estemos aquí! ¿Verdad…?»

Me aferré a mis rodillas, mirando la ropa que Jeff me había dado con detenimiento, a pesar de que hacía frío se sentía de alguna manera reconfortante tenerla. Llevé mi brazo hacia atrás y noté un barrote, éste tenía un color extraño, como sangre seca, este es el barrote con el que Carl se había rajado las venas hace unos días…

«Tal vez… Si me corto con esto… él vendrá a ayudarme, como lo hizo con Laughing Jack… Jeff vendrá a socorrerme, me llevará de nuevo con él y cuidará de mí…»

Una pequeña sonrisa se formó en mi rostro, podría funcionar, pero, ¿cómo me vería? ¿Qué me aseguraría de que vendría por mí? ¿O que siquiera al verme me ayudaría…?

«Espera, ¿qué me está pasando? ¿En qué estoy pensando? No, estoy mal… estoy horriblemente mal… No estoy bien de la cabeza, no voy a acabar como Carl, yo no soy así…»

Agarré el barrote con fuerza con suma impotencia, mi mente no estaba donde debía estar, solo estaba confundida y no puedo dejar de pensar qué ocurrió… Ni siquiera sé porqué simplemente se fue o porqué le estoy dando vueltas a esto, pero no debo dejar que esto pueda conmigo, es solo una tontería…

Estaba ensimismada en mis pensamientos hasta que escuché el sonido de la puerta abriéndose, volví mi vista hacia en frente y escuché dos pares de pasos, unos torpes y otros firmes. Cuando llegaron a los barrotes de la celda, me encontré con Hoodie y Carl, pero este venía limpio y con las heridas en mejor estado, y sin embargo notaba dolor en su cara.

«¿Qué habrá pasado…?»

Hoodie abrió la celda y Carl caminó de manera muy extraña hacia la pared de la celda y se sentó estirando una pierna estirada y otra encogida. Tenía la mirada baja, como si estuviera pensando en algo. Me levanté y caminé hacia él, sentándome a su lado para estar a su misma altura.

—Carl… —lo llamé, no respondió ni se movió, seguía sumergido en su mente— Carl —al ver que no respondía, lo tomé del hombro, gran error.

En cuanto lo hice, Carl muy lentamente como si se tratara de un muñeco maldito, giró su mirada hacia mí, tenía los ojos muy abiertos, pudiendo ver lo redondo que eran sus ojos marcándose sus globos oculares. Su piel estaba más pálida de lo normal y tenía una muy pequeña pero notable sonrisa en su rostro.

—Tenny… —dijo con voz ronca y mucha lentitud teniendo la cabeza ladeada, me recorrió un escalofrío por la espalda, me había quedado atónita.

—¿E-estás… b-bien…? —pregunté mientras mi boca tiritaba del miedo, parecía una película de terror esa expresión.

—Sí, Tenny —contestó de la misma forma, asentí como pude y me fui alejando sin darle la espalda. Carl me seguía con la mirada sin quitarme el ojo de encima, ni siquiera cuando me acomodé en la que estaba más cerca de los barrotes dejó de mirarme con esa sonrisa tan siniestra.

De todos los seres que he podido ver en películas, series, páginas webs, dibujos, etc, creo que nunca me había dado tanto miedo ni transmitido el mismo terror que me ha provocado la persona que supuestamente era mi amigo. Esa sonrisa tan… pequeña, notable y curva, esos ojos que parecían más grandes de lo que realmente eran, ese tono de piel tan enfermizamente pálido y descuidado junto con las heridas en sus brazos y la manera de andar tan extraña…

¿Habrá sido acaso obra de Hoodie…?

Curiosidad n°30: Debido a los últimos sucesos, hace un tiempo que Janna no hace más grabaciones, al menos por ahora.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro