Capítulo 76

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Investigaciones Creepypastas por todos los malditos lados, y nadie decía una sola cosa verdadera. Mierda, sé que debe ser difícil saber sobre ellos sin haberlos conocido, ¡pero ya hablamos de lógica básica suponer que Jeff the killer no ha ido a tu casa a hacerte un arañazo en la pierna con la uña para advertirte de algo, y aún así veo esa mierda por todos lados!

Cerré ese libro de "investigación" de inmediato no sin antes dejar claro lo que me parecía.

«Mierda, ¡seguro que con una búsqueda encuentro más información que toda esta gente!», pensé bastante harto. No me hacía falta buscar información, ¡tenía más que nadie! Pero quería demostrarme que sería un buen investigador, o al menos mejor que ellos.

Me pasé una hora entre página y página, al principio enlazando nombres de unos Creepypastas con otros hasta que empecé a encontrar algunos que no conocía. Así, mirando información sobre todo ese mundillo, me encontré con unas siglas que captaron toda mi atención.

—¿SCP? —dijo Janna por detrás mirando la pantalla. Me asusté y pegué un brinco en la silla. Ella había entrado a la casa con Damian sin que me hubiera dado cuenta—. Carl deberías dejar de indagar sobre estas cosas… —dijo preocupada. 

—Janna, ¿qué es eso de SCP? No suena como el nombre de un Creepypasta.

—Eso es porque no lo es… no exactamente —mi intriga aumentó.

—¿Cómo se puede no ser exactamente un Creepypasta? 

—Bueno… los Creepypastas no son más que historias de terror pegadas y copiadas una y otra vez en distintas páginas de internet hasta que se acaban deformando y su origen se vuelve difuso. Como has podido ver, algunas son reales… aunque no tal cual como se las pinta. Pues algo parecido pasa con SCP. No sé demasiado sobre ellos pero al parecer es una especie de fundación que se dedica a investigar seres y eventos paranormales. En principio es ficticia y sus monstruos no son reales, pero siempre he pensado que puede ocurrir algo parecido a lo que ocurre con los Creepypastas… 

—Comprendo… —contesté con tono de intriga y sonreí. Quería saber más sobre esto, ¿Tenny sabrá de qué va, o seré capaz de sorprenderla descubriéndole una especie de Creepypasta nuevo? 

—Janna, ¿comes hoy aquí? —preguntó Damian desde la cocina. Janna afirmó y se dirigió allí, no sin antes decirme que debería dejar de buscar sobre este tema. 

—Veamos… —pensé para mí— oh, ya entiendo, los supuestos monstruos que encuentran los registran con nombre y todo —fui haciendo click en distintos links—. SCP-173… —leí en mi cabeza tal cual su descripción— Ser humanoide con la apariencia de un cacahuete que mide aproximadamente 1'80 metros y está hecho de cemento y pintura. Aunque parece inofensivo, se mueve rápidamente y mata a cualquiera que no lo esté observando directamente. —Dios, esto era intrigante, si ese bicho existía, era realmente peculiar. ¿Rondará también por ese bosque acompañando de vez en cuando a esos desgraciados que me secuestraron?— Aquí hay otro… SCP-999: es una masa gelatinosa naranja y amigable, similar a Ditto de Pokémon. Puede hacer que las personas se sientan felices y aliviar el estrés —vaya, al parecer no son todos malos. Este sería un gran amigo. Y si de verdad es de gelatina, sería una gran ayuda cuando te encierran en una celda sin apenas comida ni hidratación. 

—Carl, ¿aún sigues con eso? —Janna se acercó a mí y me cerró la pantalla del portátil. Parecía mosqueada. Creo que no la miré del todo bien— No me mires así. No te quiero quitar libertad, solo que no creo que buscar… este tipo de cosas sea bueno para ti. No ahora, por lo menos.

—No me hace ningún mal estar informado.

—Ese es el problema. Estás siempre alerta, siempre pensando en que pueden volver y en que necesitas saberlo todo sobre ellos para evitar que te hagan daño.

—¿Y eso está mal? —pregunté, debo admitir, con un tono algo prepotente.

—No, no lo está… pero eso no significa que te esté beneficiando. No te relajas, no estás tranquilo, no te sientes en paz realmente, y me preocupa. Carl —agarró una silla y la puso a mi lado. Luego me tomó de las manos— escucha, quiero que estés bien. Me encanta que quieras aprender a defenderte, y que quieras asegurarte de estar preparado ante el peligro; pero no quiero que vivas en una alerta constante y que por eso dejes de vivir… créeme, sé lo que es —sonreí al escucharla. Mierda, esta mujer es verdaderamente como siempre me han dicho que una madre debería ser.

—Lo entiendo, Janna… —sonreí.

—Chicos… —nos llamó Damian— la comida está casi lista. Vamos a poner la mesa.

Después de poner la mesa, Damian y Janna comenzaron a hablar.

A Janna parecía que le gustaba el jazz por su padre, las películas de acción, sobre todo si se tratan del ejército y las novelas policíacas.

Mientras que a Damian le volvían loco las comedias románticas y el thriller, el rock y leer libros de filosofía.

Luego estoy yo, que solo me gusta ver películas de terror y dibujar de vez en cuando. Al final lo más interesante de mí es haber escapado de los Creepypastas, que no está nada mal, por cierto.

Estuve todo el día con Damian y Janna. Mientras ellos trabajaban, yo hacía ejercicio o estudiaba, pues tendría que seguir con el curso a distancia, aunque no estuviera muy animado. 

Al caer la noche, volví a tomar prestado el portátil del salón y me lo subí a mi habitación.

—SCP, SCP… —susurraba mientras buscaba esas siglas en internet—. SCP-682, ¿cuál es este...? A ver… —empecé a leer su descripción— es un ser reptiliano extremadamente peligroso, parecido a un cocodrilo mutante. Las costillas sobresalen de su cuerpo. Es prácticamente indestructible y ha sido capaz de sobrevivir a múltiples intentos de eliminación. 

Así seguí leyendo varios más, hasta que sentí que era suficiente para hacer otro apartado de mi investigación sobre ellos. No pude evitar pensar, «si muchos de los Creepypastas son, en esencia, reales, pero su historia ha sido tremendamente deformada en internet, ¿qué otras cosas serán reales pero no tal y cómo la web dice?». Un escalofrío me recorrió la espalda. ¿Serán estos SCP, de alguna manera u otra, reales? 

De click en click fui vagando por las oscuras páginas de Google, hasta que me percaté de que no era suficiente. Una palabra me vino entonces a la cabeza: Darknet. Ahí encontraría respuestas. ¿Pero cómo se entraba y cómo se buscaba información exactamente? 

Busqué en más páginas información sobre la Darknet, cómo entrar y qué podría encontrar allí, pero parecía que solo encontraría cualquier cosa menos lo que realmente me interesaba, a parte de que me podría rastrear quien sabe quién.

Derrotado cerré la tapa del portátil después de apagarlo, me levanté y miré a través de la ventana tapada por unas cortinas oscuras.
Después de lo de Tails Doll, Damian quiso que tuviésemos más… intimidad.

Bajé las escaleras y fui directo a la cocina, agarrando una botella de agua fría y un vaso, para luego volver a subir y encender de nuevo el portátil.

Me moví por la habitación mientras esperaba que volviera a la pantalla de inicio, mirando por la ventana, las esquinas del cuarto, abriendo y cerrando cajones, dando pequeños saltitos y volví a la cama.

Escribí en el buscador SCP, en las opciones me aparecía "SCP-096". Cuando clickeé, me apareció la siguiente descripción en la primera página que encontré:

SCP-096: es un ser humanoide de garras largas, piel grisácea, ojos blancos y mandíbula considerablemente larga y grande, al igual que está desnudo. Es extremadamente peligroso que se activa cuando alguien ve su rostro. Una vez que es activado, perseguirá a la persona que lo haya visto hasta matarla.

—Espera, a este lo he visto antes… —murmuré abriendo otra pestaña y escribiendo "The Rake".

Comparé ambas imágenes y eran casi idénticas, mismos brazos, garras y cuerpo salvo por la mandíbula.

Busqué otra criatura, encontrando a SCP-939, diciendo así:

SCP-939: es una criatura canina de color rojo y aspecto demoníaco que posee habilidades de imitación vocal y puede replicar la voz humana para engañar y atraer a sus presas. Es ciego y depende del oído y capacidad de imitación vocal para cazar y comunicarse con otros SCP-939.

Busqué a Smile Dog, supuestamente era el perro del pedófilo de Jeff, y ocurrió lo mismo, ambos perros eran similares.

Me levanté de la cama y tomé agua, pasé por la habitación de nuevo, pensando sobre lo que acabo de ver.

«The Rake y Smile Dog son bastante parecidos a esos SCP. Y, si sumo lo que Janna dijo, sobre que los Creepypastas son reales a pesar de que sus historias estén distorsionadas por tanto expandirlas, puede que los SCP sean reales pero no como internet los describe.

Entonces, esto significa que nada en internet es cierto, al menos la grandísima mayoría. Bajo este razonamiento, ¿qué es real lo que vemos y lo que no?» pensé.

Me paré en seco, analizando mis pensamientos.

«SCP, supuestas criaturas que viven entre nosotros sin darnos cuenta. Creepypastas, asesinos y criaturas que conviven con los humanos sin percatarnos. ¿Qué hay acerca de las leyendas urbanas? ¿O eventos paranormales? ¿O casos de asesinatos sin resolver? ¿O…? ¿O todo lo que conocemos?»

—Carl, a dormir —Damian había abierto la puerta sin darme cuenta, estaba con su pijama largo azul marino—. Es tarde y recuerda que mañana vamos a entrenar, necesitas descansar.

—S-sí, perdona, es que… me había agarrado la hiperactividad nocturna.

Damian suspiró y me hizo un ademán con la cabeza de que me acostarse, apagué el portátil para que no viera lo que buscaba y me arropé en las sábanas.

—Buenas noches, Carl. Recuerda que mañana irás a terapia.

—No creo que eso me ayude, pero intentaré mejorar y que funcione.

—No, Carl, es una ayuda para apoyarte, no una obligación.

—Salvo por la PCE… —murmuré, Damian hizo una mueca.

—Dejando eso de lado, Janna y yo esperamos que mejores, y si la terapia te ayuda estamos más que dispuestos a que la recibas.

—No sé porqué hacéis todo esto por mí, pero… gracias.

—Nos importas, a parte de que les has dado esperanza a algunas personas, a nosotros dos incluidos.

No pude evitar sonreír y que se me saliera una lágrima, Damian cerró la puerta y la habitación quedó en completa penumbra.

Me acosté de lado, mirando la pared entre la oscuridad. Cada vez que investigaba algo relacionado con ellos, menos lo entendía y según Janna peor me hacía.

¿Está bien que siga con esto? ¿Debería simplemente dedicarme a no hacer nada y esperar que lo hagan todo otras personas? Pensé que haciendo todo eso podría ayudar a otras personas a darse cuenta de cómo son ellos realmente, a que dejen de tomarles como un juego y que les teman, que tomasen sus armas y fuesen por ellos, que sufriesen todo lo que nos hicieron pasar.

¿De verdad lo que hago sirve de algo?

Poco a poco, mis párpados cayeron y perdí el sentido de mi reflexión a los minutos.

Curiosidad n°76: Carl ha tenido una de sus mayores crisis existenciales desde que tiene uso de razón. ¿Creéis que tenga sentido o simplemente es un cúmulo de emociones y sucesos de gran peso?

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