Capítulo 24

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Capítulo 24



Salí de la tienda con varias bolsas en las manos por todo lo que me había comprado el día de hoy. Realmente estaba agotado, pero valió la pena porque la ropa me hacía ver un hombre misterioso como quería serlo.

No quería que las personas me reconocieran por lo que soy. Ese modelo famoso de revista de todos los días, quería que pensaran que soy una persona que trabaja y que no hace con su imagen de su cuerpo, mucho dinero.

El señor fue tan amable que me dio ganas de darle en la cabeza contra la mesa de vidrio que nos rodeaba hasta romperle el cráneo... pero los deseos de ira, desaparecieron cuando pensé que a esta hora y en estos lugares no se cometían delitos. Mi sentimiento de asesino tenía que controlarse y debía aprender a controlarme en lugares que no es debido asesinar a personas.

La cabeza me palpitaba, mis pies temblaban y mis manos dolían y pesaban como dos piedras grandes, lo cual me imposibilitaba bastante tener las bolsas en la mano, donde llevaba la ropa misteriosa.

Caminaba dirigiéndome al hotel, con los lentes de sol que ocultaban la mayoría de mis ojos vidriosos con ojeras, negras debajo de ellos.

Algunas personas, susurraban cuando pasaba a su lado, otras me saludaban, otras me gritaban cosas de las cuales no respondía y prestaba atención. Solo me importaba llegar a mi destino que era el hotel, tomarme una aspirina y dormir hasta que sea la noche, donde tenía planeado hacer algo de lo que me hará olvidarme de la pelea con Paul y de mi madre una puta vez.

Estaba el sol puesto en el cielo a esta hora y me estaba penetrando la piel de la cara, de seguro tenía las mejillas coloradas.

Hoy es la clase de días, en donde la gente sale en familia, a tomar helados de frutilla y chocolate y hamacarse en las hamacas de la plaza.

Donde niños piensan que la vida es un grande juego donde pueden hacer cualquier cosa, y la verdad que están muy equivocados. La vida puede ser un juego pero es el más difícil de jugarlo, porque en cuando pierdes... puedes perderlo todo y entrar en un verdadero infierno, que eso ya no lo llamaría vivir.

Cuando llegue al hotel, esperaba recibir a la recepcionista más interesante de Italia y claro que mis ojos se encontraron con ella.

— ¿Cuándo alguien viene a reemplazarte, querida?

Pregunte fingiendo que me sentía como las mil maravillas, cuando la verdad internamente estaba agonizando y pidiendo a gritos poder cerrar los ojos y que el sueño me lleve a un lugar tranquilo, que conste de dormir tres años seguidos, sin tener que ver y soportar a las personas que me rodean todos los días.

Pensar así, no me preocupa... lo que me preocupa es que de verdad las personas que me rodean me tienen cansado, no más bien cansado no, porque no me recupero, si no que me siento agotado, realmente ya no puedo lidiar con esto.

—Por las noches.

— ¿Trabajas de tarde y de mañana, no?

—Si... de lunes a sábados...

—¿Te gusta?

Pregunte mientras apoyaba mis frías y pálidas manos en el mostrador donde se encontraba Taylor mirándome con una sonrisa, porque automáticamente cuando entre con las bolsas en las manos, su atención se había concentrado en mi figura.

—Me gusta el dinero y necesito el dinero.

—Vaya, vaya, sí que te gusta el dinero...

—Claro... ¿A quién no?

Y tiene la razón... ¿A quién no? Si ahora el mundo se maneja con dinero, las personas para lo único que viven es para el dinero, para poder comprarse uno de esos autos que salen en propagandas de televisión ofreciéndote todo lo mejor que tienen, o para comprarse la última marca de la ropa Chanel o cosas de ese tipo... ¿Por qué si no viven sin esas cosas, no? Ni hablar cuando salen a la calle a mostrarlas para que todo el mundo sepa que ellos se dan los gustos que quieren y son felices con ellos.

Hace unos años comprarme un par de lentes de sol, que valían más de 300.000 euros me hacía feliz, pero luego me di cuenta que no me hacía feliz comprarme esos lentes, lo que sucedía es que estaba más vacío que una casa sin dueño... y creía que esas tonterías me iban a llenar pero la verdad que lo único que ganaba era ganarme un poco de odio de personas que me veían con esas cosas...

Por un tiempo deje de comprar esas cosas, porque sabía que nada iba a comprar mi vacío existencial, pero la agencia de modelaje me lo pedía... me decía que tenía que consumir de esas cosas, porque los modelos famosos como yo, tenían que andar con esas cosas y mostrarse porque así es como está el mundo ahora.

Thomas me obligo a comprar en esas tiendas, por eso cada vez que veo a los modelos de mi agencia mostrando bolsos o vaqueros que costaron más de 500.000 euros, no puedo mirarlos a los ojos porque me parece idiota lo que hacen.

Toda la gente me parece estúpida y me parece estúpido lo que hacen, me parece realmente idiota de su parte con lo que se llenan.

Con lo que llenan sus cuerpos.

—Además lo necesito, claramente no puedo vivir del aire... —Añadió Taylor mirándome con extrañeza porque me había quedado sin conversación.

Esto era un caso diferente porque ella no era famosa y no compraba ropa de marca, ni nada de ese estilo, así que me calme.

Últimamente no pude charlar con nadie porque estoy inmerso de una violencia e irritabilidad en mi cuerpo que se me hace difícil retenerla.

—Si no hay problema.

— ¿Pasa algo?

—Me he quedado pensando lo bonita que estas hoy...

A las mujeres les gustaban que observasen como están el día de hoy y más las mujeres de la nueva generación que realmente están más demandantes que nunca en todos los sentidos. A Taylor se le sonrojaron las mejillas cuando oyó lo que le dije.

Era fácil engañarlas... llenas en su mundo inocente color de rosa, con mariposas revoleándose y meneándose en arboles verdosos con abundantes flores de colores exóticos que te hacen querer verlas todo el tiempo sin quitarles los ojos de encima.

Supongo que ¿Con los hombres será igual?

Supongo que sí, no tienen la inteligencia enorme que posee una señorita.

—Oh gracias.

—De verdad tienes unos ojos hermosos no puedo dejar de mirarlos.

—Oh no... —Negó con la cabeza —Yo no soy hermosa, tu si lo eres Stanley...

— ¿No te has visto en el espejo? He quedado impresionado desde que entre en este maravilloso hotel...

— ¿Por eso me estás hablando?

Si además de tu sangre, de tu vitalidad, de tu juventud, de toda la vida larga que te queda para soportar en este mundo de mierda en el cual está lleno de mala educación, de gente mala, de gente egoísta y de bestias.

Pertenezco a la categoría de las bestias, querida, vengo a arrebatarte la vida como un lobo a caperucita roja.

—Claro...

Ella dejo de mirar la computadora y apoyo sus dos manos en la mesa para apoyar cómodamente su mentón y mirarme con una sonrisa de estúpida adolescente enamorada.

Yo estaba ansioso por todo debo recordármelo.

Casi se me ha olvidado el dolor impresionante que tengo de cabeza, tanto que me hace marearme, querer vomitar y dormir hasta el día siguiente...

Pero solo quedan dos días para irme de Italia y vine con un propósito exactamente, porque las fotos y el modelaje ya no me interesan.

Es más de lo mínimo y la ropa que te hacen probar para esas fotos son unos trapos de colores realmente horribles.

A Summer siempre se le ven ridículos pero claramente como ella es modelo famosa no se le puede decir nada, ya que se cree que es el icono mundial o una "It Girl" lo cual son términos idiotas y de mujeres engreídas.

—Nunca creí que Stanley Silver venga al hotel donde trabajo y se fije en mí...

—Pues créelo porque esta noche te iba a invitar a que vengas conmigo...

Y no me dejo terminar porque me planto un beso en los labios y claro tuve que quedarme quieto demostrándole que realmente me gustaba.

Su olor a cerezas me hizo querer estornudar pero me contuve porque estaba besándola ahora mismo y no podía decirle que... no.

Miento en todas partes...

Soy un bastardo.

Otra vida quitare esta noche con esta señorita en mis brazos...

Me rodeo las manos en mi cuello y me tiro un poco el cabello para llegar a mis labios y besarlos con más rapidez.

Este tipo de actitudes no me gustaba podía venir alguien a registrarse al hotel y vernos o quizás a preguntar algo...

Taylor es poco profesional. Cuando se aleja de mi para volver a su lugar me mira con... ¿Hambre o intensidad?

—Vaya que atrevida.

No se me ocurre que otra cosa decir.

— ¿Te gustan las atrevidas?

—Son las mejores.

—Me parece bien porque esta noche podrás ver lo atrevida que soy...

—Genial...

— ¿A qué hora?

—Te parece a las 22:00 HS...

—Claro.

Estaba en la habitación de mi hotel, organizando la ropa que voy a estrenar esta noche tan especial.

Iré a hablar con Thomas antes para que me deje salir... claramente no voy a mencionar a Taylor le diré que iré solo a tomar algunas copas en algún lugar de Italia para poder observar un poco las calles de Italia.

Me va a interrogar porque hacia es el de idiota pero no la debo mencionar, ni a ninguna chica menos... nada de eso.

Salí de mi habitación y me dirigí a la de Thomas que de seguro estaba tomándose un baño en un jacuzzi mientras bebía algún vino que le ofrecieron del hotel...

Eso era lo que acostumbraba hacer en su tiempo libre.

Me había dado una buena ducha con agua caliente antes de salir a hablar, para luego vestirme con mi ropa e irme con Taylor a divertirme... y sí que nos íbamos a divertir muy bien, en especial yo que sabe lo que va a pasar.

Toque la puerta de su habitación, y cruce de brazos para esperar porque si no me atendía en treinta segundos tendría que entrar.

— ¿Quién es?

—Stanley.

—Pase.

Pegue un suspiro y pase rápidamente porque sentí que era su voz así que inmediatamente pase pero no lo vi en la cama ni tampoco en el balcón.

— ¿Dónde mierda...?

—En el baño y no voy a salir así que vente para aquí...

Levante una ceja y juste era lo que imagine... vaya como conozco a la gente básica, es buena haciendo cosas idiotas como ellas.

No puedo evitar sentir que la gente es idiota y que no sabe nada, que yo si se la verdad de las cosas por eso me hace superior a todos. Muchas de esas cosas estoy sintiendo en estos últimos momentos.

—Déjame adivinar... Jacuzzi con bebida alcohólica.

—No, no baño de burbujas...

Camine hacia al baño y abrí la puerta. Encontré todo el baño bañado en humo, y vi a Thomas con una copa en la mano con una sustancia blanca (podría ser cualquier bebida alcohólica) y sentado en una bañera demasiado grande para su cuerpo, llena de burbujas y aromas deliciosas.

—Vaya, que diva.

—Me lo ha preparado una chica que trabaja aquí en el hotel, dicen que estos baños son ultra relajantes... deberías probarlos porque son espectaculares...

—Interesante lo tuyo... —Dije con sarcasmo y aburrimiento —Voy a ser breve así que escúchame con atención...

Thomas tenía los ojos cerrados por la relajación y asintió lentamente la cabeza cuando le dije que me escuchase.

—Esta noche saldré esta noche...

—Ha llegado Lana... ¿No?

—Que yo sepa no...

— ¿Cómo?

—Voy a ir solo...

— ¿Cómo es que no llego?

Pregunto con el rostro preocupado y levanto una ceja. Y ya me estaba haciendo exasperar porque no me estaba prestando atención a lo que le decía y tenía que irme a preparar para pasar a buscar a Taylor.

—No se llámala...

—Lo hare...

—Así que no me esperes, porque quizás termine por ahí bebiendo, sabes como soy...

Se quedó unos segundos en silencio. Me doy la vuelta para irme porque claramente yo ya he hablado y he dicho lo que hare esta noche.

— ¿Vas solo?

Pregunto cuando estaba a punto de atravesar la puerta e irme lejos...

—Claro, no conozco a nadie aquí en Italia...

—Podría...

Lo interrumpo enseguida porque se lo que me va a proponer y no y no y no. Necesita hacerle entender que iba solo.

—Quiero ir solo... quiero pasarla solo... no quiero que me acompañes...

—Vale.

—Okay...

Seguí caminando.

— ¿Estarás bien?

—No soy un niño... se cuidarme solo no me jodas más...

—Pero...

—No voy a quedarme y ya.

—Recuerda que esta noche...

Camine y salí de la habitación antes de que la situación se torne más violenta y menos tolerante para mi gusto.

Todavía sintiendo la voz de Thomas a mis espaldas...

Me puse la camisa blanca que había seleccionado, unos jeans negros que tenía comprados hace dos meses atrás y nunca los use. Tome los zapatos puntiagudos al estilo "Chico ingles" que siempre los había visto, pero nunca los he considerado mi estilo, tome el sobre todo negro con botones grandes y me lo coloque...

Vaya, me sentía bien.

Olí la ropa que olía a nuevo y me sonreí a mí mismo... realmente esta es una nueva etapa para mi vida, sí que lo es.

Tome el sombrero pequeño, color negro y me lo puse en la cabeza... me había cambiado el cabello, me había puesto tinte negro "falso" que con la ducha se sale para que mi color de pelo celeste claro, no se distinguiera...

Me puse más de lo habitual delineador negro y me puse unos guantes blancos que encontré. Stanley Silver nunca se había vestido de esa forma, no... claramente el acostumbraba a usar esa ropa estúpida de chico joven modelo no estas cosas que parecían formales...

—Estas como nuevo...

Dije cuando me mire en el espejo.

El color negro en el cabello me hacía cambiar un poco el rostro, me remarcaba mi palidez, y mis ojos grandes color oscuro, porque claramente tampoco llevaba los ojos truchos grises que siempre llevaba Stanley...

Este es un nuevo hombre...

Es el hombre que robo el cuerpo de Stanley cuando mato a Lily...

Cerré mi habitación con llave y mire una vez más el papel donde estaba la dirección de Taylor. Me dijo que era a la vuelta del hotel, una casa pequeña y rosa... nadie tenía que saber que este misterioso hombre salió con Taylor esta noche, ya que era la última de su vida.

Me reí y continúe caminando hacia mi destino...

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