Capitulo 8

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Capítulo 8



Estaba acostado en el piso.

Me salía sangre de la nariz.

Y mis manos también estaban manchadas de ellas.

Me relamí los labios y supe que tenía sed, estaba muerto de sed... hasta la garganta me llegaba a molestar por tanta sed y hambre que tenía.

Mi vista se nublaba cada vez que movía un poco mis brazos, mis dedos, mis piernas y mi cuerpo me daban punzadas.

El fondo estaba negro y podía visualizar que no estaba en mi apartamento, tampoco estaba Lili, y estaba en lugar desconocido.

Lleno de sangre.

En el ambiente había un olor a podrido que me daba muchas nauseas, y ganas de vomitar todo lo que había tomado en aquel bar...

— ¿Lili?

Un silencio invadía mis oídos que me hacía poner nervioso. Me senté y mire mis manos llenas de sangre, pero no me asusto nada de lo que había ahí me asustaba es más me sentía cómodo, miraba a los alrededores y me encontraba con cosas nuevas que me gustaba quedármelas mirando.

Pero cuando sentí un ruido, mi instinto de audición miro hacia el lugar donde venía ese estruendo...

Trague saliva y me pare.

Había un niño de pelo negro azabache mirándome con una leve sonrisa.

—Hola Stanley.

— ¿Y tú quién eres?

—Tu nuevo amigo...

— ¿Amigo?

Volvió a sonreí y pude ver sus filosos dientes blancos.

—Ya no preguntes más nada...

— ¿Dónde estoy?

El niño suspiro.

—En la nada...

— ¿En la nada...? Además como sabes cómo me llamo eh...

Largo una carcajada y estiro una pierna para acercarse a mí y yo no me moví me quede mirando cómo se movía elegantemente.

Ese niño me causaba un tremendo escalofrió, pero me agradaba aquella sorpresa... seguro que venía a decirme algo importante.

—Yo sé todo lo que tú no me imaginas...

—Eso es mentira...

— ¿Por qué?

—Nadie sabe todo.

—Pero yo sí y los descubrirás...

Lo mire con confusión, pero se acercó más a mi hasta que llegar a mi rostro y mirar atentamente mis ojos.

—Cuando estés consiente... mira la sangre...

— ¿De qué hablas?

—Solo escucha lo que te digo, cuando termine este sueño y toda tu vida vuelva a hacer la misma mierda de siempre, mira la sangre tuya y préstale atención...

El niño de verdad estaba loco, pero la verdad que no me importaba solo quería averiguar qué es lo que me quería decir... porque parecía enojado e interesado en el tema... como si quisiera que de verdad lo hiciera.

—No entiendo...

—Y no vas a entender nada... hasta que pase.

Me quede unos segundos mirando, porque en su bolsillo de su ropa nueva saco una botellita de vidrio pequeña.

—Odio a los niños... pero tú dijiste que podíamos ser amigos...

—Mejores amigos.

—Bueno...

Me miro a los ojos y pude ver que tenía los ojos parecidos a los míos. Negros. Los odiaba pero los de él, me llamaban la atención.

— ¿Cómo te llamas?

Y me rompió la botella por la cabeza.

Me despertó un retorcijón de estómago... y un pequeño sobresalto.

Estaba tirado en mi cama, sin ropa y al lado mío estaba Lili profundamente dormida y con todo su pelo rubio desparramado.

Me senté en la cama y sentí el sudor de mi rostro, recorrer todo mi delicado rostro... mi brazo derecho estaba temblando y yo me estaba mordiendo el labio inferior sin darme cuenta.

Me salí de la cama porque sentí que mis piernas comenzaban a picarme... ¿Un brote alérgico? No sabía qué hacer.

Me puse algo de ropa como los pantalones y una remera que encontré.

Lo último que recuerdo es que bebí mucho en el bar... si bebí muchas mezclas de tragos que como siempre no tuve el control de no hacer que mi mente pierda el sentido.

Lili...

Lleve a la chica inocente a ese bar... lleno de gente que le gusta divertirse insanamente como a mí, pero no había tiempo para pensar ya que sentí que mi estómago daba mil vueltas y sonaba para pedir que vaya al baño ya.

Corrí al baño, me arrodille y vomite...

Tuve más de doce arcadas por eso acabe con las mejillas rosadas, con el cuerpo temblando, la saliva colgando de mi boca, los ojos llenos de agua y mi garganta seca.

Qué asco, pensé.

Me pegue al inodoro apoyando mi frente porque mi cabeza daba mil vueltas. Y recordé la conversación con mi madre, ella había admito que tenía problemas mentales, si... era algo que me estaba angustiando que trataba de olvidarlo pero cada vez se hacía más insoportable...

Sentía fríos, mis manos estaban heladas, mi nariz también, y yo me hallaba en el suelo helado... porque había acabado de vomitar algo que nunca pensé que vomitaría. Me acerque al inodoro para visualizarlo mejor y se trataba de un líquido negro.

Pegue un grito y me lleve las manos a la boca para ver si seguía teniendo ese líquido por mi cara, pero no, mi rostro estaba cubierto por saliva y por sudor... nada de líquido negro.

¿Y porque veía eso?

Me acerque y lo seguí viendo.

Me levante rápido del suelo y tire la cadena... mordí mi labio inferior, suspire, y me fui a lavar la boca y los dientes.

Olía a mujer, mezclado con alcohol y vomito.

Me miro en el espejo y en el cuello me encuentro que tengo un chupón realmente malo... porque es grande y morado.

Maldición, pensé.

Me cepille los dientes, mientras me rascaba todos los brazos y las piernas, porque sigo pensando que me agarro una reacción alérgica.

Abrí y cerré los ojos...

En el suelo del baño comencé a ver que se volvía negro... no sé por qué pero trataba de aclarar mi vista parecía que cada vez veía menos o me estaba quedando sin vista...

Cuando... deje de lavarme los dientes, me acerque a una parte donde se veía más negro que las otras y me encuentro con cuatro arañas... con patas gigantes.

¡Qué asco!

Pegue un grito y me aleje de ellas, mientras me chocaba con las paredes de mi apartamento y me dolían las partes donde tocaban los objetos.

Lili estaba tan dormida, que no sintió mis gemidos y no la quería despertar, solo quería buscar algo para pisar las arañas... y matarlas, no podía estar aquí esos insectos me hacían mal, me hacían querer irme corriendo de la zona donde estaban.

Tome mis zapatillas y corrí hacia al baño en dirección donde estaban y empecé a golpear el suelo. Pero me di cuenta que no había nada...

—Qué demonios.

Deje la zapatilla para dejar de hacer ruido y me cruce de brazos... cuando todo quedó interrumpido porque mi nariz comenzó a sangrar.

—Rayos...

¿Qué me pasa?

Corrí al lavabo... y abrí la canilla de agua que costaba que salga agua hasta que por fin empezó a salir y poder detener la hemorragia pero cada vez era más fuerte, pensé por un momento que iba a morir desangrado.

—Dios mío...

3 gotas grandes de sangres...

4 y 5...

Salieron hasta que por fin mi nariz dejo de sangrar y pude limpiar todo el desastre que había hecho en el baño.

Primero alergia en el cuerpo, luego vómitos, luego visiones y ahora ¿Qué más faltaba? Que me sangrara la nariz... faltaban convulsiones y completaba todo.

Yo sabía que no estaba bien, que algo pasaba en mi cuerpo, algo terrible en verdad, algo estaba cambiando.

Cerré la canilla de agua y me queje.

— ¿Todo está en orden?

Lili me dijo con cara de dormida, y con solo su remera y su ropa interior.

—Oh si...

Me miro con duda.

— ¿Necesitas ayuda? Sé que ayer... has tomado demasiado.

—No es solo eso...

—Ah.

Mi cuerpo está acostumbrado al alcohol. Ahora pasa otra cosa que no sé qué es...

—Lo siento Lili no quería asustarte...

—No estoy asustada.

Me limpie la nariz con la toalla, verifique no haya quedado sangre en el lavabo, ni vomito en el inodoro pero todo estaba como lo deje. Tan limpio que parecía que nada de eso, hubiera pasado. Me acerque a Lili con una sonrisa, me tire en ella y Lili me llevo a la cama lentamente. Cuando quise pararme para caminar por mí mismo, porque no quería que ella cargara con mi peso, no pude mantener el equilibro y me caí al suelo.

Cuando me di cuenta que estaba tan ebrio que no podía mantenerme en pie, comencé a reírme y Lili también lo hizo.

Luego me agarro del brazo y me quito del frio suelo...

Me acostó suavemente, me tapo con muchas mantas, luego se acostó a mi lado, me dio un beso en la frente y sentí su respiración en mi cara.

Espero que no me siga haciendo cariño porque no me gusta nada de esas cosas... me aburren.

—Eres tan tierno, que tienes rasgos de mujer...

—No digas eso.

—Lo siento.

Cerré los ojos y sonreí.

—No hay problema...

Y me dormí.

Lili se había ido...

No habíamos quedado como novios, a pesar de que ella me haya hecho el chupón, me haya arrancado muchos de mis pelos y me haya acostado con ella.

No se molestó, cuando le dije que no estaba en eso de novias y que la verdad no pensaba dejar a Lana porque ella era la única que me soportaba...

—Supongo que es por Lana...

Me dijo con voz decepcionada. No en realidad son las drogas.

Negué con la cabeza y la mire a los ojos.

—No soy para ti... mírame soy un desastre...

—Un maravilloso desastre.

Me dijo acercándose a mí, me dio un beso en la mejilla y me rozo la mano con la de ella.

—No importa...

Luego me dijo y yo no sabía que decir, porque no sé a qué se refería ni a donde quería llegar.

—Seré tu amiga...

—Gracias.

—De nada.

Se arregló un poco su largo pelo y me dejo acostado en la cama, despeinado y cansado.

Cuando se fue, me saque las dudas de lo que quería de ella... no quería nada con ella, solo me atraía... pero nada más.

Y ahora estaba nervioso, si nervioso...

Porque mañana era el gran desfile internacional donde todos los mejores modelos con la última moda estarán. Saldrá en todo el mundo, todos podrán acceder al desfile, a las fotos, a todo lo que deseen ver...

En la situación que estaba con Thomas, esto se ponía más denso y más irritante...

No quiero ir al maldito desfile.

Pero es mi trabajo y tengo que hablar con Thomas lo antes posible... 

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