―Alaric, créeme, no quiero perdonarlo, así como tú no quieres que vuelva a estar con él― dijo Hannah.

Ella le había explicado que perdió el control al estar cerca de Klaus. Alaric entendía eso. Alaric se había sentido así por su difunta casi esposa Josette. Ella era su todo, y había deseado desesperadamente volver a sentirse así.

Alaric creía que él y Hannah podrían llegar a tener algo, pues estaban criando a sus hijos juntos.

Sin embargo, esa chispa duró poco.

Hannah y Alaric seguían sanando y se miraban el uno al otro para poder curarse, sin embargo, ninguno de ellos tenía la capacidad para hacer eso. Ser algo más.

Alaric suspiro ―Hannah, lo entiendo, de verdad―comenzó él.

―Pero no puedes permitir que esto siga sucediendo, este es un juego enfermizo para él― agregó Alaric.

Sabía que lo que iba a decir a continuación iba a lastimar a Hannah, y no sabía si eso era cierto. Sin embargo, Alaric no tuvo tiempo suficiente para verificar lo que iba a decir, así que simplemente lo dijo.

―Klaus Mikaelson no te quiere en absoluto Hannah Forbes― dijo Alaric.

Su tono tuvo una sensación de finalidad cuando hablo. Hannah se estremeció ante lo que había dicho, siempre habría una parte de ella que amaría a Klaus Mikaelson. Aunque ahora parecía que el mundo estaba en contra de que volvieran a estar juntos. Alaric era el primer obstáculo.

―Pero, Alaric―respondió Hannah.

Sabía que podía haber algo de verdad detrás de lo que había dicho Alaric, pero la propia Hannah no quería creerlo.

―Es cierto, tú y yo lo sabemos― respondió Alaric.

―No te habría hecho daño si se hubiera preocupado por ti. Desde que llegó a la ciudad, ha sido tóxico y te ha hecho perder la concentración― agregó Alaric.

Cuando Hannah había pensado en los acontecimientos antes y después de que Klaus entrara en su vida. Lo que Alaric había dicho era cierto, era alguien tóxico para Hannah. Ella se preocupo y lo amo en algún momento de su vida, pero ya no podía permitirse el lujo de sentirse así.

Sus hijos podrían estar en problemas por esa situación, y aunque Hannah estuviera haciendo todo lo posible para mantener todo bajo control y con su atención dirigida a ellos, había muy pocas cosas que podía hacer.

―Tienes razón― respondió Hannah.

Alaric salió de la habitación y por alguna razón, el corazón de Hannah se rompió una vez más.

Cuando Alaric sestuvo fuera de su vista, la angustia que Hannah sintió le hizo darse cuenta de que todavía estaba enamorada de Klaus Mikaelson.

La rubia ahora sabía lo que tenía que hacer, no iba a ser fácil, pero valdría la pena.

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DI NO A LOS LECTORES FANTASMA.

Todos los derechos y créditos reservados a la autora original: --mikaelson

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