Colin Creevey: Petrificado

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En resumen, Lockhart en lugar de haberle repuesto los huesos a Harry, se los había quitado.

Esto a la señora Pomfrey no le hizo ni una pizca de gracia.

- ¡Tendrían que haber venido enseguida aquí! - dijo hecha una furia y levantando el triste y mustio despojo de lo que media hora antes, había Sido un brazo en perfecto estado - Puedo recomponer los huesos en un segundo... pero hacerlos crecer dee nuevo...

- Pero podrá, ¿No? - dije desesperada -

- Desde luego que podré, pero será doloroso - dijo en tono grave la señora Pomfrey - Tendrá que pasar aquí la noche

Hermione y yo aguardamos al otro lado de la cortina que rodeaba la cama de Harry mientras Ron lo ayudaba a vestirse.

- ¿Te atreves ahora a defender a Lockhart, Hermione? - le dijo Ron a través de la cortina - Si Harry hubiera que lo deshuesaran, lo habría pedido -

- Cualquiera puede cometer un error - contesto - Y ya no duele, ¿Verdad, Harry? -

- No - respondió Harry - ni duele ni sirve para nada - al hecharse en la cama, el brazo se balanceó sin gobierno -

Junto a la señora Pomfrey, hermione y yo pasamos la cortina. Está llevaba una botella grande en cuya etiqueta ponía "Crecehuesos"

- vas a pasar una mala noche - dijo ella, vertiendo un líquido humeante en un vaso y entregandoselo - hacer que los huesos vuelvan a crecer es bastante desagradable -

La señora Pomfrey se retiró, criticando los deportes peligrosos y a los profesores ineptos, dejando que nosotros ayudarnos a Harry a beber un poco de agua.

- ¡Pero hemos ganado! - dijo Ron, sonriendo - Todo gracias a tu jugada. ¡y a la cara que ha puesto malfoy... Parecía que te quería matar! -

- Me gustaría saber cómo trucó la Bludger - dije intrigada -

- Podemos añadir ésta a la lista de preguntas que le haremos después de tomar la poción Multijugos - dijo Harry - Espero que sepa mejor que está bazofia -

- ¿Con cosas de Slytherin dentro? Estás de broma - dijo Ron asqueado -

En aquel momento, se abrió de golpe la puerta de la enfermería. Sucios y empapados, entraron los demás jugadores del equipo de Gryffindor.

- Un vuelo increíble, Harry - le dijo George - Acabo de ver a Marcus gritándole a Malfoy algo parecido a que tenía la Snitch encima de la cabeza y no se daba cuenta. Malfoy no parecía muy contento -

Habían llevado pasteles, dulces y botellas de zumo de calabaza; se situaron alrededor de la cama de Harry y ya estaban preparando lo que prometía ser una fiesta estupenda, cuando se acercó la señora Pomfrey gritando

- ¡Este chico tiene que descansar, tiene que componer treinta y tres huesos! ¡FUERA! ¡FUERA! -

Dejamos solo a Harry, yendo a los dormitorios.

Hermione y yo estábamos solas en la habitación, ya que nuestras compañeras de habitación se habían ido a una pijamada en otra habitación.

- Alya - habló Hermione - ¿Puedo confiar en ti, verdad? -

- Claro - respondí - ¿Porque? - pregunté intrigada -

- Es que, tengo algo que contarte -

- Ajá, pues dilo - dije sin importancia -

- Pero por nada del mundo se lo cuentes a Harry ni a Ron - me pidió -

- Claro, no hay problemas - respondí sentandome en la cama -

- Hace unos días... después de que Percy regañara a los chicos por entrar a los aseos de chicas - asentí para que continuará - me ví con Malfoy en la biblioteca... -

- ah, por eso te ausentaste por un rato - dije recordando -

- Si, me pidió ayuda en una tarea de Historia de la Magia - respondió -

- ya se por que no quieres que le diga a los chicos, te empezarán a decir de cosas por haberte visto con él - dije -

- Si... y bueno, no estan repugnante como la imagen que tienen de él, si lo conoces más a fondo puede ser amable... -

- Lo sé, es mi primo, tiene bondad en el fondo, solo tiene que ver con quien si puede utilizar esa bondad -

Esa noche nos la pasamos hablando de su encuentro con mi primo.

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La noticia se corrió por todo el colegio, Colin Creevey había Sido Petrificado.

Ron, Hermione y yo estábamos en el aseo de Myrtle haciendo la poción Multijugos.

Solté un grito ahogado al oír pisadas que venía hacia aquí.

Mire entre el agujero de la cerradura.

Era Harry.

- Vaya susto que nos has dado. Entra, ¿Cómo está tu brazo? - dije recuperándome del susto -

- Bien - dijo metiéndose en el retrete. Habíamos puesto un caldero sobre la taza del inodoro, y un crepitar que provenía de dentro indicaba que habiamos prendido fuego bajo el caldero. Prender Fuegos transportables y sumergibles era la especialidad de Hermione -

- Pensamos en ir a verte, pero decidimos comenzar a preparar la poción Multijugos - le explicó Ron - Hemos pensado que éste es el lugar más seguro para guardarla -

Harry comenzó a contarnos lo de Colin.

- Ya lo sabemos, oímos a la Profesora McGonagall hablar con el Profesor Flitwick esta mañana. Por eso pensamos que era mejor darnos prisa -

- Cuánto antes le saquemos a Malfoy una declaración, mejor - gruño Ron - ¿No piensas igual? Se ve que después del partido de Quidditch estaba tan sulfurado que la tomó con Colin -

Verdaderamente yo confiaba en que Draco no era el heredero de Slytherin.

Harry después nos contó que Dobby lo habia visitado la noche pasada.

- ¿La cámara de los secretos ya fue abierta antes? - pregunto Einar -

- Es evidente - dijo Ron - Lucius Malfoy abriría la cámara en sus tiempos y ahora le ha explicado a su querido Draco como hacerlo. -

- más importante sería que te hubiera dicho que monstruo es el que está dentro de esta. - dije -

- Si Dobby no deja de intentar salvarte, te va a matar -

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La noticia de que Colin Creevey había Sido atacado y de que este yacía como muerto en la enfermería se extendió por todo el colegio durante la mañana del lunes.

El ambiente se llenó de rumores y sospechas.

Los de primer curso se desplazaban en grupos muy compactos, temian ser atacados si iban solos.

Ginny, estaba consternada, ella se sentaba junto a Colin en las clases.

Fred y George trataban de "animarla" turnandose para esconderse detrás de las estatuas, disfrazado con una piel y asustarla cuando pasaba.

Pero tuvieron que parar cuando Percy se harto y les dijo que iba a escribir a su madre para contarle que por su culpa Ginny tenía pesadillas.

Mientras tanto a escondidas de los profesores, se desarrollaba en el colegio un mercado de talismanes, amuletos y otros chismes protectores.

Neville había comprado una gran cebolla verde, cuyo olor decía que alejaba el mal, le tratabamos de explicar que el no corría peligro ya que su sangre era pura, y por tanto no era probable que lo atacarán.

Durante la segunda semana de diciembre, la Profesora McGonagall pasó, como de costumbre a recoger los nombres de los que se quedarían en el colegio en Navidad.

Harry, Ron, Hermione, yo y Einar firmamos en la lista, Draco iba a quedarse en el colegio, lo cual les pareció sospechoso a los chicos.

Las vacaciones serían un momento perfecto para utilizar la poción Multijugos e intentar sonsacarle una confesión.

Por desgracia la poción estaba a medio acabar. Necesitabamos aún el cuerno de bicornio y la piel de serpiente arborea africana, y el único lugar del que podríamos sacarlos era el armario privado de Snape.


Aquella tarde de jueves, la clase de pociones desarrollaba como siempre.

Veinte calderos humeaban entre los pupitres de madres, en los que descansaban balanzas de latón y jarras con los ingredientes.

Snape rondaba por entre nosotros, hacia comentarios envenenados sobre el trabajo de los Gryffindor, a excepción del mío, este más bien me felicitaba.

Al terminar la clase, todos salieron del aula, a excepción mía.

Snape por una extraña razón me había dado una copia de las llaves de su armario.

Por lo que sigilosamente lo abrí y tome los ingredientes que necesitabamos.

Cuando escuché uno pasos provenientes de a fuera.

Me escondí debajo del escritorio de Snape.

Oi la puerta abrirse.

- Ese estúpido de Potter - decía la voz reconocible como la de Snape -

Me mantuve callada hasta que volví a escuchar la puerta abrirse y cerrarse.

Salí lentamente de mi escondite, viendo que no había nadie, salí lo más rápido que pude del salon de clases.

Llegué al aseo de chicas dónde estaban los demás.

- Estará lista en dos semanas - dije sonriente al entrar -

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Una semana mas tarde, nos encontrabamos cruzando el vestíbulo cuando vimos a un puñado de gente que se agolpaba delante del tablón de anuncios para leer un pergamino que acababan de colgar.

Seamus y Dean nos hacían señas, entusiasmados.

- ¡Van a abrir un club de duelo! - dijo Seamus - ¡La primera sesión será está noche! No me importaría recibir unas clases de duelo, podrían ser útiles estos días... -

- ¿Por qué? ¿Acaso piensas que se va a batir el monstruo de Slytherin? - pregunto Einar, pero lo cierto era que a mí también me interesaba eso del club de duelo -

- Podría ser último - les dije a los chicos cuando nos dirigíamos al Gran Comedor - ¿vamos? -

Harry, Einar, Hermione, Ron se mostraron completamente a favor, así que aquella noche, a las ocho, nos dirigimos a toda prisa al Gran Comedor.

Las grandes mesas habían desaparecido, y adosado a lo largo de una de las paredes había una tarima dorada, iluminada por Miles de velas que flotaban en el aire.

El techo volvía a ser negro, y la mayoría de los alumnos pareciamos habernos reunido debajo de él, portando nuestras varitas mágicas.

- Me pregunto quién nos enseñará - dijo hermione - alguien me ha dicho que Flitwick fue campeón de duelo cuando era joven, quizás sea él -

- Con tal de que no sea... - Harry fue interrumpido por un grito ahogado mío. Lockhart se encaminaba hacia la tarima, y era acompañado por por Snape -

- ¡Vengan aquí, acerquense! ¿Me ve todo el mundo? ¿Me escucha todo el mundo? ¡Estupendo! El profesor Dumbledore me ha concedido permiso para abrir este modesto club de duelo, con la intención de prepararlos a todos ustedes por si algún día necesitan defenderse tal como me ha pasado a mi en incontables ocasiones -

Era una pesadilla, o al menos quería que lo fuera, ¿¡Lockhart nuestro maestro de duelo?! Claro que no.

- Permítanme presentarles a mi ayudante, el profesor Snape - dijo Lockhart con una amplia sonrisa - Él dice que sabe un poquito sobre el arte de batirse, y ha accedido desinteresadamente a ayudarme en una peque demostración antes de empezar. Pero no quiero que se preocupen los más jóvenes, no se quedarán sin profesor de Pociones después de esta demostración, ¡No teman! -

- ¿No estaría bien que se matarán el uno al otro? - susurro Ron -

En el labio superior de Snape se apreciaba una especie de mueca de desprecio.

Lockhart y Snape se encararon y se hicieron una reverencia. O, por lo menos, la hizo Lockhart, con mucha floritura en la mano, mientras Snape movía la cabeza de mal humor. Luego alzaron sus varitas mágicas frente a ellos, como si fueran espadas.

— Como ven, sostenemos nuestras varitas en la posición de combate tradicional — nos explico Lockhart — Cuando cuente tres, haremos nuestro primer embrujo. Pero claro está que ninguno de los dos tiene intención de matar —

— Yo no estaría tan seguro — murmuro Harry, mientras mirábamos a Snape —

— una... dos... tres —

Ambos alzaron las varitas y las dirigieron a los hombros del contrincante, Snape grito:

— ¡Expelliarmus! —

Resplandeció un destello de luz roja y Lockhart despegó en el aire, voló hacia atrás, salió de la tarima y pegó contra el muro y cayó resbalando hasta quedar tendido en el suelo.

Malfoy y otros Slytherin vitorearon.

Hermione se puso de puntillas, tratando de ver.

— ¿Creen que estará bien? — chilló —

— ¿a quien le preocupa? — dijimos los cuatro restantes al mismo tiempo —

Lockhart se puso de pie con esfuerzo. Se le había caído el sombrero y su pelo ondulado se le había puesto de punta.

— Bueno, ya lo han visto — dijo, tambaleandose al volver a la tarima — Eso ha Sido un encantamiento de desarme; como pueden ver he perdido la varita —

Lavender se le acercó y le entrego la varita.

— ¡ah, gracias, señorita Brown! — dijo tomando la varita — Sí, Profesor Snape, ha Sido una excelente idea enseñarlo a los alumnos, pero su no le importa que se lo diga, era muy evidente que iba a atacar de esa manera. Si hubiera querido impedirselo, me habría resultado muy fácil. Pero pensé que sería instructivo dejarles que vieran.... —

Snape parecía estar dispuesto para matarlo, tal vez Lockhart lo noto, ya que dijo:

— ¡Basta de demostración! Vamos a colocarlos en parejas. Profesor Snape, si es tan amable de ayudarme... —

Se metieron entre la multitud a formar parejas. Lockhart puso a Justin Finch-Fletchley con Neville, pero Snape caminaba hacia nuestra zona, poniendo a un/a Gryffindor con un/a Slytherin.

— Ya es hora de separar a este equipo ideal, creo. Weasley, puedes emparejarte con Nott, Potter... —

Harry se acercó rápidamente a mi, pero Snape nego riendo.

— me parece que no, Señor Malfoy, veamos que puede hacer contra la señorita Edevane. Granger, con la señorita Parkinson, Einar con Zabini, Potter con... Crabbe— dijo serio —

Malfoy se acercó sonriendo, mientras se ponía frente a mi

Detrás de él venía una chica de Slytherin baja y delgada que iba directamente hacia hermione.

Hermione le dedicó una sonrisa mientras que la otra no se la devolvió

— ¡Ponerse frente a sus contrincantes — dijo Lockhart — y hagan una inclinación! —

Malfoy y yo a duras penas bajamos la cabeza, mirandonos fijamente.

— ¡Varitas listas! Cuando cuente hasta tres, ejecuten sus hechizos para desarmar al oponente. Una, dos y... tres —

— ¡Rictusempra! — grite apuntando a malfoy —

Un chorro de luz plateada alcanzó a Malfoy en el estómago, y el chico se torció, respirando con dificultad

Malfoy había gritado el mismo encantamiento al mismo tiempo, su rayo golpeó también mi estómago, haciendome caer de rodillas sin poder respirar bien.

— ¡He dicho solo desarmarse! — grito Lockhart cuando caímos de rodillas —

— ¡Finite incantatem! — grito Snape —

Malfoy y yo dejamos de reír, y pudimos levantar la mirada, observando nuestro alrededor.

Los pies de Harry parecían estar bailando.

Tanto Neville como Justin estaban tendidos en el suelo, jadeando; Tok sostenía a Seamus, que estaba lívido, y le pedía disculpas porque su varita estaba rota.

Pero hermione y Pansy no se habían detenido, Pansy sostenía a Hermione del cuello haciéndola gemir del dolor.

De un salto me acerque a ellas y aparte a Pansy.

— Muchachos, muchachos... — decía Lockhart pasando por entre nosotros — levántate, Macmillan..., con cuidado, señorita Fawett..., pellizcalo con fuerza, boot, y dejara de sangrar enseguida —

Nosotros solo observamos el ir y venir de Lockhart.

— Creo que será mejor que les enseñe a interceptar los hechizos indeseados. Necesito a un par de voluntarios... Longbottom y Finch-Fletchley, ¿Que tal ustedes? — Lockhart se quedó parado frente a ellos —

— Mala idea, profesor Lockhart — dijo Snape llegando a su lado — Longbottom provoca solamente desastres con los hechizos más simples, Finch-Fletchley terminaría en cenizas si lo ponemos a combatir con él — la cara sonrosada de Neville se puso de un rosa aún más intenso — ¿Que tal Malfoy y Potter? — dijo Snape con sonrisa malvada —

— ¡Excelente idea! — dijo Lockhart, Harry y Draco se acercaron al centro, mientras toda la multitud nos apartabamos para dejarles espacio — Veamos, Harry, cuando Draco te apunte con la varita, tienes que hacer esto —

Levanto la varita, intentó un movimiento complicado y se le cayó al suelo. Todos reíamos y Lockhart de apresuró a recogerla.

— ¡Vaya, mi varita se ha puesto un poco nerviosa! —

Snape se acercó a malfoy susurrándole algo a lo que malfoy solo le respondió con una sonrisa.

Le dirigimos una mirada asustada a Harry.

— Profesor, ¿Me podría repetir de nuevo como se hace eso de interceptar? — pregunto Harry nervioso a Lockhart —

— ¿Asustado, Potter? — murmuro Malfoy —

— Eso quisieras tú — le respondió Harry —

— Simplemente hazlo como yo, Harry — dijo Lockhart dándole una palmada amistosa a Harry —

— ¿El que? ¿Dejar caer la varita? — pero Lockhart no lo escucho —

— Tres, dos, uno, ¡YA! — grito —

Malfoy levantó rápidamente la varita.

— ¡SERPENSORTIA! — fue lo que grito —

Hubo un estallido en el extremo de su varita. De ella salía una larga serpiente negra, cayó al suelo entre los dos, lista para atacar.

Todos se echaron atrás gritando y despejaron el lugar en un segundo.

— No te muevas Potter — dijo Snape sin hacer nada — Me encargaré de ella —

— ¡Permítanme! — grito Lockhart. Blandio su varita y un disparo se escuchó en dirección de la serpiente, está en vez de desaparecer, se elevó unos metros y volvió a caer, Furiosa se deslizó derecho hacia Finch-Fletchley y se irguio denuevo, enseñando los colmillos venenosos —

Derrepente Harry se acercó a la serpiente, nosotros le gritábamos que se alejara pero hacia caso omiso. Gritaba en parsel, ¿Harry sabía hablar parsel? ¿Porque no nos lo había dicho?.

La serpiente bajó al suelo tan inofensiva como una manguera negra de jardín y volvió los ojos hacia Harry.

Harry miro sonriendo a Justin, pero este no le devolvió la sonrisa, su cara parecía enojada con una pizca de susto.

— ¿A qué crees que jugando? — gritó, levantandose asustado, saliendo del salon —

Snape se acercó y con un movimiento de varita la serpiente desapareció.

Varios murmullos se oían de personas que miraban fijamente a Harry.

— vamos — jale de la túnica a Harry — vamos... —

Lo sacamos del salon. Al pasar por los pasillos, los estudiantes se apartaban de nosotros, como si les diéramos miedo, no hubo ni una palabra hasta que llegamos a la sala común de Gryffindor que estaba vacía.

— Hablas parsel, ¿Por qué no nos lo habías dicho? — le pregunto Ron —

— ¿Que hablo que? — dijo Harry confundido —

— ¡Parsel! — dije — ¡Puedes hablar con las serpientes! —

— Lo sé — dijo Harry — Quiero decir, está es la segunda vez que lo hago. Una vez, accidentalmente, le eché una boa constrictor a mi primo en el zoo... Es una larga historia... pero ella me estaba diciendo que no había estado nunca en Brasil y yo la libere sin proponermelo. Fue antes de saber que era un mago —

— ¿Entendiste que una boa constrictor te decía que no había estado nunca en Brasil? — repitió Ron con voz débil —

— ¿y que? — pregunto Harry — Apuesto que pueden hacerlo montones de personas —

— Claro que no — le dijo mi hermano — No es un Don muy frecuente. Harry, eso no es bueno —

— ¿Que no es bueno? — Harry empezaba a sonar enfadado — ¿que le pasa a todo el mundo? Mira, si no le hubiera dicho a esa serpiente que no atacará a Justin...

— ¿eso es lo que le dijiste? — hermione por primera vez hablo —

— ¿Que pasa? Ustedes estaban allí. Me escucharon —

— Hablaste en lengua Parsel — le dijo Ron — La lengua de las serpientes. Podrías haber dicho cualquier cosa. No te sorprenda que Justin se asustara, parecía si estuvieras incitando a la serpiente o algo así. —

— ¿Ha-hable en otra lengua? — Harry quedó con la boca abierta — Pero no comprendo... ¿Cómo puedo hablar en una Lengua sin saber que la conozco? —

Negue con la cabeza, realmente yo y no creo que alguien se pueda explicar el porque de eso.

— ¿Me quieren decir que hay de malo de impedir que una serpiente grande y asquerosa arranque a Justin la cabeza de un mordisco? — pregunto — ¿Que importa como lo hice si evite que Justin entrara en el Club de Cazadores sin Cabeza? —

— Si importa — dijo hermione — Porque Salazar Slytherin era famoso por su capacidad de hablar con las serpientes. Por eso el símbolo de la casa de Slytherin es una serpiente —

— Exactamente — dije — y ahora todo el colegio va a pensar que tú eres su tatara-tatara-tatara-tataranieto o algo así —

— Pero no lo soy — dijo Harry con voz temblorosa —

— Te costará mucho demostrarlo — le respondió einar — el vivió hace unos mil años, así que bien podrías serlo —

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A la mañana siguiente, la nevada que había empezado a caer por la noche se había transformado en una tormenta de nieve tan recia que se suspendió la última clase de herbologia del trimestre.

Harry, yo y Hermione estábamos sentados frente a la chimenea mientras Einar y Ron disputaban una partida de ajedrez mágico.

— ¡por Dios, Harry! — dijo hermione exasperada — Si es tan importante para ti, ve a buscar a Justin —

Harry me pidió que lo acompañará, y los dos fuimos en busca de Justin Finch-Fletchley.

Después de rato buscando encontramos a dos Hufflepuff hablando, detrás de la sección de invisibilidad.

Estos dos hablaban de como Justin tenía miedo de ser la próxima víctima del heredero de Slytherin (Harry según), Hannah no quería creerse que Harry podría ser el heredero pero Ernie lo tenía más que claro.

Harry pareció hartarse en un momento y salió.

—Hola — dijo Harry — Buscamos a Justin Finch-Fletchley —

Yo salí detrás de él.

— ¿Para que lo buscan? — pregunto Ernie con voz trémula —

— Quería explicarle lo que sucedió realmente con la serpiente en el club de duelo — dijo Harry —

— Todos estábamos allí. Vimos lo que sucedió — Ernie se mordio los labios nervioso —

— Entonces te darías cuenta de que, después de lo que dije la serpiente retrocedió —

— Yo solo me di cuenta — dijo Ernie tozudamente, aunque temblaba al hablar — de que hablaste en Parsel y le echaste la serpiente a Justin —

— ¡No entiendes que no se la echo! — hable fuerte y ya enojada — nisiquiera le tocó un pelo al idiota ese de Justin, ¡No tienes pruebas para decir que el se la hecho porque nisiquiera sabes lo que Harry dijo! — dije mirando furiosa a ese tal Ernie —

Los dos nos dimos media y vuelta y salimos de la biblioteca, sin rumbo, solo enojados.

Subimos las escaleras y volvimos por otro corredor. Estaba mucho más oscuro porque el viento fuerte y helado que penetraban por el cristal flojo de una ventana que había apagado las antorchas.

Íbamos por la mitad de camino cuando tropezamos y caímos de cabeza contra algo que había en el suelo.

Al momento de levantarnos, sobre el suelo, rígido y frío, con una mirada de horror en el rostro y los ojos en blanco vueltos hacia el techo, yacía Justin Finch-Fletchley y a su lado Nick casi decapitado.

Mi respiración se volvió agitada y el corazón me explotaba de los nervios de que alguien nos encontrara ahí junto a los cuerpos.

Peeves salió de un aula y a media voltereta, boca abajo, vio a Justin Finch-Fletchley y a Nick casi decapitado.

Volvió a caer parado, tomo aire y grito.

— ¡AGRESION! ¡AGRESIÓN! ¡OTRA AGRESIÓN! ¡NINGUN MORTAL NI FANTASMA ESTA A SALVO! ¡SÁLVESE QUIEN PUEDA! —

No tardó mucho en llenarse los pasillos de alumnos y profesores curiosos.

— ¡Te han tomado con las manos en la masa! — gritó Ernie con la cara completamente blanca, señalando a Harry —

El profesor Flitwick y Sinistra fueron los encargados en llevar a Justin a la enfermería, pero nadie parecía saber que hacer con Nick.

Al final la profesora McGonagall hizo aparecer un gran abanico y se lo dió a Ernie con instrucciones de subir a Nick casi decapitado por las escaleras.

De esa forma, nos quedamos solo Harry, McGonagall y yo.

— Por aquí, chicos — nos indico ella —

— Profesora — le dijo Harry apresuradamente — le juro que yo no... —

— Eso escapa de mi competencia, Potter — dijo de manera cortante —

Caminamos en silencio hasta doblar una esquina, dónde la profesora se paró ante una gárgola de piedra grande y extremadamente fea.

— ¡Sorbete de limón! — dijo la profesora —

Efectivamente la profesora McGonagall nos había llevado a la sala de Dumbledore

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