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"La veo agarrar con fuerza su chaqueta emplumada, le alza de su silla, sin embargo, su mirada no pierde diversión al igual que su sonrisa no desaparece, la veo mirar a NamJoon, creo que intenta avisarle de algo, pero no lo entiendo, me preocupa que haga alguna locura. NamJoon nos indica con sus manos que nos tapemos los oídos y eso hacemos, con los ojos bien abiertos la veo, la puerta se abre de golpe y antes de que entren demasiados humanos, gruñe con tanta fuerza que soy capaz de ver palidecer a SeYun ante mis ojos, en su deplorable rostro desaparece el color ámbar de sus ojos y se vuelven de color azul, sus ojos humanos salen a la luz por primera vez desde que llegamos, pero no me contento con verle palidecer, me centro en ella, que vuelve a gruñir, con un sonido doloroso, pero hermoso al mismo tiempo. Miro a los chicos cuando un hombre la sujeta por el brazo con bastante fuerza, no podemos destaparnos los oídos y la incertidumbre me envuelve como un áspero manto. Su sonrisa a desaparecido por fin de la cara de SeYun, le empuja contra la pared antes de volver a sujetarle, esta vez del cuello, la pared tiembla bajo el fuerte golpe, nos mira de reojo, siento su mirada, pero mi vista está centrada en la cantidad de cadáveres que ahora adornan el suelo, no puedo creer la potencia que tiene su voz.

—¡Corran! — nos grita, no sé qué demonios está pensando, pero me niego a irme y dejarla aquí, eso es algo que no pienso permitir. —¡Moveos joder, les alcanzaré después! — No me muevo, me niego a hacerlo. Sé que mira a NamJoon que parece reaccionar. Nos arrastra a todos fuera, sin embargo, no dejo de resistirme a volver, no quiero dejarla sola, no quiero que la pase nada, no ahora."

Doy un salto en la cama, estoy sudando y agitado, esa pesadilla me ha aterrorizado durante los últimos días, son los mismos ojos grises, pero no veo esos hoyuelos. No me gusta la sensación de angustia con la que me despierto, me siento morir y mi pecho se aprieta de una forma demasiado dolorosa, no entiendo nada, ni el sueño ni por qué esa chica se me hace tan conocida, por qué quiero correr a esa persona que, al parecer es solo un invento de mi imaginación.

—Kookie-ah, ¿Te encuentras bien? — la voz de IU me resulta incómoda y desagradable a más no poder, pero es mi novia, se supone que esto no debería sentirse así, llevamos más de seis años juntos y... sólo siento repulsión hacia su persona.

—Otra pesadilla... — me quejo, cansado, últimamente no puedo dormir, no cada vez que lo hago aquí, es como si mi lobo me estuviese regañando por algo que desconozco, esto es un lio. —Será mejor que vuelva a casa. — siento su mano apoyarse en mi pecho desnudo, no se siente como debería.

—Es muy tarde JungKook, no te vayas aún. —se acurruca sobre mí intentando no moverme demasiado, vuelvo a tumbarme sobre la cama, con ella apoyada sobre mi pecho, sin embargo, no soy capaz de volver a pegar ojo en toda la noche.  

Y mii lobo se pasea gruñendo de un lado a otro, se ha recuperado de la debilidad y enfermedad que al parecer lo había estado siguiendo durante las últimas semanas, pero la debilidad fue reemplazada por un malhumor, una rabia insana que solo repite en mi cabeza;

“Todos pagaran”

(…)

Me despido de IU y camino de vuelta a casa, es bastante temprano y realmente no sé qué hacer, no quiero volver a casa, pero tampoco puedo quedarme con IU —no puedo ni quiero— camino por las calles en silencio, me gustaría poder ir a la comisaría, siempre que no he sabido dónde ir siempre he podido ir allí a entrenar o a trabajar, pero por culpa del desmayo me han prohibido acercarme hasta que crean que estoy bien y que nada más me pasará.

Las calles se me hacen monótonas y silenciosas, aún no hay nadie en las calles, ni si quiera el sol ha salido por completo. Paso por la misma casa de ayer y vuelvo a sentir esa atracción, es como si realmente algo dentro de mí me dijese que es aquí donde debo estar, aunque sigo sin entenderlo.

La puerta se abre frente a mí, a pesar de que tan solo me he quedado mirando el edificio, el aroma dulce de la Señora Yon se hace presente, respiro con tranquilidad, viendo cómo el sol va iluminando, poco a poco, todos los rincones del lugar.

—JungKook, ¿Dónde están los demás? — la pregunta de la Señora Yon no hace más que sorprenderme, sobre todo tras el recibimiento de ayer.

—Están en casa, se supone que yo debería estar con mi novia, pero... necesitaba venir aquí, no sé por qué, pero este sitio me atrae, como si perteneciese a esta casa. —escucho a la mujer junto a mí suspirar, la miro, algo preocupado por si me toma por un loco, sin embargo, la veo mirar a todos los lados antes de mirarme a mí.

—Entra en casa, tengo varias cosas que explicarte. — asiento, aunque estoy algo preocupado.

La sigo hasta el interior de la casa y un aroma particular me envuelve, es el mismo aroma de ayer, pero esta vez lo noto mucho más nítido, es como si las puertas, ventanas y paredes de esta casa retuviesen todo este aroma que, extrañamente, me hace sentir mejor, más cómodo.

Mi cabeza comienza a doler de golpe y vuelvo a tener varias imágenes rondando mi mente, un jersey, mi jersey favorito, completamente roto y lleno de sangre. Por alguna razón recordar eso no me cabrea, me entristece y no logro comprenderlo, el dolor para, pero me mareo levemente.

—¿Estás bien? — asiento y camino junto a ella hasta el sofá del salón, siento que conozco esta casa como si realmente fuese la mía, pero estoy seguro de que no he estado aquí nunca.

—¿Podrías explicarme las cosas? — pregunto, ya desesperado, así como no saber que tanto sabe la Señora Yon o cuanto está involucrada. — No entiendo absolutamente nada, se supone que he estado un mes en coma o algo por estilo, pero parece que haya pasado más tiempo, Min Ho ha crecido mucho, demasiado, todo el mundo ha cambiado físicamente, incluyéndome y eso no es lo peor. — me paso las manos por el pelo, comienzo a sentirme ahogado, necesito alguna explicación ya. —Hay calles por las que no me permiten pasar, ésta, por ejemplo, antes no entendía por qué, pero ahora...

—JungKook, voy a ser un poco brusca, pero es lo único que puedo y debo decirte, lo lamento. — joder, ya se está disculpando y ni si quiera entiendo que dice. —Aysel, pregúntale a YoonGi sobre ella, él te contestará todo lo necesario. — su mirada baja de un lado a otro, ¿Yoongi -Hyung sabe de qué va todo esto? — Pero no debes decírselo a ninguno de los Alfas, es peligroso que lo hagas, habla de esto solamente con YoonGi, ¿De acuerdo? — realmente refleja preocupación, cariño y dolor en sus palabras.

—Sí, muchas gracias Señora Yon, le preguntaré sobre... ¿Aysel? — veo cómo en su deteriorado rostro se crea una sonrisa que expresa demasiada tristeza, asiente con la cabeza. 

(…)

Han pasado una o dos horas desde que salí de la casa donde hablé con la Señora Yon y aunque me hubiera gustado ir corriendo a la casa con los demás Alfas, no pude, mi lobo eufórico se descontrolo, otras veces he podido mantenerlo bajo control, pero su rabia cegadora supero mi autocontrol y se disparó a la superficie corriendo rumbo al bosque.

Quise pensar que lo necesitaba por lo que se lo cedi por unos minutos, corrimos hasta que las patas nos dolían, hasta que las uñas se limaron contra las raíces de los árboles y troncos, el nombre —Aysel. — se repetía en nuestra mente, pero sorprendentemente, eso no había sido lo que altero a mi lobo, ni mucho menos los recuerdos borrosos, difusos, así como dolorosos que surcaban en nuestra mente.

Había sido la cercanía de la Señora Yon.

Un nuevo recuero de unos hoyuelos, siendo estos hoyuelos diferentes, unos que adornaban una de las sonrisas más cálidas que había visto en toda mi vida, sus ojos reflejando el amor incondicional.

Sentía como mis músculos quemaban, habíamos estado corriendo por mucho tiempo ya, calculaba unas 3horas, que según yo era lo que había contado sin las distracciones de nuestra mente, seguía sin controlar a mi lobo y este corría desenfrenadamente por todos lados, corriendo en círculos, lastimándose con ramas, rocas, mordiendo el aire.

Mi lobo estaba en su estado más salvaje.

Un rio fluyente nos flaqueo el lado derecho cuando entramos en su camino, la horilla estaba lodosa, asi como lo suficientemente inclinada para que en un paso en falso nos hiciera caer a la velocidad en que íbamos y si bien el rio no era profundo para ahogarnos, no era eso lo que me asustaba, eran las enormes rocas —puntiagudas— que sobresalían.

Mierda.

—Debes detenerte, nos harás caer. — pero como había venido haciendo, no me escucho, en cambio recibí un gruñido de su parte.

“Tengo el control” — gruño en una clara orden de que me callara y definitivamente bufe con fuerza. Si, tenía el control, pero lo estaba llevando muy mal.

— Lobo terco, no sé qué mierda te pasa, ¡Pero detente! — el grito rasgo mi garganta cuando una de nuestras patas traseras resbalo por la horilla y se hundió en el barro, mi lobo luchando por volver a subirnos mientras resbalábamos cada vez un poco más.

3horas corriendo habían pasado factura, nuestros músculos dormidos, adoloridos y sin aliento, las fuerzas cada vez más eran pocas.

Cuando los minutos pasaron y el peso de nuestro cuerpo seguía llevándonos abajo, pensando que moriríamos o por lo menos nos llevaríamos un buen golpe en la cabeza y unos cuantos moretones, con un gruñido que reverbero en la cercanía del bosque la tierra que ya tenía nuestras dos patas traseras succionadas y subiendo, se movió, haciéndonos sentir de inmediato la liberación, en un movimiento y mi lobo utilizo sus últimas fuerzas para subirnos.

Cayo como saco de papas en la tierra húmeda y me jure que cuando me diera de vuelta el control besaría la tierra gracias al gusto que medio, pero fuera de estar enojado con él, realmente aun me sentía confundido, el arrebato de él había sido muy extraño, así como nuevo, nunca había ocurrido y quien nos hubiera visto en este estado pensaría que estábamos enfermos y éramos algún lobo rebelde.

Pero lo ocurrido solo logro confundirme más, mi lobo casi dormido descansaba mientras nuestro pelaje se ensuciaba y se manchaba, las imágenes seguían fluyendo; unos ojos grises, unos hoyuelos en una sonrisa calidad que no era de la chica con la que había estado soñando, el jersey, humanos y nuevos recuerdos tan borrosos como un vidrio empañado.

Y aunque bien podía volver a tomar el control, decidí darle a mi lobo un tiempo más, sintiendo que de verdad lo necesitaba.

—¿Qué está pasando? ¿Qué ocurrió? — la pregunta salió de mis labios con cierto temor y pesar cuando la sonrisa calidad y esos ojos llenos de amor se fijó en nuestra mente y se quedó ahí como si no quisiera seguir fluyendo más y sabiendo que la pregunta que quería formular era quien era, solo salieron esas dos pareciéndome las más correctas.

»“Madre”«

Fueron sus últimas palabras en un gruñido lastimero antes de que sus ojos cerrados se apretaran con dolor y nuestra mente ya oscura y nebulosa, se terminara de apagar en la inconciencia y el cansancio.
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Espero les haya gustado, si hay algún error ortografíco o creen que hay algún error de contexto no duden en comentármelo.

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