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Han pasado ya algunos días, parece que todo ha vuelto a la normalidad, aunque seguimos arreglando los destrozos que causó la lluvia, todos parecen estar bien, incluso los lobeznos más pequeños, pero no todo ha vuelto a ser como antes a pesar de todo parecer totalmente igual.

Un nuevo miembro se ha sumado a la manada, Axel, el hermano gemelo de Aysel, cuando lo buscas, simplemente no está a la vista, pero siempre está cerca de Aysel, en todo momento, no me siento amenazado con su presencia, pero mi lobo merodea queriendo desafiarlo, para eso estamos, para protegerla, para cuidarla, no necesita un centinela detrás de ella más que nosotros, pero no es que pueda hacer mucho por más que quiera.

Me hace sentir inútil, un alfa sin valor, un alfa al que su mate no parece importarle.

Mas la revelación de que sea su hermano gemelo nos ha dejado a todos aun en estado de shock, no sabíamos que había otro miembro en la familia, nadie lo menciono, en cuyo caso ¿Dónde había estado todos estos años? ¿Sabe la familia que  está aquí, que regreso?

El día de la tragedia ellos solo lloraban por Aysel, de que ella volviera, no Axel, se nos hace difícil entender un poco, la familia aun esta en tierras sagradas de su manada, no han vuelto y no lo hemos podido localizar a pesar de que Namjoon mando algunos alfas de la manada a buscarlos, tanto para darle la noticia como para ver si se encuentran bien.

Aysel va y viene, no sale de la aldea, sólo sale a trabajar y vuelve a casa, acompañada desde lejos de Axel y del omega, este ultimo parece que están mucho más unidos que antes, yo suelo hacer el mismo camino pero, o entro antes, o salgo después de ellos, me siento mal por la situación.

Volvió a su puesto de trabajo normalmente como si nunca se hubiera ido y aunque todos siguen impactados y sin respuesta la bienvenida que le han dado se que la ha hecho sentir mejor.   

Ya no siento que Ansel sea más importante que yo en la historia, que amenaza mi puesto principal, en mas, ahora más que antes creo que prefiero que estén juntos, Ansel parece darle una clase de estabilidad a Aysel que siento que es necesaria para ella, que la necesita sin pedirla y que me hace entender que es una de las razones de porque antes eran tan apegados sintiendo que me hacían a un lado, ahora mi lobo y yo lo dejamos estar. En cierto modo.

Intento mantenerme optimista porque ha vuelto, pero no siento que haya vuelto por mí, parece que ha vuelto por otras razones y eso me hace sentir furioso y triste.

Cuando llegan a casa estoy terminando de hacer unos fideos junto a la Señora Yon, que ha estado viniendo estos días, pero me resulta extraño.

La primera vez que volvieron a verse Aysel se quedó completamente quieta, me sorprendí bastante por ello, pero lo que más me sorprendió fue ver sus ojos llenarse de lágrimas antes de alejarse de ella, desde entonces no se ha vuelto a alejar, pero parece que quiere mantener las distancias.

—Ya hemos llegado.— el omega habla con mucha más energía y alegría, cosa que me relaja un poco, miro y junto a él están Aysel y JongHyun, los dos menores no tardan en subir las escaleras hacia la habitación del omega, mientras que ella entra en la cocina y se acerca a mí.

Es la primera vez que se acerca tanto a mí desde que llegó, mi piel se eriza y me siento arder cuando apoya su cabeza en mi hombro.

—Ha crecido demasiado. — no sé cómo responder a sus palabras. —Me he perdido demasiado, — suspira junto a mí, sus brazos me rodean desde la espalda, su tacto se siente correcto, no soy capaz de explicar las emociones que contengo. —Me ha enseñado sus notas, es un buen estudiante, no deja de hablar de JongHyun y de Kiu... pero con el primero, creo que ha encontrado a su pareja. — me doy media vuelta para verla, pero no me lo permite, su abrazo se hace más fuerte, hasta el punto en el que me cuesta respirar.

—¿Eso crees?— asiente contra mi espalda, no siento su nariz, creo que está mirando hacia la Señora Yon, pero cuando decido mirarle me sorprendo al verla llorar en silencio mientras mira a Aysel en mi espalda.

¿Qué está pasando?

No termino de entender qué es lo que no estoy viendo, tal vez Aysel se esté comunicando con la Señora Yon telepáticamente. ¿Pero por qué no decirlo en voz alta?

Sus brazos me sueltan y antes de que pueda hacer algo, sale de la cocina, miro a la Señora Yon, tal vez ella me explique qué acaba de pasar, pero ella está cocinando otra vez, sus lágrimas resbalan por su rostro demacrado e hipa de vez en cuando y evita mi mirada más que antes.

Comienzo a preocuparme.

(…)

La Señora Yon sale de casa unos minutos antes de que nos sentemos los cuatro a comer, al parecer JongHyun se quedará aquí todo el día, incluida la noche, comienzo a pensar que tal vez Aysel tiene razón y Ansel ha encontrado a su pareja.

Y aunque suene egoísta, estoy feliz por él, más que por haberlo encontrado, lo hago porque quizás así deje a la mía.

Los únicos que hablan durante la comida son el beta y el omega, que bromean entre ellos, me gusta ver a Ansel tan animado, me gustaría poder compartir su alegría y emoción, pero no puedo, Aysel ha vuelto a alejarse de mí, no ha vuelto a hablarme o tocarme desde que me ha dado el abrazo y eso comienza a enfurecerme, sigo siendo su pareja.

¿Entonces por qué no lo parece?

No sé a dónde va Axel durante las noches, porque no entra a casa, tampoco llega comer y tampoco duerme, es contada y extrañas las veces que si acaso llega a entrar en la casa.

A veces siento que puede estar afuera vigilando, porque a veces lo siento o lo veo por la ventana, entre las sombras su pelaje blanco destaca entre la profunda negrura en donde se esconde entre los árboles, así como a veces lo escucho en la lejanía, en lo profundo del bosque, no sé porque, pero puedo hacerlo como si estuviera cerca en vez de tan lejos, sé que es el por su aullido, es tan igual como el de Aysel, pero más profundo, su lobo totalmente presente en el sonido.

Y lo ilógico e irracional de todo —porque soy un Alfa y aunque a veces necesite ayuda, no necesito protección—  es que a veces me siento seguro cuando lo siento cerca de la casa, cuidando no solo cuida de Aysel y Ansel, si no hasta de mi.

Quiero saber más de él, quiero respuestas y me hace sentir frustrado cuando, pero ni siquiera termino de saber de Aysel o lograr que ella misma me explique, menos sabré algo de Axel mas allá de lo que todos ya sabemos.

Termino de comer, necesito hablar con ella, pedirle explicaciones; a pesar de que estoy feliz por su regreso aún hay algo que me impide disfrutar del todo, además de su lejanía, si realmente ha estado viva durante estos cuatro años... ¿Porqué no volvió antes?

Aysel termina de comer y me levanto de la mesa, cojo mi plato y el suyo y lo dejo en la pila, me acerco a ella y la cojo del brazo, la escucho coger aire y parece algo asustada sin embargo no hace ni dice nada y me permite llevarla conmigo mientras los dos menores nos miran.

La llevo hasta el jardín, necesito un poco de aire fresco, amo su aroma, pero hay momentos en los que es abrumador y me siento ahogado.

— ¿Qué te pasa?— pregunto, realmente no sé si mi voz demuestra mi desesperación ni si eso sería bueno o no.

—No te entiendo. — no puedo sentirme más estúpido.

—Desapareciste durante cuatro años, ¡En los que te creímos muerta! y... — corta mis palabras.

—Lo estuve, — niego con la cabeza, eso es imposible. — estuve muerta  durante algunos días.

—No es posible. — asiente con la cabeza, ¿Me está tomando el pelo?

En días ya su cuerpo hubiera entrado en descomposición, si, tenemos habilidades que otros lobos comunes no, nos curamos más rápido que la mayoría, hasta de la plata aunque esta de igual medida nos haga daño, pero no somos inmortales y cuando nos matan o morimos, ese es nuestro fin. 

—No hace falta que me creas, — ni si quiera se molesta en darme una explicación, comienzo a enfurecerme cada vez más cuando no debería ser así. — ¿Querías preguntarme algo más?

—Estás distante conmigo, llevas aquí cinco días y sólo me has tocado o hablado una vez, estamos peor que cuando nos conocimos, ¿Qué te pasa?— exploto, incapaz de contener más mis emociones, veo sus ojos abrirse y dar un paso atrás. —Estás distante, sólo te acercas a Ansel y a su amigo, no te acercas a los alfas o a nuestros compañeros de trabajo, parece que estás siempre en tu propio mundo. Hasta del mismo Axel estas alejada.

—Tengo miedo, ¿vale? —  sus palabras no son lo que más me sorprenden, es la forma en la que comienza a moverse, sujeta su cabeza entre sus manos y respira con algo de dificultad, su voz tiembla. —No puedo controlar mi fuerza por completo, si te toco de improvisto podría romperte un brazo y no quiero hacer eso.

—Eso no me importa, joder, regeneramos rápido, como mucho tardaría un día en sanar por completo. — me acerco a ella, pero la escena del bosque se repite, comienza a alejarse de mí con pasos lentos y pequeños. —Además, eso no explica que no me hables, no hay motivo para no hacerlo.

—No te hablo porque me cuesta mantenerme centrada en formar oraciones coherentes, — alzo una de mis cejas, ¿Acaso eso tiene sentido para alguien?, sus ojos se clavan en lo míos y me pierdo en ambos colores, con una mezcla de miedo y familiaridad. —porque lo único que puedo decir sin pensar son dos putas palabras.

— ¿Y cuáles son, eh?, —me quejo, necesito que responda sin pensar, necesito una repuesta coherente. —Adelante, di lo primero que se te pase por la cabeza, no diré nada al respecto.

Marca, mate. — un escalofrío me recorre desde los dedos de los pies, reprimo el gruñido de satisfacción de mi lobo en la garganta, tengo toda la piel de gallina y no sé cómo responder. —¿Contento, JungKook?

—Yo... — sus ojos se clavan como cuchillas en mí, mi lobo araña en mi interior y me impulsa a dar uno, dos pasos.

Me quedo frente a ella y tomo su cara entre mis manos, su rostro es igual de suave, sus rasgos están más definidos y puedo asegurar que es posible seguir enamorándose de alguien sin importar qué.

Sigue siendo más pequeña que yo, pero ya no tiene ese aura de amabilidad y necesidad, cosa que nunca ha necesitado, ahora desprende un aura de protección salvaje y amor que me arropan, ni si quiera intento evitar besarla, sigue siendo como la última vez.

Sus labios arden sobre los míos, se mueven y su lengua se vuelve algo juguetona conforme pasan los segundos, mi corazón palpita con, tal vez, demasiada rapidez, siento como si hubiese vida en mi estómago mientras los sentimientos comienzan a llenarme por completo y es una mezcla de tantos que acabo sintiendo cómo mis propias lágrimas corren sin vergüenza por mi cara.

—No te alejes, por favor. —  suplico cuando rompo el beso, mi voz está completamente rota. —No me importa nada. Solo quédate conmigo. No me alejes. Confía en mí de nuevo. Esperare todo lo que tenga que esperar para que me expliques todo, para que me des respuestas, cuando decidas que estas lista para hablarlo y que tu mente está en orden, pero no te alejes, refúgiate en mí, no seré tu alfa por tu naturaleza y eso mi lobo y yo, ya lo entendimos, pero soy tu mate Aysel, y aquí estoy, solo tienes que volver a tomarme. Yo estoy haciendo lo mismo, y solo tienes que dejarme hacerlo.
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No me maten, tanto por mi ausencia como por la historia, todo tendrá una explicación dentro de poco... la presencia de Ansel en la vida de Aysel está tomando sus propios caminos y verán mas de Aysel y Jungkook como debe ser, se los prometo, y también verán el porqué decidí que eso se quedara de esa manera y no cambiar la presencia tan incitadora del niño.

Espero les haya gustado, si hay algún error ortográfico o creen que hay algún error de contexto, no duden en comentármelo.

Nos leemos pronto.

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