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Salgo de la comisaría después de un día bastante relajado, no han habido demasiados problemas ni tampoco mucha actividad, pero en ningún momento me he aburrido.

Camino con calma en dirección a la floristería de Jimin, donde me espera con Ansel, sigo dándole vueltas a cómo voy a explicarle a Ansel de que tendré que irme por casi medio mes, no quiero que se entristezca pero tampoco puedo permitir que me acompañe, eso es imposible.

Y lo que se complica más, es que también debo decírselo al resto de mi familia, logré hablar con Lia y me comunico que para esas fechas ya tenían compromisos asignados para salir por lo recados del líder hacia a otras manadas, tenían dos manadas que le habían contratado, por lo que Ansel, seguirá quedando solo y MinHo, de él no sé nada aún, pero sé que también tiene cosas que hacer.

Me molesta que Ansel quede a la deriva de esta manera.

Saco mi móvil del bolsillo y marco a Lisa, que no tarda en contestar a mi llamada.

—¡Hola! ¿Qué tal estás? — parece alegre y solo por ello sonrío, me encanta la vitalidad que tiene mi amiga.

—Hola, muy bien, ¿Y tú? — me responde con un "bien" y entonces prosigo con lo que quiero preguntarle. —¿Podrías hacerme un favor enorme? 

—Hmm... depende de cual sea, amiga. —  su voz se ha vuelto amable, como si realmente quisiese hacerme el favor incluso sin saber cuál es. 

—En dos meses tendré que irme con los Alfas durante... emm... —  hago cuentas mentalmente. — aproximadamente quince días. Necesito que alguien cuide de Ansel y me preguntaba si podrías hacerlo. — la escucho suspirar.

—Me gustaría demasiado cuidar de esa hermosura durante medio mes, pero me es imposible. —  no le pido explicaciones ya que no debe darme ninguna. —El trabajo me tiene atacada y dentro de dos meses... bueno... me he pulido las vacaciones de los próximos tres meses... — suena arrepentida, pero yo solamente soy capaz de sorprenderme. ¿Cuántos días se ha cogido esta mujer de vacaciones?

—Entiendo, muchas gracias de todas formas.—  agradezco, estoy cerca de llegar a la floristería. 

—Si por algún motivo hay cambio de planes te llamaré. 

—Gracias, debo dejarte, hablamos luego.— me despido y seguidamente cuelgo la llamada, la opción de llamar a Rose, no es viable, porque ella está con niños, para ese tiempo, muchos ya estarán en clases y se le será más complicado y cargar con un lobezno a parte de los que deberá cuidar y enseñar, será mucho trabajo para ella, así que se, que debo idearme algo rápido sin importar que tengo dos meses para hacerlo.

Sé que sus abuelos se quedarán, mi padre quedará a cargo de la aldea y mi madre con él, ellos nunca se separan y separados no duran mucho tiempo antes que ambos entren en depresión por estar separados, sus lobos son muy unidos y no soportan estar sin el otro.

Pero aunque ellos pueden cuidarlo, aún así debo conseguir una solución secundaria cuando ellos estén ocupados.

No quiero que Ansel escuche la conversación, ni me vea preocupada en pensamientos, no solo resultaría incómodo y comprometedor, también podría herir sus sentimientos al no saber porqué estoy pidiendo ese favor, así que cuando ya estoy por llegar, guardo mi celular y me enfoco en despejar mi rostro de cualquier mueca que preocupe al cachorro.

Abro la puerta y veo a Jimin entregándole un ramo de tulipanes a una mujer de avanzada edad, Ansel está en una esquina de la tienda, observando y olfateando una rosa blanca que se encuentra plantada en una maceta, cerca de la ventana, me acerco hacia ambos con cuidado y en silencio.

La mujer se despide y entonces Jimin fija su mirada en mí, me sonríe y me saluda, pero por mi parte me quedo mirando a la anciana que se despide, desprende un brillo natural, no sé si soy la única en verlo, pero es atrayente, ella me sonríe con una amplitud sorprendente y siento que su sonrisa y mirada tiene una promesa detrás, desprende seguridad y me sorprende el brillo en sus ojos, hay reconocimiento en sus ojos al verme, siento el sentimiento de amor, protección, cuidado que ella transmite para mí, pero yo no la conozco, no recuerdo haberla visto antes y me resulta confuso, ella se despide de mí con un asentamiento de su cabeza, su cabello es canoso, gris y cuando está fuera de la tienda veo su cabello brillar con la luz del sol y es algo cegador, por lo que me hace entrecerrar los ojos.

Segundos después Ansel levanta la mirada de la flor y viene corriendo hacia mí con el propósito de darme un abrazo, quedando su cabeza apoyada en mi pecho cuando le cargo para poder abrazarlo mejor, es él quien me saca de mi embelesamiento por la anciana que ahora que la busco de nuevo, no la veo por los alrededores ni en las calles, se ha ido demasiado rápido y me ha dejado con una sensación extraña, quiero buscarla, preguntarle quién es, porque siento que me conoce.

Sin embargo lo dejo para después, es algo que no comprendo y decido prestarle atención al pequeño que restrega su cabeza de lado a lado en mi pecho, subiendo, hasta llegar a mi cuello auto-acariciandose y como si quisiera que mi olor estuviera sobre, el cual no tengo, pero él igual lo hace, si bien el pequeño en una dosis de ternura a muerte, no se pueden imaginar su estatura, es algo que me encanta y quisiera que nunca crezca.

—Te he echado de menos Noona. — sus palabras me conmueven de una manera casi imposible.

—Yo también pequeño, pero necesito hablar con Jimin-Ssi un momento, a solas. —  despeino su cabello con cariño y el pequeño asiente, corriendo nuevamente hacia la flor, miro a Jimin, quien me devuelve la mirada, confuso.

—Vamos atrás, ahí hablaremos mejor. —  asiento y le sigo por detrás del mostrador hasta una puerta que abre, dejando a la vista un pequeño invernadero lleno de flores. —¿Qué querías decirme?

—He hablado con los Alfas, me han explicado lo del trato con la manada. —  Jimin parece atar cabos y asiente, incitándome a que prosiga.—El problema es que no tengo con quien dejar a Ansel.

Es obvio que Jimin va a ir con nosotros, pero me puede ayudar a encontrar una solución.

—¿Por qué no le llevas con la Señora Yon hasta que volvamos?— pregunta y a pesar de que le conoce, entiendo que no sea consciente de lo que eso podría significar para el pequeño.

—No puedo hacer eso, Ansel seguramente crea que no quiero estar con él, el pequeño se ha encariñado mucho conmigo. Sin comentar que sus padres casi nunca están, se siente aún más solo y cada vez que nadie está a su lado piensa que ha sido abandonado, para ese tiempo, sus padres no estarán y sus abuelos se quedarán a cargo de la aldea en ausencia de ustedes siete. —  Jimin comprende en seguida a dónde quiero llegar a parar y asiente, seguro sabiendo los planes de mi familia fuera de la aldea. —Le he preguntado a Lisa si podría hacerme el favor, pero le es imposible, Rosé trabaja por las tardes y aunque podría cuidar de él los sábados y domingos... ¿Quién cuidaría de él entre semana? —  comienzo a desesperarme a pesar de que aún quedan dos meses para dejarle solo.

—Podríamos hacer una cosa. —  Jimin parece pensativo durante unos minutos que se me hacen eternos. —Ninguno de los Alfas podemos interferir en los trabajos de las personas pero... tal vez podría hablar con la Señora Yon. —  levanto una de mis cejas, la opción de llevarle al orfanato no es viable de ninguna manera. —En vez de llevar a Ansel al orfanato, la Señora Yon podría ir a tu casa y cuidar de él mientras no está. —  pienso en la posibilidad, pero hay varios inconvenientes con su idea.

—¿Y los demás niños? — es el primero de los problemas y el más importante.

—La Señora Yon no trabaja sola, Aysel. —  me avergüenzo un poco al haberme centrado tanto en su persona y no haberme dado cuenta de que con ella, hay muchas más personas. —Estoy seguro de que no le importará ir a tu casa y cuidar de Ansel, además, sus abuelos estarán cerca y le cuidarán también, al igual que MinHo, pueden visitarlo y el cachorro a ellos, estará bien. — Jimin no termina su frase, pero cuando quiero responder que su idea es buena y que probablemente me he mortificado más de lo debido, un grito nos llama la atención.

—¡JungKook Alfa!— Ansel suena alegre, pero yo me tenso un poco, ¿Qué narices hace aquí JungKook?

—¿Por qué te tensas, no es tu novio? — Jimin me sonríe con sorna, a lo que yo le devuelvo una mirada dudosa.

—No sé que debo hacer o decir, esto es nuevo para mí. — acabo por decir.

—Es normal, tú solo sé tú misma. —  la sonrisa burlona de antes se transforma en una simpática y amable. —Vamos, ya es hora de cerrar, ¿O quieres dormir aquí? —  ambos reímos, aunque mi risa es mucho más escasa que de costumbre.

Ambos salimos del pequeño invernadero, mi vista se centra en JungKook, que ya no va vestido con su uniforme, sino con unos vaqueros de color negro que se ciñen a sus muslos y una camiseta básica blanca, ¿Cómo una forma de vestir tan simple puede encandilarme tanto?

Nuestras miradas no tardan en chocar y aunque ninguno tenemos un aroma con el que identificar que estamos en la habitación, son nuestras hormonas las que nos delatan, aunque por suerte cada día son menos abrasadoras y la sensación es cada vez más soportable.

Su pelo negro está algo húmedo y despeinado, por lo que doy por hecho que acaba de ducharse, aunque sigo preguntándome por qué está aquí; a lo mejor ha venido a buscar a Jimin para ir juntos a casa, aunque eso no tiene mucho sentido, la verdad. 

Noto un pequeño empujoncito en mi espalda y enseguida escucho dos gruñidos, aunque es el más grave el que me hace sentir más cercana a la realidad. Miro en dirección a los gruñidos, encontrándome a JungKook y a Ansel gruñendo a la persona que se encuentra detrás de mí.

—No me comáis. —  Jimin se ríe. —Sólo quería que Aysel reaccionase y saludase a su novio. —  la mirada de JungKook se relaja, sin embargo la de Ansel se endurece y se apena al mismo tiempo.

Mierd_

Ansel se gira en dirección al peli-negro, que le mira dudoso, tengo miedo de lo que pueda pasar.

—¡Noona es mía! —  gruñe con coraje, a lo que JungKook se sorprende y niega, puedo ver cómo golpea su lengua contra su mejilla, genial, ahora tengo que llevar a dos celosos sin remedio hacia el camino de la relajación. 

—Tu eres su Doengsaeng, ya está.—  la voz de JungKook es tranquila y calmada, pero sus palabras son directas. —Aysel tiene derecho a tener un mundo a parte de ti. Tiene derecho a salir con alguien. —  los pequeños y oscuros ojos de Ansel se cristalizan, su rostro se torna de color rojizo por la ira y la impotencia y sin previo aviso, me encuentro gruñendo a JungKook y poniéndome frente a Ansel en un acto de defensa que no he provocado yo, que lo ha provocado mi loba.

—Exacto, él es mi Doengsaeng y eso significa que en tu vida vuelvas a hablarle así, seré yo quien salte por él si es necesario. —  las palabras de apoyo de hace unas horas parecen olvidadas en los recuerdos. Los ojos de JungKook se tornan de color ámbar, mi loba se asusta y parece querer esconderse, no se lo permito. —Me dijiste que me ayudarás y ahora tan solo me estás complicando las cosas y quiero que sepas, debes tenerlo en cuenta Jungkook, podrás ser mi mate y mi loba podrá siempre querer arrodillarse frente a ti o esconderse en tus brazos, pero Ansel, está primero que tú, está muy sobre ti, así que es mejor que respetes eso. —  su mirada se suaviza, no han hecho falta golpes, solo palabras y me alegro de que así sea.

—Lo siento Aysel. —  se disculpa, agachando la cabeza.

—Las disculpas se las debes a Ansel no a mí.— me hago a un lado y dejo a Ansel a la vista de JungKook, quien se agacha y mira al omega con una sincera disculpa en su mirada.

—Siento mucho lo que te he dicho, no debí hablarte así. —  mi mirada viaja desde la escena frente a mis ojos hacia Jimin, que mira con los ojos completamente abiertos a JungKook.

Más no le prestó mucha atención y me agachó a la altura de Ansel, no puedo reprender solo a uno.

—Ansel, pequeño, Jungkook ahora es mi pareja, eso no quiere decir que te vaya a dejar a tí por él, tengo amor para los dos y debes respetarlo. — le doy una mirada a Jungkook rápidamente. —Ambos, deben respetarse y llevarse bien. — vuelvo a prestar atención al pequeño, desordenado su cabello. —Le debes también una disculpa a Jungkook Alfa pequeño, en especial por los arrebatos, te he dicho que debes respetar los Alfas.

Ansel asiente con la cabeza gacha dando un paso hacia Jungkook cuando yo me aparto.

—Lo siento Jungkook-Hyung. — conforme, le doy un beso en la mejilla a ambos y sacando a Jimin del embelesamiento que le ha causado la escena, le ayudamos a cerrar la tienda y salir.


(...)


Llego a casa, acompañada por los dos Alfas y mi sobrino, Ansel es el primero en entrar, le hago una señal a JungKook para que entre de igual manera y cierro la puerta para después mirar a Jimin, que me mira completamente anonadado, realmente no sé por qué. 

El ambiente se ha sentido un poco pesado durante todo el camino, Ansel caminaba sujetando una de mis manos mientras JungKook ni si quiera a hecho el esfuerzo por coger la mía, cosa que me ha calmado un poco la incertidumbre, sin embargo ninguno de los cuatro hemos dicho absolutamente nada durante el camino.    

—¿Por qué me miras así? —  pregunto, pues la cara que Jimin mantiene desde que he discutido con JungKook no ha cambiado absolutamente nada. 

—Eres la primera persona que ha mantenido el control frente a Kookie y además, cuando le has regañado parecía un pequeño cachorro siendo regañado. Y haz manejado bien a Ansel. — sus palabras salen eufóricas, como si aquello fuese bueno.

—No se que decirte. —  admito. —Pero esos dos deben aprender a convivir cuando yo esté cerca, no solo cuando me encuentre lejos. — agacho la cabeza y niego con ésta, realmente me gustaría que ambos se llevasen bien, que se divirtiesen juntos esté o no en la misma habitación o a la vista. —¿Es mucho pedir? Realmente hablo enserio cuando digo que Ansel está primero, es apenas un cachorro y si me toca dejar a Jungkook por el lobezno, lo haría. Mi loba sufriría, pero Ansel es familia y la verdad, la defensa en tu tienda también a venido de parte de mi loba. — fuera lo que fuera, siempre he sabido algo, la familia está sobre tu pareja, en este caso mi pareja es mi mate, pero eso no le va a quitar derecho a esas palabras, por más que de solo pensar estar lejos de Jungkook nos duela a mi loba y a mí.

—Bueno Aysel... — Jimin parece pensarse si debe decirme lo que está pensando. —Tienes que tener en cuenta que Kookie es celoso de por sí, a eso añádele que es un Alfa; cosa que solo empeora sus celos; y además, es tu pareja. — miro hacia el cielo, quiero entenderlo, de verdad que quiero entender todo esto, pero soy incapaz. —También está Ansel, que después de haber pasado por algunas familias por qué su verdadera familia no ha estado muy presente debido a sus trabajos, haber tenido que compartir todas sus cosas y ahora que cree que no necesita compartirte con nadie a llegado él. 


(...)

Es la quinta vez que me despido de JungKook en la puerta, Jimin le espera, han pasado toda el resto de la tarde en mi casa y ya ha anochecido pero el peli-negro sigue insistiendo en quedarse a pasar la noche aquí, a pesar de que no tiene ninguna escusa o pretexto a parte del "Soy tu novio".

—JungKook, Ansel debe cenar e irse a dormir, nos veremos mañana. — JungKook acaba por suspirar derrotado al comprender que no voy a dar mi brazo a torcer.

—De acuerdo, descansa. —  se acerca a mí, nuestros alientos se mezclan a pesar de la diferencia de alturas y por un momento creo que va a besarme, que voy a darme mi primer beso frente a Jimin y a Ansel, sin embargo cuando da un paso más, siento sus labios besar mi frente con extremo cuidado y cariño.

JungKook y Jimin se van minutos después y yo entro a casa aún con una pequeña sonrisa en mis labios y sintiendo mis mejillas arder, mi sobrino me mira casi inexpresivo y al instante, me doy cuenta de que debo aclararle varias cosas, pero es bastante tarde y aún tenemos que cenar, por lo que le sonrío y extiendo mi mano hacia él, que la toma tras hacer el amago un par de veces, caminamos juntos hacia la cocina y él se sienta en la barra, esperando a que haga la cena.

Me limito a hacer unos filetes de pollo a la plancha, estoy demasiado agotada como para cocinar algo más elaborado, Ansel no se queja cuando le pongo un plato con dos filetes de pollo frente a él. 

Cenamos en silencio, sin decir nada, solo escuchando el ruido de los cubiertos al chocar contra el plato.

Terminamos de cenar y dejamos nuestros platos en el lavavajillas, después nos vamos a dormir, aunque decido esperar a que Ansel venga a mi habitación para dormir, como lleva haciendo desde que le traje conmigo, no estoy equivocada, minutos después el omega entra a mi habitación y se tumba a mi lado, con su frente contra mi pecho, poso mi brazo alrededor de su pequeña cintura y escucho su respiración calmada y pausada, no tarda demasiado en caer dormido, al igual que yo, que me duermo minutos después, tras haber estado planeando mentalmente lo que tenemos para él.
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